Amante Consagrado, de J. R. Ward

Ya sé que aún no he puesto la entrada en la que me hago con el libro (como ya me pasó con Amante Confeso) pero me pudieron más las ganas de leerlo que la conciencia que me decía “tienes que hacer el trabajo tal y tu parte del de grupo cual”… menuda patada le di a mi Pepito Grillo particular. No, bueno, tampoco es eso, lo leí mientras iba haciendo lo que me tocaba que, más que nada, era esperar a que me enviasen mis compañeros de grupo su parte, pero sí que debería haber aprovechado esas horas de lectura en otras cosas *ejem*.

Que me enrollo, el caso es que, éste ya es el último libro que incluía la colección de La Hermandad de la Daga Negra que ha sacado Círculo de Lectores. Han sido seis libros en los que se ha conocido a los principales miembros de la Hermandad, pero la historia todavía sigue y el siguiente está previsto para este Enero, “Lover Avenged”. Ya veré que hago porque no sé si la continuarán o no, que el agente ya me ha dicho que espere a ver qué traen las próximas revistas… en fin, esperaremos pues.

Como siempre, el argumento base en Amante Oscuro. Eso sí, en este caso no puedo resumir nada que no suponga spoiler para el libro anterior, Amante desatado, porque el final de ése “permite” el comienzo de éste.

Argumento

Phury es el guerrero caballeroso que siempre se ha sacrificado por los demás y la única forma que encontró de sobrellevar sus propios traumas fue fumando una droga a la que llaman “humo rojo”, hasta el punto de que se ha vuelto un adicto a ella. 

Muchos años atrás perdió media pierna cuando rescató a su hermano, Zsadist. Luego, se tuvo que echar a un lado cuando la primera mujer que amó sólo quería a su gemelo y lo último ha sido ocupar el lugar de Vishous como el Gran Padre, por el bien de éste y de toda la raza. A pesar de todo, siente que nunca ha hecho nada realmente bien, que es un maldito que sólo lleva infelicidad a los que le rodean… y la voz que tiene en su cabeza no hace más que recordárselo. Su adicción es lo único que consigue acallar esa voz.

La Elegida destinada a ser la primera con la que estaría el Gran Padre, Cormia, es sin embargo una de las que no querían saber nada del asunto, la sola idea la tenía aterrorizada. Phury la rescató de la situación en la que él mismo la habría violado de no darse cuenta que bajo unas telas, la pobre estaba amordazada y atada. Se la llevó consigo a la casa de la Hermandad y ahí, ella empezó a conocer el mundo real… y a Phury, de quien se empezó a enamorar, algo nada apropiado pues se supone que las Elegidas no pueden ser posesivas. Pero también se dio cuenta de cómo éste miraba a Bella.

Por otro lado, los restrictores han movido pieza y, de golpe, la guerra parece decantarse a su favor…

Reseña

Quizás lo que más me llamó la atención de este libro es la cantidad de ramas que trata de la historia. Ni mucho menos se centra en la pareja principal sino que habla y mucho de los restrictores (que quedaron olvidados en el libro anterior en favor de las Elegidas) de la historia de John, que avanza muchos pasos y de Rehvenge, otro personaje al que se conoce mucho más y que, precisamente, protagoniza el siguiente libro. Esto tiene aspectos positivos y negativos. Positivos: la trama avanza mucho más, de manera ágil y trepidante. Negativos: Ocurren tantas cosas que la historia de los protagonistas del libro queda demasiado eclipsada.

La historia de Phury y Cormia me parecía una de las más bonitas que podría llegar a darse en la saga por los múltiples problemas que tiene él, que ella podría curar y por lo que el uno podría ayudar a la otra a desarrollarse. Hay de eso, sin duda, pero queda demasiado eclipsado por el resto de tramas que eran mucho más intensas. En los primeros libros, especialmente del 1 al 3, aunque se van contando cosas de otros personajes que no son los protagonistas, la historia entre ambos predomina muy por encima. Sí, ha habido escenas muy bonitas, sobre todo al final, que para mí ha hecho que el libro ganase puntos, pero en buena parte del resto, la historia de Phury y Cormia me dejaba un poco fría. Es más, de su relación, la parte que más me gustó (sin contar el final) es lo que ocurre entre ellos en el libro anterior. Puede que tras leer eso tuviese unas expectativas muy altas que sumado a que “su” libro no ha estado tan dedicado a ellos, el desarrollo haya perdido puntos.

Como personajes, al margen de su relación, ambos me han gustado mucho. Phury entiendo que haya gente que no le trague, pero a mí me ha dado pena porque es un personaje triste, porque comete muchos errores y porque es un adicto. Por todo esto, me parece que es el miembro más “humano” de la Hermandad. Precisamente la adicción la refleja muy bien Ward pues hace que pierda TODO lo que le importaba, y eso es muy duro a la par que muy realista pues es lo que le ocurre a la gran mayoría de drogadictos, que tocan fondo antes de poder ver la luz. 

En cuanto a Cormia, me ha recordado en cierto modo a Marissa como personaje femenino cuya libertad está muy limitada y que empieza a ser ella misma, a dejar las normas estrictas en un segundo plano. Pasa de ser una “monja” a una chica que sabe lo que quiere. Aprende del nuevo mundo en el que está, descubre los infinitos colores, los olores y sabores de cosas tan deliciosas que nunca habría llegado a imaginarse. También me ha hecho mucha gracia su interés en la Arquitectura, me la imagino haciendo sus “maquetas” con guisantes y palillos y no puedo evitar sentirme en parte identificada XD.

Pero el libro no se dedica solo a ellos, pasan muchas cosas más: El secreto que aterra a John es expuesto ante sus amigos por el capullo de Lash, éste a su vez depara muchas sorpresas. Los restrictores tienen un nuevo “líder” que es ni más ni menos que el hijo engendrado por el Omega con una vampira (alucina!) y que conseguirá hacer mucho daño entre los vampiros. El peligroso embarazo de Bella continúa lo que afecta mucho a los dos hermanos pues Zsadist está en un sin vivir y Phury aún la quiere mucho. Se plantea la posibilidad de que haya una historia homosexual en la saga y los dos personajes que la compondrían tienen un morbo que…. Uffff, cualquiera que haya leído la escena de la enfermería sabrá a lo que me refiero. Se conoce un gran secreto de Rehvenge y lo que supone para él y para su amiga Xhex, aunque todavía hay muchas dudas que revelar en el siguiente libro. Reaparece cierto personaje que había desaparecido y da una de las pocas alegrías del libro. Y, por último, aparece un extraño personaje, Lassiter, que abre muchos más misterios y posibilidades. Son tantas las cosas que pasan que, claro, le roban demasiado espacio a los protagonistas para su propia historia.

Con todo, el libro me ha gustado mucho, es adictivo y compensa unas cosas con otras porque ha querido ser un punto de inflexión en la trama de la lucha como a mi parecer ya fue Amante Confeso (la diferencia entre ambos es que en aquel, la lucha parece decantarse a favor de un bando, y en éste, del otro). La única pega real que le encuentro es que a la parejita protagonista le han faltado páginas para ellos solos. Por lo demás, sigue siendo tan buen libro como los demás.