Después de la relectura de Kamikaze Kaito Jeanne estuve varios días con el gusanillo de releer también esta serie menor de Arina Tanemura y aquí estamos, al final sucumbí a la tentación.
Originalmente, en Japón, la serie se publicó en tres tomos pero aquí Planeta la sacó, al igual que en una primera edición de KKJ, en formato Biblioteca Manga, lo que deja la serie en 6 medios tomos de tamaño algo superior al tomo estándar, lo que mejora la apreciación del precioso dibujo de la autora, pero con capítulos cortados a mitad y con las páginas espejadas en sentido occidental. En 2014 salió una reedición en formato bunko así que la editorial se podría animar con su licencia para las nuevas generaciones que se han aficionado al manga y ya no pueden encontrar la serie.
Argumento
En el siglo XXX, la humanidad se ha unido en un único país regido por una monarquía. Kyoko Suomi, la primera princesa de la Tierra y el miembro más joven de la casa real, tiene unas obligaciones para con su pueblo, pero durante 16 años se las ha arreglado para evitarlas por todos los medios porque lo que desea, por encima de todo, es llevar una vida normal.
El rey escucha las quejas de su egoísta hija de que no desea en absoluto ser princesa y le ofrece una solución: si despierta a su hermana Ui, que lleva dormida desde que nació, y ésta accede a ocupar su lugar, Kyoko quedará libre de sus obligaciones. Para ello necesita primero despertar el poder de la piedra del tiempo y convertirse así en la Time Stranger. Después tendrá que reunir a los otros 11 Strangers y juntos podrán activar el reloj sobre el que descansa el cuerpo de Ui. Pero ni la piedra reacciona a nada que hace Kyoko ni tiene ninguna pista de por dónde buscar a los Strangers.
Que la princesa aún no se haya dejado ver en todos estos años hace que el pueblo empiece a ver mal a la casa real y ya hay conatos de rebelión. Poco antes de su decimosexto cumpleaños, una banda de ladrones liderada por un tal Widoshik amenaza a su instituto y en particular a su mejora amiga, Karen. Kyoko debe revelar su verdadera identidad y la de sus guardaespaldas, los últimos supervivientes del Clan Dragón, Sakataki y Hazuki Jin, para protegerlos. Es ahí cuando se despierta su poder como Time Stranger y donde comienza su aventura.
El rey escucha las quejas de su egoísta hija de que no desea en absoluto ser princesa y le ofrece una solución: si despierta a su hermana Ui, que lleva dormida desde que nació, y ésta accede a ocupar su lugar, Kyoko quedará libre de sus obligaciones. Para ello necesita primero despertar el poder de la piedra del tiempo y convertirse así en la Time Stranger. Después tendrá que reunir a los otros 11 Strangers y juntos podrán activar el reloj sobre el que descansa el cuerpo de Ui. Pero ni la piedra reacciona a nada que hace Kyoko ni tiene ninguna pista de por dónde buscar a los Strangers.
Que la princesa aún no se haya dejado ver en todos estos años hace que el pueblo empiece a ver mal a la casa real y ya hay conatos de rebelión. Poco antes de su decimosexto cumpleaños, una banda de ladrones liderada por un tal Widoshik amenaza a su instituto y en particular a su mejora amiga, Karen. Kyoko debe revelar su verdadera identidad y la de sus guardaespaldas, los últimos supervivientes del Clan Dragón, Sakataki y Hazuki Jin, para protegerlos. Es ahí cuando se despierta su poder como Time Stranger y donde comienza su aventura.
Reseña
Que es una serie menor de la autora no se nota sólo en su longitud sino también en sus dos grandes problemas: su precipitación y su exceso de personajes para la duración que llega a tener (esto último ya lo dice ella misma en el primer freetalk de la serie). Pero vayamos por partes.
Como podéis ver por el argumento, la historia tiene cierta mezcla de cuento de hadas con el género de las magical girls. Es una curiosa combinación que funciona de maravilla. El único problema que le veo por este lado es decir que la historia se sitúa en nuestra Tierra en el futuro. No cuadra ni tiene un mínimo de credibilidad. Los vestidos pomposos y recargados, el rey con su corona y su capa de armiño, el castillo más de Disney que futurista... No hay nada en el diseño general ni en los detalles que hagan pensar en nuestro mundo a un milenio vista y lo único que podría apuntar en ese sentido es el concepto de los "kirito", clanes de humanos que tienen el ADN modificado con plantas o animales como Sakataki y Hazuki, del Clan Dragón. Precisamente, otro punto que habla más de fantasía es la existencia de esos dragones o también de demonios.
