jueves, 30 de enero de 2025

Kobato, de Clamp

Tengo que empezar esta entrada haciendo una pequeña confesión. Si hoy os traigo esta reseña es porque cogí la serie de la estantería pensando que podría ser una buena candidata al mercadillo. Hace poco puse en venta CLAMP, Club de detectives, los elementos que me disgustaban o mosqueaban pesaron más que lo poco salvable y finalmente me decidí a hacer un poco de hueco en la estantería. A las pocas horas de poner el anuncio se vendió por un precio más que decente para ambas partes. Estando Kobato también descatalogada y que 
en estos momentos ni siquiera de segunda mano parece que haya más allá de algunos de los primeros tomos sueltos, imagino que pasaría lo mismo. Además, la pondría en venta con el cofre original de Norma que dio con el sexto y último tomo, lo que aún me permitiría subirle algo el precio. Todo esto era lo que tenía en mente. Seguid leyendo ya la reseña como tal para ver la decisión que al final he tomado.

Antes de pasar al argumento, quería hacer un inciso para recordar que esta serie NO es un shôjo, es un seinen. Las portadas tan bonitas o lo encantadora que es la protagonista pueden llevar a confusión, sí, pero se publicó en dos revistas de esta demografía y en ciertos detalles se aprecia que el público principal al que se dirige es el masculino.
  
Argumento

Kobato Hanato es una joven adorable, con 
muy poco sentido común y una torpeza fuera de este mundo. Para cumplir su deseo, que consiste en ir a cierto sitio, tiene que librar a las personas de sus penas. Ese sufrimiento irá rellenando una botella y, cuando esté completa, se hará realidad lo que tanto anhela. Para esta tarea va acompañada de Ioryogi, un peluche de perro azul con muy malas pulgas y poca paciencia para la falta de luces de Kobato.

Tras superar unas primeras "pruebas" de su peculiar guía, Kobato recibe la botella capaz de almacenar el dolor humano. Es entonces cuando conoce a Sayaka Okiura, la directora de una guardería que está pasando por dificultades. La joven se ofrece a ayudarla como voluntaria, algo que no gustará nada a Kiyokazu Fujimoto, el otro trabajador de la guardería con quien tuvo poco antes un primer encuentro terrible. A pesar de la opinión de éste, Kobato no piensa rendirse ya que ha encontrado a alguien que requiere su ayuda, aunque quizás el problema de Sayaka no sea algo que ella pueda solucionar.

Reseña

Dada la cantidad de obras que han realizado las CLAMP, se puede considerar que ésta quedaría entre las secundarias y es de las que menos han trascendido, aunque tuvo su anime de 24 capítulos del estudio Madhouse. Supongo que es normal si consideramos que estas autoras han dado títulos tan importantes como X, Chobits o Cardcaptor Sakura, series que han marcado mucho en el mundillo.

La serie va de menos a más, desde unos primeros capítulos que son prácticamente autoconclusivos, hasta un final bastante decente para lo que las autoras siempre han hecho (abrir muchas series que, por los motivos que sean, no terminan o a las que dan finales abiertos o muy poco satisfactorios), pasando por una evolución que la trama se complejiza de manera considerable. 

Empezando por el principio, he leído que los primeros capítulos salieron en una revista, hubo un hiatus de más de un año y luego siguió en otra revista. Estos capítulos, que son los que decía que parecían autoconclusivos, harían de introducción. No sé si en el tiempo que la serie estuvo parada las autoras le dieron una vuelta a lo que querían hacer con su historia, pero a partir de ahí siguieron con un argumento de manera más continua. De todos modos, en un par de estos primeros capítulos ya salen Sayaka y/o Fujimoto, así que la trama de fondo la tenían pensada desde el inicio y tal vez sólo cambiaron el ritmo para contarla. No sé, estoy especulando. El caso es que estos capítulos tienen principalmente un enfoque cómico, con Kobato liándola mientras intenta ayudar a alguien y Ioryogi echándole una bronca normalmente acompañada de una llamarada. Lo cierto es que el perro de peluche es bastante horrible y, por mucho que la chica meta la pata, sus reacciones son desproporcionadas, más cuando para el final sabemos quién es y por qué hace de guía de Kobato. Hay que entenderlo como gag cómico igual que cuando en Love Hina el protagonista salía volando por el golpe de alguna de las chicas.

