viernes, 10 de enero de 2020

Kingdom Hearts

En Mayo del año pasado entró en casa como regalo de cumpleaños el Kingdom Hearts III. Después de tantos años esperando su salida, lo normal era haberme puesto con él en cuanto hubiese tenido oportunidad pero lo cierto es que con lo compleja que se había vuelto la trama y que hacía mucho que no jugaba a ninguno, recordaba más bien poco y me daba algo de miedo no disfrutarlo por haber olvidado mucho de lo que pasaba en los anteriores juegos, sobre todo del segundo, que, si mal no recuerdo, sólo llegué a pasármelo una vez. 

Por resumir un poco mi historia con la saga, sé que me pasé varias veces el primero, que hoy reseño, en la PS2. Luego creo que me pasé el Chain of memories en la DS (su consola original era la Advance pero no la llegué a tener) una vez y luego el Kingdom Hearts II una única vez en la PS2. Más adelante me pasé el 358/2 Days y el Birth by sleep no lo llegué a tocar y lo tengo pendiente (*shame on me*). Aparte, ya con los Remix de la PS3, en 2014 (lo sé gracias a los trofeos logrados y sus fechas) me volví a pasar la historia del primero y del Chain of memories. Es decir, que hace como cinco años que no tocaba un juego de la saga. Así pues volví a coger el Remix del primero, me lo pasé en los dos modos de dificultad que me faltaban, logré el resto de trofeos y conseguí el Platino. Con todo eso hecho, toca al fin que le haga reseña al inicio de esta saga.

Argumento

Sora, Riku y Kairi son un trío de amigos que juegan juntos en las Islas del Destino. Allí están en plena fabricación de una balsa con la que poder salir a navegar y llegar a descubrir otros mundos, algo que está en la mente de todos, especialmente de Riku, desde que Kairi llegó a su pueblo años atrás. 

La noche previa a la partida se desata una tormenta terrible sobre las islas. Sora llega allí preocupado por asegurar la balsa y se la encuentra infestada de unas criaturas oscuras que más tarde descubrirá que se llaman "sincorazón". Esquivando a estos seres, Sora encuentra a Riku quien, más que temer lo que está sucediendo, parece feliz de tener la oportunidad al fin de descubrir otros mundos y no le da miedo que para ello la oscuridad se lo trague. Justo cuando la oscuridad también está a punto de llevarse a Sora, una luz surge y en sus manos aparece una espada con forma de llave con la que puede luchar contra los sincorazón. Finalmente, Sora encuentra a Kairi pero ésta se desvanece en cuanto está a punto de abrazarla. A pesar de sus esfuerzos, la oscuridad acaba arrastrando a Sora lejos de su isla.

En otro rincón del universo, en un enorme castillo, el rey Mickey ha desaparecido dejando una carta con instrucciones a su fiel mago Donald y su no-muy-valiente soldado de la guardia Goofy. Los mundos están desapareciendo y ambos deberán encontrar al elegido de la "Llave espada" pues tiene la clave para detener esa destrucción.

Sora se encontrará con Donald y Goofy en un mundo llamado "Ciudad de Paso" y accederá a ir con ellos para así poder buscar por los distintos mundos a Riku y Kairi.

Historia

La trama de este primer juego de la saga se puede considerar un tanto simple, sobre todo si tenemos en cuenta cómo se complejiza todo a partir del siguiente juego con la entrada en escena de la Organización XIII, quizás demasiado, perdiendo la esencia de esta aventura tan divertida y amena. Recuerdo que antes de su lanzamiento, que entonces compraba alguna revista de videojuegos, aluciné en colores al ver que iba a salir un juego que mezclaría a Disney con los Final Fantasy. La locura maravillosa que podía salir de ahí era de lo más apetecible y tenía todos los elementos para que me encantase, como así fue. 


Quizás sea porque todo el interés estaba en conjugar los dos universos pero la trama como tal quedó un tanto sencilla, con elementos muy clichés que formaban su base: el triángulo amoroso entre los tres amigos, el bien contra el mal sin muchos matices o la ambigüedad en el mejor amigo en lo que al bando que elegir se refiere. Aún con todo, el juego tiene un par de giros de guión muy interesantes que aún recuerdo lo que me emocionaron cuando jugué por primera vez. Además, es muy entretenido y tiene momentos muy divertidos como no podría ser menos teniendo de compañeros a Donald y Goofy.

