lunes, 25 de febrero de 2019

Final Fantasy XIII-3 Lightning Returns

Para variar de tanta reseña de manga hoy vengo con la última parte de esta trilogía de videojuegos de Square-Enix para la PS3. A diferencia de los otros dos, en éste os traigo la reseña sin haber conseguido aún el Platino, el trofeo que indica que se han superado todos los retos. Más abajo entenderéis por qué y es que este juego ha sido una notable decepción que ha confirmado la tendencia a la baja que ya tenía el Final Fantasy XIII-2, si bien entonces la diferencia respecto al primero, Final Fantasy XIII, me pareció menor ya que suplía una historia más floja, que es lo que más valoro de esta saga, con un nivel de entretenimiento más alto. Aquí, en cambio, todo ha ido a peor.

Supongo que es innecesario decirlo pero aclaro que esta reseña estará plagada de spoilers, sobre todo del segundo juego de la trilogía que es con el que tiene la relación más directa.

Argumento

Al ser derrotado Caius a manos de Serah y Noel se produjo también la muerte de la diosa Etro pues aquél tenía en su corazón el último fragmento de la deidad. Desde ese momento el caos que estaba sellado en el Valhalla se expandió por el mundo. Serah falleció y Lightning entró en un sueño de cristal pero Snow, Noel y Hope no se rindieron y unieron fuerzas para detener todo lo posible la expansión del caos.

Han pasado cinco siglos de aquello. El caos ha devorado casi todo el mundo, apenas quedan cuatro regiones que aún resisten: Luxerion, la ciudad santa; Yuusnan, la ciudad del disfrute; Marcas Salvajes, el último vestigio de naturaleza y Dunas de la purgación, un desierto con ruinas misteriosas.

Faltan seis días para que llegue el fin del mundo. Bhunivelze, el dios supremo, que antaño creó a las deidades Lindzei, cuyos fal'Cie dieron forma al Nido, Paals, que regía en el gran mundo inferior y Etro, la diosa del caos, despierta a Lightning de su sueño de cristal. Tiene una misión para ella: será su redentora, recolectará las almas de los que aún viven para que éstas viajen al nuevo mundo que va a ser creado. A cambio, el dios le ha prometido que volverá a estar con Serah. 

La misión no puede ser más difícil. En estos siglos y, tras la muerte de Etro, no ha nacido nadie y nadie ha envejecido. Sigue habiendo muerte pero ya no por el devenir del tiempo. Las almas que tiene que recolectar Lightning están dañadas y sufren y no tiene tiempo de salvarlos a todos. Además, el dios, aunque la ha despertado a seis días del fin del mundo, no tendrá listo el nuevo hogar hasta más adelante. Lightning tendrá que conseguir muchas almas que, con su poder, prolonguen el mundo hasta el día 13 que será cuando el dios se presente y proceda a trasladar las almas. Para apoyarla en tal misión, Hope, desde el arca al que llegan las almas recolectadas, ha sido devuelto a su aspecto infantil en lo que parece un capricho del dios. Él será su único aliado pues todos sus viejos amigos, Snow, Sazh, Fang, Vanille y Noel han cambiado mucho en este tiempo.

Historia

Parece que en este juego que cierra la trilogía todo ha ido a peor, a bastante peor de hecho, y eso incluye la historia. Si en el primero los personajes luchaban contra la desesperanza y enfrentaban su destino uniendo fuerzas y en el segundo el optimismo y energía de Serah y Noel le daban un aire positivo, aquí todo tiene un sabor amargo y deprimente. Es un tanto triste haber echado dos juegos en los que, de diferentes maneras, se intentaba salvar el mundo para que la solución final sea hacer borrón y cuenta nueva porque el supuesto dios todopoderoso es en realidad un inútil incapaz de lidiar con el tema del caos.

Tras el desenlace de su segunda parte, estaba claro que el mundo se iba al garete pero empieza mal cuando entre lo que sucedió en aquél y el comienzo de éste pasan cinco siglos. Es el apocalipsis más lento jamás imaginado. El caos se desata y, aunque en el vídeo final se apreciaba que lo cubría todo, al final se lo toma con calma para destruirlo. Así tenemos cinco siglos en que, al no envejecer, al no morir nadie de causas naturales y no nacer bebés, es raro quien no pierde la cabeza. De hecho, muy centrados vi a la mayoría de personajes con los que interactuamos dadas las circunstancias. Quizás lo más interesante del juego es cómo se plantean diferentes formas de encarar ese extraño mundo agonizante: el dogmatismo en Luxerion, la decadencia y el carpe diem en Yuusnan y la comunión con la naturaleza en las Marcas Salvajes. Las dunas de la purgación son una última zona por exigencias de guión que en este sentido no generan ninguna reflexión destacable.