A partir del momento en que recibe la botella mágica, la auténtica trama arranca. La serie combina el drama de la guardería con la fantasía, el misterio que envuelve a la protagonista y el triángulo amoroso que se va formando. Hay muchas incógnitas en todo, desde cómo una simple directora de guardería acabó con la yakuza acosándola a por qué Kobato no puede estar sin sombrero, dónde quiere ir con su deseo o todo lo que envuelve a Ioryogi y otros seres fantásticos que van apareciendo. Es cierto que estas autoras tienden a retorcerlo todo, a complejizar sus historias, a recurrir a personajes idénticos que son pero no son al mismo tiempo la misma persona... Con todo, quizás sea por la extensión limitada de la serie, pero no se les fue demasiado de las manos las "idas de pinza" tan habituales en ellas. Además, al menos en esta serie todo acaba explicado, quizás de una forma demasiado apresurada en la recta final, saturando de información de golpe y quedando algo confusa, pero se explica.

Sobre el desenlace, lo recordaba peor, como toda la serie. Quizás ha sido que, al leerla de corrido y no con un tiempo entre tomos, he apreciado mejor la trama, su desarrollo con las explicaciones que se dan y el final me ha dejado más satisfecha. Sí que tiene un punto muy feo. [Destripe] Esto de la reencarnación está muy bonito hasta que te das cuenta que entonces saldrá una adolescente de 16 años con un hombre que superará los 35 [Fin de destripe]. Ya sabemos que las CLAMP tienen algún tipo de fetiche con estos temas, no es la primera vez que se da algo así en sus obras, pero no deja de ser algo criticable como poco.


Las CLAMP tienen un universo tan grande y tan interconectado que los cameos y los personajes reciclados son continuos. Para empezar, se ven de manera puntual muchos de ellos, algunos simplemente de fondo en alguna viñeta, otros con alguna frase y otros tienen alguna escena, la lista de estas apariciones es muy larga. Luego, de Chobits hay varios de esos cameos pero lo más destacado es que recupera a Chitose, la casera, que tiene su pequeño papel en la trama. No obstante, la serie con la que más se interrelaciona es Wish. No es imprescindible haberla leído, pero diría que es recomendable. 

En cuanto a los personajes, Kobato es encantadora, ingenua e infantil. Es un tipo de protagonista que puede llegar a ser odiable por su poca sesera, pero tiene su explicación a la falta de luces que demuestra y lo poco que sabe del mundo. Y aun si no tuviese su porqué, no se merecería ningún hate. Además, la chica va madurando y acaba mostrando una gran determinación y valor. De Ioryogi ya he dicho algo, él sí me parece más insoportable, aunque tengas sus motivos para ser como es. Luego, Fujimoto es un tsundere, sin más. Borde y seco, se desvive por quienes le importan y en el fondo es un cacho de pan. Y, por último, Sayaka es una mujer serena y tranquila que al final saca unos ovarios que son para aplaudir. De los secundarios conocidos de Ioryogi sí que quedan más lagunas que habrían necesitado algo de espacio para desarrollarlos mejor.


En definitiva, una serie que de ser una comedia extraña, va cogiendo fondo y ganando puntos de interés, magia y dramatismo. He llegado a emocionarme al punto de que se me han saltado las lágrimas en algún momento y no contaba con ello porque, la verdad sea dicha, mi recuerdo era de historia mediocre e insulsa. Tal vez esto ha hecho que ahora me llegue mejor y la disfrute más, así como el haberla releído del tirón. Tiene momentos muy bonitos, personajes curiosos y un buen desarrollo. Lástima que la parte final haya resultado precipitada, con un tomo más habría sido redonda.


PD: Creo que es obvio, pero por si acaso, lo digo ahora: no voy a poner la serie a la venta. He disfrutado mucho la relectura y quizás en un futuro vuelva a apetecerme volver a sumergirme en los tomos. 

sábado, 25 de enero de 2025

La brujita Mami, de Yumiko Igarashi

Siempre se me acumulan lecturas de aquello que compro o me regalan porque después de hacer la entrada de turno de las adquisiciones, les busco un sitio en las estanterías y espero a que les llegue su momento... y en muchos casos ese momento tarda años en llegar. Como propósito de año nuevo (¿?) me he planteado evitar esto en la medida de lo posible. Ya he reseñado Los artistas no pisan las flores y hoy vengo con este otro tomo que llegó como regalo navideño.