Esta misma sencillez de la trama se refleja en Sora, un protagonista que peca de ser bastante plano. Es bueno, tiene muy claro que está del lado de la luz y sus amigos son lo más importante. Aparte tiene sus momentos de celos y berrinches para recordarnos un poco que es apenas un niño pero, por lo demás, carece de un gran trasfondo.

Por parte del universo de los Final Fantasy no hay tantas aportaciones como cabría esperar en un primer momento y, de hecho, conocemos a la mayoría de los personajes que vienen de esa saga al principio del juego, tanto en Islas del Destino como en Ciudad de Paso. Lo más interesante es que los que salen en Ciudad de Paso son personajes recurrentes que nos ayudarán a resolver dudas y con los que podremos luchar luego en el Coliseo del Olimpo, el mundo de Hércules, que es básicamente una arena de batalla. Para los fans de la saga también resultará curioso ver referencias en los nombres de objetos (pociones, éteres, mitrilo...), armas (Arma Artema, Viva la reina...) y accesorios (Cinta, Cinto de Shiva, Collar coraza...). Tal vez para lo que se esperaba que iba a ser la aportación, sepa a poco.


Realmente creo que en la sencillez está el encanto del juego. El ir por los mundos de las diferentes películas de Disney ayudando a sus protagonistas (que en algunos mundos son nuestros aliados de batalla en lugar de Donald o Goofy) mientras vamos resolviendo dudas y haciéndonos nuevas preguntas es un esquema muy claro que funciona de maravilla. 

No podemos negar que hay varios Deus ex machina sacados de la manga y que hay otros tantos elementos que no terminan de estar claros pero nada comparado con lo que vendrá en los siguientes juegos.

Jugabilidad

Movimientos
En el juego manejamos a Sora mientras que Donald y Goofy nos siguen. En un principio podemos correr, trepar y dar un salto básico pero según avanzamos conseguimos las habilidades de dar volteretas, saltar más alto e incluso planear (a veces es divertido ver cómo se quedan atascados o se caen nuestros compañeros por no seguirnos bien el ritmo). Esto obliga a que tengamos que revisitar los mundos varias veces si queremos llegar a todos los cofres y secretos inaccesibles en un primer momento. El control en ocasiones deja bastante que desear y la cámara se gira para donde le da la gana en mitad de la pelea con lo que llega a ser un poco exasperante... por no hablar del nivel de La Sirenita en la que tenemos que nadar bajo el agua para complicarlo todo un poco más.

Batallas
A estas alturas, quien pille el juego proveniente del mundo de los Final Fantasy tendrá algo no muy distinto a lo que ha habido en los últimos de esta saga. Sin embargo, recuerdo que para quienes veníamos de los juegos tradicionales por entonces, el que no hubiese combate por turnos y que, por tanto, sólo pudiéramos manejar a Sora, nos resultó un gran shock. Con este sistema perdemos la oportunidad de hacer que Donald, Goofy o aliados puntuales de sus mundos, comos Aladdin o Ariel, hicieran lo que nosotros queremos. Esto hace el juego más dinámico y "realista" ya que, además, combatimos en la zona en que estamos y no nos trasladamos a un escenario de pelea propiamente dicho como era lo habitual.


Una pega muy clara del sistema de batallas es que es básicamente un machabotón. Ni siquiera lo digo en plural. Prácticamente todo el rato es darle a la X para hacer combos con la espada. Aparte de eso, las magias son prácticamente inútiles a la hora de luchar y realmente su mejor uso se da cuando necesitamos alguna para activar algo en el escenario (como encender el fuego de una chimenea o darle electricidad a unos cables). Salvo un par de jefes opcionales que te obligan a usarlas, apenas son necesarias. Por supuesto, la excepción es la magia Cura y ya, cuestión de gustos, la magia Aero que genera un escudo temporal que con su versión máxima de Aero++ también daña al enemigo un poco. Esto, claro, es en mi caso que prefiero pelear a lo cafre, pero supongo que habrá quien las use más y mejor.

