22 + 1 = 23

Érase una vez hace 23 años, en una casita en un pueblo a muchos kilómetros de la capital, una mujer en un estado bastante avanzado de su embarazo se pasó el día de limpieza general. No una limpieza ligera, sino a fondo. Subiendo y bajando de la escalerilla para bajar las cortinas, lavarlas y volverlas a subir entre otras muchas tareas. No contenta con eso preparó un señor estofado que degustó con sus padres ya mayores y su marido, pero a la hora de retirar la gran olla, no tenía apenas fuerzas a lo que se sumó unos fuertes dolores. Su estado fue empeorando a lo largo de la tarde hasta que decidió llamar a su ginecóloga que, tras escuchar horrorizada el relato de los acontecimientos del día y decirle, literalmente "Qué burra eres", la instó a que fuese inmediatamente hacia el hospital. Esta mujer comprendió perfectamente la situación pero antes tuvo el cuidado de ducharse y preparar lo que llevar al hospital, todo de manera muy tranquila, como si no fuese con ella el asunto.

El trayecto no fue especialmente agradable debido a que el transporte era un viejo Seat Panda cuyo asiento trasero carecía de relleno y consistía únicamente en una barra metálica y la tela que formaba el asiento. El dolor iba en aumento y para colmo de males, tuvieron que pasar por una parte adoquinada.

Finalmente, llegaron a su destino, un hospital de la capital llamado El Ángel. Nada más entrar y a pesar de las indicaciones de la mujer que debía entrar ya en paritorio, las enfermeras recelaron y la llevaron primero a la habitación hasta que una matrona la examinó y vio que había dilatado ya lo suficiente y era imprescindible ir a paritorio. Todo fue perfecto y la niña en cuestión nació sin ningún problema hacia las 22.00 h del día 18 de Mayo de 1987. En cambio la mala fortuna acompañó a la mujer en ese día pues se dio un accidente de tráfico múltiple y se colapsaron los hospitales. Tras dar a luz dejaron a la mujer en el paritorio para ir a atender las urgencias que llegaban. Hasta que una limpiadora no pasó por pura casualidad por la sala en cuestión no descubrió a la mujer medio congelada sobre la camilla. La cubrió con unas batas de operaciones y llamó para que bajaran a por ella, pero eso ya eran las 0.00 y pilló un buen constipado tirando a pulmonía.

Finalmente no le pasó nada más a la pobre mujer. Lo único fue tener que soportar repetidamente que su ginecóloga le dijese "Qué burra eres" hasta que le dieron el alta al día siguiente. La niña estaba perfectamente a pesar de haber nacido una semana antes de fecha... obviamente por causa del ajetreo que realizó la mujer ese día. Durante 23 años ha crecido sin ningún problema de salud escuchando cada cierto tiempo este mismo relato de forma que es como si hubiese sido consciente de todo, antes y después de nacer.

Ahora, 23 años después, la niña recién nacida es una universitaria que probablemente tenga que pasar la mañana de su cumpleaños escuchando la tesis de un profesor de su universidad (la primera que se lee en la escuela, lo que supone un acto importante... se supone...). La tarde no se plantea mucho mejor pues hay unos trabajos que realizar y un parcial que estudiar entre otras cosas, por eso mismo se ha permitido el lujo de disfrutar de este pasado fin de semana de relax y tranquilidad con unos amigos celebrando una especie de cumpleaños 2x1 pues también había otra persona que cumplía años en estas fechas.

La celebración con la familia se tendrá que posponer un par de semanas, por lo que no va a ser un día de cumpleaños especialmente relevante, es lo que toca =/ Espero que la espera merezca la pena, necesito el regalo económico que me proporcionen mis tíos XDDD

Y con esto concluyo esta entrada en la que os he dado a conocer el relato de mi nacimiento... XDDD Lo mismo os contaré en un futuro el relato de cómo intenté limpiar el salón un caluroso día de verano u otra chorra cualquiera =D