miércoles, 25 de enero de 2023

La llave, de Marianne Curley

Después de varios meses muy ajetreados, por fin he podido sacar tiempo para terminar la lectura de la "trilogía" de Los guardianes del tiempo. El primero fue Los elegidos y el siguiente La oscuridad. El cuarto libro que se sacó de la manga la autora más de una década después, The Shadow, me genera curiosidad, pero no creo que lo vaya a leer. No nos ha llegado y dudo que lo haga a estas alturas. Leído el argumento y también algunas reseñas inglesas, por saciar un poco la curiosidad, tengo una idea de lo que sucede y con eso me vale.

Argumento

La batalla final contra la Orden del Caos, liderada por la inmortal Lathenia, se acerca. La prioridad para los miembros de la Guardia es que Matt desarrolle al fin sus poderes y asuma el liderazgo al que está destinado, así como encontrar la llave que abre un arcón de armas muy poderosas que puede decantar el resultado de la lucha según quiénes las empuñen. Sin embargo, nada de esto parece suceder de manera satisfactoria: ni Matt parece preparado, ni la llave está donde se quedó cuando huyeron del Inframundo, alguien se les ha adelantado, probablemente del otro bando. Y mientras, las criaturas de la oscuridad, el ejército del mal, está casi listo para iniciar la ofensiva. 

Por otro lado, la certeza de que hay un traidor entre ellos debilita al grupo en los momentos decisivos. Las sospechas recaen principalmente sobre Rochelle, quien colaboró con la Orden bajo las órdenes de Marduke.
 
Reseña

Objetivamente, estamos ante el mejor libro de la trilogía: es el que tiene el mejor ritmo, más acción y más personajes con su papel en la trama. También creo que, en general, tiene una mejor narración comparando con los otros, aunque sin llegar a echar cohetes. Como en los anteriores, volvemos a tener dos voces narradoras pero son nuevas respecto a los originales. Ethan, Isabel y Arkarian dejan paso a Matt y Rochelle. Precisamente ella me ha parecido el personaje más humano y mejor construido de toda la saga, la única que a lo largo de estos tres libros ha conseguido despertarme algún sentimiento. Y, por último, la parte de quién es el traidor la vi bastante bien llevada ya que durante el libro las sospechas van de un personaje a otro sin nada seguro. Eso sí, tira de un enorme Deus Ex Machina para explicar quién es y por qué lo es, esto no lo puedo negar. Más o menos, aquí estarían los puntos fuertes. Pero toca hablar de los débiles, que vuelven a ser varios.

Para empezar, puedo mencionar la absurda evolución de Matt. Se pasó el libro anterior y buena parte de éste siendo un inútil que no conseguía desarrollar sus poderes ni sacar el carisma necesario para ser un líder. Va a que le "instruya" un ser muy poderoso con poco éxito hasta que las cosas se empiezan a poner peligrosas para el resto del grupo. Este ser le dice "debemos darnos prisa" y, al siguiente capítulo que protagoniza Matt, tiene sus inmensos poderes liberados y es capaz de ponerse al frente del grupo y tomar las decisiones aunque diga tener dudas. Y sin embargo, sigue siendo un adolescente inmaduro que no entiende que su hermana quiera pasar tiempo con su amado pillándose un berrinche muy ridículo.

En cuanto a éste o a Rochelle como voces narradoras, igual que pasaba con sus predecesores, es imposible distinguir cuándo habla cada personaje. Es necesario pararse varias veces para volver al principio del capítulo para ver a quién seguimos.

Del resto de personajes no puedo hablar gran cosa porque son muchos, el elenco es quizás demasiado amplio, y no da para profundizar en nadie en las casi 350 páginas que tiene el libro que está cargado de acción. Ethan tiene varios momentos destacados, pero pocos para haber sido el primer protagonista. Ídem con Isabel y Arkarian. Neriah, una reciente incorporación que gana aquí mucho peso, es totalmente plana. Dillon, un petardo que no escucha cuando le dicen que no, violento e inmaduro. Los personajes adultos tienen aún menos caracterización.

La parte romántica es muy decepcionante también. Las parejas se forman porque son personas predestinadas, almas gemelas, y así se justifican los flechazos y la nula química. De esta parte se libran de crítica Ethan y Rochelle, que tenían una historia desde antes de que la historia empezase en el primer libro, con una muy buena evolución hasta aquí. También fue muy positivo que Ethan precisamente no acabase con Isabel, la narradora del primer libro, que era lo esperado con el formato elegido. Punto original que gana la saga por aquí. Lástima que luego la pareja que forma Isabel con otro personaje peque de lo que decía al principio del párrafo.

Otra pega del libro es que, como pasaba en los anteriores, lo de los viajes en el tiempo queda muy desaprovechado. Creo que solo se dan dos en este libro y muy breves. Sí que es cierto que la autora lo compensa con viajes a otros mundos llenos de fantasía o con la presencia de criaturas extrañas, pero sabe a poco. Al menos, eso sí, se resuelven algunas de mis dudas como cuando en el primero no entendía la presencia de una antigua ciudad de estilo griego bajo un lago de Australia. Que sea la Atlántida el origen de todo está muy visto, pero me vale.

Sin embargo, el mayor problema de este último libro es su desenlace. Decir que es abrupto es quedarse muy corta. La batalla final con la poderosa diosa se resuelve en un visto y no visto, luego se dan indicaciones de lo que se hará a partir de ese momento y queda a imaginación de cada cual qué pasa a continuación. Casi da la sensación de libro inacabado, de que le falten un par de capítulos de epílogo. Además, se produce una muerte [destripe] (la de Rochelle) [fin de destripe] totalmente innecesaria tras la batalla final que deja un sabor muy amargo. Que en las guerras hay muertes y en medio de la batalla habría tenido sentido, pero no cuando ya había acabado todo. Si al menos no hubiese sido un desenlace tan brusco y se hubiese dejado que los personajes llorasen y se despidiesen de esta persona en un epílogo, la cosa no me parecería tan fea. Incluso habría sido intenso, duro y triste pero de manera realista. Es una pena porque este último libro iba camino de mejorar mi impresión general de la saga pero el desenlace lo ha chafado.

En definitiva, me siento muy decepcionada con esta saga. Como dije, me enamoré de El círculo de fuego, ese libro tan sencillo tenía encanto y personajes humanos, con virtudes y defectos, así como una tensión romántica muy bonita. Aquí le ha fallado todo. Ha querido hacer una historia que le venía grande a la autora, con demasiados personajes, demasiada complejidad, tirando de clichés, ases que se saca de la manga cuando lo necesita y poca profundización. Quizás si la hubiese leído en mi adolescencia, mi opinión sería distinta, no puedo saberlo, pero de adulta le veo demasiadas lagunas y puntos débiles a la saga en su conjunto. Ideas muy interesantes, sí. Detalles fantásticos, también. Pero le falta alma a esta historia.

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