miércoles, 20 de febrero de 2019

Príncipe oculto, de Kanoko Sakurakouji

Entre mis lecturas pendientes desde hace unos cuantos años tenía este tomo y su continuación, aquí titulado Príncipe oculto 100% garantizado. La verdad es que es un caso peculiar porque técnicamente son dos tomos únicos (uno publicado originalmente en Japón en 2004 y el segundo en 2006) pero a efectos prácticos forman una mini-serie de dos tomos, ni siquiera hay historias extras que remarcasen su condición de tomos únicos. Por tanto, la voy a reseñar como la serie que es ya que tampoco se nota que exista una separación entre ambos y la trama continúa poco después de donde se quedó el primer tomo.

Argumento

Un día, a la salida de clases, las amigas de Akari empiezan a hablar acerca de un compañero de último curso muy atractivo que trabaja como actor de kabuki y es bastante famoso en ese mundillo. Akari, sintiéndose incómoda con un tema que no domina, intenta desviar la conversación y, entre bromas, acaba golpeando con su cartera en el estómago a un estudiante que pasaba por detrás. Éste resulta ser Ryusei Horiuchi, el chico del que hablaban momentos antes. La mirada que les lanza es tan terrible que todas piensan que debe ser un imbécil, pero Akari sabe que el golpe que le ha dado ha sido muy fuerte (ese día había llevado a clases un enorme y pesado diccionario) y, si fuera realmente un mal chico, no lo habría dejado en una mala mirada.

Esa misma tarde, después de perseguir a un gato negro para que no le pasase nada por correr entre los coches, llega a un enorme edificio de estilo clásico donde, para su sorpresa, encuentra a Ryusei vistiendo ropas tradicionales. Es el teatro de kabuki y el joven está allí tratando de ensayar, aunque se encuentra algo dolorido tras el incidente de la mañana, que le ha dejado un enorme cardenal en el estómago. Akari se siente fatal por ello y, sin pensárselo dos veces, se ofrece a ayudarle en todo cuanto pueda hasta que se recupere.

De esta forma, Akari acaba convirtiéndose en la asistenta de Ryusei, quien siempre se había negado a darle a nadie ese trabajo ya que tiene muy mal carácter y, según se comenta, odia el contacto con la gente ¿Podrá una chica que no sabe nada del mundo del kabuki ayudar a la estrella de este peculiar estilo teatral?

Reseña

Kanoko Sakurakouji es una autora que parece encontrarse en su salsa cuando realiza historias con elementos tradicionales de Japón. Su obra más famosa, Black Bird, trata la temática de los yokai, en su obra más reciente, Seirou Opera, se traslada a la era Edo entre samurais y geishas y aquí se centra en el teatro kabuki para dar el contexto de la historia.

Si tuviese que definir esta obra con una palabra sería "sencilla". La historia no es más que el romance de la pareja protagonista y las dificultades que deben ir superando para poder estar juntos. De hecho, bien se podría haber quedado en su primer capítulo a modo de historia corta pues a partir de entonces es un puro estiramiento de la trama a base de añadir diversas situaciones, muchas de ellas tan clichés como terceros que se enamoran de la protagonista, Akari sintiéndose sola porque Ryusei debe dedicarle mucho tiempo a su trabajo o celosa porque trabaja con mujeres muy guapas... En definitiva, nada nuevo bajo el sol. Por no hablar que es el enésimo romance en que ella es una chica del montón y él es una estrella brillante y atractiva que salva la situación ante la mayor parte de los problemas que se les presenta. Ahí tengo reseñadas hace poco Private Prince o Kaikan Phrase. Sin embargo, dentro de la simplicidad de la serie, lo cierto es que el enfoque es muy dulce, simpático y no predominan los "malos rollos", siendo al final una historia tierna y disfrutable.

La temática del kabuki es interesante y muy poco conocida por estos lares, así que habría estado bien que la serie hiciese un poco más de hincapié en ella, pero por desgracia se queda como poco más que un marco para la historia de amor que no habría sido muy diferente si cambiamos que el protagonista fuese un actor de doramas o un modelo. Lo único por lo que importa que sea kabuki y no otra cosa es para establecer un contexto en el que las tradiciones, el nombre familiar y algo tan arcaico como la estirpe son relevantes. No la veremos por aquí (*llora*) pero una serie que parece tratar mucho mejor este mundillo es Pin to Kona, de Ako Shimaki, que con sus 16 tomos también es cierto que tiene más espacio para desarrollar mejor no sólo la historia de amor sino también este contexto tan interesante.

Quizás el punto más original de la obra es el carácter un tanto antisocial de Ryusei, aunque como el tema del kabuki, no se aprovecha todo lo que podría y, siendo actor, podría haber dado mucho juego. Curiosamente, Akari es el único ser vivo con quien se siente a gusto (aparte del gato negro, Señor Ken) y con ella es de lo más dulce, amable y considerado. Ella, por su parte, parece la única persona inmune a sus malas caras porque pronto se da cuenta que son algo así como una barrera contra el mundo y no pretende ser antipático. Así acaban siendo una pareja muy tierna y tranquila que donde más disfrutan es estando relajados en el "backstage".

A diferencia de otras obras, un punto positivo que tiene es que sus capítulos son bastante más extensos que la media, de hecho, cada tomo tiene sólo tres capítulos cuando lo habitual son cuatro o cinco. Esto permite que, aunque las situaciones sean muy clichés, tenga espacio para desarrollarlas de una manera adecuada y las resoluciones no queden muy precipitadas.

Príncipe oculto, en definitiva, no aporta gran cosa. Es una serie poco original que no le saca todo el jugo posible a sus elementos diferenciadores, pero es lo suficientemente tierna como para darle una oportunidad si os apetece un shojo breve y dulce que toque algún tema tradicional de Japón. 

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