Una reseña más que se cuela entre fórmulas y cálculos
varios. Esta vez iba tocando algo sencillo, juvenil, fresco y alegre, dada la
racha de lecturas que llevo.
Entre las opciones que tenía fui a por Gimme a
call para, por un lado, poder añadir una letra más a mi reto de De la A a la Z del cual, ya
estoy relativamente cerca de cumplirlo *YAY* y, por otro lado, por ser uno de los que más me llamaba de los que vinieron en la colección aquella que sacó Círculo de Lectores "El amor en los tiempos de Facebook". La decisión fue acertada, me ha gustado bastante y, para una
tarde de lectura en la playa/piscina, antes de que acabe el verano, es perfecto
=)
Devi desperdició los tres años del instituto saliendo
con Bryan: el guapo, adorable y rompecorazones de Bryan. Tres años en los que echó
a perder sus amistades, descuidó los estudios e ignoró las actividades
extracurriculares… para nada. Y ahora, justo
antes del baile de graduación, Bryan la ha dejado y ella descubre que no
le queda nada. Ni siquiera un móvil en condiciones. Se le ha
caído dentro de la fuente del centro comercial y sólo le permite
realizar llamadas a un único número de teléfono el suyo…
¡pero el de hace tres años, cuando tenía catorce!
Cuando Devi se recupera de la impresión, y convence a su yo más joven de que no es una loca quien la
llama, se da cuenta del don que le ha sido
concedido. Ahora la puede aconsejar sobre cómo hacer bien las cosas ¡porque ya
las ha hecho mal! Si la Devi de primer año de instituto sigue sus consejos,
conservará a sus amigas, logrará que la admitan en una universidad de primera, será una superestrella de las actividades extracurriculares,
y lo que es más importante, ¡se ahorrará que Bryan le rompa el corazón!
Creo que no hace falta que haga una reseña, con el
argumento ya os debéis de estar imaginando qué es lo que tiene de bueno y qué
de malo, yo me lo olía sin haber leído ninguna previamente (creo) y seguro que vosotros
acertáis también en gran medida. Pero ya que estoy, qué mínimo que teclear un
poquito.
Lo primero que destaca en esta historia es su
originalidad. Puede que si estudiamos todas las historias que se han escrito o todas
las comedias románticas americanas, no resulte nada del otro mundo, pero para
lo que puebla actualmente las librerías (distopías, vampiros, hombres lobo,
ángeles…) ya es un avance, algo diferente, simpático y nada pretencioso.
Otro punto bueno que tiene es que el lector
inevitablemente se plantea qué haría en la situación de la protagonista ¿qué
decirle a una “yo” tres años menor? ¿qué querría cambiar? El caso de la
protagonista es un poco extremo, y en su situación yo también lo cambiaría todo, pero, personalmente, soy más de la idea de que uno debe
apechugar con los errores que ha cometido, aprender de ellos y madurar de esta
manera. Aunque duela, la vida es aprender y así volverse más fuerte y menos
predispuesta a volver a caer en ellos. Claro que mejor pensar así y evitar darle muchas vueltas, total, lo hecho, hecho está, y no tengo un móvil mágico para cambiar nada XD.
El problema que le veo es que las conclusiones, las moralejas que
ofrece el libro, aparecen completamente mascadas y no deja mucho juego para ser
uno mismo el que las saque: lo que importa es encontrar el equilibrio en la
vida sin descuidar ninguno de los aspectos; aunque otra persona te aconseje,
diciéndote qué es lo mejor para ti, es una misma la que debe tomar las
decisiones; cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad; no hagas
lo contrario a lo que te dicta la conciencia; hay que afrontar el futuro sin
pensar constantemente en el pasado… Conclusiones previsibles y tópicas, pero
bueno, al menos es una lectura que procura transmitir unos valores y lecciones
que no hacen daño a nadie.
Tampoco se le podría exigir mucho más: es una lectura
fresca y simpática cuyo fin es entretener, y si cala alguna reflexión buena en
la mente del lector, mejor, pero no es lo importante. Al menos es diferente a
lo más común en las actuales novelas JR de “sé una chica sumisa y dile que sí a
todo lo que el guaperas de tu novio te diga, que tú no puedes vivir sin él, y
él es lo único que importa, ni salvar el mundo es tan importante como estar a
su lado” (vale, he exagerado, pero por ahí va la cosa aunque de manera más
sutil).
