Seguimos con el reto de Clásicos en cremallera y este mes tocaba una autora. Normalmente me reservaba a Austen para Marzo desde que leí Orgullo y prejuicio ese mes en 2013, pero he preferido adelantarla un mes a retrasarla hasta Abril, siguiendo las reglas del citado reto. Esto es en parte porque llevaba una racha de lecturas reguleras (menos mal que Despierta subió al fin un poco la media), por lo que quería una obra que me fuese a gustar casi con toda seguridad para salir definitivamente del bache. Austen era garantía de ello y no me ha defraudado.
Argumento
Los Allen, un matrimonio sin hijos, invitan a Catherine Morland, hija de unos vecinos, a que viaje con ellos a Bath, siendo ésta la primera salida del pequeño pueblo de la inocente joven. Catherine y la Sra. Allen pasan el tiempo comprando y paseando con cierto aburrimiento pues no conocen a nadie ahí.
Durante una fiesta, Catherine es presentada a un joven clérigo llamado Henry Tilney, con quien luego de bailar mantiene una entretenida conversación que basta para que se interese por él. Al día siguiente, ella lo busca por todas las zonas de reunión, pero éste parece haber desaparecido del lugar. Catherine sigue pensando en él hasta que conoce a la señora Thorpe, una vieja amiga de de la señora Allen, y traba una intima amistad con la hija mayor de ésta, Isabella, lo que le permite dejar de pensar un poco en el desaparecido Henry.
Catherine e Isabella llegan a ser muy amigas y es entonces cuando aparecen los hermanos de ambas: James Morland y John Thorpe. Rápidamente, Isabella intenta emparejar a Catherine con John mientras ella intima con James. John Thorpe se ofrece a ser su pareja en el próximo baile, a lo que Catherine accede, aunque es en el mismo en el que reaparece Henry Tilney con una bonita y elegante dama que resulta ser su hermana Eleanor, con quien la joven trabará una nueva amistad.
Catherine, desde ese momento, trata de mantener la amistad con las dos familias, Thorpe y Tilney, algo que no resultará del todo sencillo dadas las diferencias entre ambas.
Reseña
Cuando creía que el estilo de la autora ya no me podía deparar sorpresas resulta que estamos ante una historia que parodia de las novelas góticas y con pasajes de auténtica crítica literaria.
Resulta muy divertido cómo describe a la protagonista en contraposición con las heroínas de novelas góticas a las que la propia Catherine se acaba aficionando. La obra más mencionada e influyente es Los misterios de Udolfo, de Ann Radcliffe, obra que, si llego a leer un día, recordando ésta, ya no me podré tomar en serio. Por no hablar del punto de la trama en que la misma protagonista se ve llevada por la fantasía y cree estar viviendo en una de estas obras. Me ha recordado al planteamiento de El Quijote, de Cervantes, en relación a las novelas de caballerías, que acaban trastornando al protagonista, aunque de una manera menos exagerada. Quizás la pega que le pongo a esto es que queda un tanto concentrado en su último tercio y sabe a poco con todos los enredos que podría haber dado lugar.
En cuanto a la crítica literaria, aparte de la idea que desprende toda la obra sobre la exageración de las novelas góticas (su dramatismo, su oscuridad, sus personajes rocambolescos), también introduce cierto debate en relación a las obras históricas. Me resulta rompedor que diga algo así una autora de su época: "Las querellas de monarcas y papas, con guerras y pestes a cada página, tantos hombres que no sirven para nada y tan pocas mujeres... es muy aburrido". ¡¡Toma tomate!! Y tampoco se queda corta cuando critica a los críticos literarios que desprecian las novelas como una literatura menor por hablar de sentimientos, desprendiendo una terrible misoginia. Sólo por estos pasajes merece la pena darle una oportunidad a esta obra.
Hablando de la protagonista, al margen de su afición a las novelas góticas, me ha parecido el personaje más ingenuo e inocente que recuerdo que haya creado la autora. Refleja muy bien cómo es una chica que no ha salido del cálido ambiente familiar de un pueblo pequeño, lo que choca con la hipocresía, la manipulación y la falsedad de ciertos habitantes de la ciudad. Catherine es incapaz de ver doblez en los demás hasta que ya es demasiado evidente. Una de las virtudes de la obra es la maduración de la joven, que acepta sus errores y aprende importantes lecciones de la vida.
Como detalle revelador de lo que me parece el punto flaco de la obra, su estructura, decir que la abadía de Northanger que da título, no aparece hasta bien avanzada la trama. Hay un cambio un tanto brusco en el guión y, en cierto modo, me ha parecido que enlazaba dos historias diferentes. No sé si me explico. Es como si antes de que aparezca esta abadía fuese una novela y después, otra, que acaban casando de manera un tanto extraña. Como si la autora hubiese tenido dos ideas para dos novelas y, quizás porque no daban para dos, encontró la forma de unirlas en una. Que conste que esto es impresión mía y no he leído ninguna referencia histórica que apunte en ese sentido.
A estas alturas, que ya me declaro fan de la autora, poco más puedo añadir. Quizás destacaría esta novela como una buena elección para iniciarse, aunque no me parezca su mejor obra. Los personajes están muy bien definidos pero les falta algo de carisma, su fina ironía y sarcasmo está presente desde la primera página, con lo que el enganche es inmediato, y el tema de parodiar las novelas góticas le da un plus de originalidad. Muy recomendable.
Hace tiempo que tengo ganas de leerla porque me hace gracia la idea de la parodia de las novelas góticas y ese locurón que le da a la protagonista en plan El Quijote. A ver si me animo y de este año no pasa.
ResponderEliminarEspero que te guste! Estaré atenta a la futura reseña =)
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