martes, 30 de octubre de 2018

Red Hill, de Jamie McGuire

Octubre, el mes de Halloween. Este mes han caído reseñas de vampiros, en versión literaria y en versión manga, de una distopía con un vestuario tan particular que seguro que se ve en alguna que otra fiesta y ahora traigo una de zombis.

Quizás os suene el nombre de la autora. Es bastante más conocida por su saga romántica juvenil Maravilloso desastre, a la que no me pienso acercar por las reseñas que he leído. No obstante, estando el libro de oferta decidí darle una oportunidad. Quizás en otro registro podía dar algo decente. Pero... no.

Argumento

Nadie abre los ojos al despertar por la mañana pensando que ese día tendrá que enfrentarse al fin del mundo.

Como cada día, Scarlet deja a Halle, su pequeña de siete años en el colegio y a Jenna, de 13, en el instituto. Andrew, su ex-marido, irá a recogerlas a la salida para llevarlas al pueblo a un evento en que conocerán al Gobernador. Nathan también deja en el colegio a su hija Zoe y se dirige a su aburrido trabajo de oficina mientras piensa en su matrimonio que hace aguas. Miranda, su hermana Ashley, junto con Bryce y Cooper, los respectivos novios de ambas, van subidos en el escarabajo de la primera para unos días de descanso en el rancho de las hermanas, donde estarán con el padre de éstas y su novia.

A medida que los pacientes se agolpan en la sala de urgencias del hospital en el que trabaja, Scarlet debe comenzar a aceptar que la plaga europea sobre la que las noticias venían informando ha llegado a Estados Unidos y que, a partir de ese viernes, ya nada será igual. Es lo mismo que descubre Nathan mientras conduce junto a su hija pequeña buscando un lugar seguro del mordisco que conduce a una muerte agónica. Y lo que constata Miranda en su huida camino del refugio donde, si son capaces de sobrevivir, habrán de coincidir: Red Hill.

Reseña

En reseñas de historias de zombis que he hecho he comentado que estas criaturas me fascinan lo mismo que me repelen. En general no es tanto por ellas sino por el mundo que les rodea, cómo se enfrentan las personas a su existencia y cómo se deben adaptar al nuevo mundo dominado por criaturas que sólo se las quieren zampar. En ese sentido, hay poco que innovar. Lo atrapante de estas historias son los humanos y su lucha, tanto para sobrevivir como para hacerlo manteniendo o no la humanidad.

La novela tiene dos partes bastante claras: una primera de huida desesperada de la ciudad y una segunda de convivencia y resistencia en el rancho de quienes consiguen llegar a él. Siendo clara, la primera es donde está lo bueno del libro mientras que la segunda es... una bazofia.

En cuanto al inicio de todo, la novela habla del comienzo del apocalipsis zombi pero de una manera muy vaga: un científico chiflado en Europa consigue lo que hasta hacía poco había sido materia únicamente de la ficción y el resultado se convierte rápidamente en una pandemia. Se agradece que, aunque sea de esta manera, dé un comienzo a todo, pero me genera más dudas que la pandemia llegue a EE.UU. casi de sorpresa, sin ninguna contramedida. La expansión es demasiado fácil y demasiado rápida. Es un tópico del género, uno de tantos que usa la autora que no innova lo más mínimo.

A partir de su arranque, la trama es un frenesí de los protagonistas huyendo: Scarlet con la intención de llegar al pueblo donde deben estar sus hijas, Nathan buscando un lugar seguro para Zoe y los jóvenes teniendo el destino marcado de su rancho. Sin duda, esta parte es la más entretenida y angustiosa de la historia. No aporta nada al género pero cumple con la función de hacer pasar el rato.

El gran problema del libro es su segunda mitad, donde la vena de escritora de romances sale a relucir y, en vez de en un apocalipsis zombi, nos encontramos en un rancho lleno de gente con las hormonas revolucionadas. Digamos que el romance de los adultos (que cae en el manido flechazo instantáneo) y sus dilemas sobre priorizar a sus hijas respecto a lo que sienten es interesante. En realidad, es el único tema reflexivo que tiene de fondo el libro. Sin embargo, la parte que se corresponde a las relaciones de los jóvenes es un desastre absoluto. Diría que a un nivel muy similar de Buscaré el océano. Miranda, al igual que Mary en aquél, se hace insoportable.

De todos modos, en ninguna de las dos partes el tema zombi llega a dar realmente miedo. No es que haya leído o visto mucho del género pero es sin duda el más light de todos los que han caído en mis manos. Los zombis son como los de The Walking Dead: torpes y lentos. Parecía por un momento que al menos les iba a dar la capacidad de escalar, pero no. Y en cuanto a morirse, lo típico, destrozarles el cerebro. Lo más curioso de todo esto es que los personajes dicen haber visto suficiente ficción del tema como para saber qué hacer o no y, sin embargo, se resisten a llamarlos zombis. Lo único bueno que le veo a sus seres es que, a diferencia de la famosa serie en la que en las últimas temporadas han pasado ya años desde el inicio de todo y los zombis no están demasiado "podridos", aquí, en la recta final, que ha pasado como un año y pico, se dice que éstos están ya tan consumidos que con una patada se los cargan. Es decir, si estamos a fin de cuentas frente a cuerpos humanos muertos expuestos a la intemperie, el tiempo que tardan en caer por sí solos me parece más lógico aquí.

De la parte de supervivencia que se da en la segunda mitad principalmente, todo resulta muy conveniente. La casa está provista de más armas y munición de la que pueden usar en meses, igualmente tienen la despensa repleta, la electricidad les dura una buena temporada y para agua cuentan con un pozo. Los problemas que pueden tener son tan a futuro que no llegamos a ese momento, la historia acaba antes. Y ni siquiera las excursiones que empiezan a hacer para cargarse zombis de manera preventiva para despejar los alrededores dan miedo. Sólo sufren una baja que nos la cuentan "fuera de cámara", a posteriori, el resto de la expedición. Vamos, que la tensión es mínima y la poca que hay está mal contada.