De hecho, para ser una historia teóricamente JR (Juvenil
Romántica), el amor tiene un peso bastante menor de lo que uno se imagina al
principio. Y otro puntillo bueno en este sentido es que el chico, para variar,
es un encanto (nada de tipos oscuros, misteriosos o chulo-playa), y el romance que puede surgir entre ellos es muy natural y
realista. En un principio, la Devi del presente lo muestra como un capullo,
pero con lo buena persona que parece en el pasado, algo más debe haber en esa
historia. Además, aparte del tema amoroso, la amistad, la familia y los
estudios tienen el mismo peso o más que en tantas otras historias… ¡gracias!
Casi me parece milagroso que una adolescente tuviese que hacer exámenes.
La forma de narrar esta peculiar novela es asimismo
singular: alterna capítulos en primera persona de ambas Devis. Es un recurso
relativamente original porque no es extraño, en el género, que se alterne el
punto de vista de la protagonista con el del protagonista, aunque aquí son dos
chicas las que llevan la voz cantante, pero dos chicas que en realidad son la misma.
Al principio de cada capítulo se indica la fecha y si es en “Primer curso” o “Último
curso” para poder identificarlas sin problemas. Además, para terminar de eliminar
toda posible confusión que pudiese quedar, las dos Devis acuerdan ponerse unos “nicks”:
la Devi de último curso, la mayor, será “Ivy” y la de primero, la joven, “Pipi” (ya, no es un nick que en castellano quede muy bien XD).
Las protagonistas indiscutibles son las dos versiones de
Devi. Ivy es una chica que se arrepiente de muchísimas cosas, tiene el corazón
destrozado y se ve incapaz de pensar en los buenos momentos que pasó con Bryan,
reniega de todos ellos. Así que cuando tiene la posibilidad de mejorar su
presente, se convierte en una tirana con Pipi, su yo de 14 años, a la que
obliga cada vez a hacer más cosas, pero cada vez con más pegas pues cada mínima
decisión, puede tener consecuencias catastróficas. Ésta va aceptando a
regañadientes pero llega un punto en que sea ella la que cometa sus propios
errores, decidir por sí misma… En realidad, por momentos parece más madura Pipi que Ivy...
- ¿Me crees ya? -pregunta ella.
- Yo... - me va a reventar la cabeza. ¿Cómo puede ser? No es posible, no. Ni de
coña.
- Oh, ¡y todavía sé algo peor! Cuando tenías -teníamos- seis años nos subimos a
la cómoda y se nos cayó encima, y papá salió corriendo del cuarto de baño al oír
el golpetazo y cuando apareció ¡él llevaba los pantalones bajados y se lo vimos
todo!
- Agggggggggg -me lamento al recordar.
Ella suelta una risita tonta: ji-ji-ji-ji-ji.
Esa risita es inimitable.
Ay madre, ella es yo.
Por otro lado, resulta un poco extraño que los cambios
que hace Pipi, que llegan al punto de hacer que Ivy pase de un sitio a otro en
un momento, y pueda cambiar por completo la vida de los que les rodean, no se
registren en la mente de ésta y cada dos por tres deba estar preguntado a sus
allegados si, por ejemplo, ha salido con alguien en los últimos meses… Creo que
es una decisión errónea de la autora que no aporta gran cosa y carece de
sentido más allá de hacer la situación un poco más divertida. Es incoherente.
Reconozco que se me hizo un poco cuesta arriba al
principio porque ambas Devis me resultaban un poco exasperantes, pero luego le
acabé cogiendo el punto y quería saber cómo acababa, además de ver todos los
líos que van montando (la parte de la lotería me encantó, yo lo habría hecho
casi al principio XDD).
En cuanto a los secundarios, hay bastantes pero no se
llega a profundizar en ninguno en particular, resultando al final unos
desconocidos. Además, como lo que hace Pipi en el pasado, va afectándoles, muchos van cambiando levemente, y al final no se sabe cómo son realmente. Hay una cosita que no sabría decir si
es culpa de un tratamiento muy superficial o que yo no le he hecho mucho caso y
he pasado cosas por alto, pero reconozco que no he sabido diferenciar a las
amigas de Devi: no sé muy bien cuál es la que quiere estudiar medicina, cuál la
que quiere hacer las pruebas para gimnasia… Creo que es un poco culpa de las
dos: ha faltado profundización de la
autora y yo haber prestado más atención a los detalles XD
En definitiva, Gimme a call es una lectura simpática,
fresca, divertida que cumple la principal función para la que fue ideada:
entretener. Y mientras se pasa un buen rato entre sus páginas, va colando
alguna que otra reflexión. Valor extra el que tiene al presentar unas
adolescentes para las que el amor no lo es todo: lo fue para una y su vida
acabó siendo un desastre, lección que por más evidente que sea, con las
lecturas juveniles que hay actualmente, hacía falta que alguien se lo recordase
a las mentes jóvenes. Me costó pillarle el punto pero me acabó gustando mucho.