sábado, 30 de julio de 2022

R y Julie, de Isaac Marion

Después del desastre de mi anterior lectura, me decidí por un libro que había tenido críticas muy positivas en su momento y que siempre me había despertado la curiosidad. Incluso recuerdo haber leído el inicio en la muestra gratuita que colgó la editorial y me llamó todavía más. Así, años después, al fin ha tocado el turno a este libro. La cuestión es que, entre medias, ha dado tiempo a que hicieran una película, Memorias de un zombi adolescente (que no he visto aunque lo cierto es que cada vez que veo el tráiler más me pica para hacerlo), y, lo peor, secuelas. Me cansa mucho que libros que están pensados como individuales, de repente, por el éxito, sean estirados cual chicle. Pues estas continuaciones, que no han llegado a salir en español, son The burning world (2017) y The living (2018), además de The new hunger (2013) que funciona como precuela del primero que os reseño hoy y que, por situaros, salió en 2010.

Argumento

El mundo que conocemos ha dejado de existir. Tras años de guerras, destrucción y malas decisiones, todo ha desaparecido quedando en su lugar ruinas y apenas reductos de resistencia humana. Y como colofón a los actos que han generado este desastre, una plaga ha provocado que los muertos se levanten de sus tumbas. Todo el mundo tiene este mal así que, ya sea por mordedura de estos seres o cualquier otro tipo de muerte, salvo que se destroce el cerebro, al morir, el destino es levantarse convertido en zombi.

R es un zombi que ya no recuerda nada de su vida pasada, ni siquiera su nombre del que sólo tiene la impresión de que empieza por esa letra. "Vive" en un aeropuerto con otros cientos de muertos entre los que destaca su amigo M. Junto a otros de su clase salen a cazar carne humana de los vivos que quedan para poder seguir "viviendo".

Sin embargo, algo cambia durante una de esas cacerías. R y otros muertos encuentran a un grupo de jóvenes y consigue alimentarse de uno de ellos. Es entonces cuando un aluvión de imágenes se apodera de su mente y comienza a ver el pasado del joven, Perry, a través del cual conoce a Julie, su novia. De alguna manera, su consciencia despierta y siente que debe proteger a Julie por encima de todo. La cubre de sangre de zombi para tapar su olor y se la lleva, en estado de shock, al aeropuerto. Ese lugar no es seguro para ella y tendrá que irse antes de que la descubran otros zombis y quieran comérsela, aunque para entonces algo parece haber surgido entre ellos.

Reseña

R y Julie es un libro de género zombi pero hay que reconocerle algo y es el punto original que tiene, la vuelta de tuerca que le da a estas criaturas. No son meros cadáveres andantes que sólo tienen el impulso de comerse a los vivos. Los zombis de esta historia aún mantienen cierta capacidad de hablar, se estructuran en algo parecido a una sociedad con roles como cazadores o profesores de zombis pequeños que no han desarrollado instinto de caza, además de rituales como "matrimonios". En esto, claro, hay grados, y los hay que tienen algo más de consciencia y los que menos, los que por algún motivo se pudren antes y los que tardan más. Es muy surrealista el planteamiento, desde luego. Si se le quiere dar una oportunidad al libro al menos hay que abrir la mente en este sentido y no aferrarse al concepto purista de lo que son estos seres. No obstante, ya os digo yo que no es lo más raro que tiene el planteamiento de la historia.

Un poco relacionado con esto plantea algo interesante: el porqué comen seres humanos. Y es que necesitan la vida de los que devoran para seguir moviéndose. Además, el premio gordo son los cerebros que, al comerlos, les permiten tener destellos de la vida de esa persona y recordar lo que era estar vivo por unos instantes.

Me parece interesante destacar que, aparte de los zombis como tal, hay otra clase de zombis, los "huesudos", aquellos que ya no tienen carne apenas y son muy perturbadores. Algo así como zombis veteranos que parecen tener una inteligencia superior y saber más de la plaga que nadie. Todo lo que los rodea es misterioso y un tanto escalofriante.

Con esta propuesta de zombis diferente a lo habitual tenemos de protagonista a R que cuenta la historia en primera persona. Sí, estamos dentro de su mente todo el rato y resulta ser todo un filósofo. Realmente, lo más interesante del libro es todo el conjunto de reflexiones que se hacen al respecto de la vida, los recuerdos, la personalidad, el mundo, la música... Esto, junto a la prosa del autor, poética y profunda, hacen una lectura reflexiva y preciosa por momentos.

Por otro lado, el autor hace su particular homenaje a Romeo y Julieta, de William Shakespeare. Están los guiños en los nombres (R - Romeo; Julie - Julieta; M - Mercurio; Perry - Paris), el amor imposible (familias enfrentadas vs zombi x humana) y alguna escena que puede traer reminiscencias al clásico como la del balcón. Supongo que habrá quien considere una herejía y un horror mezclar zombis con esta historia. Aún así, recuerdo que ya hicieron algo similar con Orgullo y Prejuicio añadiéndole zombis a la trama, una ya está curada de espanto. Al menos aquí son meras referencias. Sea como sea, tenemos un romance extraño entre un zombi filósofo y una humana que me ha dejado bastante igual. Julie la verdad es que no destaca especialmente, aunque tiene algunos buenos momentos que no le niego.

