lunes, 13 de agosto de 2012

Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne

Ya que la cosa ha ido de retos en las últimas entradas, y me acabo de terminar un libro que me sirve para un par de ellos, qué mejor que hacerle la reseña antes de que se enfríe la lectura. Con lo cual, sigo teniendo tres libros pendientes *ejem*.

Viaje al centro de la tierra me sirve tanto para el reto de De la A a la Z como para el de los 1001 libros. Además, ya tenía ganas de probar alguna de las obras del más que célebre Julio Verne, sin duda uno de los grandes escritores de la historia. De pequeña empecé con La vuelta al mundo en 80 días, pero se me hizo demasiado densa por aquél entonces y, hasta ahora, he aplazado una lectura seria de alguna de sus obras.

Argumento

Guardado en un manuscrito original que ha encontrado en la tienda de un judío, el profesor de mineralogía alemán, Otto Lidenbrock, descubre un pergamino con un texto cifrado. El autor es un sabio islandés del siglo XVI, Arne Saknussemm, quien dejó en clave un mensaje en que el profesor pondrá todo su empeño hasta dar con el significado, pues presiente que se trata de algo muy importante. 

Será su sobrino y ayudante, Axel, quien dé con la respuesta: las indicaciones básicas para llegar al centro de la tierra a través de una abertura en un volcán. El profesor Lidenbrock pretende seguir los pasos de Saknussemm, y emprende una expedición acompañado por su escéptico sobrino Axel y el impasible guía islandés Hans.

Reseña

Numerosas son las versiones que se han llevado a la gran o pequeña pantalla de esta historia. Por eso, que ya había visto algunas, quería saber cómo era la historia original. Como curiosidad, la más reciente y una de las que he visto tiene a Brendan Fraser (La momia, George de la Jungla) y Josh Hutcherson (Peeta en Los juegos del hambre) como protagonistas. Es bastante regulera, para qué negarlo, pero entretiene una tarde sin nada mejor que hacer. Os dejo el listado de las adaptaciones cortesía de Wikipedia.

Esta es una novela que hay que situar en su época. Se trata de una historia, teóricamente, de aventuras, pero con una falta de dinamismo tal que cualquiera lo diría. La versión que yo he leído tiene unas 280 páginas y cuenta con bastantes grabados de época que ilustran perfectamente a los personajes y los diferentes sitios por los que pasan. No es hasta la página 113 que empiezan a adentrarse en el cráter del volcán que sirve de abertura al centro de la tierra. Eso son muchas páginas en las que, aparte de descifrar el código, no ocurre nada destacable: una primera parte de situación y luego, el lento viaje hasta el volcán con numerosas descripciones de los lugares por los que pasan, magníficas, eso sí que no lo discuto.

Lo peor es que la tónica no cambia demasiado una vez se internan en las grutas y, aunque por fin pasan cosas, como una preocupante falta de agua o los extraordinarios descubrimientos que hacen allá abajo, sigue siendo todo muy lento. Los personajes se convierten en narradores de las maravillas que llegan a ver, pero nunca son partícipes de ellas, no llegan a tener una gran aventura, sino que se dejan llevar en gran medida. Por momentos me parecía que estaban simplemente de paseo.

Otro problema de la lectura es el especial hincapié que se hace en temas mineralógicos (descripciones de los diferentes estratos por los que pasan) y científicos (hipótesis de lo más diversas). A menos que interesen un mínimo, la novela se hará bastante insufrible para cualquier lector. Si hubiese sido compensado con mayor acción, no sería un gran problema, pero como he dicho, las aventuras, dentro de lo que es la propia aventura, brillan por su ausencia. Por otro lado, que sean hipótesis no reales, dado el conocimiento disponible de la época, en realidad lo hace un poco más interesante porque uno se pregunta “¿qué habría pasado si realmente fuese así?”. Ahí se demuestra el genio creativo de Julio Verne y su desbordante imaginación, sentada en bases científicas plausibles para su época.