Y del desenlace no sé si hablar porque no hay pinzas suficientes en todo el mundo para cogerlo. Se da el reencuentro tan inesperado como irreal (supongo que la autora, consciente de lo poco creíble que resultaba -más aún, se suponía que no iba a ocurrir por lo que nos había dicho al principio del libro-, decidió escribir un relato aparte para justificarlo que se titula Among monsters), éste sazonado con una de las escasas escenas de tensión con zombis que acaban en un par de muertes tontas. Hasta ahí, es muy tópico pero tiene cierto pase. Lo peor es el epílogo posterior que se sitúa al año y pico del inicio de todo supone una traca final mal ejecutada y absurda a todos los niveles.

Al margen de la temática zombi, algo muy feo es el intento de convertir a la mujer de Nathan en una bruja cuando lo que tiene es una depresión de caballo que aún se entiende mejor al saber que la familia de ésta está de parte de su marido. Ah, y hay que ser muy capullo para llegar a pensar que lo mejor que te ha podido pasar es el apocalipsis zombi ya que así has perdido de vista a tu mujer, no tienes que ir a tu aburrido trabajo, pasas más tiempo con tu hija y has ganado la compañía de otra mujer que se desvive por las niñas. Que hayan muerto a millones ya tal.

La narración va en primera persona desde tres puntos de vista: Scarlet, Nathan y Miranda. Esto nos garantiza que, al menos hasta la recta final, éstos deben sobrevivir. De ahí que parezca  que Scarlet se sepa protagonista y entre en modo "Rambo" matando zombis y se cargue a todo el que se le ponga por delante. Que arriesgue en esa misión a los demás ya tal. Lo malo de este trío de voces es que por momentos es difícil seguir el hilo temporal, sobre todo al principio. La autora podría haber incluido al inicio de cada capítulo narrado por una voz distinta la fecha y hora porque, por ejemplo, pasamos de Scarlet, que está contando algo siendo ya de noche, a Miranda, por la mañana de ese mismo día.

En definitiva, que esto ya está quedando muy largo y aún podría seguir criticando mucho más. El libro entretiene en su primera parte a pesar de que desde el primer momento hay cosas que no se sostienen. Con todo, para pasar el rato no está mal, pero llega un punto que coge cuesta abajo hasta un final horrible. Personajes sin chispa, todos los tópicos del género pero mal ejecutados, falta de tensión salvo un par de secuencias, decisiones absurdas y romances a cada cual peor planteado o desarrollado. Lo poco que tiene de bueno no creo que os compense lo demás.

lunes, 22 de octubre de 2018

Vampiresa por sorpresa, de Kayoru

Tengo la impresión de que hace siglos que no reseño un manga, lo mismo que hace que no leo alguno, la verdad. La cuestión es que después del cuerpo regulero que me dejó El cuento de la criada, me apetecía algo sencillo y más alegre, menos trascendental, así que nada como un shojo de tomo único para cambiar el chip. Un romance de la Sho-comic y vampiros me daría lo que buscaba, pero lo que no esperaba es que me iba a encontrar una historia bastante dramática.

De Kayoru ya os traje la reseña de Amor programable. Ésta resultó ser su primera serie de más de un tomo y ahora os traigo la que fue su primera serie de cinco capítulos. 

Argumento

Mitsuki va a primero de bachillerato. Es una chica normal y corriente, enamorada de su compañero y vecino Ren, un chico que se mudó un par de años atrás al edificio de al lado de su casa. Todo en su vida refleja normalidad pero, a medida que se acerca su decimosexto cumpleaños, empieza a notar cambios en su cuerpo: tiene hambre constantemente y siente una desagradable sensación en la garganta. Por otro lado, sus amigas le dicen que cada vez está más guapa.

El día de su cumpleaños, en un festival del barrio, la felicidad la sorprende: Ren le regala un precioso collar que ha ganado en uno de esos puestos de tiro al blanco. Para Mitsuki es el momento más feliz de su vida. Cuando se despide de éste, que debe ir a su trabajo, para regresar a casa, su vida da un giro y despierta como vampiresa… ¡Y lo peor es que ahora Ren la persigue para matarla!

Reseña

Aunque el título que le han dado en Ivrea (muy en su línea) es descriptivo y, en ese sentido, acertado (la pobre Mitsuki se encuentra de repente con que es una vampiresa), lo cierto es que le aporta una rima cómica que desentona con el contenido de la trama. En el original Bara to Juudan significa "Rosas y balas" y, la verdad, habría molado mucho más. Tras esta mini-pataleta, pasemos a la obra en sí.

Como decía, por el título, esperaba una historia de vampiros con un toque cómico y sin embargo lo que uno se encuentra es un dramón. La protagonista no sólo debe lidiar con el trauma de haberse convertido en una vampiresa y haber chupado la sangre hasta dejar medio muertos a un par de hombres sino que, y aquí está el núcleo de la historia, el chico que le gusta ha resultado ser un cazador de vampiros que lleva, desde que la conoció, esperando a que se transformase para matarla.

Realmente, los primeros capítulos son muy emotivos y, la verdad, consiguieron tocarme el corazoncito. Luego la originalidad del desarrollo en su recta final pierde bastante chispa pero sin llegar a nada desastroso. La clave del tomo está en si la autora llegará a ser coherente con lo que ha narrado y dará un desenlace acorde a ello u optará por el clásico final feliz o quizás una solución agridulce intermedia. Prefiero dejar este pequeño misterio para que lo descubráis por vuestra cuenta. Digamos que a mí no me desagrada la opción final, pero que tenía margen para ser algo más.