Con estos elementos, a cada cual más extraño, tenemos un desarrollo que, me temo, va de más a menos. El planteamiento inicial, lo original de tener al zombi como protagonista, es lo que engancha y es un inicio sorprendente y bastante bueno. El problema es cómo evoluciona todo, volviéndose algo aburrido y lento de más en la parte intermedia y con un giro cursi demasiado fantasioso de cara al desenlace. Van destripes. Al final la plaga zombi no es, como siempre se ha planteado, un virus extraño sino que resulta ser una maldición para los humanos por haber destruido el mundo, un castigo. Una maldición que, oh, sorpresa, rompe la pareja protagonista con el poder de su amor. Y si no era todo bastante raro, tras besarse al final del libro, R vuelve a ser humano, le palpita el corazón y sangra con sangre roja. Y no sólo él, con el amor de la pareja otros zombis empiezan a "deszombidificarse". ¿Por qué? Ni idea, nada tiene explicación. Así, el libro se convierte en una fábula, un cuento con enseñanza, pero demasiado extraño y carente de explicaciones. El autor deja las cosas en el aire porque supongo que no podía dar nada mínimamente coherente para intentar dar sentido a lo que no lo tiene. No sé si en las secuelas lo hará pero dado que la segunda parte salió siete años después del primero, algo me dice que sólo pretendía estirar una trama cerrada. Lo voy a considerar como lo que era originalmente, un libro único, y voy a ignorar la existencia de las continuaciones. Se puede hacer sin tener la sensación de que al libro le falte algo.

Otro detalle que escama es lo fácilmente que se perdona y se asimila que R se comiese a Perry. Nadie se lo tiene en cuenta, ni siquiera el mismo Perry en sus ¿diálogos? mentales con R. Ni Julie. Ni Nora, amiga de ésta. Encima hasta se justifica porque él había tirado la toalla con respecto a ese mundo tras la muerte absurda de su padre.

Me da un poco de pena el regusto agridulce del libro porque tiene la enorme virtud de ser original, algo muy difícil en estos tiempos, además de contar con un buen inicio, interesantes reflexiones, toques de humor negro muy divertidos y las justas escenas macabras para recordar el tipo de seres que son los zombis. Sin embargo, según avanzaba, más cosas chirriaban, más absurdo era todo y más forzado me parecía el punto al que quería llegar el autor. Con todo, por la prosa y por conocer a un zombi tan peculiar como R bien ha merecido la pena darle una oportunidad. 

lunes, 25 de julio de 2022

Inconsciente, de S.C. Stephens

Hacía tiempo que no me encontraba con un bodrio de semejante categoría como el que os reseño hoy. Su lectura ha sido una tortura y lo he terminado por pura fuerza de voluntad y un poco "por mis ovarios que esto yo lo acabo". El truño en cuestión, además, se ha hecho eterno en parte porque superaba las 600 páginas. He tardado casi una semana en leerlo cuando han caído tochos incluso mayores como Lo que el viento se llevó o En la tierra del fuego en apenas un par de días. Y lo más divertido (no), es que es el primero de una trilogía al que siguen los libros Imprevisible e Imprudente. Además, cuenta con no uno sino DOS libros extras que, ¡oh, la originalidad!, narran los hechos de los dos primeros libros desde el punto del vista del protagonista masculino. No han salido en español, así como tampoco un ¿spin-off? dedicado un personaje secundario, precisamente el más odioso de todo el libro por encima incluso de la protagonista y ya es decir. Sobra decir que no voy a leer ninguno de los que quedan.

Si alguien leyó el libro y le gustó, que no lea la reseña porque lo voy a poner a parir. Y quien sienta un poco de curiosidad por él y piense leerlo en un futuro, que tampoco la lea porque van a caer destripes a cascoporro. Dicho esto, empecemos.

Argumento

En los dos años que lleva de novia de Denny, Kiera cree que ha encontrado al hombre que siempre ha deseado. Es entonces cuando ambos se mudan a Seattle para empezar a vivir juntos. Denny ha encontrado el trabajo de sus sueños y ella se inscribirá gracias a una beca en una universidad de alto nivel. Todo parece perfecto porque además se alojarán en un apartamento a un precio muy asequible gracias a Kellan Kyle, amigo de Denny y estrella local de rock, que les deja una habitación para ellos. Además, en el bar donde éste suele tocar con su banda, los D-Bag, están faltos de personal, así que Kiera consigue trabajo de camarera nada más llegar. 

Sin embargo, la felicidad de Kiera se ve sacudida cuando a Denny le piden que vaya a otra ciudad por su trabajo durante dos largos meses. Kiera se siente confundida, necesitada de afecto, y Kellan llena el vacío que la partida de Denny ha dejado. Al principio, él se comporta como un amigo que puede reconfortarla, pero a medida que la soledad de Kiera crece, su relación con Kellan se vuelve cada vez más profunda. De pronto, una noche, todo cambia, y ninguno volverá jamás a ser el mismo. Ahora Kiera debe elegir entre el amor que siente por Denny y la pasión arrebatadora que le promete Kellan.

Reseña

Retomando lo que ya he dicho, sí, un libro de más de 600 páginas para tratar un mísero triángulo amoroso. Todo el maldito libro gira en torno a ello. Lo único diferente que se puede considerar que tiene es que no es un triángulo casto en que la protagonista duda entre uno y otro pero manteniéndose fiel con el que en ese momento está. Aquí al pobre Denny le crecen unos cuernos tamaño alce y, en cierto modo, a Kellan también le salen porque ahora se acuesta con uno, ahora con otro dejando entre algunos de los escarceos apenas unas horas de separación.

