Con este libro pongo fin a la tetralogía Crónicas de la Torre, o más bien, la trilogía + spin-off. Ha sido un viaje de bastantes altibajos y me temo que habría disfrutado notablemente más de la lectura de haberla cogido teniendo la edad para la que está pensada. Como adulta, y más al hacer reseñas, quizás he analizado desde una perspectiva que no es la que tocaba.
Dicho esto, pasemos a la reseña en sí avisando de que siendo el libro final va a haber numerosos destripes de los anteriores.
Argumento
Han pasado varios años desde que Dana y Fenris escaparon a la maldición de su Maestro, venciéndolo en el laberinto de las sombras de manera definitiva con la ayuda de sus aprendices: Salamandra, Jonás, Conrado y Nawin. Incluso Kai pudo ayudar cuando tomó posesión del cuerpo de un dragón dorado que fue invocado, pero falleció en la dura batalla. Todos consiguieron escapar del laberinto dejando allí el cuerpo de Shi-mae, que había fallecido recibiendo un justo castigo por sus actos.
Dana sigue siendo la Señora de la Torre e incluso se la conoce ahora también como la Dama del Dragón al tener a Kai a su lado en este aspecto. Desde entonces, ha estado investigando para encontrar la forma de devolverle un cuerpo humano ahora que al menos está en el mundo de los vivos. Por otro lado, Fenris se marchó en busca de un misterioso lobo blanco que le salvó junto a los aprendices cuando todo parecía perdido. Salamandra fue tras él nada más conseguir su túnica roja y desde entonces ha estado viviendo aventuras por todos los reinos ganando fama como la Bailarina del Fuego. Conrado y Jonás también consiguieron la túnica roja, pero el primero se marchó a seguir sus estudios y sólo Jonás se quedó en la Torre ayudando a Dana. De Morderek nadie sabe nada.
Cuando un nuevo alumno llegue a la Torre, Dana tendrá que dejar sus pesquisas a un lado. Saevin es un niño extraño, tiene un poder descomunal y parece saberlo todo. Alguien así puede ser un grave peligro o un salvador de algo que esté por venir. Esa vaga sospecha se la confirma Aonia, quien le advierte que se acerca el Momento, un breve lapso de tiempo que sucede cada varios milenios en que la barrera entre el mundo de los vivos y los espíritus desparece con consecuencias potencialmente catastróficas. Dana, como única Kin-shannay viva, tendrá un papel clave. Para saber más del asunto, viaja a visitar una Oráculo que le hará una profecía: la Torre será el escenario clave donde dará comienzo el Momento y once seres, diez vivos y un espíritu, determinarán el resultado. Para cada uno de ellos hay una predicción, pero la Oráculo no llega a indicarle cuál corresponde con cada quien y entre las advertencias se habla de muertes y traiciones.
Reseña
Según dice la propia autora en la sección de curiosidades de este libro que tiene en su web, a diferencia del anterior, de éste sí tenía una idea más clara de todo lo que quería contar además de que, mientras escribía aquél, ya sabía que habría una tercera parte y final. Ambos puntos se notan al leer La llamada de los muertos.
Critiqué bastante La maldición del Maestro por varios motivos, creo que todos justificados. Para empezar, decía que era un libro prescindible que basaba su existencia en una maldición poco y mal explicada. Por tanto, este libro también se puede considerar innecesario. No obstante, la autora dejó plantada varias semillas para la continuación (la situación extraña en que quedaba la relación entre Dana y un Kai convertido en dragón, el bastón de Shi-mae que robó Morderek, el misterio del lobo blanco que ayudó a Fenris y los aprendices o el triángulo amoroso no resuelto entre aquél, Salamandra y Jonás), puntos que sí merecían ahora un cierre. Es decir, con respecto al primero, es un libro que sobra, pero por lo visto ya en el segundo, no, es necesario.
Otro punto débil del anterior era el cambio de protagonismo, relegando a Dana a un papel secundario y muy infravalorado para todo lo que es y había logrado. Aquí vuelve a ser la protagonista principal con un papel clave como Kin-shannay. Cierto es que es un libro muy coral y movido en que la perspectiva irá cambiando cada pocos párrafos de unos personajes a otros, pero no se olvida de establecer un rango de importancia.
Continuando con los puntos criticados, el triángulo amoroso metido con calzador sigue siendo igual de flojo aquí. En ningún momento llega a despertarnos emoción lo que a todas luces es pura obsesión de Salamandra por Fenris, un flechazo mezclado con admiración, pero tampoco el tira y afloja con Jonás, un personaje demasiado plano del que sólo tenemos un par de rasgos de personalidad muy superficiales. Al menos, la resolución a la que se llega es la que tiene sentido y más habiendo leído primero Fenris, el elfo. Estos libros, y me refiero a la trilogía como tal, se centran tanto en la fantasía, algún misterio por resolver y la acción que la parte emotiva no tiene espacio para desarrollarse de manera creíble. Una pena, porque podría haber dado unas subtramas románticas capaces de tocar el corazoncito con sólo un poco más de introspección y desarrollo de los personajes.
Centrándome ya en exclusiva en este libro, todo lo del Momento y la profecía son elementos sacados de la manga por parte de la autora, además de no muy originales, pero dan una trama interesante y entretenida. Al menos se justifica en el papel de Kin-shannay de Dana para cerrar su historia.
Le reconozco un muy buen trabajo para manejar a todos los personajes que salieron en los dos libros anteriores e incluso tener un par de incorporaciones adicionales. Me imagino que tuvo que ser como armar un puzle muy complejo en el que, a medida que iba poniendo las piezas que estaban más claras, luego iba rellenando los huecos intermedios. Consigue que al final todo encaje y se vea la imagen global nítida y satisfactoria. La única pega es que los giros más dramáticos respecto a las peores previsiones de la profecía se ven venir a leguas y no me sorprendieron en ningún momento. También es hasta divertido que ni un personaje atine con asignar una sola de las advertencias de la profecía con el personaje correcto.
Un aspecto muy positivo e interesante de la saga es el uso del tiempo. La historia inició con el nacimiento de Dana, la vimos crecer hasta adolescente en el primero, en el segundo llega a ser una mujer joven de unos 25 años y en éste creo que se menciona que ha pasado como otra década más. En algunos puntos se nota ese paso del tiempo, aunque también es cierto que le podría haber sacado más partido de haber tenido los personajes más profundización.
Finalmente, el desenlace es quizás lo mejor del libro, al igual que pasó con el primero, El valle de los lobos. Todos los personajes tienen finales adecuados y reconozco que ha conseguido que se me salten las lágrimas. No me convence el rumbo que tomó en el segundo, pero al menos, para lo visto entonces, el final al que se llega es el más redondo posible.
En definitiva, un libro que mejora mucho lo visto en el anterior. Tiene sus puntos negativos, pero da un cierre a la saga más que decente. Se nota la evolución y mejora de la autora con el paso de los años entre el primero y el último y creo que, si por ella fuese, con la experiencia ganada, habría querido reescribirlos parcialmente para redondear su historia y darles a sus personajes el desarrollo y profundidad que se merecían. Sobre todo para edades más tempranas es una saga muy recomendable para iniciarse en la lectura de la fantasía más clásica.





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