Hasta el momento, de shôjos clásicos (pongamos como fecha anteriores a los 90), no he reseñado gran cosa, sólo un par de tomos únicos (Catarsis y Promesa) y Georgie, serie en la que es dibujante la misma Yumiko Igarashi que realiza este tomo por completo. Ya iba siendo hora de añadir alguna cosa más a esta breve lista, así que hoy incluyo este otro tomo único de 1983.

Argumento

La pequeña Mami Amanogawakouji es una de las niñas más queridas y admiradas entre sus compañeras del colegio sólo para chicas al que asiste. Es simpática, amable, se le da bien el deporte y colabora tanto en las competiciones deportivas como en el club de teatro. Alguien así está claro que puede despertar celos y envidias, como le sucede con Azami Onigashima.

Cuando Mami cumple diez años hace un gran descubrimiento: su madre es una bruja y todas las hijas de las brujas pueden hacer uso de la magia desde que alcanzan esa edad. A partir de entonces puede convertir el agua en hielo, recordar todo lo que lee y cambiar de ropa a voluntad. A su lado tendrá a Damp, un adorable mapache que la ayudará a desarrollar sus poderes. 

Sin embargo, que Mami sea una bruja no pasa desapercibido para Azami, quien también tiene poderes que no dudará en usar para lograr que sea expulsada y quedar ella como la única bruja del colegio. 

Reseña

La obra se titula en el original Magical Mami y se puede englobar en el género precisamente de las magical girl. De hecho, cumple con varios de los elementos más típicos de estas historias: protagonista que descubre que tiene poderes de golpe, mascota mágica en forma de animal adorable, compañero masculino que es un apoyo pero no roba el protagonismo y la lucha contra el mal para que triunfe al final el amor y la amistad. Seguro que se os ocurren no pocas obras, tanto previas como posteriores, que cumplen con (casi) todos los puntos.

El enfoque de la serie es puramente infantil dado que era el público objetivo de la revista en que salió en su momento. Eso no quita que haya algún puntillo que pueda sorprender a quienes ya tenemos una edad y que sea una lectura que entretenga, pero está claro que la autora no pensaba en mi rango de edad cuando creó esta historia. Hay que reconocer que peca de una gran simplicidad y de enormes agujeros de guion, temas que no desarrolla, personajes desaprovechados y final precipitado. Vamos a explicar estos puntos.

Para empezar, la serie es muy simple. Breve introducción, nudo caótico en que no paran de aparecer personajes y suceder cosas a un ritmo endiablado, sin un mínimo de espacio para la reflexión, y final que llega de sopetón y resulta incongruente. Aquí es donde más se nota el público para el que se pensó la historia: peques que requieren de acción continua para mantener la atención sin que les importe la coherencia o por qué tal personaje hace o no hace algo. Por ejemplo, ¿por qué la madre no preparó a Mami para ser bruja? ¿el padre dice que no quiere que ninguna de las dos haga magia y ni madre ni hija le rechistan? ¿Entonces por qué se casó con una bruja? Anda que no era éste un tema para darle una vuelta. Otra: ¿la madre sabe que hay una bruja de poderes oscuros y no toma cartas en el asunto a pesar de algunas cosas muy peligrosas que hace Azami? Y, por cierto, ¿Azami no tiene padres que eviten que use mal sus poderes? ¿O su madre es también una bruja de magia negra y la anima a que haga el mal? Éstas y muchas otras preguntas se puede uno hacer durante la lectura porque la construcción de la trama hace aguas por todas partes. Es un continuo echar la pelota hacia delante sin importar lo que quede atrás.

Luego, las dos protagonistas son terriblemente planas. Mami es buena y maravillosa, Azami es la clásica villana maquiavélica. Con todo, es la segunda la que puede llegar a sorprender por el nivel de las maldades que llega a ejecutar y que ponen en riesgo varias vidas. La niña es una psicópata que sólo para empezar convierte a su profesora en una rana para que la diseccionen en clase. Por eso no me parece apropiado el previsible final feliz en que se redime en un instante (las últimas 5-6 páginas) sin consecuencias para todo el daño que ha hecho. No sé yo si eso es un buen mensaje que lanzar a niñas y niños que lean esta obra.

Queda un último personaje relevante que mencionar: Nagisa. Una chica alta que llega a la clase de las protagonistas pasados un par de capítulos. La chica tiene una afición bastante peculiar (llevar encima insectos) y, además, guarda un secreto que ha sido la mayor sorpresa del tomo. Me gusta la explicación que tiene y cómo lo enfoca la autora, lo que me ha extrañado es que dicho secreto no fuese descubierto y usado por Azami de algún modo. Esto hace que dicho secreto sea, al final, innecesario para la trama del tomo. 