El tema de la infidelidad es alrededor de lo que gira toda la historia pero está tratado de una forma pésima. No hay reflexión, no hay profundización... todo es "ahora uno, ahora otro, un poco de culpa, un poco de no saber qué hacer, tratar mal a uno de ellos" y vuelta a empezar. No me habría molestado el tema de haber sido tratado con un mínimo de madurez y seriedad, pero es todo el drama por el drama y la búsqueda del morbo. Por situaros, en los dos meses en que está fuera Denny, Kiera tarda nada y menos en empezar a hacer arrumacos "inocentes" con Kellan. Luego, a Denny le dan la buena nueva de que le van a ascender aunque tendrá que quedarse en la otra ciudad dos años, a Kiera se le cruzan los cables, le dice que han roto, se emborracha y se acuesta con Kellan. Y ya todo cuesta abajo sin frenos a partir de ahí.

A esto se suma que el libro es largo, el desenlace del triángulo amoroso es previsible desde la primera página y se hace ABURRIDO. Vueltas y más vueltas sobre lo mismo haciendo a los personajes cada vez más odiosos e insoportables.

Personajes. Kiera. La protagonista que narra en primera persona todo el maldito libro. Una tía inconsciente, insufrible, indecisa, insoportable, inmadura, insulsa, insensible... Vale, se me han acabado las palabras con in-, pero aún me quedan calificativos: egocéntrica, cruel, egoísta, posesiva, absurda... Es una plañidera incapaz de tomar una decisión y aceptar las consecuencias de sus actos, una drama queen de primera categoría que no sabe estar sola ni cinco minutos, un saco de hormonas andante sin cerebro que lleve el timón y que sólo sabe usar sus escasas neuronas para buscar excusas y mentir. Oh, y la chica se sonroja. Mucho. Cada maldito capítulo se sonroja. Más aún, se sonroja cada pocas páginas. Y encima, después de estar en su cabeza más de 600 páginas, sigue siendo unidimensional. Todo en su mente gira en torno al trío. No sabemos nada de sus gustos, aficiones, intereses, opiniones sobre temas más o menos polémicos o políticos... Tiene más de 21 años, está haciendo una carrera y se supone que es lo bastante inteligente para haber conseguido una beca, no tiene ni idea de qué hará al terminar, y no le importa lo más mínimo. Ni una mínima reflexión sobre su futuro o su vida. Ni una pizca de interés por las personas que la rodean. Es odiosa con Denny. Es odiosa con Kellan. Es odiosa hasta con su hermana Anna. Lo divertido (no, de nuevo) es que se enfada porque la llaman p*ta pero ella es la primera que piensa mal de cualquier mujer que se acerca a Kellan. Un encanto, ¿verdad?

Pasando a los chicos, por si lo dudáis, aquí el protagonista es Kellan y eso lo sabemos desde el principio. No hay ninguna duda de que acabará con él. Reúne el combo básico de vocalista de una banda de rock, guaperas, ligón y pasado trágico. Es Sakuya, de Kaikan Phrase, e incluso sus pasados trágicos tienen cierto parecido. La autora se esfuerza y mucho porque nos enamoremos de él y de su perfección a través de los ojos de Kiera pero, aunque al principio podía resultarme atractivo, según avanza el libro no he podido evitar despreciarle también a él. Traiciona a su mejor amigo una y otra vez, es otro cobarde incapaz de hablar claro mintiendo cada vez que abre la boca, tiene un punto violento en que no acepta un "no" o un "basta" (sí, casi viola a Kiera y encima ello lo justifica porque aunque su boca decía que no, su cuerpo decía que sí), llama p*ta a Kiera y trata a las demás mujeres como objetos. Pobrecito él, que busca cariño y sólo lo quieren por su cuerpo. Ni que se hubiese molestado en intentar conocer a alguna de las chicas con las que se acostó. Joder, se enamora de Kiera porque le dio tiempo a conocerla un poco antes de acostarse con ella. Que me lo vendan como quieran, es un miserable y, mira, por ahí hace la pareja perfecta con la traidora de Kiera, quien por cierto también se pasó las negativas de él a tener sexo por el arco del triunfo en cierta ocasión. Un romance tóxico, sin más.

Y queda Denny, el pobre desgraciado al que apuñalan por la espalda una y otra vez las dos personas que más quiere. Sus rasgos definitorios son ser australiano, lo que al parecer le marca mucho el acento, y su "sonrisa despistada". La autora hace con él un "de bueno que es, es tonto". Y ahí su pega. Es demasiado ingenuo y está demasiado ciego. No resulta creíble, me temo, que no se oliese la tostada mucho antes. Encima, para que le podamos odiar un poco a él también, cuando lo descubre todo entra en modo berserker y está a punto de cargarse a Kellan a golpes y a Kiera por interponerse en una patada dirigida al otro. Y todavía tiene que dar gracias de que no le denunciasen a la policía. 

