Lamento que este mes de
Noviembre el pobre blog haya estado tan
abandonado (hasta he cortado las lecturas de PSS de Please Save my Earth) pero
es que no he conseguido sacar tiempo para él y lo poco que pillaba, se lo
dediqué a avanzar el traspaso de contenido de la web de Yuu Watase a su versión
blog. No creo que en lo que queda de cuatrimestre pueda hacer muchas entradas
pero procuraré que sean unas pocas más que esas dos tristes entradas.
Siempre os comento un poco
antes de hacer la reseña literaria el porqué de seleccionar un libro u otro. Y
en esta ocasión me decanté por El escolta por el simple motivo que necesitaba
un libro de bolsillo para poder leer en autobús y en varias horas muertas que
iba a tener el miércoles. Y éste era el libro que pillé más a mano. A veces soy
de lo más simple XD En fin, que dejo de enrollarme y paso a hablaros del libro.
Argumento
La policía de Baltimore recibe la información de que una banda de delincuentes intenta secuestrar a Karla Van Deusen, hija de un rico industrial, cuando ésta regrese del Reino Unido, donde cursa sus estudios, para pasar las vacaciones junto a su familia.
Alertado el industrial, decide someter a su hija a una estrecha vigilancia hasta que no exista peligro. Para ello, contrata los servicios de un renombrado profesional: James Foreman, exmilitar perteneciente a las fuerzas especiales y dueño de una empresa de seguridad. Le pide que se encargue personalmente de custodiar a Karla, joven rebelde y alocada, a la que no ha revelado la verdadera gravedad de la amenaza. Desde el primer momento, James sospecha que el trabajo le va a resultar mucho más difícil de lo que se imaginaba y no sólo por la franca hostilidad de la joven. Karla resulta ser una espléndida belleza por la que se siente fuertemente atraído, haciendo peligrar su férreo autocontrol y su demostrada profesionalidad.
Karla, que se ha visto
obligada a aceptar las medidas adoptadas por su padre, se empeña en
obstaculizar el trabajo del despótico jefe de seguridad, que parece dispuesto a
convertirla en prisionera en su propia casa. Los roces son continuos entre
ellos, principalmente porque se niega a reconocer que su atractivo carcelero
consigue acelerarle los latidos del corazón.
Reseña
Como veis, una historia
romántica adulta pura y dura. Voy a empezar un poco al revés, contándoos la
impresión general y ya luego, entrando en detalle. La novela me ha entretenido,
me ha gustado pero no para echar cohetes, ha sido más o menos lo que me
imaginaba que me iba a encontrar… pero tirando hacia el menos. Creo que tenía
un potencial que no ha terminado de explotar y se ha encontrado con demasiados
problemas en su desarrollo.
Para empezar, tengo que
reconocer que la historia está bien planteada, mezclado cierta intriga y
suspense a la trama romántica con unos protagonistas que arrastran sus propias
heridas. Tiene los elementos perfectos para funcionar y crear una buena obra
pero pronto empiezan las pegas, y son unas pocas, algunas de un carácter
bastante importante.
El suspense y la acción quedan
muy limitados a lo largo del libro a apenas un par de capítulos, poco para lo
que se esperaba, lo que le resta muchísimo dinamismo y enganche a la historia. Ésta,
al final, gira excesivamente en torno a la relación amorosa pasional de los
protagonistas que también tiene sus problemas, de los que hablaré luego.
Hay dos misterios que impulsan
a seguir leyendo hasta el final con unas resoluciones dispares en sus
resultados. Por un lado, el saber quién está detrás del posible secuestro y por
qué es el motor de la historia y lo que tiene mejor desarrollo, aunque por
momentos queda demasiado en segundo plano, cobrando un peso poco lógico en la
novela aspectos mucho menos relevantes referidos, por ejemplo, a secundarios
que aparecen para entorpecer la relación amorosa entre los protagonistas. Pero
bueno, hasta el final se mantiene la intriga y hay cierta sorpresa y factores
inesperados en la resolución que salvan bastante bien el libro. El mayor problema
se presenta con el segundo misterio, que corresponde al pasado de James y del
que van dejando algunas pistas y detalles. Dicho misterio (de lo que yo más
esperaba de la novela) se resuelve al final de una manera muy insustancial,
cuando ya ni se esperaba, mediante un tercero que le cuenta a Karla su triste historia,
como quien da el parte del tiempo. Me ha chocado terriblemente. Kenyon o Ward
hacen de dichos momentos clímax en la relación de los protagonistas y de los
libros. Aquí… en fin… no consigue despertar el más mínimo sentimiento. Lo que
es una pena porque lo que resulta ser tenía fuerza para haber hecho llorar a
moco tendido con un buen tratamiento.
De los protagonistas no
querría hablar demasiado. Por la parte masculina, James es un encanto de
hombre, tal vez excesivamente estricto y rígido, pero por eso mismo es
coherente con el papel que le toca. En cambio, Karla resulta bastante
insufrible por momentos, una auténtica niña mimada, irresponsable, cabezota… y
lo peor: cruel y egocéntrica. Se puede entender la pasión que surge entre ambos
pues están de muy buen ver y blablablá ¿pero amor? No, amor es un concepto que
no pega en su relación. Pero hacia algo más de la mitad del libro la situación
de la historia pega un importante giro y asimismo, la relación entre ellos
cambia, pasando de tensión sexual no resuelta a hacerlo como conejos y a no
parar de pensar (que no decir) que se aman mucho. No me lo he terminado de
creer, la verdad. Pero procuraré ser justa y decir que a pesar de todo han
tenido buenos momentos, si bien no son una pareja que vaya a recordar durante
mucho tiempo.
Una de las partes que más me
ha gustado del libro (aunque visto en perspectiva, es bastante relleno) es la
que se centra en el punto de vista de Howard Van Deusen, el padre de Karla, y
hace repaso de su vida, de sus relaciones amorosas y del estado en que ha
quedado su relación con su hija. El libro habría ganado si no dejase colgado
ese tema y resolviese, aunque fuese parcialmente, la brecha abierta entre
ambos.
Estructuralmente, el libro
presenta un gran fallo: los capítulos son muy extensos (21 capítulos para 414
páginas) y, aunque la autora escribe bien, peca de usar un exceso de párrafos y
muy poco diálogo. El resultado es una lectura algo pesada por momentos y que,
cuanto más avanza, más redundante se vuelve, pues muchas dudas de los
protagonistas se eliminarían si tan sólo hablasen un poco. Da la sensación de
que le sobran bastantes páginas.
Quizás he sacado demasiado los
fallos y dé la sensación de que no me ha gustado, y tampoco es así. Es cierto que se
me ha hecho pesado en algunas partes y que tenía cosas con un potencial que
daba para muchísimo más. No obstante, la novela tiene sus buenos momentos y en
líneas generales, me ha entretenido. Sin embargo, no puedo decir mucho más, una
pena.