lunes, 14 de octubre de 2013

La cabaña del Tío Tom, de Harriet B. Stowe

Ya hacía tiempo que no reseñaba un libro. Aparte de haberme centrado en el concurso de Norma, en varios anime y otras pocas entradas, la lectura que tenía entre manos desde hace semanas no era precisamente ligera. Si a esto se suma un inicio de curso bastante ajetreado, aquí tenéis la explicación de que haya tardado tanto en leerlo. 

Como sabéis, el último libro del reto de los Imprescindibles del año fue la extensa y maravillosa novela de Lo que el viento se llevó. Hubo un pasaje ahí en que La cabaña del Tío Tom salió a relucir, y me parecía inevitable que se convirtiese en mi siguiente lectura. Si aquella era la cara, ésta era la cruz de, al final, una misma historia. Claro que en la historia de Mitchell, la esclavitud no es el centro de la historia, pero hace un planteamiento totalmente opuesto a lo que aquí se encuentra.

Argumento

En el estado norteño de Kentucky, el rico terrateniente Shelby, para poder pagar fuertes deudas contraídas, se ve en la dolorosa necesidad de vender y separar de su familia al más fiel de sus esclavos, el viejo tío Tom, y a Henry, un pequeño de 4 años de edad. 

La madre del pequeño, Eliza, escucha la conversación y teme la separación de su niño, por lo que recurre a la señora Shelby, quien consigue hacer disipar sus temores al decirle que su marido no sería capaz de algo semejante. No obstante, no es consciente de la mala situación en que se encuentran y éste, por la noche, le confirma que es su única opción y que ya ha firmado los papeles que el mercader de esclavos llamado Haley le ha ofrecido. Eliza, que aún temía que esa conversación se pudiese dar, se escondió en el armario y lo escuchó todo. En cuanto puede se dirige a su habitación, escribe una nota, prepara una pequeña bolsa y huye con su pequeño Henry.

Antes de marcharse, Eliza pasa por la cabaña donde vive Tom y su familia para advertirles, para pedirle que huya con ella, pero la fidelidad de éste a los Shelby y las consecuencias que tendría que los dos se fuesen, tanto para amos como para esclavos, se lo impide. Así se separan sus caminos para empezar a partir de esa noche nuevas vidas llenas de incertidumbre.

Reseña

Esta novela es difícil de reseñar. No es una simple historia, pues está formada por retazos de muchísimas historias que, a su vez, están basadas en testimonios verídicos. Leerla es conocer la realidad de Estados Unidos en una época decisiva. Una época dura.

Se trata sobre todo de una novela reivindicativa. Es todo un alegato contra la esclavitud y a favor del abolicionismo de esta práctica. Nace en un momento muy concreto, cuando se aprueba una Ley que obligaba a los americanos a entregar a los esclavos fugitivos con que se encontrasen. La autora pretende llegar a todos aquellos que están en contra, despertar las conciencias... y lo logra. El mismo Abraham Lincoln la homenajeó como la dama que había hecho la Gran Guerra (la Guerra de Secesión que transcurre durante Lo que el viento se llevó). Es una novela cuyo peso político y social marcó una época. Por tanto no es una novela que servidora pueda juzgar como se merece, sólo puedo hacer una humilde valoración personal.

He de reconocer que esperaba que la novela fuese mucho más dura, desgarradora y emotiva de lo que me ha resultado. Sin duda, cuenta algunas historias que pone la piel de gallina, pero no están bien contadas. En mi edición (imagen que acompaña al argumento), que posee numerosas notas intercaladas y al final de la novela, se comenta que la escritura de la autora era compulsiva. Los capítulos salían en revistas periódicas y apenas había una relectura o revisión.

Está escrita con pasión y también con prisas, quiere contarla pero no parece pensar demasiado en la calidad narrativa, no le importa, es el fondo lo que interesa, lo cual es bueno en realidad, sólo que el mensaje llega con menos fuerza, al menos a nuestro presente. Por ejemplo, uno de los problemas narrativo es que salta de la aventura de Tom a la de Eliza dejando abandonado durante bastantes capítulos una de las dos. Hay capítulos que se hacen eternos y se excede con algunas descripciones.