Al menos, lo cierto es que los secundarios, para el poco peso que tienen, no están mal. Jenny, compañera camarera de Kiera, es quizás el único personaje con dos dedos de frente y demuestra estar hasta el higo de sus bandazos e indecisión así como de tener que sacarle las castañas del fuego en más de un momento. Yo habría aguantado mucho menos a esa idiota. Luego están los miembros de la banda, que podrían haber tenido un peso algo mayor, aportando algo, pero no. Evan parece el más maduro y sensato y es de lo poco salvable junto a Jenny. Luego está Matt, que no aporta nada. Y queda el que más destaca, Griffin, pero por ser el más odioso: un salido asqueroso (casi al principio del libro presume de haber metido su botellín de cerveza -juro que no sé si era literal o una metáfora de sus partes- a una chica que iba muy borracha... en serio, y nadie le recrimina nada *vomito*). Y Kiera, que le odia por ser un cerdo, con tal de que su hermana Anna no se fije en Kellan, le habla bien de él. Que Anna es la versión femenina de Griffin, pero no me veo yo empujando a alguien a quien quiero hacia un ser despreciable. Pero Kiera es así, una egoísta insoportable. Y ya, ahí se acaba el elenco. ¿Pero no va Kiera a la universidad? ¿Es que allí no hace ninguna amistad? JA! No. Sólo se mencionan chicas que se le acercan para preguntarle por Kellan. Ni trabajos en grupo que la obligasen a socializar, ni grupos de estudio... Nada.

Este maldito libro debería haber terminado con Kiera sola. Ni al final es capaz de elegir con quién quiere estar, se pasa el libro como en un partido de tenis girando la cabeza de un lado a otro. Es una inmadura incapaz de dar un paso. Ni se sincera con Denny antes de que les pille, ni es capaz de mantenerse alejada de Kellan (lo del "flirteo casto" que se llevan en cierto tramo del libro es un insulto a la inteligencia). Al final, la decisión la toman los chicos por ella. Qué inutilidad de personaje. Y encima se describe a sí misma como una pobre chica inocente con su corazón dividido que sufre mucho cuando es el egoísmo personificado. No es que su corazón esté dividido, es que no tiene. Sólo tiene hormonas revolucionadas por el lado de Kellan y deseo de mantener la seguridad y tranquilidad que le aporta Denny. En el fondo le da igual lo que sufran los chicos, por ella habría seguido con ambos al mismo tiempo hasta el final de los días.

Un detalle negativo extra es que en ningún momento se dice que toman medidas de protección durante el sexo. Kiera se acuesta con los dos y Kellan a su vez también se acuesta con otras muchas mujeres durante un tiempo. Es un milagro que la muy idiota no se quedara embarazada de uno, del otro o de los dos (es médicamente posible) o que no acabasen todos con enfermedades de transmisión sexual. Todo bien en esta joya de libro.

¿Y qué decir de la narración? ¿Hace falta que diga algo? Las escenas de sexo están bien narradas, el resto no vale dos duros. Escritura pobre, falta de recursos, nula originalidad, ninguna chispa especial... Sólo le reconozco haber sido capaz de estirar tanto un chicle que no daba de sí para 600 páginas. Tiene mérito, la verdad. Bueno, y más mérito tiene seguir estirando el chicle con dos continuaciones, retellings y spin-off.

En definitiva, un libro horrible por su protagonista femenina, por ignorar la gravedad de hechos como intentos de violación o de asesinato, por aburrido, por un elenco unidimensional y por previsible. Carece de tensión real y de un mínimo de profundización. De verdad que me he hinchado a leer reseñas y todas lo ponen de maravilla salvo un puñado de comentarios en Goodreads (me quedo con éste). Entiendo el concepto de placer culpable y para mucha gente este libro entrará en esa categoría, pero para mí ha sido una completa tortura.

miércoles, 20 de julio de 2022

Un viejo que leía novelas de amor, de Luis Sepúlveda

El otro día me puse de limpieza y a ordenar las estanterías de libros. Picadas que le dan a una muy apropiadas para días de calor de verano, claro. En fin, que en ésas estaba cuando este libro del que os hablo hoy salió a relucir. No recordaba nada de su trama. Sólo tengo el vago recuerdo que fue una lectura de la época de instituto que no me disgustó y que tuve cierta buena mano al elegirlo entre tres opciones que dieron ese curso. Me quedo con la curiosidad de cuáles eran las otras dos pues ya no me acuerdo, sería un milagro si lo hiciera. El caso es que al ser corto, menos de 140 páginas y con un tamaño de letra bastante aceptable, pensé que me daba para la lectura de esa noche del tirón y así fue. Veamos qué tal el reencuentro.

Por cierto, al ir a investigar un poco he descubierto que el autor falleció recientemente, en 2020, a causa del maldito Covid. Valga esta entrada como homenaje y, quizás, para darlo a conocer a alguien que le pueda interesar alguna de sus obras.

Argumento

Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región del los shuar, también conocidos como jíbaros. Con ellos aprendió a conocer la selva amazónica y sus leyes, a respetar a los animales y a los indígenas. Entrando ya en su vejez, ahora su pasión es la lectura de novelas románticas que le trae dos veces al año el dentista Rubicundo Loachamanín cuando va a sacar dientes podridos a esa zona perdida.

