Como dije en mi reseña de Final Fantasy XIII, en su momento me pasé aquél, luego empecé éste pero no lo llegué a terminar por lo que, pasados los años, me dije que ya era hora de ponerle remedio, no sólo por este juego en sí sino para completar la trilogía con el tercero que ni había tocado. Volví a jugar al primero para así refrescarme la memoria y poder volver a empezar éste de nuevo sabiendo lo que estaba pasando. Y aquí estamos, con la reseña de su segunda parte, a ver qué ha cambiado, que ha mejorado y qué ha empeorado respecto a su predecesor.
Por cierto, el argumento y el apartado de historia tendrán spoilers inevitables de la primera parte de la trilogía, avisados estáis.
Argumento
Después de la caída del Nido, detenida por Fang y Vanille que, convirtiéndose en Ragnarok, crearon un inmenso pilar de cristal que lo sostuvo antes de chocar contra Paals, el resto del grupo -Lightning, Snow, Hope y Sazh- despertaron del sueño de cristal en que habían caído tras cumplir su misión de lu'Cie. Pero no sólo ellos dos, Serah y Dajh, el hijo de Sazh, se les unieron en ese milagroso despertar. El futuro se prometía esperanzador tras la derrota de los fal'Cie que tenían controlada a la sociedad bajo una falsa libertad.
Sin embargo, algo pasó en ese momento y Lightning desapareció. Sólo Serah recordaba que ella también estaba ahí cuando se reunió con los demás tras el despertar. Para ellos, su amiga estaba junto a Fang y Vanille sosteniendo el Nido.
Tres años han pasado de esto. Serah vive en Nueva Bodhum, una reconstrucción de su pueblo natal del Nido, ahora en Paals. Snow, el único que cree en su versión de que su hermana sí estaba junto a ellos en el reencuentro, partió de viaje para investigar. La paz se rompe una noche cuando cae un extraño meteorito cerca del pueblo. Tras él surgen monstruos que nunca habían visto y un joven llamado Noel se presenta ante Serah junto a un moguri que se transforma en un arma para ella. El chico le dice que Lightning está viva. Según él, ésta se convirtió en una protectora de la diosa Etro y está luchando en el Valhalla contra un hombre llamado Caius que quiere destruir el tiempo mismo.
Tras despejar el pueblo de los monstruos, Noel se presenta como un viajero del tiempo que viene de un futuro muy lejano en que la humanidad se ha extinguido hasta el punto de que él era el último hombre vivo. Al parecer, esa devastación empezó tras la caída del Nido que cubrió el mundo de un manto de cristal en polvo que hizo casi imposible la vida. Serah decide ir con él cuando le cuenta que Lightning necesita su ayuda para salvar el futuro.
Historia
A grandes rasgos podría decir que si el anterior juego pretendía ser una película manejable, contar una historia en la que nosotros movíamos a los actores durante las peleas y poco más, aquí el foco es el entretenimiento más puro. Tenemos una libertad mucho mayor pero, por el contrario, a mi modo de ver, la historia se resiente. Aunque quizás no sea la historia sino los protagonistas de la misma, a ver si me explico.
La trama en sí no está mal. Si en el anterior el tema era salvarse a uno mismo sin caer en la desesperación por haber sido convertidos en lu'Cie, aunque luego acabamos salvando el mundo, aquí la cosa va de salvar el mundo desde el primer momento. Y producir el reencuentro de las dos hermanas, también. Esto supone que no haya conflictos personales, dudas o un mínimo de tensión argumental. Los personajes van viajando en el tiempo arreglando paradojas, ayudando a la gente y, en última instancia, con la asistencia de un Hope que reencontramos siendo un adulto (❤), buscando la manera de evitar que en un futuro la humanidad acabe extinguida. Es una trama un tanto ingenua, sencilla y hasta simpática.