Quizás otro de los puntos por los que no he terminado de conectar con la novela es por el peso tan enorme que tiene la religión. Por un lado existieron las corrientes religiosas que apoyaban la esclavitud, haciendo una interpretación torticera de algunos versículos como excusa, y la autora se pone en su contra y las critica. Pero por otro lado, las constantes reflexiones de "cuando llegue el Juicio Final los malvados serán castigados" o "Jesús espera a los puros en el paraíso" y similares, llegan a cansar. El fervor religioso extremo que muestra la autora a través de Tom, Eliza y otros pocos personajes más, que permanecen con una actitud estoica ante las injusticias, no soy capaz de compartirlo. Estamos en otro siglo, los adelantos sociales, justos a fin de cuentas, se han conseguido con lucha y resistencia, no rezando y con actitud sumisa. Claro que hay que situar la novela en su momento y por eso mismo, hacer juicios en el presente es difícil.

Por eso ya lo había dicho, no puedo juzgar adecuadamente esta novela. Desde luego, es una de las que se deberían leer, a pesar de todo lo que he comentado. El libro está cargado de pequeñas pero muy grandes historias, hay reflexiones muy interesantes (no ya las repetitivas religiosas), se introduce hasta cierto alegato a favor del feminismo que aún tardaría años en llegar y es un baño de historia muy intenso del que se podría, tristemente, sacar paralelismos con ciertas cosas que pasan hoy en día.

Casi todos los relatos más duros son referidos como recuerdos o como historias de personajes secundarios de poco peso en la trama. Los protagonistas, para lo que les podría haber pasado, no salen del todo mal parados (al menos uno de ellos, y el otro, temporalmente). También decir que no todos los relatos están centrados en los esclavos negros, sino que se cuentan también las historias de los amos o de otros blancos que van apareciendo por las páginas, y no todas son precisamente felices.

Sólo por mencionar otros temas que toca son las diferencias entre el Norte (la Unión) y el Sur (los Estados Confederados) en las mentalidades y la forma de entender la problemática de la esclavitud. Otro sería la reflexión sobre los mercaderes de esclavos en sí, pieza fundamental del sistema, como el mencionado Haley, que en primera instancia serían los más despreciados, pero que a fin de cuentas, son consecuencia del sistema que también les endurece y los convierte en unos malditos.


En cuanto a los personajes, hay un abanico de lo más amplio y diverso, tanto de blancos como de negros. Están los brutales amos que maltratan a sus esclavos, pero también están los buenos que los tratan de manera justa. Y luego quedan los negros, que en general son muy religiosos y fieles, como Tom, o los que se han hecho a la forma de su amo: si éste es cruel, ellos los son con sus compañeros, si éste es bueno, ellos lo son.

Quisiera destacar, de entre todos los que pasan por estas páginas, al que resultó ser mi personaje favorito: Augustine St. Clare, un joven inteligente, cuyos diálogos desprendían un punto cínico y pícaro que no se repite en ningún otro. Además de ser un personaje con un enorme corazón, que ve las injusticias y se siente impotente por no poder hacer nada por los esclavos. Los debates que tiene con su prima Ophelia son de lo más interesantes.

Podría seguir divagando, intentando sacarle más punta a la novela, pero me veo incapaz de aportar gran cosa más. La cabaña del Tío Tom es una novela densa, no es fácil de leer o asimilar por todo lo que cuenta y por todo en lo que hace pensar. No tiene una maravillosa narración, especialmente desde una perspectiva actual, y eso juego en su contra a la hora de emocionar todo lo que podría. De todos modos, creo que es una novela imprescindible realmente, de esas que merecen la pena leer.

4 comentarios:

  1. La cabaña del tío Tom tuve el agrado de conocerla por medio de mi papá. El me contaba que había visto la película hace 30 a 40 años en un cine de su pueblo y guardaba un gran recuerdo pero nunca pudo conseguir la película. Buscando entre la red la encontré y la pudimos disfrutar juntos. Posteriormente conseguí el libro.
    Ahora sobre el libro, fue interesante muchos de los aportes que hiciste porque eso me aclara el porque me costaba leer algunas partes y esto veo que esta mas relacionado con la narración de la misma.
    De mis personajes preferidos destacaría a Eva, ya que me enterneció la dulzura que emanaba.

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    1. Bonita historia la tuya y de tu padre. No me interesa mucho la película, al menos a priori, pero si me la cruzo un día le daré una oportunidad =)

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  2. gracias belldandy, creo que voy a dedicarle una lectura, eso si otra edición y otro traductor. No sé, pero los libros de la colección esta de Anaya no me gustan demasiado, no sé si es el formato o que.

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    1. No es una edición preciosa, pero con las notas informativas que tiene, las ilustraciones originales y la reproducción íntegra de la historia, creo que es una muy buena edición. Aunque si no te gusta, no te gusta, eso está claro XD

      Lo que importa es que quieras darle una oportunidad, con eso ya estoy más que satisfecha ^__^

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