Después de mi última reseña de 2018, el tocho interminable de Instituto Ouran Host Club, nada como una lectura ligera de tomo único para empezar fácilmente el año en medio de las últimas celebraciones y a la espera de ver qué os traen los Reyes Magos esta noche. Pues no. Menudo tino he tenido para estrenar las reseñas de 2019: el tomo único más tóxico, vomitivo y desagradable que recuerdo haber leído en mucho tiempo ¿Que estoy exagerando? Seguid leyendo y me contáis.
Argumento
Al fallecer los padres de Mimiko cuando ésta era muy pequeña, un apuesto joven la adoptó en el orfanato al que había ido a parar y se encargó de criarla. Ambos viven junto a otros atractivos hombres en una mansión medio oculta en el bosque convertida en una elegante cafetería exclusiva para mujeres.
Con los años la tensión entre padre e hija adoptiva es cada vez más manifiesta ya que el deseo de crecer de Mimiko se ha vuelto innegable. Ahora es una adolescente que siente cosas que no debería por su padre. Sus nuevas compañeras de clase la invitan a una cita en grupo y, con la esperanza de dejar atrás esos sentimientos de un amor imposible, acepta. Como su padre se entera de ello, decide hacer lo que había estado aguardando durante tantísimo tiempo: beber la sangre de su hija aún virgen, lo que le aporta el poder de alargar la vida de los vampiros 100 años. Pero Mimiko consigue escapar presa de un total desconcierto… ¡¿es su padre un vampiro!? ¿Será que el único motivo por el que ha estado cuidando de ella es por su sangre?
Reseña
Miko Mitsuki es una autora que me cautivó hace años por hacer historias con un punto de dramatismo muy interesante que la hacía destacar, o al menos esa impresión me dio a mí de lo poco que leí por scans. El caso es que por eso mismo tenía expectativas en lo que Ivrea seleccionó de su enorme lista de obras, la mayoría breves, pero parece que sólo se fijaron en la temática: vampiros. Visto lo visto, no sé si se detuvieron a leer lo que traían o con ver que eran de esa temática y que tenía un dibujo resultón tiraron para delante con las licencias. Néctar de sangre no estaba mal pero es una obra inacabada y ésta es... vomitiva.
Sin entrar en la componente fantástica, hay varias temáticas en lo que a relaciones de "amor prohibido" se trata. Quizás la más común es la de "profesor + alumna" seguida de "hermanastros" y ya a bastante distancia quedarían las historias de "padrastro + hijastra". Estas últimas suelen basarse, para tener cierta explicación que las haga plausibles, en que el padrastro se casa con la madre cuando la hija ya está entrando en la adolescencia y luego muere aquella. Hay mucho drama porque la chica siente que traiciona a su madre, él ve en la hija algo de la amada que ha perdido y blablablá. No son historias sanas pero bien llevadas (que no suele ser el caso y para muestra tenéis la última historia del tomo Profe sensual) pueden dar una historia intensa y emotiva.
En este caso no hay justificación posible: Akane (sí, así se llama él) la adopta siendo una niña pequeña, apenas un bebé, y la cría durante años. Las escenas en flashbacks son muy tiernas y sólo se ve un padre cuidando con cariño una hija. Es totalmente irreal que Mimiko desarrolle sentimientos por un padre con todas las letras. De hecho, le llama papá hasta el final (ugh).
Pero claro, tampoco podemos esperar nada de una protagonista con tantas luces que dice en su presentación frente a su nueva clase "Quiero tener sexo". En serio, no me lo invento. Claro que era necesario que fuese idiota perdida para justificar que en todos sus años de vida no se hubiese dado cuenta que estaba rodeada de vampiros que beben la sangre de las clientas que van a la cafetería donde ella vive. Muy realista, claro que sí.
La cuestión es que si sólo se quedase en el tema incestuoso sería desagradable pero podría haber buscado una evolución que adecentase la historia (por supuesto, sin un final de pareja entre ambos), sin embargo al cruzar la temática vampírica y hacer que él la adoptase para beber su sangre cuando creciese y así prolongar su vida un siglo se convierte en un tomo para quemar. El planteamiento es horrible por no hablar de innecesario pues los vampiros que aquí salen pueden beber sangre de humanas no vírgenes y vivir perfectamente. Para eso montaron la cafetería sólo para mujeres, muchas de ellas les dan su sangre gustosamente ¿Qué necesidad había de buscar una niña pequeña y criarla para luego acabar con ella? ¿Si tanto quieren prolongar su vida de manera egoísta no podían mover un poco el culo y buscar vírgenes a las que seducir? No tiene puñetero sentido y es repulsivo el planteamiento.
El desarrollo ya os imaginaréis por dónde va. Primero se asusta y huye pero acaba volviendo y decide darles su sangre aunque eso suponga su muerte. Por supuesto, para entonces, a pesar de llevar años esperando ese momento, Akane se echa atrás en esa intención. Quedaría la duda de que fuese un final triste, sabiendo que la autora es capaz de hacerlos y al menos así tendríamos la satisfacción de un capullo menos en el mundo. Spoiler: no. La obra tiene un ridículo final feliz. Para colmo, claro, acabando en pareja no podrán tener sexo pues cuando ella deje de ser virgen, ya no tendrá una sangre tan "beneficiosa" ¿Y lo de que él seguirá siendo joven mientras ella va envejeciendo qué? Pues nada, lo ignoramos que el tomo se acaba y no nos queda espacio para más. Es que, de verdad, no hay por dónde cogerlo.
Lo único salvable sería el dibujo pero tampoco es que sume demasiado, la autora parece haber involucionado y de un estilo que sin ser muy original tenía su toque especial ha pasado a ser mucho más genérica. Con todo, es un dibujo que queda un poco por encima de la media.
Este tomo sería la versión vampírica del pederasta que adopta una hija para abusar de ella, es repulsivo que quiera envolverlo todo de un halo romántico. Hacía tiempo que no me cruzaba con una historia tan vomitiva y tóxica, alejaos de ella como de la peste.
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