La relación de Serah y Noel es de una amistad sin fisuras. Se acaban de conocer y ya confían plenamente en el otro. Por no hablar que apenas hay en el juego momentos de tensión, de verles ser humanos y tener reacciones. Se podría decir que "les falta un hervor". Ambos son anodinos y no tienen ninguna arista en su personalidad, y no lo digo porque sean optimistas y alegres, que en comparación con el drama del juego anterior se agradece, sino porque no tienen nada que les haga humanos. Hasta el reencuentro de Serah con su amado Snow carece de toda química (y en el juego anterior, lo poco que se ve de ellos como pareja, ya me parecía falto de toda chispa). Incluso los descubrimientos que más les afectan apenas tienen trascendencia, como cierto poder-maldición en Serah o la relación de Noel con Caius y Yuul, una chica que resulta ser el centro de todo. En resumen: son majos pero no calan, no trascienden ni quedan como personajes memorables de la saga.
Si bien los protagonistas, Serah y Noel, como personajes no tienen ni el carisma ni la chispa del grupo anterior, en el puesto de villano, Caius supera de largo al petardo pedante y pomposo de Baldanders. Caius tiene personalidad propia, es humano y si se quiere cargar el tiempo lo hace movido por sentimientos muy fuertes aunque egoístas, claro. Toda la carga dramática del juego recae sobre él.
Lo más interesante del juego es lo que subyace de fondo. Al igual que pasó con la secuela de Final Fantasy X, que algún día reseñaré, aquí vemos cómo cambia una sociedad que había estado sometida, aunque de diferente manera. Sin comparar para no extenderme, en el antecesor, la gente vivía bajo el cuidado de los fal'Cie que les suministraban todo lo necesario, desde luz "solar" hasta alimentos. El motivo, como se descubre, no era altruista (no cuento más para no destripar demasiado). Cuando el Nido cae y la gente descubre esto, olvidan a los fal'Cie (no se explica muy bien qué es de ellos tras la muerte de su regidor, el Huérfano) y optan por generar una sociedad basada en el conocimiento y la ciencia. Esto, que durante el juego vamos viendo cómo evoluciona con los viajes en el tiempo, no siempre tiene resultados positivos y algunos avances que realiza la humanidad se deben deshacer y volver a cambiar la historia. La trama de fondo creo que habría ganado peso de darle un par de vueltas a la sociedad y los conflictos que surgiesen por las diferentes formas de encarar el futuro.
Algo del aspecto de la historia que no me ha convencido es que podemos entender que al cambiar algo en un momento dado, el futuro se modifique. Pero en la trama introducen que al cambiar el futuro, el pasado se modifica para "adaptarse" a ese nuevo futuro. Lo siento, pero no lo veo. Esto parecería que juega más con cuestiones de universos paralelos, no de desarrollo temporal. Pero, como sea, ya sabemos que las historias que juegan con los saltos en el tiempo y las paradojas temporales difícilmente bordan el desarrollo y no dejan alguna que otra laguna sin explicar, y este juego no se libra de ello.
Como curiosidad, aparte del desenlace "real" del juego, de manera optativa, hay ciertos desenlaces paradójicos de lo más diversos. Los hay más divertidos, más absurdos, más románticos, más épicos o hasta más dramáticos. Sin duda, la posibilidad del desenlace paradójico "triste", con una Serah que acepta un sueño falso pero feliz como realidad, es de los pocos momentos del juego en que se preocupan por generar sentimientos y que lo consiguen.
En cuanto al desenlace "real", a diferencia de su predecesor que se podía entender como juego único, y rompiendo la tónica optimista, queda totalmente abierto con un continuará muy pesimista que nos deja a la espera de la última parte de la trilogía: Lightning Returns.
Duración
La duración de este juego, habiendo conseguido el 100%, ha sido notablemente inferior a lo que necesité para su predecesor, algo menos de 70 horas. Es cierto que tener la guía me ha permitido pasarme algunas cosas como cierto horrible minijuego de preguntas que en mi primera partida di por imposible. Aún así, los retos me han parecido mucho más asequibles y el hecho de que el juego esté muy enfocado al entretenimiento, no lo han hecho nada pesado.
De todos modos, este juego tiene dos formas de pasarse: seguir la trama principal, ignorando todas o casi todas las líneas temporales secundarias, o cumplirlas todas o su mayoría por puro entretenimiento o para facilitar el desarrollo de los personajes con las peleas aleatorias que salen de manera inevitable según te mueves por los diferentes escenarios. Mi consejo, si alguien piensa jugarlo, es ir directamente a por el modo más completo posible, tanto por facilidad como por entretenimiento.
