El azar, la casualidad o lo que sea me llevó a sacar de la estantería este libro hace unos días. En principio no hay nada de especial en este hecho pero cuando he revisado la reseña de su antecesor, La evolución de Calpurnia Tate, he descubierto que aquél lo leí justo después de uno de los libros de La Hermandad de la Daga Negra, en concreto Amante Eterno, y éste lo he cogido justo después del último libro aquí publicado de la misma saga: El Rey. Puede que sea (y lo es) una tontería, pero esta casualidad sin importancia me ha hecho volver un poco atrás en el tiempo y me ha supuesto una pequeña alegría coloreada de nostalgia.
Pasando a hablar ahora del libro en sí, como ya he mencionado, es la continuación de lo que, hasta el momento, es una bilogía. Si bien, investigando un poco, resulta que la autora ha sacado una serie de libritos de corte más infantil e ilustrados titulados Calpurnia Tate, Girl Vet. A fecha de hoy lleva cuatro y el último salió en Abril de 2018. Por lo que he leído, la acción de éstos debe transcurrir durante los hechos de esta segunda novela y no parece que continúe después de su final. Por otro lado, según la autora, no tiene descartada una tercera novela y, si pasaron unos seis años entre el primero y el segundo, quién sabe.
Argumento
Si algo podía decirse de Calpurnia Virginia Tate es que era una chica con recursos. Sentía pasión por desentrañar los misterios del mundo que la rodeaba y, además, había tenido que demostrar su astucia para seguir estudiando todo tipo de bichos, animales y alimañas que poblaban la granja familiar, una dedicación impropia en una señorita. Su mayor aliado en esta tarea seguía siendo su abuelo, ese señor imponente que no mucho tiempo atrás le daba pavor. Ahora, en cambio, es su mentor e instructor, la fuente de sabiduría que la ayuda a seguir desentrañando los secretos de la naturaleza.
Recientemente, tras el cambio de Harry, el hermano mayor y su favorito, ha estrechado lazos con uno de sus hermanos menores: Travis, un chico que siente una pasión por los animales equivalente a la suya aunque, en su caso, su interés sea por tenerlos como mascotas y no por motivos de estudio.
Uno de los conceptos que aprende Calpurnia gracias a su abuelo es el de la presión atmosférica. Cuando el barómetro casero que fabrican pronostica una fortísima tormenta, la vida de la familia y de todo el condado de Texas cambiará. A la tormenta le seguirá la llegada de un par de personas: su prima mayor Aggie y un veterinario, el doctor Pritzker.
Callie va creciendo poco a poco y cada vez es más consciente de las diferencias en el trato que le dan a ella frente a sus hermanos varones. Al descubrir lo que desea hacer de mayor aprenderá que no le espera un camino de rosas y, muy al contrario, tendrá que usar todo su ingenio para ir allanando el camino hacia sus sueños.
Reseña
Cuando vi la portada del libro me llevé un pequeño "susto" pues pensé que el chico que salía iba a ser un posible romance para Calpurnia. Me temí que la autora fuese a cambiar la esencia de la historia y a su protagonista. Falsa alarma, el chico que sale sentado representa a su hermano Travis. La protagonista sigue siendo la misma y la historia es una continuación directa que mantiene los elementos de su maravillosa predecesora. Sin embargo, el libro también mantiene la enorme pega de aquella: su abrupto final.
Decía que el libro era continuación directa y lo es tanto que la primera escena coincide con el final que tuvo el primer libro: la nevada que ve la protagonista el día de Año Nuevo de 1900. A partir de ahí avanza rápidamente hacia la primavera y ya, desde ese momento, vivimos el resto de este año y algo del siguiente. Este tiempo sirve para que Calpurnia vaya madurando, acercándose a la adolescencia, y cada vez entienda mejor el mundo que le rodea, no sólo en referencia a los misterios de la naturaleza que va desentrañando, sino a su posición en la sociedad y lo que esperan de ella.
La novela vuelve a ser un maravilloso alegato a favor de la ciencia, de la curiosidad y del conocimiento. Charles Darwin repite como pieza clave de su aprendizaje y, de hecho, cada capítulo empieza con un breve extracto de su obra menor El viaje del Beagle. Ambos libros me parecen una opción perfecta para inculcar el interés por la ciencia en niños y niñas. Pero también, el libro hace más evidente la cuestión de género pues Calpurnia cada vez es más consciente de las injusticias que se dan en su propia casa al no ser tratada igual que sus hermanos. Relacionado con esto, aunque Aggie, su prima mayor, no comparte su interés por la ciencia y sigue muchos de los cánones de lo que se espera de una chica de su época, le muestra herramientas que la ayudarán a ser más independiente.
En cuanto a Travis, la importancia de éste en el libro amplía la cantidad de preocupaciones de Calpurnia, pues la pobre es incapaz de decirle que no a su hermanito. Esto lleva a que ambos acaben cuidando de una serie de animales salvajes, algunos de lo más curiosos, intentando que sus padres no se enteren. Hay pasajes muy simpáticos y divertidos aunque también se dan algunos más tristes cuando Travis debe despedirse de alguna de sus mascotas. Dan ganas de abrazar al pequeño.
Con la incorporación de los nuevos personajes y la mayor relevancia de Travis, el abuelo pierde algo de peso. Con todo, en este libro le conocemos más al hablarnos de su pasado en algunos fragmentos, incluida brevemente su participación en la Guerra de Secesión americana. Aunque levemente se aprecian pinceladas del rechazo que en esos años todavía existía en el Sur, en los estados confederados, contra los yanquis del Norte. No estoy muy segura pues desde que reseñé el primer libro, hace ya ocho años, no lo he vuelto a leer, pero no me suena que hubiese en aquél pasajes dedicados a la historia así como algunas escenas algo más duras. Por ejemplo, la descripción que mediante una carta se hace del huracán de Galveston es sobrecogedora. Diría que junto a la madurez de la protagonista, la trama del libro también madura.
Pero no quisiera llevar a error. El libro es muy ameno, entretenido y mayormente optimista. Calpurnia es una chica con la que empatizas fácilmente y seguir sus andanzas es un placer con todo lo que nos enseña de su pequeño mundo.
La pega del libro, como decía más arriba, es lo abrupto de su final, que es el mismo problema que tenía el anterior. Este libro podría servir perfectamente de nudo en una trilogía a la que le falta su desenlace. O incluso, ser un "primer nudo" y tener un par de libros más antes de llegar al final de la historia de Calpurnia. En éste se ve más claro lo que quiere ser la protagonista de mayor pero queda abierto a saber si podrá cumplir sus sueños, cómo lo hará o cómo quedará la relación con su familia de lograrlo. Realmente es una protagonista de la que me gustaría leer libros que llegasen hasta su vejez pues es una chica maravillosa a la que me gustaría acompañar y animar a cada paso que dé en la persecución de sus sueños. Por desgracia, y a falta de saber si la autora decidirá seguir, la cosa aquí vuelve a quedar cortada y dejando ganas de más.
Poco más que decir. Me ha parecido igual de bueno que el primero de la, de momento, bilogía. Se podría decir que la trama gana cierta madurez a la par que su protagonista, lo que se contrapone con cierta pérdida del encanto más infantil y de novedad que tenía aquél. Una cosa por otra pero, al final, el balance se mantiene y nos da una maravillosa lectura cuyas páginas se devoran rápidamente hasta un desenlace que es su enorme punto débil. Quizás en unos años la autora nos sorprenda con una nueva continuación que quite el regusto agridulce que supone este corte tan brusco.
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