Al ser una historia de tomo único, ésta se limita a desarrollar la parte romántica. Todo el tema vampírico sólo está para dar la base, pero carece de cualquier desarrollo o explicación. Esto se puede achacar a la extensión hasta cierto punto, no le habría llevado muchas páginas darle un armazón a su mundo de vampiros. Por poner un ejemplo, son varias las personas que han sido atacadas por la propia Mitsuki y en flashbacks por otros, incluso con testigos, y sin embargo parece que el mundo sigue y seguirá siendo ignorante de su existencia. Tampoco hay explicación a que la protagonista se transforme de repente y sin que su madre lo sea ¿Lo sería su padre que no sale en todo el tomo y ni se menciona? Parece la explicación más lógica pero es pura intuición ya que no hay nada que lo indique ¿Y por qué exactamente a los 16 años? O también queda en el aire el hecho de que se supone que la vampiresa que va a despertar en ella, conocida como Queen, es la peligrosa reina de los vampiros ¿se reencarna? ¿Cómo saben los cazadores que Mitsuki no sólo se transformará años antes de ese día sino que será Queen? ¿Queen es una personalidad que toma el control de su cuerpo al despertar y morder por primera vez? ¿Y luego desaparece? Según avanzan los capítulos parece que hay cosas que tenía pensadas de una manera y luego desarrolló de otra, dejando huecos en el guión. Y así todo lo que está relacionado con el tema.

Como decía, aquí lo importante es la relación de los personajes y en ese sentido funciona. Aunque es una historia corta nos creemos sus sentimientos y eso es porque los protagonistas se conocen desde hace dos años. Mediante flashbacks vemos cómo pasó Mitsuki de no soportar a quien consideraba un chulo a surgir una amistad que luego fue a más. Lo de Ren está resumido en un capítulo extra final pero sabe a poco. Es lo suficiente para permitir ver una evolución también en él y explicar mejor sus acciones incluso desde antes de que se iniciase la trama. Si durante la serie como tal la autora hubiese mostrado mejor sus sentimientos y el sufrimiento que padece por lo que debe hacer habría sido perfecto y no que parece que realmente fuese un bloque de hielo insensible.

Una pega que no puedo obviar es que la autora cae en meter el cliché de las compañeras de clase arpías, celosas de Mitsuki por su relación con el atractivo Ren, que organizan un intento de violación a la que unos chicos acceden encantados. Ojalá algún día se superen estos tópicos tan tóxicos e innecesarios. 

Algo que ya comenté en la reseña de su otra serie es que no os dejéis engañar por el dibujo a color de la portada, el interior en blanco y negro es muchísimo más bonito, realmente preciosista en más de un primer plano. Se nota la influencia de Arina Tanemura y sólo le falta dominar el coloreado para ponerse a su altura. Bueno, quizás exagero un poco, pero no está demasiado lejos.

En definitiva, una historia muy emotiva en lo romántico y dramático que peca de una enorme falta de solidez. Con todo, me ha sorprendido para bien y me ha llegado, y si sois capaces de obviar las pegas que he comentado, tendréis un romance condensado en apenas cinco capítulos más que decente.

miércoles, 17 de octubre de 2018

El cuento de la criada, de Margaret Atwood

A estas alturas, dudo que haya alguien que, como mínimo, no conozca la existencia de esta historia. A pesar de que ya supera los 30 años, recientemente ha tenido un resurgir más que comprensible. No sólo la serie (de la que sólo vi un par de capítulos ya que era demasiado fuerte y desagradable para mis padres y espero retomarla por mi cuenta ahora que he leído la obra original), sino todo el contexto político y social ha influido para que lo que denunciaba esté más vigente que nunca. Seguramente os sonarán las manifestaciones con mujeres con el traje rojo y cofia blanca de las Criadas o las pancartas con lemas como "El cuento de la criada no es un manual de instrucciones". El movimiento feminista está peleando con mucha fuerza precisamente contra situaciones que en el libro se amenaza con su posibilidad como la desaparición de los derechos reproductivos de las mujeres o la mal llamada "gestación subrogada". La distopía, por desgracia, no está tan lejos.

Argumento

Unos teócratas se hacen con el poder en lo que había sido Estados Unidos poniendo como excusa el terrorismo islámico y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. La lucha contra el descenso de la natalidad por causas varias, entre las que se incluyen la contaminación y ciertas enfermedades, está en el centro de su argumentario. Así surge la categoría de "Criadas", con base en una referencia bíblica en la que Jacob no puede tener hijos con su esposa, Raquel, y ésta le ofrece a su criada Bilhá. Así establecen que las mujeres fértiles sean separadas de sus familias para, después de una dura reeducación, ser entregadas a parejas de la clase dominante que no pueden tener hijos.

La ahora llamada República de Gilead decreta que el cuerpo de Defred -nombre formado por la partícula posesiva "de" y el apellido del Comandante al que es entregada- sólo sirve para procrear, tal como dictan las estrictas normas establecidas por la dictadura del país. Si Defred se rebela o no es capaz de tener hijos le espera la muerte o el destierro a unas Colonias en las que perecerá a causa de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla todos los aspectos de la vida de las mujeres. Pero nadie puede mandar sobre el pensamiento de una persona.


Reseña

Hacía tiempo que no leía una novela de género distópico. Siempre tendré en la memoria la maravilla que era Los Juegos del Hambre que a tantos nos marcó. Este género siempre me fascina por su concepción de plantear futuros horribles y, cuanto más plausibles son, más miedo despiertan. Pues eso es lo que he sentido durante la lectura de esta obra: pavor, terror, angustia.

Aparte de la decepcionante Fahrenheit 451, sólo he leído distopías que han sido escritas en los últimos años. Aquella es del año 1953 y, salvo por algunos elementos puntuales, fallaba estrepitosamente en lo que a pronosticar el futuro se refería. Sin embargo, ésta, que fue escrita en 1984, parece plenamente vigente. Más aún, resulta triste y terroríficamente plausible. De ahí el miedo que inspira. 