Al margen de la historia, el tomo es un imprescindible si se es fan del dibujo de estilo clásico en general y de Yumiko Igarashi en particular. Ojos llenos de estrellas, expresiones muy cómicas por un lado y muy dramáticas e intensas por otro, e incluso alguna viñeta sorprendentemente terrorífica. También mencionar que ha sido curioso leer a la autora en un género distinto al drama histórico, que es donde hasta el momento yo la conocía.

En definitiva, una historia infantil, con lo bueno y lo malo que eso implica. Da para un rato de lectura entretenida con algunos momentos interesantes, pero la construcción de la trama deja bastante que desear y los personajes carecen de ningún matiz que les dé algo de fondo, son unidimensionales. Una historia sencilla perfecta para iniciar a la lectura en el manga a peques que tengáis cerca, no se le puede pedir más.

lunes, 20 de enero de 2025

Fever, de Park Hee Jung

Tengo tanto pendiente por leer que ni en diez vidas podría ponerme al día, pero al menos vayamos tachando cosas poco a poco. Con esa idea, cogí de la estantería esta serie de cuatro tomos pensando que era una de esas historias que adquirí pero no leí en su momento. De hecho, he acabado la lectura con eso en mente, pero al buscar la entrada en que me hice con ella he visto que comentaba lo siguiente: "Muy satisfecha con la serie, dadle una oportunidad si la pilláis a buen precio". Es cierto que hace más de diez años de aquello, pero para mí ha sido como leer una historia completamente nueva, no recordaba nada de la serie. ¿Esto es algo bueno o malo?

Los años previos al estallido de la burbuja del manga, en concreto entre 2004 y 2009, tuvieron varias apuestas por el cómic de origen surcoreano con estética muy similar al manga japonés. Luego, las editoriales pequeñas que hicieron su entrada en el mercado con estas obras cerraron y las grandes las olvidaron, dejando entre todas un buen número de series sin finalizar. Recientemente, desde 2021, se están volviendo a publicar algunos títulos provenientes de este país. En el caso que nos ocupa hoy, esta serie de cuatro tomos fue publicada por La Cúpula y viendo las fechas de publicación, estuvo a punto de ser una de las que no terminase, pues pasó más de un año entre el 2º y el 3º tomo. Ya os he hablado de otras obras de la editorial como K2: Kill me, kiss me y Angel Shop

Argumento

Fever es lo que tú quieras que sea. Al menos, ésa es la premisa. Un lugar al que adolescentes perdidos, solos, sin un rumbo en la vida pueden ir para encontrar un camino. 

Kim Hyeong In bulle de rabia desde que se marchó su única amiga del instituto en que los profesores se dirigen al alumnado por su número en la lista. Las burlas y menosprecio de sus compañeras de clase a esa chica, Bo Ram, la enfurecen y acaba estallando. Todo empeora cuando ésta le escribe un mensaje diciéndole que sea feliz momentos antes de suicidarse.

Go Kan Dae se ha mudado del pueblo donde vivía a la gran ciudad para perseguir su sueño de ser dibujante de cómic. Para ello vivirá con su tío, el hombre que lleva Fever.

Kang Ji Jun es rechazado una y otra vez, lleva ya más de una veintena de negativas. El alcohol y un carácter explosivo le deparan un mal futuro. Al menos cuenta con Lee Aini, un buen amigo cuya hermana mayor, Airib, una atractiva y carismática presentadora, puede ser su próximo amor no correspondido.

Reseña

Algo de lo que adolecen todas estas obras sungjeong (shôjo de origen coreano) es una narración caótica que, al darse de la mano con traducciones más que dudosas, hace que sea muy difícil seguir el hilo de la trama y entender de qué va la cosa. A Fever le pasa esto mismo. A pesar de que globalmente es una historia interesante que toca temas espinosos y tiene personajes carismáticos, cuesta seguir las andanzas de unos y otros. Con todo, no es la obra más sangrante en este sentido, recuerdo cosas peores, como la mencionada K2.