Terminando una de esas visitas, llegan un par de shuars en canoa con el cuerpo de un forastero. Aunque el orondo alcalde enseguida les culpa de la muerte para robarle, Antonio no tarda en indicar que son zarpazos y dientes lo que ha acabado con su vida. Entre sus cosas descubren cachorros de tigrillo muertos y la conclusión es evidente: la madre le dio caza y mató al furtivo. Pero no quedará contenta ahí y la tomará con todo humano que se le cruce. La experiencia y los conocimientos de Antonio serán necesarios para detenerla a pesar de que no puede hacer más que maldecir a sus congéneres incapaces de respetar esa maravillosa selva.

Reseña

No creo descubriros nada si os digo que no es mi tipo de lectura pero no me ha disgustado el reencuentro. Tengo mucho peor recuerdo de Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, que fue una lectura obligatoria, ahí ya no pude elegir, y me resultó muy desagradable.

Algo que comparten las dos obras, no obstante, es la crudeza. No creo que lleguen al nivel de catalogarse como lecturas "gore", pero tienen varios momentos que te revuelven el estómago a poco que visualices lo que están describiendo. Además, ambas historias reflejan lo peor del ser humano y, la verdad, ya bastante miseria hay en el mundo que vemos a diario en las noticias.

De todos modos, como digo, es una buena lectura. La obra es todo un alegato de respeto al Amazonas, lo que incluye su naturaleza, sus animales y sus tribus. Conocer algo más de este fascinante mundo bien merece la pena y más sabiendo que el autor estuvo en contacto con los shuar. Es inevitable identificarse más con las tribus indígenas, puros y nobles, que con los destructivos colonos, rastreros e ignorantes. Además, el protagonista, un hombre a caballo de ambos mundos, resulta muy interesante en su integridad, en su afición por las novelas románticas con las que aleja el fantasma de la soledad a su vejez y en el relato de su vida que hace rememorando sus distintas etapas.

Algo de lo que peca es, no obstante, el pésimo tratamiento que tienen las mujeres en la historia, que ni pinchan ni cortan en toda la obra. Antonio tuvo una esposa que falleció cuando se mudaron a la selva como colonos con nulo éxito y eso fue lo que acabó derivando en abandonar ese lado de la civilización para vivir cada vez más tiempo con los shuar hasta que tuvo que dejarlos no por deseo propio. Lo poco que sabemos de ella es por los recuerdos que tiene él, pero en ningún momento esos recuerdos tienen un mínimo de profundidad.

En definitiva, algo más largo que un cuento, este libro es un magnífico acercamiento al Amazonas y sus gentes. La historia es sencilla y, si no fuese por la cantidad de momentos desagradables que tiene, sería una delicia. De todos modos, me quedo con el mensaje ecologista por un lado y por el amor a la lectura por otro.

viernes, 15 de julio de 2022

Rojo feroz, de Jackson Pearce

Hace ya bastantes años reseñé Tres deseos, también de Jackson Pearce. Aunque me gustó, no dejaba de ser una lectura sencilla sin nada muy especial, algo esperable siendo la primera novela de esta autora. Tiempo después también sacaron su segunda obra, ésta de la os hablo hoy. Leí tantas reseñas, la mayoría poniéndolo como aceptable como mucho, que no me animé a pillarlo hasta que en 2013, en Círculo de Lectores, seguramente por librarse de stock acumulado, lo pusieron de oferta a 7,5€. Por ese precio bien merecía darle una oportunidad que se ha retrasado hasta el día de hoy.

Cabe mencionar que, desde la publicación de este libro, no han vuelto a salir en España más de sus trabajos. Precisamente, con Rojo Feroz inició una saga de cuatro libros basados en retellings de cuentos de hadas, algo que siempre tiene su punto de interés. Los siguientes están basados en Hansel y Gretel, La Sirenita y La Reina de las Nieves. De todos modos, éste se puede leer de manera independiente, imagino que como el resto. Si queréis saber más, os dejo la web de la autora.

Argumento

Siete años atrás, Scarlett y Rosie March eran dos niñas, dos hermanas, que crecían con su abuela sin más preocupación que una madre ausente. Sin embargo, un día, un vendedor de cítricos apareció en su puerta y todo cambió. El hombre se transformó en un fenris, un lobo, asesinando a la anciana. Scarlett consiguió esconder a la pequeña Rosie bajo la cama y la defendió como pudo, pero el ser se llevó su ojo derecho y le dejó otras horribles cicatrices.

El tiempo pasó y ambas aprendieron a luchar contra esos hombres lobos, sobre todo Scarlett, quien transformó la caza en toda su vida, un deber para evitar que otras jóvenes muriesen en las garras de estos seres. Su vecino, Silas Reynold, unos años mayor que ellas, es su socio de cacería, pero se marchó a San Francisco todo un año. Ahora que ha vuelto, su llegada coincide con un aumento de fenris que parecen estar buscando algo más que jóvenes a las que devorar.

Reseña

De lo poco que recuerdo de Tres deseos, argumentalmente, esta obra es superior a aquella pero, en cambio, le falta el encanto que tenían sus personajes, al menos el Genio. Creo que ésta es la clave por la que las reseñas de Rojo Feroz siempre han sido tirando a flojas.

