Temblor, de Maggie Stiefvater

¡Sigo viva! Sí, sí, aunque no os lo creáis XD Veréis, en estos días he estado bastante liada con la uni y tampoco he tenido nada interesante que poner en el blog. A ratos he estado viendo capítulos de Marmalade Boy ya que, después de la entrada que os hice, finalmente me he animado a volver a verla, la nostalgia pudo conmigo (ya estoy casi a punto de empezar la parte de Nueva York =D). Y en cuanto a lecturas, no me apetecía seguir de momento con las reseñas de los tomos ingleses. Así que, por A, B y C he desaparecido un poco, perdón.

Entre rato y rato de clases y hoy, que me he decidido a acabarme el libro, por fin he terminado de leer Temblor. Y digo "por fin" porque el libro me ha parecido largo como un día sin pan, lo cual no dice mucho a su favor. Así pues, paso a comentaros mis impresiones de la lectura.

Argumento (oficial): Cuando el amor te hace temblar en otoño es mejor que el invierno no llegue nunca: las primeras nevadas pueden arrebatarte a quien más deseas.

Hace años Grace estuvo a punto de morir devorada por una manada de lobos. Inexplicablemente, uno de ellos, un lobo de intensos ojos amarillos, la salvó. Desde entonces todos los inviernos Grace se asoma al bosque y, desde la distancia, lobo y chica se observan. 

Cuando llega el calor, la manada desaparece y, con ella, “su” lobo. Pero este año, Grace deseará que el invierno no llegue y que el otoño dure para siempre. Ha conocido a un chico; se llama Sam. Es un tipo normal, salvo por sus ojos. Son de un extraño color amarillo.

Las negritas son totalmente intencionadas para que no tenga que ponerme a extender el argumento oficial explicando de qué va la cosa. No hace falta mucha imaginación ¿verdad? ;D

Bien sabemos a estas alturas que el boom de Crepúsculo ha dado lugar a infinidad de libros que suman: romance + jóvenes + elementos paranormales. Estos últimos tienden a ser vampiros o licántropos, y Temblor se queda con los lobos. Y como en Crepúsculo, poco queda de esos seres que tanto se prodigaban en las historias de miedo. Soy de la opinión de que no es malo, los mitos, las historias fantásticas, han ido cambiando con el paso del tiempo, y ésta es solo una vuelta de tuerca más. No quiero seguir con más comparaciones, he soltado esta divagación sólo para recalcar que aquí los licántropos no dan precisamente miedo y que el hecho de que se transformen cuando baja la temperatura (es decir, al llegar el invierno en vez de con la luna) es una inventiva más como para Meyer fue que sus vampiros brillasen al sol XD.

Quiero empezar con lo que comentaba un poco más arriba: el libro me ha parecido lentísimo. Son 429 páginas. He tardado la vida entera, y sabéis que me he leído libros de +500 páginas en un día dado el nivel de enganche que me produjeron. Si Temblor me hubiese enganchado, no habría tardado tanto. De hecho, empecé la lectura hace bastantes días y solo he ido leyendo a poquito a poco, todo porque no me enganchaba y no porque me faltase tiempo de leer, que siempre lo saco de donde sea cuando el libro así me lo pide.

Y pasamos al segundo problema, o llamémosle causa de que me haya parecido lento: me ha aburrido. Y claro, como me aburría leerlo, se me hacía lento y pesado. Tenía más o menos claro lo que me iba a encontrar en esta obra e iba preparada para ello: una historia romántica juvenil con licántropos y mucha escencia de Crepúsculo. Efectivamente, eso tiene. Pero es que... no me ha emocionado NADA de lo que pasaba. Los momentos de clímax que tiene el libro se esfuman como el humo mucho antes de que lleguen a demostrar que son momentos de clímax. Es cuando pasan y lees algunas páginas posteriores que piensas "anda, si eso era importante".

El romance de Grace y Sam reconozco que es muy bonito. Como pareja real me han gustado mucho, pero como protagonistas de una historia que se supone, debe tener una fuerte componente trágica, no me han dicho nada. Era mucho más interesante la parte romántica que dura el tiempo en que Sam es lobo y se nota cómo Grace le ama, antes incluso de saber que tenía forma humana. Sí, lo sé, suena raro y tiene un poco de "zoofilia". De hecho raya en exceso la pasión que tiene Grace por unos animales que estuvieron a punto de matarla. Para una protagonista tan pragmática lo veo un tanto incoherente. Lo podemos dejar en que se formó un vínculo entre sus almas, así, en plan poético y tal.

