martes, 25 de junio de 2019

Midnight Secretary, de Tomu Ohmi

Cuando hace poco reseñé el tomo único El crucero del amor, también de Tomu Ohmi, me picó el gusanillo de volver a releer su serie más conocida. En dicha reseña comentaba la pena que me daba que el josei hubiese desaparecido del catálogo de Ivrea. No llegaron a traer muchas cosas, de hecho, los siete tomos de esta serie fueron su apuesta más extensa en la demografía, que tiene tela. No sé por qué les funcionó tan mal en líneas generales y, por desgracia, es un tipo de obras que ya no se animan a sacar desde ninguna editorial. Ésta y Private Prince fueron de los primeros joseis que leí por scans como paso posterior al shojo y me encantaron, así que lamento terriblemente que este tipo de obras románticas y con un punto picante ya no salgan. 

Argumento

Kaya Satozuka es una secretaria de lo más eficiente que, debido a su aspecto infantil y los prejuicios que éste genera, especialmente en el ámbito laboral, decide "disfrazarse" con un look que sigue al dedillo el estereotipo de "vieja bibliotecaria": gafas (que en realidad no necesita) y un moño muy apretado. 

Como la empleada más preparada que tiene la empresa en la que trabaja la asignan al puesto de secretaria personal de Kyouhei Touma, el director e hijo menor del Presidente. Éste tiene fama de ser un adicto al trabajo... y a las mujeres. Y no pueden estar más en lo cierto los rumores. Al ser presentada a su nuevo jefe, éste estaba tonteando con una despampanante mujer en su despacho. Cuando ésta se marcha, Kyouhei dice que no la quiere como secretaria: no necesita a una mujer tan poco sexy a su alrededor. Kaya consigue convencerle de que le dé una oportunidad y hace tan bien su trabajo que, a regañadientes, no le queda más remedio que aceptarla.

Según pasa el tiempo, algo llama la atención de Kaya: las mujeres con las que el director se acuesta en su despacho salen muy blancas y debilitadas. Pensando que éste puede estar dándoles drogas teme por la empresa en la que trabajan tanto ella como su madre, por el amable gerente y hermano mayor de Kyouhei, Masaki, y por todo lo que podría suponer semejante escándalo. Una noche, cuando éste no está, decide investigar su despacho para ver si encuentra las drogas. Sin embargo, Kyouhei regresa con una mujer y Kaya debe esconderse y aguantar que se acuesten ahí mismo pero, al echar un vistazo pensando en que así verá si la droga, lo que descubre es que ¡Kyouhei es un vampiro!

Tras chuparle la sangre y dejar a la mujer inconsciente descubre a Kaya escondida. Ésta tendrá que guardar el secreto y, dado que es una secretaria tan eficiente, a partir de ese momento también se encargará de organizarle sus "comidas". Kaya no tiene más remedio que aceptar pues éste usa el puesto de su madre como chantaje. No obstante, Kyouhei calma sus temores, si la mantiene a su lado es porque reconoce realmente su buen hacer como secretaria, las horas extras serán adecuadamente retribuidas y, además, no beberá su sangre pues él sólo toma a mujeres refinadas.

Reseña

Hay que reconocer que el tema de los vampiros puede cansar un poco a estas alturas pero no es menos cierto que son unos seres que dan muchísimo juego y que cada autora les da su propio mundo, reglas y características. Vamos por pasos para explicar cómo enfoca cada punto Tomu Ohmi.

En cuanto al mundo de los vampiros, éstos conviven en la sociedad con los humanos. Como se han ido relacionando con humanos de altas clases sociales, son un grupo distinguido y tremendamente poderoso. Forman un clan al que deben obedecer y que a su vez les da apoyo económico, médico y de todo tipo. Los vampiros adquieren compromiso de relacionarse sólo con humanos que les den algún tipo de beneficio para el clan. Encariñarse es tabú y engendrar descendencia con uno que no tenga nada que aportar, motivo de menosprecio. 

En lo que a características se refiere, les puede dar el sol pero les debilita, por lo que a menudo son tomados como humanos con alguna enfermedad de la piel. Sólo pueden beber sangre de humanos del sexo contrario, además, al llegar al orgasmo, se mejora "el sabor" de su sangre, por lo que tenemos la base (habrá quien diga que es la "excusa") para las escenas eróticas. Chupar la sangre no convierte a los humanos en seres no muertos, sino que los vampiros nacen de la relación entre una persona humana y otra vampira pero nunca como mestizos sino puramente una cosa u otra. Así pues, los humanos seríamos fuente de alimento y de procreación, por lo que nos necesitan lo mismo que nos desprecian. Somos herramientas y, por tanto, sentir afecto por una herramienta es una vergüenza para un vampiro. Saber esto es clave para comprender al protagonista.

Kyouhei se puede describir con varias palabras pero la principal es orgullo. De hecho, os hartaréis de leerla a lo largo de la serie junto con altivo o arrogante. A consecuencia de la decisión que tomó su madre vampiresa, sufrió el rechazo del clan y esto le llevó a ser el más orgulloso de todos los vampiros, a esforzarse más que nadie en mejorar la empresa de su padre para así satisfacer al clan. Lo máximo que "ofrece" a los humanos es reconocimiento por trabajo bien hecho y confianza.

En referencia a esto quiero comentar una cosa pues he leído bastantes reseñas que hablan de machismo en la obra y de que Kyouhei es un abusador y... en fin. Para empezar el protagonista es un vampiro que necesita sangre de humanas para sobrevivir. Todas las chicas con las que está disfrutan de lo lindo con sus encuentros y jamás son forzadas a nada. En un momento de la serie Kyouhei llega a decir que "No pienso rebajarme a estar con una mujer que no me desea". Nunca pone un dedo sobre una mujer que no quiera y cuando acaba bebiendo la sangre de Kaya ésta es la que se ofrece voluntariamente ¿Es orgulloso?, sí, ¿es algo capullo?, pues también, pero no es un "machista". 