En la introducción, escrita por la autora recientemente (se sabe porque habla de la serie de 2017), cuenta unas notas autobiográficas que explican cómo pudo crear una historia tan verosímil. No sólo nació en 1939, viviendo la II G.M. siendo una niña, sino que cuando empezó con esta historia estaba en el Berlín de la época anterior a la caída del muro, esa época de espionaje, silencios y mucha cautela. Dice: "Sabía que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. Los cambios pueden ser rápidos como el rayo. No se podía confiar en la frase "Esto aquí no puede pasar". En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar". Se está viendo. Más fuerte son los movimientos feminista, antiracista, pro-LGTB o antifascista, más dura es la respuesta conservadora que en muchos países se está imponiendo sin saber dónde tendrán su límite.

Ella misma creía que su historia podría ser excesiva, de ahí su esfuerzo en no inventar "nada nuevo", sino recuperar conceptos y darles una terrible segunda vida, sin necesidad de aparatos sacados de la ciencia ficción. Todo para hacer una distopía tan cercana en el tiempo que hoy pudiese estar ocurriendo. Por ejemplo, duele mucho que proclamas feministas de esos años (que aún son vigentes) como la lucha contra la pornografía o contra los asaltos sexuales puedan ser tergiversados por la corriente puritanista que empapa el libro para darles la vuelta y convertirlos en armas contra las mujeres. También está ahí de fondo lo que hoy en día se hace en los conflictos: violaciones de las mujeres del enemigo, robo de niños o su asesinato como formas de control. Es todo tan real, da tanto miedo.

Al igual que en la mayoría de obras de este género (al menos, las que he leído), la narración va en primera persona. Es inevitable sentir empatía por Defred, que nunca nos llega a decir su nombre (existe la hipótesis de que es June pues, cuando nos da una breve lista de nombres de Criadas en el edificio donde las están "reeducando", es el único que no vuelve a salir, además de ser el último de esa lista). Ella ha vivido el preludio de ese cambio, luego ha pasado de ser una mujer con su trabajo, su marido (para separarlos usan la excusa de que ella es su segunda esposa, lo que consideran adulterio), su hija, su libertad y hasta su identidad, a ser una esclava reproductiva. Vive todo el proceso de cambio y, lo que da más pavor, cómo se instaura poco a poco. La metáfora de la rana hervida es muy clara. Si metes una rana en una olla hirviendo, saltará antes siquiera de tocar el agua. Si la metes en agua fría y vas subiendo la temperatura poco a poco, la rana se atontará y morirá. 

El relato es bastante caótico, saltando de unos recuerdos a otros de Defred. La parte más lineal es la de su vida en la casa del Comandante y su Esposa. Entre medias hay una vorágine de memorias y reflexiones sin ningún orden. Pero que no os asuste este aspecto. Es (casi) imposible despegarse del libro. Atrapa de una manera en la que esperas la siguiente página de igual modo que la temes.

La pega del libro, aunque está justificada, no se puede obviar. Como la historia la narra Defred, sólo tenemos su perspectiva lo que, sumado a que en este mundo es casi imposible que haya alguien en quien confiar plenamente, le impide profundizar en una relación con nadie. Esto añade un punto de tensión ya que no se sabe qué piensan realmente los demás, que podrían estar o no de su parte, ser fieles o no al nuevo régimen de Gilead. Además, por lo que comenta la autora, el hecho de coger una narración testimonial para su historia le dio pie a que, igual que pasó con el Diario de Ana Frank y otros muchos testimonios históricos reales, el desenlace es brusco y nos deja infinidad de preguntas en el aire. El epílogo, que podría haber servido para endulzar un poco, nos deja un regusto final todavía más amargo.

Hacía tiempo que una lectura no me dejaba tan mal cuerpo como ha hecho ésta durante todas y cada una de sus páginas. Pero precisamente esta sensación indica todo lo intenso e impactante que es lo que narra. Por comparación, Los Juegos del Hambre era más brutal, más violenta, pero ésta es más terrible porque es más plausible. De un modo u otro, todo lo que narra o ha pasado o está pasando, se ha limitado a dar una vuelta de tuerca a muchas cosas que ya han sucedido en este planeta, lo que es espantoso.


No suelo añadir nada después de la nota pero esta vez voy a prolongar el texto porque quiero hacer un comentario sobre algo que me ha mosqueado. En la introducción, la autora responde a tres preguntas que le suelen hacer. La primera es si este libro es feminista. Su respuesta es: "Si eso quiere decir un tratado ideológico donde todas las mujeres son ángeles y/o están victimizadas en tal medida que han perdido la capacidad de elegir moralmente, no. Si quiere decir una novela en la que las mujeres son seres humanos -con toda la diversidad de personalidades y comportamientos que eso implica- y además son interesantes e importantes y lo que les ocurre es crucial para la temática, la estructura y la trama del libro, entonces sí".

Creo que Atwood aquí ha patinado en su primera mitad de la respuesta. El feminismo no considera a las mujeres como ángeles incapaces de todo mal. Nunca, jamás. Ella misma lo dice luego, tenemos diversidad de personalidades. Lo que sí se plantea es que una parte de ese mal que hacemos viene motivado por la propia sociedad patriarcal en que vivimos que nos empuja a pelearnos, envidiarnos y, en definitiva, a no hacer piña pues así seríamos más fuertes y lo que interesa es la división y el enfrentarnos entre nosotras, lo que nos quita tiempo para luchar contra ese sistema. Con todo, obviamente, sabemos que las mujeres son igual de capaces de hacer el mal. Y en cuanto a lo de víctimas, también creo que se equivoca. No hay nada de malo en reconocer que este sistema nos pone en situación de desventaja, inferioridad y que nos objetiviza. Joder, este sistema nos mata a decenas cada año sólo en España. Precisamente el feminismo es el que ayuda a empoderar para dejar de serlo. Al hilo de esto, me ha decepcionado confirmar la versión tan sesgada que tiene Atwood del feminismo, por ejemplo, en este artículo. Pero incluso siendo así, su obra es y será muy importante para el movimiento.