La trama tiene su interés, no lo voy a negar: la relación entre dos hermanas que en principio eran muy parecidas pero se va viendo que en realidad no lo son tanto; la caza de hombres lobo, aquí llamados fenris; el misterio de qué es lo que están buscando; y la relación con Silas de las dos. Los elementos para funcionar están ahí. Además, el tema de dos hermanas cazando seres de fantasía en el mundo actual me recordó inevitablemente a Sobrenatural y no descartaría que algo de inspiración le venga de ahí, que el libro es de 2011 y la serie empezó en 2005. Metes en la coctelera dicha serie, el cuento de Caperucita Roja y algunos clichés de las novelas juveniles... y voilá.

El desarrollo intenta sorprender pero, en general, toda la historia es muy previsible. Aparte del trío protagonista, no hay apenas personajes con nombre que salgan como para tener un papel, así que vemos venir lo que va a ir pasando con antelación. Tampoco suma que hay ciertas incongruencias con el planteamiento de los fenris (¿por qué sólo hombres lobos comiendo mujeres y no hay mujeres lobo? ¿de dónde surgieron? ¿algo de mitología sobre los alfas?), con la falta de ingresos para que las dos hermanas subsistan (habría bastado decir que la madre ausente al menos les ingresaba una cantidad periódica) o que la acción está narrada algo confusa, así que en las cacerías no está muy claro lo que sucede.

Salvo por el prólogo y el epílogo, el libro está narrado alternando en los capítulos el punto de vista de cada una de las hermanas, por lo que, llegado al final, conseguimos entenderlas bastante bien. Si al principio la fuerza y determinación por hacer el bien de Scarlett es lo que le da muchos puntos, esto evoluciona hacia la obsesión enfermiza con pensamientos muy egoístas. En cambio, la anodina Rosie sorprende en la recta final desarrollando su propia personalidad. Silas, por su parte, es el aburrido chico perfecto y encantador de la literatura juvenil, más plano que un folio, pero al menos no tiene nada de negativo como tal.

En definitiva, que no vale la pena enrollarme más, un libro entretenido para pasar un par de tardes de lectura. Tenía un potencial que no terminó de explotar y unos personajes con los que veo difícil encariñarse. Supongo que como recordaba lo que se había dicho en las reseñas que leí en su día, las expectativas eran muy bajas, así que quizás por eso lo he podido disfrutar a pesar de todos sus puntos débiles.

domingo, 10 de julio de 2022

Downton Abbey

Hace no mucho, en TVE terminó de emitirse la serie completa de Downton Abbey. Estuvieron poniendo los capítulos en la sobremesa y, salvo alguno que me salté y tuve que ver en la plataforma online, el resto han caído en ese tramo horario previo a ponerme a hacer cosas por la tarde. No era mi primer visionado de la serie porque, aunque 
no fui de las que la siguió cuando salió en su momento hacia 2010, la vi completa a modo de maratón en Amazon Prime hace un par de años. También mencionar que emitieron la primera película secuela, de 2019, al terminar la serie y casi coincidiendo con la segunda en los cines. Por eso, ahora que tengo fresco todo el contenido realizado hasta el momento (¿habrá más películas?), me parece el momento adecuado para hacerle una reseña.

Argumento

A principios del reinado de Jorge V, en las primeras décadas del siglo XX, Lord Robert Crawley es el Conde de Grantham y dueño de Downton Abbey. Allí vive con su familia, compuesta por su esposa Cora, y sus tres hijas, Mary, Edith y Sybil, además de sus numerosos criados encabezados por el mayordomo Carson, el ama de llaves Hughes o la cocinera Patmore. 

El título de conde, la casa y otros cuantos bienes muebles e inmuebles forman parte de un mayorazgo que se remonta varias generaciones atrás. El actual conde había recibido el conjunto de bienes en un estado ruinoso que fue mejorado hasta conseguir el actual esplendor gracias a su matrimonio con Cora, una rica heredera estadounidense. Al no tener el matrimonio un heredero, a la muerte del actual conde, Downton Abbey y las demás propiedades deberán transmitirse al pariente varón que corresponda, pudiendo darse el caso de que su esposa y sus hijas no puedan seguir viviendo ahí, pese a que su verdadero valor se debe a la aportación de Cora, cuya inmensa fortuna, en condiciones normales, sería transmitida a sus tres hijas.

Para evitar el desamparo en que las reglas del mayorazgo pudieran dejar a su familia, Robert había preparado que su hija mayor, Mary, se casase con su primo Patrick, quien heredaría el título, lo que hacía que los bienes regresaran a su familia directa. Pero el joven se embarca en el viaje inaugural del Titanic y perece en su hundimiento, el 14 de abril de 1912. Esa noticia luctuosa supone buscar al siguiente en la línea sucesoria que resulta ser miembro de la clase media, un joven abogado de Mánchester nada familiarizado con la vida aristocrática: Matthew Crawley. Lo que todos desearían a partir de ahí es que Mary acabe casándose con él tal como estaba planeado hacerlo con Patrick, pero la antipatía entre ambos es inmediata nada más conocerse.

Reseña

Downton Abbey es, sin duda alguna, una de las series históricas mejor realizadas. La ambientación está cuidada al detalle, según avanza y pasan los años se van introduciendo avances tecnológicos como el teléfono o la radio, el vestuario es una maravilla, los coches de época, la música... Y todo esto acompañado de escenarios y fotografía que te dejan con la boca abierta. Si queréis ver una serie bonita visualmente, dadle una oportunidad porque es una gozada.

