Carta de una desconocida, de Stefan Zweig

Otra lectura digital y rápida, tras la de Falsas ilusiones. Arsénico me la pasó cuando vio mi petición en Libros Compartidos. La verdad es que se lo agradezco, es una historia a la que le tenía muchas ganas desde que leí su reseña, ¡y de eso ya hace un par de años! pero tiene la pega de costar 9€ por menos de ¡70 páginas! y claro… ni la veía de oferta, ni me animaba a pedirla. Es la novela más breve que he leído nunca, poco más que un cuento o relato corto. Pero al igual que en la anterior, tan pocas páginas dan para mucho si se saben aprovechar. Repasando el listado de los 1001 libros me ha sorprendido que no estuviese. No sé cuál quitaría, pero sin duda, esta pequeña pero gran historia debería estar en dicha lista. 

Argumento

Un famoso novelista regresa a su casa después de unos días fuera, justo el día de su cumpleaños, detalle que ni recordaba. Entre la correspondencia que se encuentra al llegar hay una abultada carta de bastantes páginas con una caligrafía femenina que no reconoce y que enseguida llama su atención. 

Cuando empieza a leerla se da cuenta que es el relato de la vida de una mujer. Una mujer que acaba de sufrir la muerte de su hijo. Una mujer que lo ha amado, con todo su corazón sin él saberlo siquiera, desde que apenas era una chiquilla ingenua. Una mujer que, para cuando recibió la carta, ya no estaba en este mundo.

Reseña

Bien sabéis que me encanta leer historias románticas. Siempre me ha gustado: desde los cuentos de pequeña hasta las historias de romántica adulta, pasando por los shojos manga y los romances juveniles. No sería capaz de enumerar las historias románticas que han pasado por mis manos o que he visto en pantalla. Muchas. Y sin embargo, por muchas que sean, nunca jamás he visto un amor tan incondicional como el de la protagonista de esta historia.

Ésta no es una historia en la que importe el final, pues desde apenas la primera página se sabe el trágico desenlace. Lo que aquí tiene valor es el conocer a una mujer que llega a amar a un hombre que ni siquiera recuerda sus breves encuentros. Un amor desinteresado, un amor que no exige nada a pesar de soñar inevitablemente que algún día podría amarla. Es un amor tan grande que es difícil de imaginar cómo se puede atar una persona tanto a otra que ni siquiera sabe de su existencia. Un amor que se asienta únicamente en esperanzas infundadas. Un amor que en ningún momento se torna odio o resentimiento. Un amor que no deja entrar a nadie más en la vida de la mujer. Es un amor obsesivo, sí, pero profundo.

Me hallaba siempre cerca de ti, esperándote o siguiéndote; pero tú no podías darte cuenta, no podías prestarme más atención que a la cuerda de tu reloj, que en la oscuridad de tu bolsillo va contando pacientemente las horas; que te acompaña a todas partes con sus imperceptibles latidos, semejantes a los del corazón y al que sólo muy de cuando en cuando, lanzas una hojeada entre millones de segundos.

La breve y triste historia te hace reflexionar y te cala hasta lo más hondo, desgarrándote. Por momentos quieres hacer algo por ella, que olvide ese amor que no le da nada. Por momentos es a él al que quieres vapulear por inconsciente, por ciego. Sin duda, cuando más daño se puede hacer a alguien es cuando se hace sin conocimiento de causa, porque cuando se daña a sabiendas, después se puede odiar a esa persona y se descubre que no es lo que creías. Pero cuando se daña sin saber, al final sólo sientes pena por su inconsciencia y por lo que se pierde. La cuestión es que, mucha gente acaba aprendiendo a pasar página ¿pero quien no pasa página qué hace? Este sería el relato de este caso, mucho más triste y duro.

No hay más que decir. Es una de las historias más bellas que jamás he leído. Dura, profunda, emotiva y desgarradora. Una muestra de todo lo que se puede expresar en tan poco espacio. Y es que ni siquiera le faltan páginas. Más páginas se habrían cargado la esencia de carta que tiene la novela. Es magnífica, es preciosa. Es mucho más que imprescindible.