Jugabilidad
Como secuela del anterior, el juego mantiene la gran mayoría de los elementos de combates y desarrollo de personajes. En cuanto a lo primero, la gran diferencia es que, frente al grupo inicial de seis personajes que se especializaban en ciertos roles, aquí sólo tenemos a dos. Para subsanar esto se inventaron que Serah pudiese controlar a los monstruos tras conseguir el "cristal de mesnada" de cada especie y así tenemos un tercer miembro del equipo. Así podemos luchar junto a los clásicos cactilios, chocobos, tomberis o bégimos. Cada monstruo tiene un rol único y sólo puedes tener tres monstruos para las formaciones, por lo que éstas no permiten el abanico completo del juego anterior. Con todo, como a mi parecer la dificultad es muchísimo menor respecto a su predecesor, las posibilidades son más que suficientes para pasar las batallas sin grandes problemas.
Otro aspecto de las batallas es que, a diferencia del anterior, puedes cambiar al líder del grupo en cualquier momento, por lo que puedes pasar de manejar a Serah o a Noel según te plazca, y eso se agradece. Como consecuencia de esto, que el líder muera ya no significa el final de la pelea si el otro personaje sigue vivo. Sigo echando de menos no poder controlarlos a ambos al mismo tiempo, pero parece que va a ser la tónica de los futuros juegos. La opción de manejarlos a todos por turnos como antes supone que las batallas sean más lentas en general y eso parece que choca con el dinamismo que le quieren dar.
En cuanto al desarrollo, a diferencia del anterior que te limitaba el avance en función de la trama, la libertad es absoluta. Aunque empiezas con pocos roles, según vas avanzando en el Cristarium puedes ir añadiendo el resto cuando quieras y subir todo lo que quieras hasta el máximo. Así, si se te atraganta una batalla en particular, lo normal es que con echar el rato peleando, consigues mejorar los parámetros lo suficiente para superar lo que te echen. Como decía en duración, hay dos modos de pasar el juego: explorando todas las ubicaciones en sus diferentes momentos temporales o limitarte a seguir la trama e ignorar todo lo que no es imprescindible. A poco que se siga la primera opción, el desarrollo está garantizado para llegar al final con el Cristarium completo sin realmente haber echado demasiado tiempo exclusivamente en subir los niveles. Los monstruos de la mesnada también tienen su propio Cristarium y, para avanzar en él, lo hacen mediante objetos. Un punto a favor de esto es que, aunque llegues al máximo nivel de desarrollo de Serah y Noel, si te gusta el Cristarium, siempre tienes al resto de monstruos que te dan la excusa para seguir peleando para mejorarlos a ellos a base de conseguir los objetos necesarios.
Otros aspectos diferentes respecto a su antecesor es que en las batallas obtienes dinero, por lo que conseguir comprar objetos o nuevas armas no se convierte en la desesperación del anterior. También ha cambiado el tema de las interacciones con personajes, que en el anterior era muy deprimente no cruzarte con ningún humano que te contase algo del mundo o de la situación. De hecho, el juego se basa mucho en interaccionar con gente a la que ayudar para, obviamente, conseguir objetos importantes aparte de por el puro placer de saber más cosas del lugar y tiempo en que se ha aterrizado. Al hilo de esto, la última mejora respecto al antecesor es la posibilidad de revisitar los lugares las veces que se quiera e incluso la opción de repetir los eventos ya vividos para, por ejemplo, pelear de nuevo con otro enemigo final cambiando el desarrollo de los acontecimientos y obteniendo así uno de esos finales alternativos.
Algo que me parece raro respecto al anterior es que los monstruos no están visibles desde lejos sino que, salvo algunas excepciones, aparecen de repente. Esto complica la caza de cristales de mesnada o de objetos porque nunca se sabe cuál va a ser el bicho que va a aparecer ni puedes ir específicamente al sitio donde haya uno en concreto.
