sábado, 20 de septiembre de 2025

La ciudad al atardecer. El país de los cerezos, de Fumiyo Kouno

Segunda obra que reseño en este especial que quiero realizar por el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, quizás debería especificar que mi intención es hablar de las obras manga que tenía por casa ya que me parecía el momento adecuado para reseñarlas, así que el especial queda muy centrado en la parte japonesa de la historia.

Si la anterior entrada fue Una mujer y la guerra, mi más reciente adquisición de esta temática, hoy toca la que fue la primera. De hecho, la leí por scans antes de ser publicada en 2007 por Glénat y tenía la intención de haberla fan-traducido para el grupo con el que colaboraba entonces, MWFansub. Cómo ha pasado el tiempo... La cuestión es que no dio lugar a ello pues apenas había empezado el proyecto cuando fue licenciada. Tenía buen ojo por aquel entonces. 

Mencionar por último que si no os hicisteis con esa edición, quizás sea más factible de encontrar la reedición que sacó la ya desaparecida editorial Kodai en 2020. He echado un vistazo rápido y de segunda mano se encuentran varios tomos de una u otra editorial. No obstante he leído que la rotulación de Kodai deja bastante que desear, algo que coincide con páginas de muestra que he visto, así que si podéis, id por la de Glénat
 
Argumento

La ciudad al atardecer.
Año 1955. Han pasado 10 años desde aquel ardiente destello. En una ciudad de Hiroshima cada vez más recuperada del desastre vive la joven Minami Hirano. Cada día va caminando al trabajo desde las chabolas en que vive con su madre, la única superviviente que le queda de su familia. Aunque esto no es exacto, también tiene a su hermano Asahi, pero éste vive en otra ciudad bajo el apellido Ishikawa pues fue adoptado por unos parientes para alejarlo de los efectos de la radiación.

El país de los cerezos (I)
Año 1987. Nanami Ishikawa es una niña que va a primaria en Tokio, juega al béisbol y es poco femenina para lo que le gustaría a su abuela. A diferencia de ella, su mejor amiga, Toko Tone, sí que cumple esa característica. Un día, tras un balonazo, Nanami se escabulle del entrenamiento y convence a Toko para que la acompañe al hospital donde está Nagio, su hermano pequeño, ingresado por asma.

El país de los cerezos (II)
Año 2005. Nanami está preocupada porque su padre últimamente parece hacer cosas raras como desaparecer dando paseos que duran hasta un par de días y la factura de teléfono del mes anterior ha salido disparada. Una noche decide seguirlo y por casualidad se reencuentra con Toko, a quien llevaba tiempo sin ver. Ambas deciden seguir al padre de Nanami, quien acaba viajando hasta Hiroshima.
 
Reseña

Este tomo es una pequeña joya, uno de esos imprescindibles que recomendaría siempre. Hacía tiempo que no le daba una relectura y aunque no ha tenido el impacto de la primera vez, sigue emocionando y haciendo reflexionar. Es una de esas contadas obras que gana en cada relectura.

Se trata de un tomo muy fino, apenas son unas 100 páginas en total, pero cuenta una historia muy bien estructurada en los tres capítulos que tiene. Quizás he escrito más de lo que debería en el argumento, pero aunque está bien narrado, puede llegar a ser algo confuso y necesitar un par de relecturas para atar los hilos que unen los tres momentos temporales. Por eso he preferido explicar de más que de menos para que sepáis cómo es la historia que se cuenta.

La masacre que supuso el lanzamiento, por parte de Estados Unidos, de las dos bombas atómicas no acabó con su explosión, como ya sabréis. Muchas obras se centran en el antes (el desarrollo de las bombas, la política militar, las grandes batallas...) y el inmediato después. De haber sido unas bombas normales, poderosas, pero normales, esto tendría todo el sentido. Sin embargo, el horror secundario de estas bombas estuvo en su radiación, que dejó marcada física, mental y sociológicamente a quienes sobrevivieron bajo el término hibakusha. Es en este legado cruel en el que se centra la autora. Quienes no murieron el mismo 6 de agosto o en los días posteriores no sólo debían enfrentar las secuelas físicas de quemaduras y heridas, también tenían el sentimiento de culpa de haber sobrevivido, en muchos casos dejando atrás a quienes no podían ayudar. A esto, que son secuelas habituales en supervivientes de catástrofes en general, se sumaba el miedo de no saber cuándo aparecerían enfermedades derivadas, o si sus hijos o hasta nietos llegarían a tener problemas de salud. Para complementar lo visto en este tomo os puedo recomendar el documental Atomic people. Por simple ley de vida, ya quedan pocos hibakusha, así que su testimonio es imprescindible para que nunca caiga en el olvido el horror de este tipo de bombas.