La excusa de estos cinco siglos tiene una consecuencia más y es que casi todos los personajes que conocimos en las dos primeras partes de la saga han dejado de ser ellos mismos: Snow está amargado y deprimido, Noel se ha vuelto un tipo oscuro, Sazh ha perdido todo su humor, Vanille se ha dejado embaucar por un culto muy turbio... Sólo Fang sigue molando como antes. Así, un reencuentro que podría haber sido emocional se vuelve bastante decepcionante.

Si estáis pensando en que me he dejado a Hope, es que quería hablar de él aparte. Un personaje que creció tanto en los dos juegos anteriores, aquí vuelve para atrás a todos los niveles. No sólo "parece estar sin alma" sino que, de manera totalmente innecesaria, el guión lo devuelve a su aspecto infantil de la primera parte, eliminando su fase adulta. Y si os preguntáis por qué me mosquea mucho es porque, aparte de recurso sin sentido y ridículo, la relación con Lightning me parecía preciosa y podía haber desarrollado un maravilloso romance que era imposible dada la diferencia de edad que había entre ellos al principio. Su importancia en las escenas finales de este juego me reafirma en esa idea. Pero claro, parecía que en este juego tenían que fastidiar todo lo fastidiable (por no usar otras palabras). Después de varios juegos en los que desarrollaban romances memorables, no sé qué les ha pasado para haberlos eliminado de la saga (y no, el truño de romance de Serah y Snow sigue sin contar).

Y, por supuesto, toca hablar de la protagonista absoluta del juego. En el primero teníamos a una chica dura pero humana, con virtudes y defectos, con flaquezas y fortalezas. Podría no caer muy bien, pero tenía carisma. Aquí en cambio tenemos un maniquí que hace de recadera y que, cuando intenta reflejar emociones, no nos la creemos. Han querido endiosarla tanto que se la han cargado. Además, para mí la saga siempre ha ido, en el fondo, de formar un equipo que se enfrenta a las adversidades y se apoyan mutuamente, pelean juntos, sufren juntos y se divierten juntos. Dejar todo el peso del juego sólo sobre un personaje es una mala idea.

Jugabilidad

Existe el dicho de que "Si hay algo que funciona, no lo toques". Pues eso mismo le tendrían que haber dicho a los desarrolladores de este juego, especialmente en lo que a la cuestión de batallas se refiere. Si algo tenían de bueno sus predecesores era eso precisamente, por encima de lo demás. Tenías un total de seis roles para cada personaje, aunque luego fuesen mejores o peores en unos u otro, cuyas combinaciones en las formaciones tenían el punto de estrategia perfecto que sustituía al, para mucha gente, obsoleto sistema de batallas por turnos. Era el equilibrio perfecto entre acción y estrategia. Aquí, quizás porque no supieron cómo mantener este sistema para sólo un personaje, optaron por una mezcla de machaca-botones con muy pocas opciones durante las batallas y estrategia casi nula. 

Lightning lucha con un conjunto de tres atuendos y, por cada uno de ellos, hay cuatro acciones a realizar, una por cada botón de la parte derecha del mando. Es decir, está limitada a una triste variedad de 12 acciones en total. O sabes qué acciones son necesarias antes de enfrentar a cada enemigo (por ejemplo, qué elemento le perjudica o a qué estado alterado es vulnerable), o habrá batallas que serán un dolor de cabeza que harán perder mucho tiempo porque sólo disponemos de 12 miserables opciones.


Para colmo, las acciones estarían referidas de manera muy similar a lo que en juegos anteriores eran los roles de castigadora (aquí limitados a ataques físicos, elementales o no), fulminadora (magias, elementales o no), obstructora (estados alterados negativos) y protectora (defensa). Es decir, han eliminado los roles de sanadora e inspiradora con lo que las únicas opciones para curarte son los objetos, el "don divino" Cura++ o la acción "Guardia vital" por la que, mientras te defiendes, recuperas vitalidad. Y en cuanto a estados beneficiosos sólo puedes usar ciertos objetos o, en contados casos, robarlos al enemigo si se tienes el conjunto de arma/accesorio + habilidad adecuado. Si al menos fuese esto como en la mayoría de Final Fantasy, que puedes tener una enorme cantidad de objetos, pues tampoco sería tan grave, pero la cosa está limitada a unos pocos que se pueden ampliar durante el juego a 10. Una miseria. Además, a diferencia de los dos predecesores de la trilogía, a menos que se escoja el modo fácil, después de la pelea te quedas con la vitalidad con la que acabas.