El segundo gran problema es el número de personajes. Las ventas no acompañaron a la serie y la obligaron a terminarla de manera precipitada e impidiendo darle profundidad a muchos de los personajes que presentaba. Eso es especialmente evidente y sangrante cuando, una vez intuye quiénes son los Strangers, Kyoko se lo diga a su padre y éste les hace ir a todos los que para entonces le falta por encontrar al palacio de buenas, presentándolos de golpe y porrazo y ya sin tiempo para conocerlos. Ni más ni menos que seis personajes que se presentan en una única página. Precisamente, en otros shojos fantásticos en que la protagonista debe reunir a sus guardianes (Fushigi Yûgi o Akatsuki no Yona), una de las gracias es irlos conociendo poco a poco y ver cómo interaccionan con la protagonista. Aquí nos perdemos esto con la mayoría de ellos. Una vez están todos y despiertan a Ui se precipita el desenlace con algunas sorpresas de ésas que le gusta meter a la autora. En las tiras del final de corte cómico se entrevé el camino que pensaba seguir con los personajes secundarios y es una pena que no pudiesen tener su espacio. Creo sinceramente que esta serie podría haber sido muy buena pero no le dejaron que lo fuese. Lástima de la tiranía de las ventas y los editores.
A pesar de ambos problemas comentados y sus pegas derivadas, lo cierto es que es probablemente mi serie favorita de la autora. Con el aire a cuento de hadas me conquistó desde la primera página (aunque no niego que, siendo republicana, pensar en un futuro dirigido por una monarquía que pinta tiene de ser absolutista no me convence ni chispita); me encanta la protagonista, cómo madura de princesita mimada y consentida a chica que enfrenta sus responsabilidades; adoro al serio Sakataki y su fuerza para no guardar rencor a quien causó la destrucción de su Clan y para seguir adelante; el humor que destila es tan ridículo que hace de ésta la serie más divertida de Arina Tanemura; el romance, aunque adolece de precipitado (como todo en esta serie), siempre me toca la patata cuando la releo igual que los puntillos más dramáticos me tocan la fibra sensible.
El desenlace es un punto interesante a tener en cuenta. A pesar de que lo refleja como un "final feliz", sabiendo quién es realidad Kyoko es fácil imaginar que las cosas no será alegres "mucho tiempo" para ella. SPOILERS. Es decir, es la hija del Dios Cronos, un día, cuando haya "madurado" del todo ocupará su lugar. Para entonces, entre que ocupa el cuerpo de la difunta reina (esto fue un poco UGH) y que como diosa es inmortal, acabará viendo morir a los que ama, ya sea antes o después de ocupar su rol como diosa del tiempo. FIN DE SPOILERS. No, no es un final realmente feliz a poco que uno se para a pensar en qué viene después.
Al ser una serie posterior a Kamikaze Kaito Jeanne, el dibujo está más depurado y corregidos los fallos que todavía tenía entones pero sin llegar a perder claridad. Es una delicia y casi da pena no tener una edición que incluya sus maravillosas portadillas a color de tal modo y no en B/N.
De manera subjetiva, me parece una maravilla y adoro esta especie de cuento de hadas con una princesa tan peculiar. De manera objetiva, la serie tiene graves fallos como incongruencias, falta de profundización y precipitación. Es injusto achacar los problemas a la autora pues no pudo realizar la obra como habría querido pero en el resultado final éstos están y empañan una obra de fantasía, muy divertida y con momentos muy tiernos.
A pesar de ambos problemas comentados y sus pegas derivadas, lo cierto es que es probablemente mi serie favorita de la autora. Con el aire a cuento de hadas me conquistó desde la primera página (aunque no niego que, siendo republicana, pensar en un futuro dirigido por una monarquía que pinta tiene de ser absolutista no me convence ni chispita); me encanta la protagonista, cómo madura de princesita mimada y consentida a chica que enfrenta sus responsabilidades; adoro al serio Sakataki y su fuerza para no guardar rencor a quien causó la destrucción de su Clan y para seguir adelante; el humor que destila es tan ridículo que hace de ésta la serie más divertida de Arina Tanemura; el romance, aunque adolece de precipitado (como todo en esta serie), siempre me toca la patata cuando la releo igual que los puntillos más dramáticos me tocan la fibra sensible.
El desenlace es un punto interesante a tener en cuenta. A pesar de que lo refleja como un "final feliz", sabiendo quién es realidad Kyoko es fácil imaginar que las cosas no será alegres "mucho tiempo" para ella. SPOILERS. Es decir, es la hija del Dios Cronos, un día, cuando haya "madurado" del todo ocupará su lugar. Para entonces, entre que ocupa el cuerpo de la difunta reina (esto fue un poco UGH) y que como diosa es inmortal, acabará viendo morir a los que ama, ya sea antes o después de ocupar su rol como diosa del tiempo. FIN DE SPOILERS. No, no es un final realmente feliz a poco que uno se para a pensar en qué viene después.
Al ser una serie posterior a Kamikaze Kaito Jeanne, el dibujo está más depurado y corregidos los fallos que todavía tenía entones pero sin llegar a perder claridad. Es una delicia y casi da pena no tener una edición que incluya sus maravillosas portadillas a color de tal modo y no en B/N.
De manera subjetiva, me parece una maravilla y adoro esta especie de cuento de hadas con una princesa tan peculiar. De manera objetiva, la serie tiene graves fallos como incongruencias, falta de profundización y precipitación. Es injusto achacar los problemas a la autora pues no pudo realizar la obra como habría querido pero en el resultado final éstos están y empañan una obra de fantasía, muy divertida y con momentos muy tiernos.
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