Por cercanía temporal y por verse las secuelas de la bomba de manera más cruda y directa, la primera historia es la más brutal de las tres, y eso que ahí ya han pasado 10 años de su estallido. Aparte, hay escenas en flashbacks de Minami del momento y son desgarradores. La autora ni siquiera necesita ser explícita. Con metáforas visuales y sin detallar nos hacemos una idea del horror. Esto hace que los dos capítulos siguientes contrasten mucho, casi parece que estamos leyendo otra obra, una que resulta hasta superficial e inconexa, pero todo acaba relacionado. Si sentís que no merecen tanto la pena estos dos capítulos, dadles una relectura pasado un tiempo, ataréis mejor todo lo que la autora pretende transmitir. A mí me pasó, pero con cada relectura he ido apreciando mejor los detalles que unen los tres momentos temporales.

Al final del tomo (supongo que también estará en la edición de Kodai) hay un epílogo de la autora. Fumiyo Kouno procede de Hiroshima y aunque estuvo en el Museo de la Memoria en su etapa universitaria, le había dado la espalda a lo sucedido como algo del pasado, se desvinculó. Con esta historia superó esa incomodidad para dar una lección al pueblo japonés que había seguido su vida olvidando todo lo posible lo vivido. Me parece un testimonio muy interesante por autocrítico para con ella misma y con su pueblo.

En definitiva, una pequeña joya que no debería faltar en vuestras estanterías. La autora hace un más que digno homenaje a quienes vivieron ese horror, en especial en las secuelas que han sufrido generaciones enteras. Dibujo sencillo, estilo cotidiano y un par de puntos de romance muy bonitos. Estos elementos que te ponen el corazón calentito contrastan con la tragedia narrada de una manera sutil, pero desgarradora.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Una mujer y la guerra, de Yoko Kondo

Este año se ha cumplido el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y me parece una fecha adecuada para hacer al menos un par de reseñas de obras relacionadas con ella. No sé cuántas serán al final, me gustaría que fuesen cuatro más, pero de momento aquí va la primera.

Una mujer y la guerra es un tomo único publicado por la editorial Gallo Nero en 2023. En los meses posteriores a la rendición japonesa de 1945, Ango Sakaguchi, autor provocador e inconformista, escribió dos relatos recopilados en una novela con este mismo título (en 2022 fue publicada por la editorial Satori). Cada relato ofrecía dos perspectivas distintas sobre la vida bajo las bombas: una masculina y otra femenina. En 2012, Yoko Kondo, mangaka cercana al círculo de la revista Garo, decide hacer una adaptación a manga entrelazando las dos historias en un único relato.

Argumento

«Deseo de todo corazón que llegue el día en que la ciudad quede envuelta en llamas.»

Una mujer exprostituta e incapaz de sentir placer comparte con su amante la exaltación erótica que le provoca el fuego y la destrucción en medio de las ruinas y los cuerpos carbonizados.

No es el amor lo que los une, sino el caos que los rodea. 

En medio de los bombardeos nocturnos sobre Tokio, la mujer oscila entre un intenso deseo de vivir y el miedo a morir en un Japón que llega a su fin: «El gran fuego que devora el mundo y todo lo reduce a cenizas es lo único que me satisface».

Reseña

Debo decir que lo más cercano a este tomo que he leído fue Elegía roja y no conecté con ese estilo nihilista y alternativo que me pareció que quería ser intenso y yo sólo vi absurdo, vacío e insufrible. Me temo que este segundo intento de probar algo similar ha dado un resultado sólo un poco mejor. No tan malo, pero lejos de ser algo con lo que pueda conectar o disfrutar.

En la obra se muestra el día a día de una pareja que vive soportando los bombardeos estadounidenses sobre Tokio poco antes de que éstos también lancen las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki y que los soviéticos derroten en Manchuria a los japoneses, llegando así a la rendición oficial de Japón. Hay aspectos interesantes como las menciones al racionamiento, al mercado negro o a los pantalones que las mujeres se debían poner o eran recriminadas por los oficiales. Hasta aquí, bien. Habría sido una historia interesante que podría haber dado mucho juego dramático y como testimonio de la guerra en Japón. El problema ha sido la pareja protagonista.