Luego, ya no en referencia a la autora sino por un par de comentarios que he leído quiero añadir algo más. En la trama del libro se da esta cita: "Mamá, pienso. Estés donde estés, ¿puedes oírme? Querías una cultura de mujeres. Bien, aquí la tienes. No es lo que pretendías pero existe. Tienes algo que agradecer”. Los hay que no pillan que esta cita es puro sarcasmo. Esto, sumado a la existencia de las Tías, que son las educadoras de las Criadas, señoras que unas sí, por convencimiento en la causa, otras por sadismo, otras por miedo de acabar en las Colonias o por tener un poco de poder en este mundo que les ha quitado todo a las mujeres, contribuyen a someter a sus congéneres. Hay gente que no sé si por maldad, incultura o desconocimiento cree que lo que se ha impuesto en Gilead es un matriarcado. Es la misma estupidez que se escucha mucho de "como mi madre era muy estricta, me crié en un matriarcado". Son hombres los que dan un golpe de estado en EE.UU. para instalar una teocracia. Son hombres los que quitan los derechos a las mujeres y luego las reparten en las categorías que mejor les conviene. Son hombres los que establecen una poligamia. Son hombres los que se saltan sus propios dogmas para vivir "aventuras" propias del mundo anterior. Que alguien se deje engañar o quiera engañar haciendo creer que esto es un matriarcado por el colaboracionismo de algunas mujeres, en muchos casos seguramente motivado por el miedo, me parece despreciable.

Como dice este artículo, el libro ES feminista. Superadlo.

jueves, 11 de octubre de 2018

El curioso mundo de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly

El azar, la casualidad o lo que sea me llevó a sacar de la estantería este libro hace unos días. En principio no hay nada de especial en este hecho pero cuando he revisado la reseña de su antecesor, La evolución de Calpurnia Tate, he descubierto que aquél lo leí justo después de uno de los libros de La Hermandad de la Daga Negra, en concreto Amante Eterno, y éste lo he cogido justo después del último libro aquí publicado de la misma saga: El Rey. Puede que sea (y lo es) una tontería, pero esta casualidad sin importancia me ha hecho volver un poco atrás en el tiempo y me ha supuesto una pequeña alegría coloreada de nostalgia.

Pasando a hablar ahora del libro en sí, como ya he mencionado, es la continuación de lo que, hasta el momento, es una bilogía. Si bien, investigando un poco, resulta que la autora ha sacado una serie de libritos de corte más infantil e ilustrados titulados Calpurnia Tate, Girl Vet. A fecha de hoy lleva cuatro y el último salió en Abril de 2018. Por lo que he leído, la acción de éstos debe transcurrir durante los hechos de esta segunda novela y no parece que continúe después de su final. Por otro lado, según la autora, no tiene descartada una tercera novela y, si pasaron unos seis años entre el primero y el segundo, quién sabe.

Argumento

Si algo podía decirse de Calpurnia Virginia Tate es que era una chica con recursos. Sentía pasión por desentrañar los misterios del mundo que la rodeaba y, además, había tenido que demostrar su astucia para seguir estudiando todo tipo de bichos, animales y alimañas que poblaban la granja familiar, una dedicación impropia en una señorita. Su mayor aliado en esta tarea seguía siendo su abuelo, ese señor imponente que no mucho tiempo atrás le daba pavor. Ahora, en cambio, es su mentor e instructor, la fuente de sabiduría que la ayuda a seguir desentrañando los secretos de la naturaleza.

Recientemente, tras el cambio de Harry, el hermano mayor y su favorito, ha estrechado lazos con uno de sus hermanos menores: Travis, un chico que siente una pasión por los animales equivalente a la suya aunque, en su caso, su interés sea por tenerlos como mascotas y no por motivos de estudio. 

Uno de los conceptos que aprende Calpurnia gracias a su abuelo es el de la presión atmosférica. Cuando el barómetro casero que fabrican pronostica una fortísima tormenta, la vida de la familia y de todo el condado de Texas cambiará. A la tormenta le seguirá la llegada de un par de personas: su prima mayor Aggie y un veterinario, el doctor Pritzker.

Callie va creciendo poco a poco y cada vez es más consciente de las diferencias en el trato que le dan a ella frente a sus hermanos varones. Al descubrir lo que desea hacer de mayor aprenderá que no le espera un camino de rosas y, muy al contrario, tendrá que usar todo su ingenio para ir allanando el camino hacia sus sueños. 

Reseña

Cuando vi la portada del libro me llevé un pequeño "susto" pues pensé que el chico que salía iba a ser un posible romance para Calpurnia. Me temí que la autora fuese a cambiar la esencia de la historia y a su protagonista. Falsa alarma, el chico que sale sentado representa a su hermano Travis. La protagonista sigue siendo la misma y la historia es una continuación directa que mantiene los elementos de su maravillosa predecesora. Sin embargo, el libro también mantiene la enorme pega de aquella: su abrupto final.

Decía que el libro era continuación directa y lo es tanto que la primera escena coincide con el final que tuvo el primer libro: la nevada que ve la protagonista el día de Año Nuevo de 1900. A partir de ahí avanza rápidamente hacia la primavera y ya, desde ese momento, vivimos el resto de este año y algo del siguiente. Este tiempo sirve para que Calpurnia vaya madurando, acercándose a la adolescencia, y cada vez entienda mejor el mundo que le rodea, no sólo en referencia a los misterios de la naturaleza que va desentrañando, sino a su posición en la sociedad y lo que esperan de ella.

La novela vuelve a ser un maravilloso alegato a favor de la ciencia, de la curiosidad y del conocimiento. Charles Darwin repite como pieza clave de su aprendizaje y, de hecho, cada capítulo empieza con un breve extracto de su obra menor El viaje del Beagle. Ambos libros me parecen una opción perfecta para inculcar el interés por la ciencia en niños y niñas. Pero también, el libro hace más evidente la cuestión de género pues Calpurnia cada vez es más consciente de las injusticias que se dan en su propia casa al no ser tratada igual que sus hermanos. Relacionado con esto, aunque Aggie, su prima mayor, no comparte su interés por la ciencia y sigue muchos de los cánones de lo que se espera de una chica de su época, le muestra herramientas que la ayudarán a ser más independiente.

