
Argumento
Emily llega de Estados Unidos para conocer a su familia irlandesa, una familia de la que su padre se despidió para no volver. Ahora, después de haber perdido su trabajo como profesora de arte, revolucionará las vidas de ese barrio humilde de Dublín al que llega.
Frankie va a nacer en una familia muy especial. Su madre está desesperada por encontrar a alguien que la cuide, pero tiene muy poco tiempo porque tiene un cáncer terminal y no sobrevivirá a la cesárea. Noel no parece el padre ideal, con su trabajo anodino y su afición por la bebida, aunque, quizá, es la mejor opción para la niña. Emily será quien le dé el empujón que necesita para afrontar su deber y los cambios que debe realizar en su vida para superar los obstáculos. Sin embargo Moira la trabajadora social, no piensa aceptar esta situación. Sabe lo que más le conviene a Frankie y además tiene toda la autoridad para decidir sobre su futuro, pero incluso ella esconde secretos de su propia vida.
En cuanto a Lisa, la joven diseñadora gráfica está dispuesta a renunciar a todo con tal de conseguir a Anton, un carismático y encantador chef que se está ganando un nombre. Lisa está convencida de que la corresponderá a pesar de su forma de ser tan caprichosa.
Bajo el cielo de Dublín es la historia de unas familias poco convencionales, de relaciones que no son lo que parecen y de una niña pequeña que está en el corazón de todos.
Reseña
Novela difícil de reseñar, la verdad sea dicha, porque no sé muy bien cómo enfocarla y tampoco tengo muy claro qué me ha parecido una vez la he terminado. Y eso que ya han pasado unos días desde que la acabé.
Quizás lo primero sea mencionar que estamos ante una obra coral, con muchos personajes que tienen su papel a lo largo de las páginas. Aunque los principales son Noel, Lisa, Emily y Moira, el elenco se va incrementando casi hasta el infinito y no me avergüenza reconocer que por momentos se centraba la trama en alguien que no recordaba de dónde había salido o quién era en relación con los y las protagonistas. Hay demasiados personajes y esto impide que, al final, se profundice bien en la mayoría.
Quizás lo primero sea mencionar que estamos ante una obra coral, con muchos personajes que tienen su papel a lo largo de las páginas. Aunque los principales son Noel, Lisa, Emily y Moira, el elenco se va incrementando casi hasta el infinito y no me avergüenza reconocer que por momentos se centraba la trama en alguien que no recordaba de dónde había salido o quién era en relación con los y las protagonistas. Hay demasiados personajes y esto impide que, al final, se profundice bien en la mayoría.
Con todo, la cosa parece más clara si pensamos que Frankie, la niña recién nacida, es el centro de la historia y, de un modo u otro, el resto de personajes están a su alrededor para cuidarla o son familiares / amistades de gente que la cuidan. Así, vivimos algo más de un año en el que vemos las diferentes historias de personajes muy variopintos. Un año es, al mismo tiempo, poco y mucho. No hay apenas constancia de ese paso del tiempo, se dan demasiados sucesos en tan poquísimo espacio y, al final, todo queda abierto a saber qué será de los personajes.
Es una novela confusa y, la verdad, mal enfocada. Salta de unos a otros sin profundizar pero, en cambio, es repetitiva en ciertas ideas hasta la extenuación, como que Emily es una maravillosa organizadora de las vidas de TODO UN BARRIO (realismo ¿dónde te has ido?) que, hasta hacia poco, no conocía, o que Moira, la trabajadora social, es una bruja por preocuparse por un bebé que ha quedado a cargo de un padre soltero ex-alcohólico y salido de la nada al final de la vida de la madre, o que Lisa sabe que Anton la utiliza para su restaurante y como amante pero sigue con una relación que no va a ningún lado.

Y sin embargo, a pesar de todo esto que digo, no me ha disgustado la lectura. Ha sido como tomarse un plato de sopa, cálido y reconfortante, con personajes muy buenos todos (hasta los "malos", Moira y Anton) y lleno de buenos sentimientos y felicidad. En cierto modo, también ha sido como si hablásemos de la Navidad, esa época de buenos deseos donde tanto nos esforzamos por ocultar la mierda. No existe, los problemas no se sacan, todo es armonía interrumpida sólo por pequeños percances sin trascendencia como cuando Frankie desaparece por un malentendido pero, cómo no, todo acaba bien.
En definitiva, un libro al que le sobran personajes y sub-tramas, no cuaja y todo está enfocado de una forma muy banal y simplista, sin centrarse ni profundizar en nada. Entretiene, tiene momentos tiernos y algunas ideas sobre la familia muy interesantes pero poco aprovechadas. Si queréis una novela llena de buenos sentimientos y sencilla, tal vez os guste más que a mí.