El pasado de exprostituta de la mujer ha hecho que sea incapaz de sentir placer con el sexo y parece que sólo disfruta con el fuego y los bombardeos. Mi explicación a esto es que quiere ver arder el mundo que la ha tratado como un objeto y la ha destrozado mentalmente. El problema es que esa idea tan potente en manos de una autora con un mínimo de conciencia feminista ni se ha plasmado de manera evidente ni la he percibido en la lectura aunque fuese sutilmente. Más me ha parecido que su pasado es una pobre excusa para el morbo y para meter desnudos y escenas sexuales cada pocas páginas, por mucho que sea con un estilo minimalista en que no se ve gran cosa. 


Con todo lo que supuso la Segunda Guerra Mundial, resulta chocante leer una historia en la que su protagonista no quiere que acabe. Le dan igual las muertes, el sufrimiento o la destrucción que ve a diario a su alrededor, así que a pesar de sus circunstancias nos pone difícil sentir empatía por ella dado su egoísmo. Si respondiese a algo profundo, tendría un pase, pero es que sólo percibo que le gusta el juego de luces del fuego y los bombardeos porque es lo único que paradójicamente la hace sentir viva. Desde luego es una historia con un enfoque que se aleja de lo que podemos encontrar. Lo malo es que dicha premisa no creo que esté bien plasmada. Aunque el manga sea obra de una mujer, se basa en una novela de un hombre y si de por sí el machismo en Japón en la actualidad sigue siendo horrible, pensemos en un autor masculino de mediados del S. XX. Lo que plasma como su idea de una mujer exprostituta (promiscua, adúltera, vive sólo para el sexo) me parece que está a medio camino entre la fantasía y el desprecio, algo que precisamente coincidiría con la perspectiva del protagonista masculino.

Por parte de él, no he terminado de tener claro si la acaba amando o no; si la desprecia por su pasado o si le da igual. De apostar, diría que la ama hasta cierto punto, pero no la respeta porque su pasado está manchado y ella está rota y es incapaz de amar normalmente. Se unieron por beneficio mutuo, ella se libraba de ser enviada a las fábricas y él obtenía una amante, una compañera y alguien que se encarga de ir a buscar alimentos mientras él trabaja de escritor (esto me sirve de "prueba" de lo que decía antes de relacionar al autor con su protagonista). Se entiende que es una situación temporal mientras dure la guerra y que después, si siguen vivos, él buscará a una mujer más digna como esposa. En definitiva, un hipócrita. 

Aparte de esta pareja existe un secundario, un viejo desagradable, lascivo y morboso que disfruta con las desgracias ajenas. Representa de maravilla lo peor del ser humano en semejantes circunstancias, eso no se puede negar.

La mayor baza de un manga es la potencia gráfica que tiene para mostrar los sentimientos o el terrible escenario que en este caso se tiene de fondo y me temo que este estilo cercano al gekiga es demasiado inexpresivo y plano para mi gusto.

En definitiva, Una mujer y la guerra es, sobre todo, la historia de una mujer rota en un país que se hunde, pero me temo que no plasma la intensidad que tiene esta idea. No hay nada positivo que sacar de su planteamiento nihilista y oscuro, algo que tiene sentido en un relato bélico, pero no tanto en una obra sobre personajes por mucho que su contexto sea el de guerra, no sé si me explico. Sin duda, es una historia diferente y no me arrepiento de haberle dado una lectura, pero solo eso, no será de las que conserve en mi memoria o estantería por el desagradable retrato que hace de sus protagonistas, así que tampoco iré por la novela, bastante ha sido esta adaptación.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

My cosmic monster, de Motteke

Juro que no ha sido a propósito, pero aquí estamos, reseñando una serie que podría ser un mix entre mis últimas dos reseñas: Mi chico lobo y Onegai teacher. Simplemente, vi los dos tomos en la estantería y para que no se quedase como una de mis eternas pendientes (mejor no hago recuento), me puse con ella. 

My cosmic monster se trata del único shôjo que ha hecho la autora hasta el momento. Salvo esta excepción, se ha dedicado por completo al BL (hay un gag muy bueno en la serie que tiene relación con esto). Además, fue su primera obra en superar el tomo único de extensión, lo cual no quita que haya dado una serie bastante buena.

Argumento

Tsubaki es una estudiante de secundaria que vive pendiente de estar mona todo el tiempo y tiene tanto éxito que no paran de declarársele chicos de su instituto, sean del curso que sean. Hasta el momento los ha rechazado a todos porque no termina de entender qué es eso de estar enamorada. Claro que su popularidad también le granjea la enemistad con otras chicas y, como no se atreve a enseñar a sus amigas su cara de enfado para que no dejen de pensar que es una chica adorable, debe gritar su frustración en soledad. 