En cuanto a Travis, la importancia de éste en el libro amplía la cantidad de preocupaciones de Calpurnia, pues la pobre es incapaz de decirle que no a su hermanito. Esto lleva a que ambos acaben cuidando de una serie de animales salvajes, algunos de lo más curiosos, intentando que sus padres no se enteren. Hay pasajes muy simpáticos y divertidos aunque también se dan algunos más tristes cuando Travis debe despedirse de alguna de sus mascotas. Dan ganas de abrazar al pequeño.

Con la incorporación de los nuevos personajes y la mayor relevancia de Travis, el abuelo pierde algo de peso. Con todo, en este libro le conocemos más al hablarnos de su pasado en algunos fragmentos, incluida brevemente su participación en la Guerra de Secesión americana. Aunque levemente se aprecian pinceladas del rechazo que en esos años todavía existía en el Sur, en los estados confederados, contra los yanquis del Norte. No estoy muy segura pues desde que reseñé el primer libro, hace ya ocho años, no lo he vuelto a leer, pero no me suena que hubiese en aquél pasajes dedicados a la historia así como algunas escenas algo más duras. Por ejemplo, la descripción que mediante una carta se hace del huracán de Galveston es sobrecogedora. Diría que junto a la madurez de la protagonista, la trama del libro también madura.

Pero no quisiera llevar a error. El libro es muy ameno, entretenido y mayormente optimista. Calpurnia es una chica con la que empatizas fácilmente y seguir sus andanzas es un placer con todo lo que nos enseña de su pequeño mundo.

La pega del libro, como decía más arriba, es lo abrupto de su final, que es el mismo problema que tenía el anterior. Este libro podría servir perfectamente de nudo en una trilogía a la que le falta su desenlace. O incluso, ser un "primer nudo" y tener un par de libros más antes de llegar al final de la historia de Calpurnia. En éste se ve más claro lo que quiere ser la protagonista de mayor pero queda abierto a saber si podrá cumplir sus sueños, cómo lo hará o cómo quedará la relación con su familia de lograrlo. Realmente es una protagonista de la que me gustaría leer libros que llegasen hasta su vejez pues es una chica maravillosa a la que me gustaría acompañar y animar a cada paso que dé en la persecución de sus sueños. Por desgracia, y a falta de saber si la autora decidirá seguir, la cosa aquí vuelve a quedar cortada y dejando ganas de más.

Poco más que decir. Me ha parecido igual de bueno que el primero de la, de momento, bilogía. Se podría decir que la trama gana cierta madurez a la par que su protagonista, lo que se contrapone con cierta pérdida del encanto más infantil y de novedad que tenía aquél. Una cosa por otra pero, al final, el balance se mantiene y nos da una maravillosa lectura cuyas páginas se devoran rápidamente hasta un desenlace que es su enorme punto débil. Quizás en unos años la autora nos sorprenda con una nueva continuación que quite el regusto agridulce que supone este corte tan brusco.


sábado, 6 de octubre de 2018

El Rey, de J.R. Ward

Un año y pico después de la adquisición del libro y casi cuatro años después de la lectura de su antecesor (¡por diosa, ¿tanto?!, creía que sería bastante menos...), aquí traigo la reseña del siguiente libro de La Hermandad de la Daga Negra. Después de mi sequía lectora, que llevaba todo lo que llevamos de 2018 sin coger un libro por una mezcla de ocupaciones y falta de ánimo para casi todo, el gusanillo parece que ha vuelto y, para satisfacerlo, pensé que nada mejor que tirar por una de mis sagas favoritas.

Al hilo de esto, cuando me he dado cuenta del tiempo que hace desde que lo compré, he ido a revisar si ya habría salido el siguiente en edición de bolsillo. Incluso pensaba que podría haber ya dos más disponibles. Sin embargo... ¡sorpresa! La editorial ha decidido cancelar la publicación de la saga (más información aquí). Otra más que se queda a medias ¡Gracias, editoriales! Ahora estoy en duda de si los acabaré comprando en inglés pero, de momento, y por si me da por seguir con la lectura de la saga en breve, he optado por descargar fan-traducciones (aquí). No sé qué tal estarán, si son muy horribles recurriré al inglés. Ya os contaré

Y ahora sí, pasemos a la reseña del último libro aquí publicado. Asco de editoriales. Habrá spoilers de los libros anteriores como es inevitable siendo éste el 12º de la saga.

Argumento

Después de dar la espalda al trono durante siglos, Wrath, hijo de Wrath, asumió el legado de su padre con la ayuda de su amada compañera, Beth. Pero la corona se asienta pesadamente sobre él. No sólo la guerra contra la sociedad de los restrictores continúa, la Banda de bastardos, con Xcor a la cabeza, ha decidido cambiar su estrategia ofensiva para quitarle el trono después del intento fallido de regicidio. Ahora, éstos se han juntado con los miembros de la glymera, la nobleza de los vampiros, que está descontenta con los cambios y modernizaciones que Wrath ha ido realizando. Y parece que han encontrado un subterfugio legal para derrocarle.

Beth Randall pensaba que sabía dónde se estaba metiendo cuando se emparejó con el último vampiro de sangre pura del planeta, pero no ha sido un camino fácil. En ella nace el deseo de tener un hijo. Para ello, lleva un tiempo visitando a la Elegida Layla, embarazada, pues, según se dice entre los vampiros, este contacto puede acelerar la llegada de su periodo de fertilidad, aunque siendo mestiza, pues su madre fue humana, quizás las reglas biológicas no actúan igual en ella. Pero dada la situación de Wrath, con el peso de la corona que pasaría a su hijo, el miedo a perder a Beth en el peligroso parto, el riesgo a que un hijo suyo heredase su ya permanente ceguera o la posibilidad de que atenten contra su futuro hijo, éste no quiere oír hablar del tema y dada la forma en que se opone, se abrirá una brecha en la pareja.