Con todo, aunque el sistema de batalla no me convence demasiado, especialmente comparado con los anteriores, y cuesta cogerle el punto, lo peor en el tema de jugabilidad es el desarrollo de Lightning, que es la mayor cagada que recuerdo. El Cristarium de los anteriores también se lo han cargado, con el punto de cierta estrategia que también tenía el ver por dónde ibas desarrollando a los personajes. Sí, vale, en el primero de la trilogía tenía el problema de que tardaba en abrirse el abanico de opciones por las limitaciones de la trama que había que ir superando y no había mucha libertad porque era el juego el que te abría los caminos predefinidos. Sin embargo, esto se corrigió en el segundo. Entonces, si pensaban cambiarlo, uno supondría que lo lógico habría sido que hubiesen vuelto al clásico sistema de niveles que ha funcionado en tantos juegos: peleas contra enemigos, dan experiencia, subes de nivel y cada nivel supone una mejora de parámetros. Pues no. Aquí, para mejorar a nuestra protagonista hay que... cumplir misiones. Como lo oís. Cumples una misión y consigues unos puntos de ataque, de magia o de vitalidad. Por tanto, si cumples con todas las misiones, te quedas sin más posibilidades de aumentar parámetros. Así, como en el nivel de dificultad Normal que elegí para la primera ronda fui incapaz de vencer a los enemigos opcionales por más que intenté aplicar todas las estrategias que encontré, he tenido que acabar el juego y empezarlo en Nueva Partida + (que mantiene parámetros, atuendos, armas, escudos, habilidades...) y probar en la segunda ronda. Y para mejorar debo repetir otra vez las misiones. Así que es una segunda ronda que aún no he terminado dada la pereza que me da.

¿Y las peleas contra monstruos entonces para qué demonios sirven? Salvo aquellos que te pillen sin poder esquivarlos o las obligatorias del juego, uno se lo podría pasar casi sin pelear. Ah, pero no, el truco aquí es que los enemigos... sueltan las habilidades con las que luego peleas (que sí, que sí, como si fuesen un objeto más) y, si no peleas, no tienes habilidades o son de nivel bajo, porque debes acumular varias para que, éstas sí, suban de nivel (pagando un módico precio y con la ayuda de catalizadores en lo que han llamado "liceos" en el juego). Por no hablar que sin peleas, no tienes dinero ni objetos para cumplir misiones. Vamos, que las peleas siguen siendo obligatorias pero casi por no perder la costumbre.

Lo más simpático del juego es el tema de la personalización. Puedes llevar tres atuendos en cada pelea, cada uno con su arma, su escudo, su accesorio para la cabeza y para el brazo (éste aporta beneficios a los tres atuendos a la vez) así como las cuatro habilidades. Aunque muchos atuendos ya vienen con habilidades predefinidas y que, de hecho, marcan su aptitud para usarlos como un atuendo especializado en el ataque, en hechizos de un elemento, en los estados alterados... Esta variedad es quizás lo que aporta más entretenimiento y la parte más estratégica del juego. Por ejemplo, en general y para la mayoría de batallas, servidora optaba por empezar con un atuendo centrado en los estados alterados negativos y pasar luego a uno centrado en el ataque físico o en la magia según el enemigo. Puramente por estética también se puede llevar un poco más allá la personalización dado que puedes variar la paleta de colores de los atuendos y ponerle por cada uno un ornamento a Lightning, desde algún tipo de sombrero hasta un peluche en el hombro.


En cuanto a las misiones, éstas se dividen en tres tipos: las de la trama principal (cinco en total, una por región además de una adicional), las de redentor, que son las que permiten recoger almas para prolongar los días, y las de un tablón de ruegos sin ninguna trascendencia argumental. Salvo las de la trama, las otras en su mayoría consisten en buscar objetos, transmitir mensajes y luchar contra bichos. Dadas las posibilidades que tenía le juego por la situación del mundo, muchas son anodinas y muy pocas tienen un toque emotivo que toque la patata.