Por su parte, Kaya es una chica que lo que desea más que nada es sentirse valorada en su trabajo después de que su aspecto le pusiera las cosas difíciles para lograr ser respetada. Y eso lo hace Kyouhei. Hay quien puede ver la obsesión por el trabajo de la chica como excesiva, desproporcionada. Quisiera recordar que hablamos de Japón y parece innecesario mencionar la dedicación al trabajo y a la empresa que tiene esta gente. Cuando descubre que su jefe es un vampiro entiende que organizar las comidas es otra tarea más. Cuando éste se debilita accidentalmente y no hay posibilidad de contactar con una de sus amantes habituales, ella le da su sangre para salvarle como quien le haría un boca a boca. La cosa es que acaba usando de excusa el "deber de secretaria" para engañarse a sí misma cuando empieza a sentir algo por él. Es una chica racional, sopesa los pros y contras de tener una relación con su jefe, con un vampiro. Suponiendo que nunca será amada y que quizás acabe siendo otra mujer que acabe desapareciendo de su vida, elige estar con él laboral y físicamente. Así lo dicta su corazón pero también su mente.

Y aquí volvemos a Kyouhei que, como es evidente, acaba enamorándose de Kaya. Pero no es algo inmediato, claro. Pasa de minusvalorar a su secretaria nada sexy a respetarla, luego admira su devoción por protegerlo y ayudarle hasta el punto de ofrecerle su sangre en casos de emergencia y, poco a poco, se va prendando de ella. Si Kaya se autoengaña diciendo que es su "deber de secretaria" darle su sangre, Kyouhei hace lo mismo con la excusa de que su sangre tiene un sabor especial al que se ha hecho adicto sólo para ocultarse a sí mismo que en realidad la ama. Recordemos que es un vampiro, no sólo ha crecido con la idea de despreciar a los humanos y usarlos, por lo que reconocer que la ama resultaría algo inconcebible con todo lo que es. Por otro lado, necesita la sangre de mujeres para sobrevivir. Kaya, por si sola, no podría suministrarle la sangre que debe tomar así que debe continuar con sus citas... hasta que encuentre la solución que, a ojos de los vampiros es la mayor degradación posible, por no hablar que es hasta desagradable y no tan nutritiva como beber sangre humana. Él, tan orgulloso, va cambiando por una simple humana.

Para quien se queda en la superficie, la relación de estos dos no pasará de la del clásico tipo dominante con la chica que se entrega tontamente. Para quien quiera leer en profundidad descubrirá a una pareja de dos mundos muy distintos que se van aceptando mutuamente por más que sufran por el camino. Sin poderlo evitar y luchando contra ello, se van enamorando poco a poco. Es una relación de lo más tierna que evoluciona de maravilla.


Por mucho que la serie me guste mucho, lo cierto es que tiene un par de defectos a comentar. El primero es más banal y es que tal vez sea como estrategia para quienes se limitan a leer revistas en Japón y no llegan a comprar los tomos, pero resulta redundante en la información y reflexiones que nos da. Tiene casi cada capítulo recordatorios de quién es quién, cómo es de aplicada Kaya en su trabajo o cómo son los vampiros de esta autora. Hay que reconocer que esto puede llegar a cansar porque parece que no se avanza al darle vueltas a las mismas ideas. 

El otro punto negativo ya sí que duele más y es su desenlace. Como tal no está mal pero deja abiertas cuestiones importantes a la imaginación de cada cual. Hay un detalle curioso al respecto de las contraportadas. En cada tomo salen Kaya y Kyouhei, al principio de espaldas, pero según avanzan los tomos se van girando hasta acabar en un beso en el último. No sé si es que la autora se comprometió a esos siete tomos y no tuvo oportunidad de alargarlo o ella decidió el final así. Sea como sea, se queda demasiado abierto para mi gusto.

La serie tiene tres extras repartidos en diversos tomos. En uno se explica un poco el pasado de Kaya en lo que se refiere a cómo tomó su decisión de cambiar su aspecto para trabajar y lo que le supuso en el terreno personal. Luego hay un segundo extra muy curioso desde el punto de vista de la gata de un secundario que no aporta gran cosa pero... ¡gatos! El último, Midnight Butler, es más interesante ya que toma de protagonista a Marika, una vampiresa amiga de Kyouhei que, tras mucho criticarle, acaba entendiendo las decisiones que éste llega a tomar cuando se cruza con un humano muy peculiar. No deja de ser una versión muy resumida con los papeles cambiados de la serie principal. Aunque me ha gustado, no negaré que habría preferido que el espacio que ocupa se lo hubiese llevado un epílogo que nos resolviese algunas dudas del futuro de la pareja protagonista.

Creo que para ser una serie de siete tomos, la reseña ya me ha quedado bastante extensa, así que la dejo por aquí. Kyouhei tendrá rasgos que se pueden rechazar, pero su personalidad tiene sentido, es coherente y su evolución es magnífica. Kaya es una gran protagonista no sólo por mostrar su determinación en el trabajo sino porque tiene carácter sin por ello dejar de tener sus flaquezas que la hacen humana. La pareja y su progresivo acercamiento es una dulzura que no quita que tenga sus momentos amargos. En definitiva, una preciosidad de josei que no deberíais dejar pasar si sois capaces de ver más allá de lo que a priori parece un montón de tópicos.

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