Por otro lado, las sombras Trez y iAm, que llevan un tiempo viviendo en el complejo de la Hermandad, ven acercarse la fecha que marca el destino del primero cuando éste deba regresar a su territorio para convertirse en el consorte de la futura reina. Trez detesta pensar en ello y más cuando sus sentimientos por la Elegida Selena van creciendo cada vez que se cruza con ella.

No muy lejos, la ladrona Sola ha sido secuestrada por los matones del jefe de los narcos, Benloise. Si no consigue liberarse por sí misma, le espera un destino muy feo pues sabe cómo se las gasta aquél. Lo que no imagina mientras va encerrada en el maletero en que la llevan es que Assail, ese misterioso hombre que conoció hace poco, ya está removiendo cielo y tierra para rescatarla.

Reseña

A diferencia del resto de libros de la saga, la pareja que se lleva el peso principal no es nueva, sino que recupera a quienes ya habían tenido su libro propio para profundizar en su relación después de su final feliz. En este caso, Wrath y Beth fueron los protagonistas del primer libro de la saga, Amante Oscuro. Con ellos se inició todo y, aunque nunca han dejado de aparecer y de tener momentos importantes, principalmente por la lucha para mantener el trono, el intento de regicido o cuando la ceguera de Wrath fue definitiva, en éste su relación da un paso más allá con la idea de ampliar la familia.

Cuando les conocí, apenas había leído nada de romántica adulta pero me enamoraron (aunque las parejas de los dos siguientes libros me gustaron todavía mucho más). El no haberles perdido la pista no estaba mal pero que volviesen a tener protagonismo para ver cómo enfrentan una diferencia de opiniones tan importante en el devenir de sus vidas ha sido interesante. De este tema decir que, aunque al principio la forma de negarse de él fue muy desagradable, cómo se soluciona y cómo aprenden ambos a comprender el otro punto de vista me ha dejado satisfecha. Por no hablar que el desenlace al asunto me ha parecido precioso.

Lo otro que rodea a la pareja en este libro es el tema político del derrocamiento de Wrath como rey mediante artimañas legales. Me parecen tan flojas las que usan los enemigos como la solución que se plantea. Por no hablar, y esto ya es spoiler, que Xcor acepte de buena gana y desista de intentar acceder al trono después de haber estado a punto de matarle. No me convence. Es como si todo lo que iban a tensar desde que aparecieron en Amante liberada (9º libro) quedase en nada. Y al hilo de lo político, la decisión tan inteligente que toma Wrath para modernizar el mundo de los vampiros me dio mucha pena que quedase resumida en la parte final cuando podría haber dado mucho juego.

Aparte de las subtramas propiamente dichas, de las que hablaré a continuación, hay un par de hilos más relacionados con Wrath y Beth. Por un lado, la autora dedica unos cuantos capítulos a los padres de él, estableciendo algunos paralelismos entre ambas parejas. Especialmente interesante es la idea de que uno es un guerrero que se hizo rey y el otro es un rey que aprendió a ser guerrero. Aparte, quienes hemos leído la saga sabemos que John es "alguien más" en relación a Beth y parecía que en este libro los personajes lo iban a descubrir al fin, pero todavía tendremos que esperar... si es que la autora decide algún día que lo sepan pues, la verdad, es algo demasiado extraño ¿verdad? De todos modos, ha sido un poco feo ese amago de hacer la revelación para luego quedarse en nada.

La autora vuelve a pecar de meter muchas subtramas en un mismo libro. Quizás como en éste ya teníamos a la pareja principal formada y sólo tenían que enfrentar el conflicto del hijo, no parece que les hayan robado demasiadas páginas y la cosa queda mejor equilibrada.

Por empezar con el ya mencionado Xcor, dado el fondo de la trama del derrocamiento, parecía lógico que tuviese un mayor peso en este libro, sin embargo sus apariciones son mínimas y apenas tiene un par de encuentros con Layla. Esto, sumado al "bluff" de su repentino desinterés por el trono, hace que cada vez me den más pereza. A ver qué ocurre en los siguientes libros antes de llegar al suyo (el 15º) para despertar mi interés.

Otra subtrama importante aquí es la de las sombras, que por lo que he entendido son vampiros de piel negra que pueden estar al sol y tienen su propia jerarquía social y leyes diferentes. El peso se lo lleva la historia de Trez y su relación con Selena, aparte de su cruel destino sellado por sus propios padres. El problema que le veo a esta trama es que me recuerda mucho al esquema que seguía Amante Vengado. Veo demasiados paralelismos (tipo oscuro y turbio, chica pura con sus propios problemas, un mundo parecido al de los vampiros que reclama al hombre...) y espero que su libro, que es el siguiente, no siga el mismo patrón. En cambio, iAm me ha parecido un personaje muchísimo más interesante que su hermano y, sobre todo, la divertida relación con el gato de Beth me ha acabado conquistando.

La última gran subtrama del libro es la de Sola y Assail. He de reconocer que su historia, aunque en el libro anterior no terminaba de ver qué podían aportar, aquí me ha encantado. Mi favorita sólo después de la principal en este libro. Ella es una humana fuerte y valiente, pero con debilidades que sufrirá mucho cuando valore lo que ha tenido que hacer para sobrevivir. Por su parte, él es un vampiro que ocupa el sitio de Revh en el mundo de la droga, lo que lo convierte en un personaje muy turbio, y más cuando tengamos un sorprendente descubrimiento hacia el final relacionado con quiénes utiliza para mover su mercancía. La química entre ellos es muy fuerte y sus momentos juntos son realmente emotivos. Tengo muchas ganas de poder leer su historia en el 16º libro, casi me gustaría poder saltarme los anteriores para llegar a éste.

Como podéis ver, no he dicho nada de los restrictores y es que éste es otro libro en el que ni pinchan ni cortan. Sólo ha habido una aparición puntual cuyo único interés era hacer un descubrimiento muy extraño. Reconozco que haber perdido la parte de batallas por tramas más políticas le hace perder bastante acción a la saga.