No obstante, la gracia de la serie no se queda ahí, pues el guion y los personajes a los que seguimos merecen la pena casi por igual. Digo casi porque, por desgracia, la trama se vuelve un tanto rocambolesca de más a partir de la temporada 4. Aprovecho para decir aquí que la serie completa consta de seis temporadas de ocho capítulos más un especial navideño de doble duración al final de todas salvo la primera. Vamos, que en resumidas cuentas, la serie estaría compuesta en total por 52 capítulos. Si a partir de su ecuador, aunque siga mereciendo la pena, la trama hace que sus personajes se desdibujen y tomen decisiones un tanto extrañas... pues es inevitable que decaiga el interés.


No quiero decir que la serie sea un horror a partir de ese momento, sigue teniendo muy buenas subtramas y elementos de interés, pero soy de las que piensan que lo mejor estaba al principio. Además, es en esas primeras temporadas donde introducen mejor en el guion los acontecimientos históricos de aquellos años, empezando por el hundimiento del Titanic con el que arranca el argumento, pasando por la I Guerra Mundial, incluyendo las cuestiones del sufragismo o las luchas con Irlanda... En la segunda mitad todo queda más circunscrito a los dramas de los personajes sin grandes interferencias de lo que pasa en el mundo salvo por las consecuencias que tiene para una pareja el momento en que Hitler empezó a ser conocido tras el golpe de estado de 1923 (más info).

Al margen de esto que digo del guion, la serie hace muy buen trabajo con sus personajes. Resulta muy interesante el enfoque de ver las dos clases sociales, la aristocracia con sus criados, siguiendo las idas y venidas de quienes viven en ambos mundos. El elenco es muy amplio y hay subtramas para todos los gustos: romances entre clases, romances dentro de la misma clase, criados que quieren ascender, maquinaciones, problemas económicos, el pasado oscuro que persigue a algunos personajes, problemas médicos... Es imposible aburrirse porque siempre les están pasando cosas a unos u otros que afectan de algún modo a todo el conjunto.


Al respecto un poco de esto, el tema de la lucha de clases no está demasiado patente entre los dos estratos de la serie. Los aristócratas aquí son muy buenos patronos y los criados, salvo alguna excepción en que incluso salen pintados como malos, están bastante satisfechos con su trabajo. Algo de lucha de clases se cuela en la trama, pero sin demasiada relevancia. No obstante, es evidente la evolución con los años de la situación en Downton Abbey, la pérdida de poder de la aristocracia que va ganando la burguesía.

También decir que la serie mantiene un muy buen equilibrio entre el costumbrismo, el drama y los momentos de comedia. Mención especial para Violet, la condesa viuda madre de Robert, interpretada por la grandísima Maggie Smith cuyos piques con todos, en especial con Isobel, la madre de Matthew, son de lo mejor de la serie. No me da la reseña para hablar de todos los maravillosos personajes como me gustaría, pero al menos no quería irme sin dejarle un hueco en estas líneas.

En cuanto a las dos películas realizadas hasta el momento, ambas son como capítulos extendidos de la serie, con todo su encanto e interés. En la primera todo gira alrededor de una visita real a Downton Abbey donde pasarán una noche y, claro, las cosas se complicarán, sobre todo para los criados. En la segunda, Violet recibe en herencia una villa francesa de un antiguo amor del que nadie en la familia sabía nada, así que mientras unos van a verla y resolver las dudas legales, otros se quedan en la mansión porque van a rodar una película en ella. Quizás sea por el tiempo transcurrido desde que acabó la serie, pero los guiones de ambas me han recordado al nivel de disfrute de las primeras temporadas. Y aunque la segunda película queda muy bien como final de toda la historia, de verdad que, por mí y por mi madre (que también le encantó la serie y disfrutamos yendo al cine las dos a ver las películas), ojalá siguieran contando el devenir de estos personajes. Sobre todo teniendo en cuenta que se quedan a punto de entrar en los convulsos años '30.

Poco más que decir. Una maravilla de historia que resulta imprescindible si sois mínimamente fans de los dramas de época. Lo que flojea el guion de la segunda mitad de la serie no es algo como para empañar el buen gusto general que deja. La vería una y otra y otra vez.

martes, 5 de julio de 2022

Amor en la tarde, de Lisa Kleypas

Y se acabó. Con este libro termino la saga de la familia Hathaway, de Lisa Kleypas. Ha sido un viaje intenso durante estos cinco libros y considero que he hecho bien en leerlos de corrido para no perder detalle y recordar quién era quién sin miedo a olvidar aspectos relevantes por haber dejado pasar el tiempo. No sé qué será lo siguiente que traiga como reseña al blog, pero es probable que deje la romántica histórica un poco apartada por algún otro género para así no saturarme demasiado.

Argumento

Beatrix Hathaway es la menor de la familia y la única que queda soltera. Con 23 años, no obstante, ya ha tenido bastante de las temporadas de bailes y fiestas de Londres. No ha conseguido atraer la atención de ningún hombre que mereciese la pena y es más feliz en el campo de Hampshire, cuidando de animales heridos y disfrutando de la naturaleza. Pero no deja de ser una joven pasional que querría el mismo amor que han alcanzado las parejas que la rodean en su familia.