Será por la influencia de las versiones televisivas que he visto, pero me ha faltado que hubiese una mayor exploración del centro de la tierra, pues en apenas 70 páginas ven todas las maravillas, y eso incluye unos pasajes bastante lentos en una barcaza que montan. Pero, sin tener esto último muy en cuenta, sin duda ahí está lo mejor de la novela que es donde las diferentes versiones se han extendido más. Ojalá hubiesen sido más páginas.

En cuanto a los personajes, los tres citados son los únicos de relevancia. De nuevo, bajo un punto de vista actual, son personajes bastante planos, aunque dan alguna que otra sorpresa. Por un lado, el profesor Lidenbrock, el clásico científico medio-loco al que sólo le interesan sus investigaciones y se enfurruña cada vez que se pone en entredicho una de sus teorías, si no tiene una respuesta a la duda. Eso sí, tiene sus puntos el personajes y posee una determinación y un carácter a prueba de bombas. Su sobrino, Axel, es un chico acomodado a la vida que llevan y la idea de la expedición no le atrae lo más mínimo, aunque al final se vea arrastrado a ella. Su romance con Graüben, pupila de su tío, es lo más insípido que he visto, factor totalmente prescindible de la novela, como la muchacha en sí. Está planteado como el personaje más humano del trío protagonista ya que, al contarse la historia desde su punto de vista como narrador, cuenta sus miedos, dudas y resoluciones. Por último, Hans, el guía, es un androide. En serio, no tiene nada de humano. Apenas habla y su papel consiste en conseguir que los otros dos no se maten a la primera de cambio, pero carente de toda emoción. Me ha resultado tan rematadamente impasible que no sé muy bien cómo tomármelo.

En definitiva, Viaje al centro de la tierra hay que tomársela como lo que es, una novela que pertenece a su época. Con un mayor dinamismo y mayor hincapié en la parte de las maravillas subterráneas, resumiendo considerablemente el comienzo, habría resultado mucho más atractiva para lectores actuales. En esos aspectos está un tanto desfasada. El peso que tiene los temas científicos y mineralógicos puede resultar un punto a favor o no, dependiendo del lector. De lo que no cabe duda es la prodigiosa imaginación de Julio Verne y su magnífica mezcla de fantasía y ciencia. Puedo decir que la lectura me ha gustado y he estado toda la tarde pegada al libro, pero no creo poder recomendarlo alegremente porque sé que no gustará a muchos.

6 comentarios:

  1. Mi madre tenía unas de las primeras versiones del libro, aunque nunca me ha llamado mucho la atención.
    ¡Gracias por la reseña! Un besito :)

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  2. Tengo pendiente una relectura... Verne me maravillaba cuando tenía 15 años, pero ahora con 30 ya no me gusta tanto (y he leído sobre todo obras menores que desconocía)

    Pero esta y 20000 leguas son de las novelas de las que mejor recuerdo tengo.

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  3. Este y 20.000 leguas de viaje submarino, son mis libros favoritos de este autor, y es que hace muchísimos años que me los leí, y las relecturas son constantes.
    Un saludo!!

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  4. Comencé a leerme este libro hace tiempo y no lo terminé...
    Pero me creo que volveré a empezármelo :)

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  5. Nunca he leído nada de Julio Verne y eso que he tenido la oportunidad, pues mis abuelos tenían en su casa una colección de todos los libros del autor (supongo que heredé de ellos ese afán por el coleccionismo porque de mis padres desde luego que no XDD) Claro, por aquella época no me interesaban los libros, pero ahora seguro que vería su "biblioteca" con otros ojos XD

    A lo que vamos, Viaje al centro de la tierra, pues nunca he visto ninguna versión y me ha sorprendido que en 70 páginas se resuma toda la exploración, penaba que el libro estaría dedicado principalmente a eso.

    A ver si algún día me animo con algo de Julio Verne, pues para ser de esa época, parece que tenía una gran imaginación ^^

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