Regreso hoy con una nueva tanda de cuentos de este autor (la primera, aquí, con Caperucita Roja y La Cenicienta) porque la siguiente novela que quiero leer está muy relacionada con una de estas historias. ¿Cuál? Bueno, haced vuestras apuestas, que van a ser un 50-50% porque, de nuevo, me he vuelto a enrollar mucho hablando sólo de dos cuentos, pero es que uno tiene muchas curiosidades que comentar y el otro, bueno, he divagado bastante con esa terrible historia.
La Bella Durmiente del Bosque
Tras mucho tiempo deseando tener descendencia, un rey y una reina al fin tienen una hija. Éstos festejan el primer cumpleaños de la princesa e invitan a siete hadas buenas para que le otorguen dones. Un hada malvada a la que olvidaron invitar irrumpe y maldice a la princesa: cuando cumpla dieciséis años se pinchará el dedo con un huso de una rueca y morirá.
Uno de esos cuentos que Disney inmortalizó en una preciosa película animada que todo el mundo debe tener en mente. En un principio, el planteamiento de la película es bastante fiel salvo por un número de hadas madrinas mucho más reducido, pero la trama no tardaba en separarse y, a decir verdad, mejorando bastante lo que aquí tenemos.
El cuento original resulta bastante aburrido porque todo se desarrolla como pronosticaron las hadas. La gran diferencia con lo que conocemos es que el relato no termina al poco de despertar la protagonista, sino que continúa con una nueva villana que sería la madre del príncipe. No me extraña que todo este fragmento haya desaparecido de la mayoría de recopilatorios de cuentos clásicos, es un auténtico pegote inconexo con el resto de la historia, un tanto absurdo y que no aporta nada. Sólo mencionar, a modo más de curiosidad que otra cosa, que en esta parte se dice que la protagonista tiene primero una hija llamada Aurora y luego un hijo llamado Día. De aquí salió el nombre que en la adaptación animada tomaron para la Bella Durmiente.
Cabe destacar que Perrault le puso cierto punto cómico al cuento. Por un lado, el príncipe se guarda para sí su opinión del vestido de la protagonista que, habiendo dormido cien años, está totalmente desfasado, mencionando específicamente la gorguera. Por otro, dice que estuvieron hablando largo rato, mientras que los sirvientes, que también despertaron y no estaban distraídos por el amor, se pusieron a hacer sus tareas... porque tenían hambre. La moraleja final también resulta un tanto descacharrante, pero ésta voy a dejar que la busquéis y leáis por vuestra cuenta.
He leído que los Hermanos Grimm también tienen una versión del cuento que es muy similar a la de Perrault, salvo porque termina al poco de despertar la protagonista y no existe esta extraña segunda parte de la historia. De ser así, cuando lea su versión, si no veo nada que aportar al comentario, lo obviaré para enlazar con esta entrada.
El relato tiene, además, otras versiones más antiguas (tenéis más información aquí). Me quedé en shock cuando me enteré, hace ya tiempo, que en algunos de esos antecedentes hablan de que el hombre que descubre a la Bella Durmiente lo que hace en realidad es violarla estando dormida. Ésta queda embarazada y tiene un bebé (o o dos, dependiendo de la versión) que la despierta, bien al mamar o bien al extraer la astilla encantada de su dedo mientras buscaba el pecho. La violencia normalizada hacia las mujeres desde siempre.
Barba Azul
Un rico comerciante conocido como Barba Azul, porque realmente tenía la barba de ese llamativo color, pidió en matrimonio a una de las hijas de su vecina. Ninguna de las dos quiso, primero por la barba y segundo porque el hombre ya había tenido otras esposas que habían desaparecido. No obstante, al final, tras disfrutar de días de lujo y juegos con sus amistades en las propiedades de este hombre, una de ellas aceptó casarse con él.
Cuento terrible que poco tiene que ver con la mayoría que hasta ahora he comentado en estas entradas. El de Caperucita Roja, al menos, ha tenido reinterpretaciones para dar un final feliz. Éste, en cambio, aunque su final sea bueno, es demasiado brutal.
La historia, aunque no la conozcáis, sólo por el argumento, ya imaginaréis que va de un feminicida en serie. Un hombre que ha asesinado a sus siete esposas y que se casa con una de las hermanas que corre el riesgo de ser su octava víctima. Aunque hay algún elemento fantástico, casi toda la historia es muy realista y, según he leído, puede tener inspiración en algunos personajes históricos.
Justamente anoche, según escribo estas líneas, vi en La Sexta Columna el programa dedicado a Raquel Díaz, mujer que casi murió asesinada por la paliza de su marido que incluyó tirarla por una ventana, dejándola con terribles secuelas. Cuando llega el inevitable momento en que Barba Azul amenaza a la protagonista con matarla he recordado este testimonio y se me ha puesto muy mal cuerpo.
Luego, el cuento tiene dos formas de interpretarlo. Por un lado, la protagonista peca de curiosidad desobedeciendo la orden de su marido, lo que desencadena que Barba Azul quiera matarla. Otra vez, como Eva y la manzana o como Pandora y la caja, la mujer es la mala por no obedecer, por ser curiosa, así que se gana el castigo. Lo merece. Además, la primera moraleja de Perrault va por aquí: "un placer que cuesta muy caro". No obstante, por otro lado, como al final ella se salva y Barba Azul muere, también cabría la interpretación de que el cuento anima a no confiar ciegamente en los maridos, a desobedecer una orden absurda. Me parece que la primera es más evidente y directa, aunque preferiría quedarme con la segunda por muy cogida con pinzas que esté.
Luego, la segunda moraleja de Perrault resulta en cierto modo triste. Ahí dice que "ya no existen esposos tan terribles". Ojalá fuese así, la realidad lo niega cada pocos días y eso sólo pensando en España.