Pequeñas reflexiones

Entrada que hace unos días habría sido puramente de desahogo pero que ya, a estas alturas, simplemente se queda para contar un par de anécdotas y reflexiones. Aunque mantengo parte del tono de cabreo, es inevitable con según qué cosas, actitudes y personas.

Como sabéis, hace unos días estaba estudiando para el único examen de la carrera que tenía este septiembre y que, finalmente, suspendí. Me dio muchísimo coraje suspender por varios motivos:

• Llevaba estudiando más de dos semanas en exclusiva para la asignatura. Dos semanas largas y tediosas con un horror de temario.
• El temario, que eran unos PPT caóticos, los tuve que reorganizar en apuntes, y como algunos estaban protegidos, los tuve que reescribir por completo. Es decir, entre eso y el estudio, me sabía la teoría de pe a pa.
• Exámenes colgados de una parte que correspondía a aplicación de una normativa (DB-HS 1) no tenían sentido. Tuve que acabar recurriendo a mi madre para que, con sus contactos, le pidiese a todo aparejador, arquitecto, X que conociese que me ayudase. Finalmente un par de ellos consiguieron despejarme las dudas que tenía. Habría recurrido al profesor… pero es que ya le mandaron dudas, y sus respuestas eran patéticas.
• El examen constaba de 3 partes: dibujo de detalles constructivos (por ejemplo, cómo se encuentra una fachada determinada con el forjado del suelo), teoría y aplicación de la norma.
• Detalles: más de los que daba tiempo y puntuados bajísimos. Aún estando bien bajaba la nota por cualquier tontería.
• Teoría: Preguntas MUY concretas cuyas respuestas NO venían en el temario de esta asignatura (Construcción V)… eran preguntas de Construcción III. Manda huevos cuando todo el temario de por sí suman más de 500 páginas. No exagero. Claro, las del temario que tocaba, bien, las del temario de otra asignatura apenas me sumó lo que respondí de pura memoria.
• Aplicación de la norma: Muy poco tiempo para hacerlo y planteado de forma diferente a los exámenes que había colgados, por lo que tardé un tiempo en saber cómo atacarlo.
• Yo salí medianamente contenta ya que con lo respondido debería haberme dado un aprobado, pero con lo bajo que puntuó los detalles no me dio la nota. Así que nada.
• Y para colmo, el día de la corrección se presenta TARDE, y éramos más de 20 para revisar un examen al que nos presentamos 32 y aprobaron 7.

Conclusión: Cada vez hay más gente que, como yo, odiamos al profesor en cuestión. No exagero ni miento si digo que es, literalmente, el más detestado de la carrera. Lo malo es que aún lo tendré que aguantar de nuevo este año y luego, en otra asignatura más. Así que ajo y agua. Antes o después lo perderé de vista, aunque aún falte para ello.

Otra reflexión aparte viene del mismo día de la corrección. Preveía que podría tener que esperar un rato, que al final fueron HORAS porque:

1) Acabé siendo la nº 10 en revisar por orden de llegada, a pesar de que estaba ahí media hora antes de la hora de empezar las correcciones
2) Llegó tarde el hombre
3) A los primeros los corrigió a ritmo de tortuga.

Salí de allí a las 16.00 y eso que llegué a las 11.00. Mañana estúpidamente perdida. Menos mal que fui previsora y me llevé un libro, Química Perfecta. Estuve un buen rato hablando con un amigo, pero como el profesor hizo una línea de corte en la lista, él no entró, por lo que tendría que corregir al día siguiente, así que me quedé “sola”, o bueno, con gente con la que no trato.

Lo que leí antes de que llegase mi amigo y después de que se fuese acabó sumando más de 100 páginas. Cuando se acercaba mi turno y ya quedábamos 5 personas o así me uní al grupo de espera. Me preguntaron que qué leía, se lo enseñé y les comenté que con el tiempo de espera había llegado a superar las 100 páginas. Soltaron frases como…

“Yo no sería capaz de pasar de 30 páginas"

“O lees muy rápido, o no te enteras de lo que lees”  [Esto me dolió, aunque dicho por la misma persona que la frase de arriba…]

“Ni siquiera me he leído Harry Potter, sólo he visto las películas"   [Facepalm]

“De pequeño leía Mortadelo y Filemón, o más bien las onomatopeyas” [Doble Facepalm]

Juro que estaba alucinando, ¿veis el avatar de arriba? creo que ésa debía ser mi cara. Sinceramente, no me lo creía. Pensaba que me comentarían cuál fue el último libro leído, o cuánto hacía que no leían algo, o algo así, pero mirad la sorpresa que me llevé. Me parece muy triste que alumnos de Arquitectura tengan 0 interés en la lectura. No digo que les tenga que emocionar a todos. No digo que deban leer un libro a la semana. Pero es que por esas frases que soltaron me llego a preguntar qué nivel cultural deben tener. La Arquitectura tiene mucho de actividad intelectual, creativa e imaginativa. Pocas cosas hay que activen más la imaginación que la lectura. Aún sigo en shock… es que no me lo creo. 

Si les hubiese dicho que en vez de leer mucho hacía ganchillo no me habrían hecho sentir tanto como si fuese un bicho raro. Por no hablar de la mala educación de reírse en mi cara por el hecho de que yo lea asiduamente. Sinceramente, que no hayan abierto un libro en años me la suda, pero me sentó como una patada cómo me hicieron sentir de ridícula ¿Entendéis por qué dije que me había quedado "sola" con personas con las que no trataba? Universos paralelos, ellos en el suyo, yo en el mío, y que no se crucen, por favor.

Ah! Y en cuanto a Química Perfecta lo terminé durante esa tarde (próximamente reseña), y tampoco es que llevase un ritmo endiablado, no sé, es una lectura ligerita de 350 páginas, se lee en, eso, una tarde .___.

Y hablando de libros y cosas WTF, el otro día mientras hacía la lista de mi biblioteca me fijé en un libro del que no recordaba la curiosidad de su edición: la mitad tiene papel amarillo y la otra mitad blanco nuclear. Lo comenté por Twitter y me pidieron fotos, pero como en ese momento no tenía pilas para la cámara se quedaron con las ganas hasta hoy.  En concreto se trata de Las minas del Rey Salomón, de Henry Rider Haggard:

 

En fin, con esto lo dejo ya por hoy. Si es que las cosas surrealistas están a la orden del día en este mundo tan particular que nos ha tocado.