Después de uno de esos momentos de desahogo ve lo que entiende que es un perrito algo raro en una caja con el mensaje "Por favor, adóptame". Le resulta tan adorable que finalmente se lo lleva a casa y lo lava mientras ella también se baña. Con el extraño animalito, Tsubaki se siente lo bastante relajada para confesarle lo que siente, que nadie la apreciará si no es mona. 

El momento de calma lo interrumpe abruptamente su hermana mayor, Mai, una obsesa del tema alienígena que dice que uno de sus cacharros ha detectado algo en el baño. Por raro que pueda ser un perro, está claro que éstos no flotan en el aire, que es justo lo que hace la criatura antes de transformarse en un chico de su edad, completamente humano y desnudo, que responde al nombre de Fuwa.

Reseña

Si en Mi chico lobo teníamos un shôjo sobre el romance entre una adolescente y un lobo que se transforma en humano, aquí cambiamos el lobo por un alien que de peluche achuchable (y que no se parece en nada a un perro, que la protagonista vaya al oculista o mire en internet las razas de perros que existen) se transforma en humano. Luego, en Onegai teacher tenemos los papeles cambiados y es ella la alienígena. Como decía, esta serie es casi un mix de ambas. En lo que coinciden las tres es en que el trasfondo fantástico está muy poco desarrollado, pero, aun así, ésta me ha parecido quizás la mejor llevada o la que le da un poco más de relevancia al tema.

La serie tiene un enfoque tirando más hacia el humor que al drama. No creo que dé para soltar carcajadas, pero resulta muy simpático y la sonrisa sí te la llega a sacar de manera constante. Ya que estamos, os recomiendo Cosmos shou e youkoso, una historia corta de Ai Morinaga que tiene una premisa muy parecida pero de humor mucho más bestia.

Una cosa que me ha sorprendido para bien de esta serie es el peso que tiene Mai, la hermana mayor de Tsubaki, en la historia. La relación entre ambas es mucho más relevante que la componente romántica buena parte de los dos tomos. Son muy diferentes, se adoran, pero es inevitable que en una edad tan compleja como es la adolescencia haya sentimientos complicados de entender y controlar. Me han parecido muy humanas y adorables.

Que la hermana se lleve tanto peso en el inicio de la serie hace que el romance realmente crezca poco a poco. Tsubaki tarda en enamorarse de Fuwa ya que es su forma de peluche y como mascota lo que le gusta de él. Como humano se convierte en un amigo algo irritante, pero confiable, por el que llegado cierto punto empieza a sentir algo más que ni ella comprende. Esto es coherente con lo que ella mismo dijo al principio, que aún no sabía lo que era estar enamorada. Así pues, cuando llegan los momentos emotivos, realmente los llegamos a sentir. Es muy tierno y cuqui todo. Me habría gustado ver algo más desde el punto de vista de él al respecto de cómo se desarrollan sus sentimientos, es la única pega que puedo poner a la parte romántica.

Resulta un poco triste que Tsubaki sólo se presente a los demás como chica mona, adorable y una santa. En realidad, es muy carismática, se pilla sus berrinches sin por ello dejar de ser una buena persona. Tiene su explicación durante la serie y es una buena construcción de personaje la que hace la autora con ella. Lo que parecía simplemente un punto de partida cómico tiene un tratamiento muy humano que no esperaba.

El punto más débil de la obra es su brevedad por cómo de abrupto es el final y todo lo que deja en el aire. Fuwa resulta ser un príncipe en su planeta, así que debe de volver, [destripe] pero una nueva avería en su nave le hace regresar y... ¿ya se queda para siempre? ¿No hay ningún conflicto con el rey? ¿Lo hay y no nos lo muestra? [fin del destripe]. Es un cierre en falso que o bien la autora no pudo culminar como tenía en mente por falta de espacio porque no le dejasen alargar la serie o bien se queda así tal cual por decisión propia de no calentarse la cabeza. Sea como sea, es un mal final. Y no sólo por el tema alienígena, sino porque durante la serie se vislumbran un par más de posibles parejas y la serie acaba sin saber qué sucede con ellas. Una pena porque ambas me parecían muy monas y habría querido ver el camino que seguían.

Algo en lo que me quiero detener es en el dibujo. La autora tiene un estilo un tanto de bocetos sin terminar de perfilar, lo que le da un punto de carácter propio. Además, tiende a rellenar mucho las viñetas y hay muchos bocadillos y textos fuera de éstos. La rotulación tuvo que ser una pesadilla y aquí se lleva mis dieces la persona que se encargó.