El primer tomo es tremendamente introductorio, tanto que os lo he tenido que resumir casi entero en el argumento para tener una base que comentar. Para empezar, se nos presenta la historia de Hyeong In, vemos el curioso encuentro con Kan Dae y cómo éste la acaba invitando a Fever, algo que sucederá al final del tomo. Entre medias conocemos Ji Jun y se nos plantea un triángulo amoroso en que éste se enamora de Airib, la hermana mayor de su mejor amigo, Aini, quien, a su vez, puede que sienta algo más que amistad por Ji Jun. El tomo termina una vez se encuentran los tres en Fever, que es el auténtico arranque de la historia. A partir de ahí seguimos la evolución de estos jóvenes y alguno más en ese curioso lugar. Sus problemas y sus esperanzas. Más una historia costumbrista de evolución y desarrollo personal que romántica.

El mayor problema que tiene la serie es que quiere contar más de lo que dan de sí estos cuatro tomos. Si en teoría la historia principal es la de Hyeong In, al final queda como secundaria frente a la subtrama de Ji Jun, que me ha resultado mucho menos interesante porque éste no ha dejado de parecerme un niñato violento e inmaduro. Y en cuanto a Kan Dae, que se suponía que era un protagonista, acaba siendo poco más que mero relleno. A ellos se les suman otros personajes que también habrían merecido un espacio que no tienen. Ni siquiera se termina de tener mucha información de Peter, el hombre que lleva la "residencia" Fever, cómo surgió la idea y la puso en marcha... nada. 

La consecuencia de esto es que tras una buena introducción y dos tomos que van avanzando en las distintas historias, llega el último en que la cantidad de (melo)drama se dispara. Por un lado tenemos la muerte de un personaje que no llegamos a sentir porque no hemos podido conocerlo realmente, por otro tenemos a un tipo retorcido maquinando para conseguir lo que quiere a costa de hundir a uno de los protagonistas y por otro un intento de homicidio. Todo tiene un cierre en falso o precipitado, dejando demasiadas cuestiones en el aire. No sé si esto fue por decisión de la autora o porque la obligaron a ir terminando la serie desde la editorial. Sea como sea, es una pena, el desenlace empaña lo bueno que tenía la historia.

Como ya he comentado en otras reseñas de este tipo de series, el punto más fuerte que suelen tener es el dibujo tan bonito que nos encontramos en las páginas y en las portadas. Los personajes son estilizados, atractivos y con un diseño de vestuario que parecen salidos de catálogos de moda. 

En definitiva, una serie con elementos interesantes en la trama, sobre todo por cómo toca el tema del suicidio, el acoso o la presión social y familiar en una sociedad tan exigente como la surcoreana. Lástima que se hayan quedado hilos sueltos, relaciones a medio definir o con desenlaces que me han parecido poco satisfactorios dado lo atropellado del final. Valorando todo esto y conociendo los puntos débiles, creo que a pesar de todo os puede merecer la pena probar a leerla al menos una vez.

miércoles, 15 de enero de 2025

Los artistas no pisan las flores, de Marco Kohinata

Primera reseña después de tantos meses sin poder hacer una. La verdad es que echaba de menos esto y lo que implica, es decir, tener tiempo para disfrutar de alguna lectura o visionado y poder analizarlo luego. Para ir desengrasándome he optado por un tomo único, mi primera lectura de la última tanda que os enseñé, entre lo que compré y los regalos de Navidad.

El título original de la obra es Artiste wa Hana o Fumanai, un seinen publicado por Milky Way en 2022. De la misma autora y por la misma editorial también se puede adquirir El profundo azul del cielo y, por Ponent Mon, Akari, todos tomos únicos.

Argumento

La Primera Guerra Mundial, la considerada como madre de todas las guerras, llegó a su fin, pero dejó un reguero de muerte, dolor y miseria. 

En los años 30, en un pueblecito francés cercano a la frontera con Alemania, los efectos del conflicto militar siguen muy presentes y la situación no es fácil para casi nadie. Los niños, pese a la dureza del ambiente, intentan vivir con alegría y transmitir su optimismo a los adultos que les rodean, que no suelen tener la misma mirada que ellos.

Momo, Lille, Jean, Alain, Marc... Esta es la historia de un grupo de amigos que confiaban en un futuro feliz y en paz a pesar del duro presente que les había tocado vivir.

Reseña

Siendo sincera, creo que he leído el tomo teniendo unas expectativas demasiado altas que no se han cumplido y he acabado quedándome bastante fría. Intentaré explicarme, porque lo cierto es que objetivamente es un buen tomo, pero subjetivamente ha sido una pequeña decepción.