Un día, su amiga Prudence Mercer recurre a ella con una extraña petición. Christopher Phelan, capitán del ejército, ha sido destinado a la sangrienta guerra de Crimea en 1854. Desde allí le ha mandado una carta en la que, aparte de las terribles situaciones que enfrenta, le habla de Albert, un perro de un compañero caído al que no sabe cómo tratar por su irascibilidad. Prudence, sabiendo la mano de Beatrix con los animales, le pide que le responda ella a la carta pues no sólo no tiene ni idea de qué responderle respecto a lo del perro, sino a todo lo demás. Además, Christopher es para ella sólo un pretendiente más, uno de los hombres más apuestos en los bailes que se daban, pero esta versión tan amargada y seria no le interesa. Incluso le daría igual no responder a su aburrida carta. Sin embargo, Beatrix, leyendo el dolor por el que está pasando y queriendo ayudar aunque sea un poco, se decide a intercambiar cartas con él bajo el nombre de su amiga. La cuñada de éste, Audrey, también buena amiga de Beatrix, será quien se las haga llegar mientras cuida a John, su marido y hermano mayor de Christopher, enfermo de tuberculosis.

Cuando la guerra termina y Christopher vuelve convertido en héroe nacional pero con profundas heridas mentales, trastornado por lo que ha vivido, sólo confía en que la Prudence de las cartas le haga volver a la vida real.

Reseña

Me da pena decirlo, pero me despido de la saga con un sabor agridulce. Como incluso la tercera, Tentación al anochecer, que fue la más floja de todas, me ha gustado, pero esperaba mucho más de lo que ha dado. Vayamos por partes.

Para empezar, la novela tiene una primera parte realmente buena. Toda la parte de las cartas es preciosa y, al regreso de él, está el punto de interés de ver cómo se acabará dando cuenta de la verdad, que Prudence no es la autora de las misivas y que quien realmente puso su corazón en ellas fue Beatrix.

Otro punto muy positivo es que Beatrix es la más desinhibida de las mujeres que han pasado por la saga, salvo quizás por Win, con quien está a la par en lo que respecta a saber lo que quiere y a quién quiere. Beatrix tiene el punto extra de ser ella la que se lanza.

También hay que decir que, en general, la situación de Christopher tras la guerra está muy bien tratada. Tiene, claramente, Trastorno de Estrés Postraumático, cuando por entonces esto ni tenía nombre, sólo era "locura". No estoy nada versada en cuestiones mentales pero el retrato de sus síntomas parecer coherente y seguro que la autora se informó en condiciones para escribir de ello. No es algo que se supere de un día para otro y seguramente, aunque mejore, durante toda su vida sufrirá las secuelas, lo que queda bien reflejado.

Como veis, son bastantes puntos positivos, pero toca empezar con lo malo a partir de aquí. Por ejemplo, el hecho de que lo que siente Beatrix por él parece más un intento por curar a uno de sus animales heridos que amor. Da la sensación de que la mueve la compasión, el deseo de ayudar y ya, luego, la pasión. Me extraña que este enfoque no se haya tratado en la novela, que el mismo protagonista no se plantease que es como Albert, el perro al que ella acaba amaestrando.

Tampoco olvidar que, traumas aparte, Christopher se comporta como un imbécil con Beatrix, antes de irse a la guerra, que dijo de ella que mejor estaría en un establo, y al volver. Además, amenaza un par de veces con violarla, así, tal cual. Esto es cuando está enfadado porque se empieza a oler la verdad tras las cartas. Y no es que a ella le importe porque está deseando acostarse con él, pero... ugh. Encima, cuando se descubre todo, pasa de la furia del engaño al amor incondicional. Con lo bonito que habría sido que fuese todo algo más lento...

Beatrix, por otro lado, tenía un problema de cleptomanía que empezó a la muerte de sus padres y hacía acto de presencia de manera irregular dando problemas a su familia para poder devolver los objetos que sustraía. Esto, que se menciona en un par de momentos en este libro, acaba siendo ignorado de mala manera cuando podría haber dado más juego, por ejemplo, haciendo que aquí fuese él quien la ayudase a ella a superar uno de sus episodios.

No obstante, lo que para mí mata la novela es la recta final. A partir de que Christopher descubre que es Beatrix la autora de las cartas, la cosa se vuelve un tanto aburrida y se van sumando páginas sin saber muy bien para qué. Prudence, a pesar de su importancia inicial, desaparece de una forma muy olvidable, sin sacarle todo el partido que podía a su carácter retorcido. Pero lo peor es que entran en escena un par de compañeros de armas de él que ponían la cosa tensa, todo para resolverse su aparición en un visto y no visto, todos felices y amigos y fin de la historia, de sopetón. Encima, dejando caer que se forma una pareja entre secundarios, así, sin más.

Habría preferido que la recta final sirviese para dar un cierre a la saga, dar una despedida a la familia al completo. Me parece bastante triste que no haya unos momentos finales con el conjunto de personajes por más que hayan ido apareciendo durante la novela dando muy buenos momentos. Leo y Cam, siempre geniales.

En definitiva, no puedo negarlo, me he sentido decepcionada, tanto porque Beatrix era un personaje que tenía potencial para haber tenido una gran historia como por el inicio, que era muy prometedor. Lástima que lo bueno se concentre al principio y, a partir de que el protagonista descubre la verdad, todo el interés se disuelve en páginas que ya aportan poco. La he disfrutado y me ha dado un buen rato, pero me parece una mala despedida de una saga con personajes tan fantásticos.