En definitiva, una serie simpática, mona, con algunos gags que son muy buenos y que nos pondrá la sonrisa en la cara mientras leemos una historia muy humana, a pesar de contar con alienígenas en el planteamiento. Una pena que tenga un final tan abrupto que deja demasiadas cosas importantes sin resolver.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Onegai Teacher, de Please! y Shizuru Hayashiya

Quienes lleven más de dos décadas en el mundillo del anime (ay, me siento vieja) seguro que reconocen este título que hoy reseño en su adaptación a manga. Me hice con los dos tomos que forman la serie vía mercadillo hace años, antes siquiera de abrirme el blog. Estos fueron publicados por Comics One, una editorial estadounidense que acabó desapareciendo a pesar de tener algunos títulos muy interesantes (empezaron el manga de Bride of Deimos y llegaron al séptimo tomo, ojalá poder echarles el guante aunque quedase incompleta). También llegaron a sacar la novela de esta serie y la de su secuela, Onegai Twins.  

Antes de empezar la reseña debo decir que cogí los tomos de la estantería pensando que eran unos firmes candidatos para wallapop. Una obra mítica y supongo que casi imposible de encontrar a día de hoy debería poder venderla por un buen pico. Recuerdo que me gustó mucho en su momento, pero con los años transcurridos esas impresiones seguramente serían diferentes. Pues bien, parece que me equivocaba. A pesar de sus defectos, que los tiene, me sigue dejando el corazón calentito. 

Argumento

Una noche, Kei Kusanagi ve en el lago lo que debe ser un avistamiento alienígena en forma de atractiva mujer que desciende sobre la superficie. Sobrecogido, no se queda mucho tiempo y sale corriendo del lugar. Claro, a la mañana siguiente sus amigos le notan cansado y bromean con él hasta que un compañero llega con la noticia bomba de que su tutor se retira y entra como sustitución Mizuho Kazami, una belleza que también les dará la asignatura de inglés.

Kei vive con sus tíos, que son médicos, y ese día después de clases le hacen un el chequeo. Durante la mañana sintió que iba a tener un ataque de "estancamiento", una enfermedad rara que produce un estado comatoso que llega a detener el crecimiento del cuerpo. En su caso, ha llegado a estar tres años en esa situación, por lo que no tiene los 15 años que comparten el resto de sus compañeros, sino que mentalmente tiene 18, aunque exteriormente no lo aparente. Finalmente parece haber sido falsa alarma y simplemente es cansancio.

Por el balcón ve que tienen nuevos vecinos y reconoce a Mizuho, que está en plena mudanza. Kei decide echarle una mano con las cajas, pero al verla con el pelo suelto reconoce a la alienígena de la noche anterior. A partir de ese momento, todo se descontrola y las vidas del joven y la bella alienígena cambian por completo.

Reseña

Sí, visto el argumento, lo cierto es que no se sabe muy bien por dónde coger la serie. Se trata de una muy extraña combinación de ciencia ficción con comedia romántica y toques de drama por la situación médica del protagonista. Es difícil pensar que se pueda meter esto en una coctelera y que salga algo decente. Más aún si nos ponemos a buscar imágenes, que la mayoría son puro fanservice de la protagonista. Sin embargo, salvando las distancias, me pasa algo similar con Full Metal Panic!, que siendo una combinación también imposible es una de mis historias favoritas de todos los tiempos. No llega a tanto este caso, pero me ha vuelto a tocar la fibra.

De las tres patas de la trama (la ci-fi, la romcom y el drama), son las dos últimas las más importantes para la serie. Todo el tema alienígena queda muy en el aire y salvo por el arranque y algo en el desenlace, no tiene prácticamente trascendencia. Hay tantas preguntas que se podrían lanzar y que quedan sin respuesta que ni las voy a enumerar.

El foco de la serie está en el romance que va creciendo de una manera muy tierna entre los protagonistas y cómo van superando las dificultades: el miedo inicial de ambos por el otro dado que él ve a una alienígena de intenciones desconocidas y ella teme que le eche a perder su misión; la relación que tienen como profesora y alumno con el riesgo de que otros descubran el pastel; los sentimientos de terceros; Maho, la hermana menor de Mizuho, rechazando su relación; y la enfermedad de Kei. Para la escasa duración de la obra, el desarrollo de ambos es bastante bueno y llega a resultar creíble aun con ese inicio tan extraño. Kei es un chico tímido y tranquilo que desea madurar y seguir creciendo física y mentalmente para ser el hombre que ella merece y Mizuho, que es la fantasía de cualquier adolescente, realmente tiene más fondo de lo que se podría esperar dada la premisa. La química entre ambos llega a ser muy bonita.