El tomo se compone de diez capítulos y un prólogo protagonizados en su mayoría por alguno de los niños que se mencionan en el argumento. Son prácticamente historias independientes entre sí salvo por ciertos cruces de personajes entre algunas de las historias y por el capítulo final en que se reúnen todos. Quizás aquí hay un primer punto por el que no he conectado, me ha faltado más interacción entre los niños y una mayor hilazón entre las historias.

Luego, otro punto que me ha parecido algo débil, aunque es probable que haya a quien en cambio le parezca un plus, es que no son tanto los chiquillos los protagonistas, sino que desde su punto de vista se cuentas las historias de adultos que les rodean o el contexto en que viven. 

Además, a pesar de lo dramático de la situación, le falta cierta intensidad y el tono feliz y optimista con el que acaban todos los capítulos en cierto modo chirría y resulta muy poco creíble. Más cuando sabemos que el futuro que tendrán estos niños es muy negro pues vivirán la Segunda Guerra Mundial en poco tiempo. Me lo imagino todo como una burbuja de felicidad falsa y artificial. El tomo no deja de parecer un prólogo para conocer a unos personajes de niños antes de que esa burbuja explote y se les vea madurar y enfrentar lo que inevitablemente está por llegar. Creo que ahí ésta la clave de por qué se me ha quedado cojo.

El enfoque elegido es de puro costumbrismo en el que por rendijas se cuela el drama vivido y pequeñas gotas de lo que está por venir. Toca tan de pasada temas serios que es casi como si no existiesen: la crisis económica, el hambre, la despoblación rural, las secuela psicológicas de la guerra... Sólo hay un capítulo que realmente muestra algo más de intensidad y es el odio a los judíos. Resulta sangrante que no lo aproveche para desarrollar el tema al menos a lo largo de un par de capítulos para darle más seriedad o realismo y una mayor continuidad a la trama, y ni siquiera este capítulo llega a tener un final amargo o agridulce. 

Además de esto, me han sobrado momentos con un toque ridículo o surrealista y algunos personajes absurdos que me han sacado mucho de la lectura. Por ejemplo, la rencilla entre dos cafeterías que están una frente a otra, el padre de uno de los niños haciendo el pino (imagen adjunta) o un travesti que me ha hecho pensar en Psicosis con la frase que suelta al ponerse un vestido de "si soy la viva imagen de mi madre" (y encima va la autora y hace una ilustración de todas las mujeres que salen en el tomo y lo incluye entre ellas... PFFFF... Que será una chorrada, pero a título personal es un tema que me tiene muy quemada).

La autora usa pocos diálogos y deja que su dibujo muy bonito y expresivo hable por los personajes. En general, este recurso funciona bastante bien, pero por momentos habría preferido escuchar más las voces de los protagonistas y tener una voz narradora para ampliar información de modo que no quedase todo un tanto ambiguo y abierto a interpretaciones.

Al menos, a pesar de todo esto que comento, que mayormente ha sido negativo, hay algunos capítulos que me han gustado. Por ejemplo, el segundo, en que Lille, la única niña del grupo, hace de cartera de unas cartas con dibujos de flores; el cuarto, en que el pequeño Alain se esfuerza en trabajar para ganar unas monedas con las que ayudar a su madre; o el noveno, en que se narra cómo se conocieron los padres de uno de los niños en mitad de la devastación de la guerra. Estos capítulos han sido muy tiernos y con varios detalles interesantes.

En definitiva, un tomo que a mi modo de ver peca de un exceso de ingenuidad, de querer ser sólo una lectura bonita sin que todo lo malo del contexto pueda empañar las sonrisas de los niños. No ha conseguido emocionarme, me ha parecido flojo y, en algunos momentos, incluso tonto. Si a la mayoría que lo ha leído le ha dejado con una sonrisa, a mí más bien me ha dejado entre aburrida e indiferente. Al menos algunos de los capítulos cuentan algo más de fondo y por ellos ha merecido la pena la lectura.

viernes, 10 de enero de 2025

Adquisiciones de la recta final de 2024 y regalos navideños

El 2024 ha sido un buen año en lo laboral para mí, pero esto me ha exigido todo mi tiempo y energía desde principios de junio. No era sólo el horario de trabajar dando clases siete horas al día con un único grupo, sino el de preparar dichas clases y todo lo que eso implica en exámenes, trabajos, correcciones y temas burocráticos adicionales. A eso se ha añadido que este tiempo he estado de alquiler en un piso sola, y eso suponía, claro, limpiar un mínimo. Lo cierto es que mi media de horas de sueño al día no llegaba a las 8 horas y porque después de comer dormía una siesta para acercarme a esa cifra. Han sido seis meses agotadores, pero muy satisfactorios.

