Toy Story 3

Mientras Miya está viendo en estos momentos por 2º vez junto a su familia Toy Story 3, yo empiezo a redactar la reseña de la misma. La fuimos a ver juntas el día que llegué a Barcelona, después de comer. Íbamos precedidas de MUY buenas críticas, pero no nos imaginábamos ni por asomo algo TAN grande. Pixar, a cada nueva película, os superáis... y UP y Wall-e son para mí palabras mayores.

Debo reconocer que la primera no me hizo mucha gracia de pequeña, los muñecos deformes del vecino de Andy me resultaban MUY desagradables aunque al final me daban penita. Así, Toy Story 1 pasó sin pena ni gloria para mí, aunque seguro que si la vuelvo a ver ahora me gustará mucho más, hace años que no la veo. La segunda no la vi, también confieso, hasta hace relativamente poco cuando la echaron en Cuatroº gracias a que conseguí hacerme con el control del mando a la hora de cenar (*muajajaja*). Superó mis expectativas aunque me perdí el principio y no sé muy bien cómo se metieron los muñecos en el nuevo fregado de la 2º parte, pero vamos, me enteré de lo principal. En ésta se plantea el "qué pasará cuando Andy sea mayor", pero queda en el aire dando una magnífica respuesta a esa pregunta en la 3º y, previsiblemente, última parte de la saga.

Toy Story 3 comienza con una recreación de los imaginativos juegos de Andy realmente divertida. Sin embargo, pronto queda claro que eso no es más que un flashback y en el presente, éste está a punto de entrar en la universidad, ha dejado de ser un niño que juega con muñecos. A los que más aprecio ha tenido siempre, los ha dejado guardados en un baul, otros muchos han desaparecido (momentazo brutal cuando se recuerdan a éstos).

Llega el día de la mudanza, Andy debe empacar sus cosas, elegir qué tira y qué dona a una guardería que le sugiere su madre llamada Sunnyside. Su intención es guardarlos a todos en bolsas en el desván y llevarse únicamente a Woody a la uni (otro momentazo cuando descarta a Buzz para la uni). Sin embargo, se lía, como es previsible, y acaban TODOS en la guardería.

Solo puedo decir que esta película está llena de auténticos momentazos, tanto de risa como de llorar a lágrima viva. De hecho, estábamos sentadas en el cine en fila: yo, Miya, una madre, su hijo, y el padre; y las 3 mujeres hechas y derechas, lloramos en ciertas escenas brutales. Esta película no es para niños, es una película para los niños que crecimos en mayor o menor medida con Toy Story. Es una película para todos los adultos que recuerdan que en algún momento fueron Andy. Es una película que te lleva a plantearte "¿qué fue de todos mis juguetes?". No, esta película no es para niños, ellos no la pueden disfrutar de la misma manera que los adultos.

Pero no todo va a ser tragedia, aquí también encontramos dos claves que le dan mucha fuerza a la película. Una de ellas y la que menos me interesó (aún así, momentazos increibles que aporta) es el tema de la acción. Los intentos de huída, el misterio ante el "qué pasará", la tensión. Nada que envidiar a las pelis de Misión Imposible y demás. El otro PILAR (sí, en mayúsculas) es el humor, dando unos momentos en los que también lloramos, pero de pura risa. Recuerdo que en el caso de Miya fue bestial cómo le afectó la aparición del "Buzz andalú"... le iba a dar algo!!!! A mí me tenía preocupada y todo.

En definitiva, que es una obra maestra. En Pixar hay genios o han hecho un contrato con el diablo para poder superarse cada vez más. En una única palabra...

INMENSA

Y para acabar, el video de la entrada en escena del "Buzz Andalú" (que por cierto, yo soy de Málaga, pero no tengo ese acentazo XD)