En definitiva, un libro que me ha enganchado como hacía tiempo que no me ocurría. Ha tenido muchos momentos preciosos, otros intensos, otros divertidos (ay, Lassiter, eres maravilloso) y otros angustiosos. La pega que le pongo son los hilos políticos, que no me han parecido muy bien pensados ni desarrollados. No es el mejor de la saga, pero tampoco se queda muy lejos.

lunes, 1 de octubre de 2018

Adquisiciones de Marzo a Septiembre de 2018

Al igual que en lo que a entradas en el blog se refiere, mi estado de ánimo general y muchas otras cosas, este año ha sido muy pobre y desganado. Y las adquisiciones no han sido excepciones (toma pareado). Si no llega a ser por las cosas de Círculo de Lectores, todos estos meses habrían estado prácticamente en blanco.

Lo único que me animé a comprar por mí misma son tres light novels de Full Metal Panic!, que ya habréis notado que me ha dado fuerte con la serie. Las dos primeras que tenéis en la foto son de relatos cortos. Me sorprendió descubrir que las habían publicado en Italia pero me entristeció darme cuenta que no salieron más. En total, allí sacaron las cuatro primeras novelas, dos de la historia principal y dos de historias cortas. Como las de la historia principal ya las tengo en inglés, no iba a repetir, y más que el italiano escrito no lo domino mucho. De hecho, he empezado a traducir la primera y la compartiré por aquí cuando la acabe. La tercera novela fue la última que sacó Tokyopop antes de irse a pique. Desde luego, la serie tiene la negra. Al menos tomaron la decisión de sacar en un único volumen lo que eran dos novelas y no dejaron el arco argumental que corresponde al anime The Second Raid a medias.


Aparte de estas light novels, como compra propia, está el libro Mujeres y poder, de Mary Beard, que lo pillé el día que fui a por el regalo del Día de la Madre. En la foto sale con un par de cosas que ya vivieron con pedidos de Círculo de Lectores que se me habían escapado de colocar en las otras fotos. Por un lado, una toalla-bolso para la playa y por otro, la película Coco.


A modo de regalo de la revista, lo que veis en la siguiente foto: un par de cajas metálicas (que tiempo antes formaban parte de una colección y se ve que les sobraron unas cuantas) y un par de libros por ser clientes fieles:

- El laberinto de los espíritus, de Carlos Ruíz Zafón. La verdad es que me interesa... cero.
- Retrato de una dama, de Henry James. Un clásico que tiempo atrás estuve tentada de pedir, más que nada por ser uno de los libros del reto 1001 libros, pero cuyo precio me parecía demasiado alto. Mira por dónde al final me ha salido gratis. La portada es un horror, eso sí, y casi da pena que se haya gastado un papel de tanta calidad en ella.


A continuación, una colección de una saga de romántica adulta: Blue Heron de (para mí) una desconocida Kristan Higgins. Las reseñas que vi por encima de todos los libros eran en general bastante positivas y parecía una saga agradable y simpática entre tanta relación tóxica que está de moda. La pega es que se suponía que la saga estaba completa pero acabo de descubrir que hay un quinto libro que espero que saquen más adelante, odio tener sagas a medias.


Lo que queda ya va a modo de popurrí:

 - Bella del señor, de Albert Cohen. Uno de esos libros que no me habría planteado pillar si no fuese porque sale en el ya mencionado reto.
- Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Llevaba tiempo viendo esta edición y, de nuevo por el reto, dudaba de si pillarla, pero no quería pedirla por el precio, hasta que en una de las revistas de estos meses, no sé por qué, salía de oferta a 9,95€ y dije que ésta era la mía.
- El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead. Una novela que pedí en cuanto la vi pues recordé la positiva reseña que le había hecho Jorge.
- Los pacientes del Doctor García, de Almudena Grandes. Aún no he leído nada de esta mujer y, con los libros suyos que ya tengo por casa, debería ir poniéndole remedio.
- Los años ligeros, de Elizabeth Jane Howard. La sinopsis y las comparaciones con Downton Abbey me conquistaron.
- Fariña, de Nacho Carretero. Técnicamente, éste fue cosa de mi madre, pues a pesar de la polémica y de querer apoyar al autor cuando se lo censuraron, el tema no me interesaba. Pero en fin, aquí está.
- El bestiario de Axlin, de Laura Gallego. A pesar de lo decepcionante que me resultó mi última lectura de la autora, tengo todavía fe en ella y en lo que puede ofrecer.


- Las hijas del capitán, de María Dueñas. A pesa de su fama y de tener varios de sus libros, aún no ha caído nada suyo. Cuando me anime con ella creo que empezaré por aquí, que el argumento es el que más me llama de sus libros.
- El maestro de la seda, de Liz Trenow. No puedo decir gran cosa salvo que el argumento y un par de reseñas que busqué lo ponían bastante bien.
- No sé, de Barbara Abel. No soy de comprar thrillers pero el argumento de éste me llamó muchísimo la atención.
- La isla de las mil historias, de Catherine Banner. Más de lo mismo: una trama que pinta bien y unas buenas reseñas.
- Tiene que ser aquí, de Maggie O'Farrell. Ídem.
- La librería, de Pelepope Fitzgerald. Ídem.
- Si es amor no duele, de Pamela Palenciano. De Pamela vi por internet un par de versiones de su brutal y magnífico monólogo autobiográfico sobre la violencia de género y cómo la sufrió y la superó. Por supuesto, al ver este libro, tuve que pillarlo.


Hasta aquí. Todo junto en una entrada parece mucho (aunque en realidad no es tanto pues abarca más de medio año) y más cuando en todo lo que llevo de año no he leído NI UN SOLO LIBRO. Así está el plan. Pero espero que la cosa cambie (he empezado uno de una de mis sagas favoritas) y lo que queda de esta mierda de 2018 remonte un poco porque vaya año más horrible, de verdad.