Una vez que Sam pasa a ser humano (no es spoiler) el romance desaparece para dar paso a una serie de escenas más o menos empalagosas y toda la química y emoción se evapora. Tampoco ayuda que se pasen casi todo el libro del coche de Grace, llendo al instituto con la calefacción alta para que Sam no pase frío, a la casa, con los padres pasamos-de-nuestra-hija sin saber que hay un chico en el cuarto de ésta durmiendo con ella todas las noches... sin que hagan otra cosa que... dormir. Metamos por medio alguna visita a la librería, a una cafetería (escena más empalagosa y ñoña del libro), tardes tranquilas de un Sam leyendo mientras una Grace hace sus deberes, y algún paseo por el bosque y ya tenemos los escenarios. Es todo muy... pasivo, tranquilo... intrascendente.

Todo el tema trágico de la transformación permanece en la historia siendo poco más que una mosca cojonera a la que, milagrosamente, parece que le encuentran el insecticida apropiado para acabar con ella justo hacia el final. Qué gran casualidad!!!! =D Final que, menos mal, algo más de... de... de... algo, gana. Acción, no, eso tenedlo seguro. ¿Emoción?... puede. En cualquier caso en buena parte del libro no pasa nada de interés especial, ni siquiera el final es especialmente destacable porque la solución que le da la autora es tan... absurda. Sólo os diré que existe algo que se llaman "grupos sanguíneos" que parece desconocer a la hora de darle dicha solución al drama.

Claro que pasan cosas en la historia. Pero me remito a lo dicho antes, son los momentos de clímax que no llegan a nada. El resto de páginas son un ir y venir sin nada especial que contar. Y eso suma muchas páginas.

Grace y Sam me han gustado. Como pareja me parecen muy ñoños, pero individualmente no están mal. Me ha gustado mucho el pragmatismo de ella y su independencia ante unos padres que viven a su bola, como si ellos fuesen los hijos despreocupados y Grace la madre seria y confiable con dos dedos de frente. También tiene de bueno que, aunque sea tan independiente, en el fondo le falta más cariño de sus padres, ser parte de algo.

Sam, por su parte, es adorable. Muy bueno y dulce. Sin embargo, me sobra totalmente el factor "cantante", "compositor" que parece que sólo sirva para hacer suspirar a las lectoras. Es más perfecto que Edward!! en serio!!! Lo malo es que tanta perfección ni me la creo ni me resulta interesante. Su trauma pasado también me parece metido para hacerle un personaje más interesante a los ojos de jóvenes lectoras porque luego no tiene mayor relevancia que... ¡no poder entrar en los cuartos de baño! Cosa que a mí me despierta bastantes preguntas en cuestiones de higiene y tal...

Los secundarios más importante son las amigas de Grace: Olivia y Rachel, ciertos miembros de la manada de Sam: Beck y Shelby y, por último, los hermanos Culpeper: Jack e Isabel. Todos tienen cierto peso en la trama pero los he visto muy desaprovechados y solo han ganado interés hacia el final, justo cuando el libro me pareció que ganaba puntos, curioso ¿verdad? Si destaco a alguien en particular es a Isabel. Ya podría haber tenido peso mucho antes, habría ayudado y mucho al libro. Beck, por su parte, llega un punto en que parece dejar atrás la imagen de padre perfecto que Sam nos había hecho ver y eso me pareció muy interesante. La resolución de esto... deja mucho que desear.

Sin duda, uno de los puntos fuertes es la bonita edición del libro. Detalles en relieve para la portada, lomo y contraportada y al principio de cada capítulo, según sea el punto de vista de Grace o Sam, se encuentran unas hojas o un árbol seco en tonos azules respectivamente. Se agradece cuando las editoriales miman un libro. Claro que una bonita edición no suple una historia aburrida.

Creo que o voy a dejar ya, que me extiendo demasiado. Temblor me ha resultado, en resumidas cuentas, un libro lento, aburrido, insustancial y ñoño.

El libro tiene dos continuaciones. En primer lugar Rastro y luego, Forever (no sé si ya lo han traducido o todavía no). Temblor se puede leer de manera independiente, gran punto a su favor para quien le quiera dar una oportunidad como servidora, pues no deja hilos sueltos y es bastante cerrado. He estado leyendo algunas reseñas de la continuación y, dudo que me lo pille. Entre lo poco que me ha gustado este.... no, tachad eso. Ni me ha gustado, ni me ha disgustado, no me ha dicho nada, simplemente. Ergo, entre eso y que ya me imagino por dónde va a ir la continuación con las trampas que quiere meter la autora, voy a pasar. Más aún cuando al parecer, Rastro sí deja muchas cosas abiertas para Forever. Aquí le veo lo mismo que a Crepúsculo, algo que funciona como libro unitario dejando cosas a la imaginación del lector pero cerrando lo principal, degenera al extenderse para convertirse en un producto comercial.

Temblor puede ser una buena opción si se quiere una historia romántica con tintes paranormales en caso de que gusten las obras más pausadas y tranquilas con mucho amor. Sé que a mucha gente le ha encantado aunque también hay mucha gente que, como yo, le ha dejado muy indiferente. Allá cada uno con lo que ha leído aquí (y en otras reseñas de la blogsfera) para decidir. Entre un sí y un no, yo os doy un no.