Un añadido al juego, bastante absurdo a mi modo de ver, son unos puzles con tres tipos de prueba: realizar un recorrido recogiendo cristales por unas baldosas que desaparecen al pasar sobre ellas, hacer una figura del Cristarium de un monstruo uniendo cristales y uno más de pensar que consiste en eliminar los números de un reloj con sus manecillas moviéndose según esos números. Por sí solos me parecen entretenidos pero para la mecánica del juego eran prescindibles, sin sentido y rompen la dinámica. Salvo alguna excepción del tipo del reloj, son muy fáciles y sólo sirven para perder el tiempo, pero como decía, también son entretenidos así que no sabría decir si realmente me han gustado o no.
La pega que le pondría al juego es que tener la guía se vuelve imprescindible para llegar al 100%. Hay ciertos objetos casi imposibles de encontrar por la ubicación en que los han escondido si no se va sobre aviso. Por no hablar de cierto minijuego de preguntas cuyas respuestas son imposibles de conocer con la información que tenemos.
Podría seguir escribiendo mucho más pues si algo tiene este juego es una inmensidad de pequeños y no tan pequeños retos y curiosidades que hacen más entretenida la aventura: los roles secundarios de Mogu (aparte de convertirse en el arma de Serah) como descubrir objetos ocultos o lanzarlo para que traiga algo lejano, el casino con tragaperras y ¡carreras de chocobos!, la obtención de fragmentos, preguntas durante la trama con varias respuestas (algunas hasta vergonzosamente divertidas)... En definitiva, horas garantizadas sin parar de hacer cosas y no necesariamente todas centradas en luchar, un defecto de su antecesor cuyo único reto secundario era ése: pelear y pelear contra monstruos de todo tipo.
Gráficos y música
Este apartado va a ser breve pues hay muy poco que aportar a lo visto y oído respecto a su predecesor. Quizás en este punto, curiosamente, es peor que el anterior juego. Aunque hay muchos portales temporales que atravesar, la cantidad de lugares a los que viajamos es limitada y se repiten demasiadas ubicaciones en vez de añadir nuevos destinos. Por ejemplo, Oerba tiene un par de visitas totalmente prescindibles salvo para realizar puzles temporales y conseguir más objetos. Sí que es cierto que intentan diferenciar cada época con, por ejemplo, cambios climáticos, pero sabe a poco.
Otra pega es que, si bien el anterior juego era muy lineal la mayor parte del tiempo, las zonas eran realmente enormes y había más diversidad de escenarios (o al menos, esa impresión tengo, no he hecho una comparación minuciosa). Incluso estaba el área de Paals que era inmensa y había mucho por explorar. Aquí los mapas son mucho más reducidos y, de un lugar al mismo en diferente época, apenas hay una pequeña ampliación del mapa. Hasta la zona más grande de Paals que podemos recorrer apenas llega (cálculo a ojímetro) a un 25% de su original. Al menos aquí puedes variar tú el clima y así cambiar los monstruos que aparecen y el aspecto general. Pero, de nuevo, sabe a poco.
No quiero dejar una impresión negativa. Quizás es que tenía a su antecesor demasiado reciente y por comparación, aquél tenía la novedad que se pierde aquí. Sin embargo, la calidad es la misma y hay escenarios maravillosos que recorrer.
No quiero dejar una impresión negativa. Quizás es que tenía a su antecesor demasiado reciente y por comparación, aquél tenía la novedad que se pierde aquí. Sin embargo, la calidad es la misma y hay escenarios maravillosos que recorrer.
Conclusión
Supongo que ya está todo dicho. Estamos ante un juego con muchas diferencias y otras tantas similitudes con su predecesor, mejorando algunas cosas pero empeorando en otras. Como entretenimiento, éste gana, pero en historia y personajes la cosa ha empeorado bastante. Por tanto ¿cómo lo valoro? Lo he disfrutado, me ha dado muy buenos ratos y el nivel de los retos ha sido más moderado, lo que suponía que no llegase a ser desesperante conseguir el 100%. Creo que lo justo, ya que para mí la trama y los personajes así como sus relaciones tiene más peso en los juegos de esta saga, es que le ponga una nota un pelín más baja.
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