Normalmente, en los shôjos que he leído (por ejemplo: Faster than a kiss o Shibuya Love Hotel), lo que una se encuentra como amor prohibido es un profesor y una alumna, algo normal dado el target objetivo, así que es lógico que los papeles estén cambiados siendo esto un shonen. Ya lo he dicho en esas reseñas, es un tema espinoso en el que se romantiza una relación desigual, tanto por la diferencia de edad como por el desequilibrio de poder. Cada historia que lo toca tiene su enfoque y aquí la enfermedad del protagonista sirve como excusa para que legalmente no haya problemas y la diferencia de edad quede muy acortada. Sigue siendo problemático, pero bueno, es ficción y está bien llevado el desarrollo de la pareja.

En cuanto a la enfermedad de Kei, no deja de estar muy cogida con pinzas. En esta versión en inglés sale como "stagnation" cuya traducción más cercana creo que sería "estancamiento". Aunque se aplica para agua estancada, diría que vale para este contexto. A pesar de que no tiene ninguna base real, para el final de la serie queda explicado por qué le dio ese ataque que le detuvo tres años el tiempo. Se conecta con lo que sería un trastorno psicosomático (que me perdonen los médicos si meto la pata al usar este término) extremo derivado de un trauma pasado y al menos le da un punto de resultar plausible. Para el poco sentido que parecía tener todo, se llega a una respuesta decente, aunque quizás peca de un punto de exceso de melodrama en el final.

Por último, mencionar que el grupo de amigos de Kei tiene su peso en la historia como secundarios. Resulta de agradecer que entre ellos tengan sus propias historias y dinámicas, que las tres chicas no estén todas enamoradas de Kei, ni los dos chicos caigan prendados de Mizuho. Me parecen muy naturales y bonitos los sentimientos que nacen y se desarrollan en ellos. Además, la forma en que el protagonista lleva la confesión de una de sus amigas es sorprendentemente madura y realista.


Por el contrario, quien me sobra bastante en la serie es Maho, la hermana pequeña de Mizuho: irritante, histriónica y una psicópata en miniatura. Se intenta justificar su comportamiento con el amor por su hermana, pero no deja de ser una niña malcriada. Si el espacio que le dedican lo hubiese ocupado un compañero alienígena de Mizuho, un superior y/o posible pretendiente, la historia habría ganado por librarnos de la cría insufrible y por quizás tener algo más de contexto en lo relativo al ci-fi tan poco desarrollado que tiene la serie.

Como adaptación del anime, se nota que la historia ha quedado aquí más condensada. Con un tomo más que hubiese permitido un desarrollo algo más lento habría ganado mucho. Aunque tengo un vago recuerdo de su versión original, es algo inevitable siendo una serie de 12 capítulos. Si algún día lo vuelvo a ver me gustaría editar esta entrada y añadir algo más al respecto. 

En definitiva, una serie que sorprende para bien a pesar de su premisa. Es de estos casos en que las expectativas tiran tan a la baja que a poco que se superan, la obra queda en la memoria como una joya. No diría que tanto como eso, pues tiene sus problemas que empañan el conjunto, pero sí que resulta disfrutable. Podría haber dado más de sí en su parte de ci-fi y, aunque poco para lo que podría ser, el punto de fanservice de Mizuho me sobra. Con todo, es una serie tierna y con muy buen desarrollo. 

lunes, 25 de agosto de 2025

Mi chico lobo, de Yoko Nogiri

Hoy toca reseña de una de mis últimas adquisiciones, una de las que salieron en la pasada entrada de junio y julio. Se trata de una serie de cuatro tomos que Norma sacó durante el 2018 y que ha descatalogado recientemente. Como la tenía en mi lista de futuros y era de lo poco 
que me interesaba de esta última tanda de descatalogaciones la pillé por wallapop antes de que la gente se volviera majara con los precios. En vez de buscarle un posible hueco definitivo en las estanterías pensé que mejor era leerla primero, pues estoy en una etapa de intentar quedarme solo con aquello que realmente me guste y tampoco me daba el pálpito de ser lo que diríamos un imprescindible. Veamos qué sensaciones me ha dejado al final.

Debo decir que me ha salido una reseña en que comento bastantes cosas que se pueden considerar destripes aunque lo haga de manera general sin entrar en detalle. Lo más concreto sí que lo he dejado en color claro para que no se lea sin querer. Aviso hecho.

