Y segundo libro de relatos cortos de la serie. El anterior fue el libro #8 y al parecer hay tres más además de un fanbook que, si sigo leyendo y llego hasta él, lo reseñaré también por eso de no romper la numeración. Maniática que es una.
En este caso, el libro se compone de tres relatos siendo el último el más relevante y extenso pues se lleva para sí casi medio libro, sólo unas pocas páginas menos de la mitad. En cuanto al título del libro, al igual que pasaba en el anterior, coge el de uno de los relatos, el segundo.
Hasta que la cigüeña esté complacida
Frente a la mansión de Edgar, alguien ha dejado un bebé en un capazo con una nota diciendo que es hijo de quien vive ahí. Como es comprensible, las sospechas recaen inmediatamente en éste como padre de un hijo ilegítimo pues, aunque dice haber cortado ya con todas las mujeres por ir en serio con Lydia, su prometida, lo cierto es que no resulta muy creíble. Sin embargo, el bebé, que lo primero que ve es el rostro de ésta, resulta que puede hablar. Dice ser un espíritu de cigüeña, de hecho, tiene dos pequeñas alas en su espalda que lo confirman. Al parecer es el bebé que Lydia tendrá en un futuro... ¿con Edgar?
Un relato tremendamente tierno y dulce pero también cuenta con su punto divertido y emotivo. Al situarse cronológicamente no mucho después de lo que deben ser los hechos de la tercera novela, los protagonistas están aún lejos de tener una relación seria como en los últimos de la serie. Al margen de que es evidente que todo el relato se va a sustentar en un par de confusiones y equívocos, lo cierto es que deja ver un más que posible futuro de ambos siendo unos padres ideales.
Sencillo, agradable y simpático. Un rato de lectura que te deja con una sonrisa en la boca. Lo único malo es que es previsible y que la base es bastante cliché pues es un punto de partida que ya he visto anteriormente.
8/10
Lecciones sobre cómo ganar el corazón de un caballero
Cuando alguien le dice a otra persona "vamos a escuchar la canción del ruiseñor toda la noche" es una indirecta bastante directa para el sexo. Esta frase cobrará otro sentido para Lydia cuando Nico traiga a su casa a un hada-ruiseñor que quería conocerla y que, tras ser presentada, le dice que hará que se enamore. A partir del día siguiente, los problemas empiezan para la joven.
Un relato muy chorra, el más cómico que he leído hasta el momento. Es tan absurdo todo que, llegado el momento, Raven se tendrá que disfrazar de mujer. Esto, que pasaba en el anime con otro contexto diferente, ahora me lleva a preguntarme si no cogieron la idea de aquí (esta novela se publicó en 2007 y el anime se realizó al año siguiente). Al menos en el relato tiene su explicación más o menos aceptable pero en el anime fue muy "porque sí".
La gracia está en el momento de confusión que se genera cuando Lydia le dice a Edgar lo de escuchar el canto del ruiseñor por la noche. Hay una pequeña gota de tensión erótica, algo de drama y poco más.
En definitiva, bastante prescindible este relato, con alguna escena por la que merece la pena su lectura que no pasa de ser simplemente entretenida.
7/10
El académico y el hada. La isla al final del mundo
Con la futura boda de Lydia y Edgar, el padre de ésta, Frederick Carlton, pide que envíen desde la casa que tienen cerca de Edimburgo el velo de novia que la abuela materna de Lydia confeccionó para la madre de ésta, Aurora McKeel. Aunque el hombre sigue evitando contarle a su hija cómo acabaron juntos, esto desencadena en su mente los recuerdos de cuando conoció a su hada particular...
Y al fin conocemos la misteriosa historia de los padres de Lydia. De hecho, salvo que me lo haya saltado en algún momento, creo que ni siquiera sabíamos sus nombres hasta ahora. Uno era "Profesor Carlton" o "padre de Lydia" y la otra era "la doctora de hadas, madre de Lydia". Y eso era todo. Sin embargo, sí que se había mencionado que, sorprendentemente para el carácter de Frederick, ambos se habían fugado juntos, abandonando Aurora su pueblo natal y a su familia. ¿Un hombre tan serio, poco atento a los detalles y sencillo, dejándose llevar por un arrebato pasional? Ya había ganas de saber qué se escondía aquí porque siempre se había negado a contarle a Lydia cómo le pidió matrimonio a Aurora y cómo sucedió todo. Pues bien, de eso va este relato.
Me ha parecido una historia bonita pero que le ha faltado un poco más de chispa. Aunque no es tan sencillo, todo partía de un flechazo pero se ajusta bastante a lo que sabíamos de Frederick. Y, por su parte, Aurora ha resultado ser un personaje muy interesante que te hace pensar que ojalá su hija hubiese heredado parte de su valentía, al menos en lo que a la sinceridad con sus propios sentimientos se refiere. La verdad es que ambos forman una bonita pareja y es bastante triste pensar que no llegaron a estar juntos demasiados años.
8/10
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