Igual que las magias, casi lo mismo me sucede con las invocaciones. Con lo genial que sería que actuasen por su cuenta como Donald y Goofy, aquí sí que tenemos que manejarlas y, la verdad, nunca les he visto el punto. Pero tal como pasa con las magias, hay un par de invocaciones útiles, aunque yo me limito a usar a Campanilla que te va curando progresivamente sin tener que hacer nada y, en caso de morir, te permite sobrevivir una vez.

En cuanto a los rivales, la mayoría no dan grandes problemas pero hay que andarse con ojo de la vitalidad, sobre todo al principio que no tenemos el hechizo cura. Diría que al principio del juego es cuando más se nota los modos de dificultad que se eligen al empezar pero si en el modo difícil vamos subiendo regularmente de nivel, no hay muchas peleas que se atraganten. También es cierto que esto lo digo siendo un juego que me he pasado varias veces así que mi percepción de la dificultad puede estar un poco tocada.

Desarrollo
La evolución de nuestros personajes se basa en los clásicos niveles. Eliminas sincorazón y obtienes experiencia para subir niveles en los que se van obteniendo puntos de vitalidad, fuerza, defensa, habilidades y ranuras para accesorios y para objetos que usar en las batallas. Aparte, durante el juego podemos encontrar objetos que suben un punto la fuerza, la defensa y los puntos de habilidad necesarios para activar las habilidades. Y si queremos mejorar aún más a Sora, podemos fabricarlos en la orfebrería de los moguris de Ciudad del Paso, aunque requieren varios objetos difíciles de conseguir. Aunque básico, me parece que éste es de los mejores sistemas de desarrollo que podemos tener para un juego de este estilo.

Naves gumi
Para movernos entre los distintos mundos en el espacio controlamos una nave hecha de "bloques gumi". De un mundo a otro no sólo tenemos que esquivar asteroides y objetos un tanto psicodélicos sino que hay naves de sincorazón (ya, yo tampoco le veo a esto mucho sentido... ¿seres sin inteligencia como tal construyendo y pilotando naves? WTF?) y también objetos que nos permiten recuperar energía para facilitar el trayecto. Según avanza el juego podemos modificar nuestra nave o hacer una a nuestro gusto. 


Aquí es donde se encuentra una de las mayores diferencias entre el juego original y su Remix HD. En el original esta parte era un puro trámite y no costaba mucho llegar al mundo final sin ni siquiera toquetear un poco la nave básica. Para el Remix se han inventado unas misiones (tres niveles de dificultad por cada mundo), algunas realmente jodidas que, por supuesto, completarlas todas lleva aparejado conseguir trofeos necesarios para el Platino. Es decir, que si nos limitamos a hacer los trayectos imprescindibles esto es casi igual que en la PS2 pero a la que queramos los trofeos le tendremos que dedicar varias horas extras y unos pocos mosqueos por tener que repetir varias veces algunos trayectos hasta cumplir algunas misiones realmente difíciles. Sinceramente, la idea me parece buena pero se ha pasado de un mero trámite a una complicación excesiva que, una vez logrados los trofeos, no te dan ganas de repetir ni aunque te paguen. Ni tanto ni tan calvo.

Otros
Aparte de toda la aventura en sí, tenemos un montón de minijuegos y retos varios que lograr. Por ejemplo, tenemos que encontrar los 99 cachorros de los 101 dálmatas que están encerrados (pobrecitos) de 3 en 3 en cofres por los diversos mundos. También encontrar todas las "marcas trío", que son marcas en el suelo  con las que Sora, Donald y Goofy, tras una pequeña acción conjunta, abren un nuevo camino o alcanzan un cofre u objetos. Y por supuesto, tenemos para pasar horas en el Coliseo del Olimpo consiguiendo trofeos ganando batallas tanto con el trío junto como Sora solo como en batalla cronometrada. O también tenemos los minijuegos del mundo de Winnie the Pooh, o el descenso por los troncos resbaladizos de la selva de Tarzán... El rato de juego y diversión está más que garantizado y, aunque varias tareas opcionales pueden ser un tanto exasperantes, es de las mayores virtudes del juego.

Duración

Pensando en la edición Remix, con la idea de conseguir todos sus trofeos, este juego da para muchísimas horas. Entre otras cosas, porque hay tres modos de dificultad (principiante, normal y difícil) y cada uno tiene su propio trofeo siendo obligatorio jugarlos a todos, es decir, que consiguiendo el difícil no saltan los de menor complicación. Esto garantiza un mínimo de tres partidas con sus respectivas horas de entretenimiento.