Argumento

Los padres de Komugi Kusunoki están divorciados desde que ella era niña y, desde entonces, ha estado viviendo con su madre en Tokio, aunque no por ello ha perdido el contacto con su padre, que vive en Hokkaido. Esta situación cambia cuando su madre debe irse por trabajo un año entero a Fukuoka, por lo que a la joven se le presentan dos opciones: seguir en Tokio, en casa de su abuela, o irse con su padre. Dado que en el instituto se encuentra aislada del resto por una bronca con sus amigas, decide empezar de cero y se marcha con su padre.

En su nuevo instituto no tarda en hacer amistades con dos chicas, Kana y Keiko, pero su compañero más peculiar es el chico que se sienta a su lado, Yû Ôgami, quien nada más llegar ella a su pupitre dice gustarle su olor. Éste, junto a otros tres chicos guapísimos, forman el cuarteto de ídolos del instituto y cuentan con multitud de fans. Esto le trae recuerdos a Komugi del desencadenante de la pelea con sus anteriores amigas, así que su intención es no tener mucho contacto con ellos. Sin embargo, la joven acaba simpatizando con Ôgami a pesar de algunos comentarios malintencionados que no tardan en llegarle.

Un día que llega temprano a clases, Komugi pilla a Ôgami durmiendo bajo un árbol. Al acercase, pisa algo y el chico pega un grito de dolor pues la joven le ha aplastado su... ¿cola? ¿Y también tiene orejas perrunas de repente? No... ¡¿es un lobo?! ¡¿Y dice que se la zampará enterita si lo cuenta?! Bueno, esto último es una broma... solo que Komugi no puede escucharlo porque se desmaya de la impresión. 

No sólo Ôgami, que es un lobo, los otros tres ídolos también son en realidad criaturas con el poder de transformarse en humanos: un zorro, en el caso de Rin Fushimi; un tanuki travieso, Aoshi Awaji; y un gato de dos colas, Senri Miyama. No es la primera vez que les pasa que algún humano les pilla a medio transformar, pero sí es una novedad que no consigan borrar el recuerdo de Komugi.
 
Reseña

La serie es básicamente un drama romántico con trasfondo de fantasía y está llena de clichés para cualquiera que lleve años en el mundillo de los shôjos. Lo cierto es que en varios elementos recuerda mucho a Fruits Basket y, claro, eso son palabras mayores. Los personajes que se transforman en animales (técnicamente, aquí es al revés, son animales que se transforman en humanos), el tema del borrado de recuerdos, la chica normal que descubre el secreto [Destripe] y que, oh, la casualidad, resulta que conoció a Ôgami de niña de casualidad al igual que Tohru tuvo un encuentro con Yuki [Fin de destripe] y un personaje bastante gris (tirando a negro) del que dependen y que acepta la situación. Si se lee con dicha serie en mente, será un desastre, pero si te consigues abstraer, te da para un rato entretenido con algún punto tierno y emotivo que reconozco que ha logrado que se me salten las lágrimas.

La serie tenía bastante potencial, pero no se ha explotado. Los cuatro tomos se quedan muy cortos para desarrollar poco más que el romance de la pareja protagonista, el trauma de Ôgami y su madre y el pequeño misterio de por qué no consiguieron borrarle los recuerdos a Komugi. Aparte de eso, todo lo relativo a la fantasía de estos seres que se transforman en humanos y su mundo queda muy en el aire. ¿Además de transformarse y borrar la memoria tienen otros poderes? ¿Cuántos de ellos hay? ¿Sólo están los que viven en esos montes? ¿Hay diferencias entre las distintas especies? En cierto momento le dice un personaje a la protagonista que el mundo está repleto de cosas que los humanos no pueden comprender y ella no hace por preguntar "¿qué más hay?". La verdad es que sorprende la falta de curiosidad e interés de la protagonista por el mundo tan increíble que se ha abierto ante sus ojos. Y ni ella hace por saber más ni se amplia esta idea durante la historia.
 

Por parte de la protagonista, Komugi tampoco tiene un gran desarrollo. La chica resulta bastante plana: es una buena persona, sin más, alguien que hace lo correcto a pesar de las consecuencias, como lo que generó la pelea con sus amigas. Se desaprovecha que por un par de días vaya de vuelta a Tokio como momento que habría permitido encarar a sus ex-amigas. Esta parte de la trama considero que queda cerrada en falso cuando ella simplemente acepta que hizo lo que debía, algo que supera ya en el primer capítulo gracias a las palabras de Ôgami. Tampoco se le dedica espacio a la relación con su padre, con el que no ha vivido desde niña. Se nos dice que han estado en contacto gracias a las nuevas tecnologías, pero en varios momentos se ve que no saben tratarse mucho. Y habiendo estado con su madre hasta entonces, también me choca lo poco que parece echarla de menos. ¿Tan fríos son los japoneses? En definitiva, una protagonista con muy poca personalidad y carisma.