Pasando al tema de la entrada, por esto mismo que decía, ni siquiera tenía tiempo de ir de compras más allá del supermercado, la farmacia o el chino por cacharros que iba necesitando para un piso que estaba completamente vacío. La excepción ha sido ya en los últimos meses el kiosko que está justo al lado de la farmacia de mi pueblo. Como casi todos los fines de semana empaquetaba y volvía a casa los viernes por la tarde, el sábado o el domingo por la mañana iba a por las medicinas de mis padres o mías y me paraba ahí un momento. Desde que empezó la colección de Isabel Allende, he ido pillando los libros que tenéis a continuación. Es una autora que me encantó en La casa de los espíritus, y aunque tengo ya por casa otros pocos más (que me saltaré para no tenerlos repetidos aunque rompa la colección), quería ampliarla. Como veis en la foto, a la mayoría ni les he quitado el plástico protector.


Los libros que han caído hasta el momento son:
- Largo pétalo de mar.
- Violeta.
- Paula.
- Eva Luna.
- Mujeres del alma mía.
- El cuaderno de Maya.
- De amor y de sombra.
- El viento conoce mi nombre.
- Retrato en sepia.

Lo que sigue es una compra que hice poco antes de acabar el curso del que os hablo. Se organizó un "viaje formativo" (una excursión de las de toda la vida) y después de la parte cultural, para almorzar, fuimos a un centro comercial, así cada cual podría comer en función de lo que se quisiese gastar. Después se les dio un rato para ir de tiendas y yo misma aproveché para ir a la FNAC que había ahí. 


- Georgie, de Mann Izawa y Yumiko Igarashi (completa). Aunque tengo la vieja edición de Banzai (y la reseñé), lo cierto es que era muy mejorable y Arechi nos ha traído una nueva edición en tapa dura e ilustraciones a color que es una preciosidad. 
- Novio absoluto, de Yuu Watase (completa). Otra serie de tres tomos que aproveché para comprar del tirón, que llevaba tiempo pendiente de adquirirla. También tiene reseña.
- Un litro de lágrimas, de Aya Kitô y Kita. Tomo único de una historia que vi en dorama hace años y, la verdad, el título se cumplió. Ya veremos si en este formato también me da la misma llorera que entonces.

Y ya, lo que queda, han sido los regalos navideños, a lo que se suma dinero por parte de algunos de mis familiares.


- PS5 + Final Fantasy VII "Rebirth". En la foto no sale el mamotreto de la consola porque ya la he instalado. No es que tenga mucho tiempo para jugar, pero con lo contenta que quedé con FFVII Remake, tenía ganas de continuar con la aventura.
- La brujita Mami, de Yumiko Igarashi. Tomo único de corte infantil. Lo he leído y le haré reseña en un futuro próximo.
- Los artistas no pisan las flores, de Marco Kohinata. Ídem que el anterior, ya tengo casi lista su reseña.
- Cappuccino, de Wataru Yoshizumi. De lo poco que me faltaba de la autora sin contar su nueva serie. Lo leí hace años por scans y me gustó mucho, ya veremos qué sucede cuando le dé una relectura. 
- Blue Seed, de Yuzo Takada. Hace años vi el anime en el canal Locomotion siendo uno de mis favoritos de los que reemitían por ahí una y otra vez. Tenía pendiente el manga y me gustaría hacer una reseña de ambos formatos en un futuro, a ver si lo cumplo.
- Historias de amor II. Mascara Blues, de Io Sakisaka. Lo cierto es que, con este tomo, Papá Noel se equivocó y me trajo el recopilatorio I que ya me había traído hace un par de años. Nada que no tuviese solución.
- Dos fulares. Técnicamente, iban a servir de regalos para familiares o amistades, pero me gustaron tanto que preferí comprar otras cosas y quedarme con estos dos como autoregalos.

Espero que hayáis tenido unas buenas fiestas y el 2025 haya empezado con buen pie. Por aquí, me temo que no lo hemos arrancado demasiado bien, la cosa anda de veterinarios liada, pero espero que todo se solucione.