Como dato que quizás le sirva a alguien, el trofeo "A toda prisa" que requiere pasarse el juego en menos de 15 horas se puede conseguir más fácilmente en la partida en la que se vaya a por todos los trofeos opcionales y complicados (como los de las naves gumi, conseguir todas las armas de los tres personajes o completar el diario de Pepito Grillo) y quizás perdiendo un poco el tiempo consiguiendo objetos Fuerza+1 y Defensa+1 en la orfebrería de los moguris. Al llegar a las 100 horas de juego el contador se resetea y empieza de cero. Lo he comprobado, salta el trofeo y te ahorras pasarte el juego a toda pastilla con la duda de si al final, al poder pelear poco, tendrás nivel suficiente para los últimos jefes o no llegarás a tiempo.

Gráficos

Sabiendo que era un juego que mezclaba los mundos y personajes de Disney, cada uno en su estilo, con personajes de Final Fantasy, el apartado gráfico podría ser un punto débil por no haberlos sabido integrar bien. Sin embargo, el resultado me parece magnífico y no desentonan demasiado los Cloud o Squall (perdón, León) junto a los Aladdin o Alicia. Incluso el mundo de estética más peculiar, el de Pesadilla antes de Navidad, está la mar de bien integrado, aunque habría agradecido un pelín más de iluminación en algunas zonas. 

Aparte de eso se puede decir que algunas texturas y escenarios pueden pecar de ser un tanto simples o poco trabajados pero para ser un juego que proviene de la PS2, el nivel es más que bueno.

Perspectiva feminista

No se puede negar que en este punto el juego flaquea mucho. Los protagonistas activos son todos masculinos mientras que el rol de los personajes femeninos es mayormente pasivo. 

En lo que a la trama se refiere, del trío de amigos, son Sora y Riku los que hacen cosas. Sora, obviamente, es el protagonista, y Riku es su amigo/enemigo con su propia trama, motivaciones y evolución. Como personaje, sin duda Riku es mucho más interesante incluso que el propio Sora. Pero en cuanto a Kairi, casi todo el juego está desaparecida. Cuando la encontramos, la tenemos que salvar y después su papel es pasivo a la espera de que Sora arregle todo. Algo similar es lo que ocurre en el mundo del castillo de Disney: Mickey, el rey, desaparece para hacer cosas importantes, Donald y Goofy tienen la misión que les encarga el rey, pero Minnie y Daisy se quedan a la espera de que los hombres hagan el trabajo duro y vuelvan a casa sanos y salvos. Hay que reconocer que el planteamiento no puede ser más rancio por aquí.

Y en cuanto a lo que batallas se refiere, de los seis mundos en que tenemos aliados que pueden sustituir a Donald o Goofy, sólo en el mundo de La Sirenita, Ariel puede ser nuestra compañera. Y ya en el Coliseo del Olimpo, que podemos pelear contra algunos de los personajes de Final Fantasy, sólo Yuffie es la única a la que nos podemos enfrentar siendo, en comparación al resto (Cloud, Squall y Sephirot), la más débil. Aeris, que también sale en el juego, ni siquiera participa y aunque en el FFVII su fuerza era baja, si la hubiesen hecho una rival especializada en magia, podría haber dado problemas. Como villanas del juego a las que enfrentarnos, la cifra sube a la estratosférica cantidad de dos enemigas: Úrsula y Maléfica.


No es sólo que en cantidad de personajes femeninos la cosa esté muy mal, es que también en los papeles que ocupan la cosa es muy triste, salvo unas honrosas excepciones que, al final, sólo confirman la regla.

Conclusión

Un juego maravilloso que da para muchas horas de diversión y retos que superar, sobre todo si se quiere conseguir el Platino de su versión Remix. Es entretenido, su trama aunque peca de ser simple a priori, sabe dar varias sorpresas interesantes y los personajes caen, en líneas generales, bien. La pega que tiene es que no ha envejecido bien en lo que al enfoque de género se refiere y eso que es un juego de 2002. En comparación, el apartado gráfico que podría haber quedado más desfasado sigue luciendo muy bien. Me sigue encantando como la primera vez que lo jugué y seguro que en un futuro me lo volveré a pasar pero a estas alturas veo cosas que ya no puedo obviar sin hacerlas notar.

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