De Ôgami no hay mucho que decir y, realmente, lo más destacable tiende a ser negativo. Protagonista masculino en general amable y simpático, pero con puntos de imbécil e insensible. [Destripe] La respuesta a la confesión de Komugi de "olvidemos que esto ha pasado" es insultante. Y luego, cuando empieza a sentir celos por Rin, va y le suelta que aunque no puede corresponderla, puede darle besos y abrazos porque no la quiere perder... Sin comentarios [Fin de destripes]. Por lo demás, personaje bastante plano sin mucha chispa. Lo único interesante es lo relativo a la historia con su madre, que a pesar de lo traumático que fue, tiene un desenlace positivo para él, aunque algo sacado de la manga y demasiado amargo. [Destripe] ¿Toda la serie hablando de abandono y al final es que ella pidió a las criaturas del bosque que lo cuidasen porque le faltaba poco para morir? De nuevo, aquí Ôgami me parece un insensible que se toma el descubrimiento como si nada, no suelta una lágrima y la única función de esto es que así puede estar con Komugi pues, oye, qué bien, no le abandonó, sólo se murió sola sin poder despedirse de su hijo [Fin de destripes]. Es decir, le habría venido bien un punto adicional de sentimiento porque queda muy mal. En general toda la serie roza el drama pero nunca entra de lleno y no sé por qué, porque esto era para haber llorado a base de bien.

La serie también incluye un previsible triángulo amoroso que es evidente que no va a ningún lado desde el mismo título: "Mi chico lobo" (vamos, que ni zorro, ni tanuki, ni gato). Desde que Rin aparece en escena, sabemos que se va a dar este cliché innecesario dada la escasa duración de la serie. Punto a favor que a priori [Destripe] desista por el cariño que le tiene a Ôgami, por encima del amor romántico hacia Komugi [Fin de destripes], esto me ha parecido bonito. Sin embargo, he dicho "a priori", porque para el final de la serie éste no ha superado sus sentimientos y queda un tanto a libre interpretación lo que puede pasar a partir de entonces porque veo poco factible que no acabe estallando un conflicto en algún punto. He estado leyendo opiniones y muchas coinciden en que preferían a Rin y no me extraña pues su personaje es bastante más carismático y se percibe una evolución en él. Realmente entre la pareja protagonista no hay apenas química y resultan bastante sosos.


Supongo que la autora tenía guionizada la serie por completo, o casi, cuando la inició. Ha contado lo que quería y se agradece cuando no se mete relleno insustancial, pero siento que por el contrario se ha quedado corta para poder dar fondo y personalidad a sus personajes. Sólo hay que ver la ilustración anterior: la protagonista, los dos chicos que forman el triángulo, Aoshi de fondo y el cuarto ni siquiera sale en su forma humana. Lo cierto es que el pobre Senri, el gato, apenas tiene cuatro frases en toda la serie. Al menos la autora le da una historia corta al final para contar su pasado y es bastante bonita. Aoshi tiene más relevancia durante la serie, pero como el clásico personaje travieso que disfruta cotilleando y siguiendo el drama de sus amigos. Al final es el que queda menos desarrollado de los cuatro. 

Cabe mencionar que a través de un personaje secundario se introduce un interesante hilo argumental del que no llega a tirar cuando se menciona que está metido en el ayuntamiento no sólo para conseguir los papeles que puedan ir necesitando los chicos sino también para evitar que el desarrollo urbano acabe perjudicando el hábitat de los seres fantásticos que viven en esos montes. Esta idea por sí sola daba para toda una serie. De nuevo, potencial desperdiciado.

Si en vez de en un manga estuviésemos en una novela romántica adulta, esta serie habría sido el primer libro de cuatro con cada chico como protagonista de uno de ellos. Esto no sólo habría permitido conocerlos más sino ampliar todo el mundo que ha creado pero no ha desarrollado.

Aunque la reseña me ha salido bastante negativa, lo cierto es que la lectura como tal ha sido agradable. Es lo que tiene sumergirte en una historia con el piloto automático sin pararte a pensar demasiado. Sin embargo, al terminarla y empezar a analizarla se van viendo los puntos débiles que tiene. Ninguno de ellos me parece horrible como para decir que no merece la pena la serie para, al menos, una lectura. Es mona, tiene algunos momentos tiernos e ideas interesantes, pero ni aprovecha todos aquellos hilos de los que podría tirar, ni desarrolla a los personajes, ni da un romance realmente creíble.