Otra gracia más de este juego. Para colmo (y van...) la cantidad de monstruos contra los que puedes luchar está limitada, salvo en algunas especies. Sí, en serio. Cuando te los cargas todos además de su "último" (que es una versión fucsia -en serio- y bastante más poderosa que los normales), el bicho se extingue y, si por ejemplo no has conseguido suficientes habilidades de un tipo para subirla de nivel, te fastidias. Lo bueno es que todos los últimos dejan un accesorio o arma bastante fuerte. Pero es la única gracia que tiene esto. En mi primera ronda del juego acabé relativamente pronto con los bichos y pasé un par de días del juego en que apenas tenía nada contra qué pelear porque los únicos que no se extinguen sólo aparecen a determinadas horas del día en el juego.

¿Veis que no me inventaba lo del Último fucsia?

Venga, y otra gracia más de este juego a diferencia del anterior es el sistema de aturdimiento. En los anteriores era sencillo y claro: atacas para subir la barra de cadena, aturdes y tienes un tiempo antes de que la barra se vacía y el enemigo sale del aturdimiento, pero mientras está aturdido, el daño que recibe es cada vez mayor y mayor. Aquí han mantenido la idea del aturdimiento pero la han convertido en una especie de "onda" que sube y baja sin leyes muy claras. De hecho, los monstruos más fuertes del juego tienen varias fases de aturdimiento y es un dolor cargártelos (aún no lo he conseguido).

Una de las virtudes menores es que ha recuperado las clásicas tiendas: armerías, boticas, tiendas de atuendos, posadas (durmiendo un rato se puede llegar a una hora que interese para realizar una misión) o los ya mencionados liceos. Además, cada una tiene sus productos propios y van añadiendo según pasan los días.

Durabilidad

El tiempo es una cuestión clave en el juego. En la primera ronda tenía una sensación estresante de que no me iba a dar tiempo de cumplir con todas las misiones necesarias para salvar el mundo. Como todo el guión se basa en esto no sé si había alguna alternativa, pero lo cierto es que ese estrés me impidió disfrutar de muchas horas de juego.

Más adelante la cosa cambia y, desde que se domina Cronoestasis, el don divino de detener el tiempo durante un rato, y le pillas el truco a recargar los puntos que se necesitan para usarla, el tiempo se prolonga de tal manera que acabé perdiendo horas del día porque me sobraban. Fue muy poco épico echar los últimos días durmiendo en posadas casi todo el día porque no tenía nada más que hacer y no me veía capaz de vencer a los bichos duros opcionales. Así, al final le he dedicado unas 100 horas al juego, pero esta vez no he terminado todos los retos que debo completar en una Nueva Partida +.

Gráficos

En este apartado, contrario a lo que sería lo lógico, lo cierto es que la calidad ha bajado considerablemente. Con el tema de que pasan las horas del día y, por tanto, tenemos desde amaneceres hasta anocheceres, desde horas de sol radiante hasta noche cerrada, la iluminación era muy importante y ha sido un desastre. Por ejemplo, a horas del juego como las 12 de la mañana, puedes estar bajo una sombra puntual, totalmente negra, y no ver nada. Todo lo que es iluminación difusa no existe. 

De las cuatro zonas del juego, las dos ciudades, Luxerion y Yuusnan se llevan la palma. La primera por la noche, que hay zonas tan poco iluminadas que casi te das de golpe contra la pared (menos mal que existe el mapa). La otra, en cambio, tiene su peor parte por el día, que es donde más se nota el problema arriba mencionado.


Otro punto a considerar es que, tal vez sea porque sólo hay cuatro zonas en el juego y por esto mismo las han diseñado extensísimas, pero el cuidado de las texturas en muchos casos deja muchísimo que desear. Parece que el juego, más que haber dado un paso adelante, ha ido hacia atrás. Y es una lástima porque quizás la mayor virtud de este juego frente a sus predecesores es la exploración pues las dos zonas salvajes y las dos ciudades son enormes y tienen muchos recovecos y áreas diferenciadas que visitar que serían más interesantes de haber pulido los gráficos.

Perspectiva feminista

En la reseña del anterior de la trilogía no me salté este apartado, simplemente no tenía nada que decir. Aquí, sin embargo, no puedo irme sin comentar la absurda sexualización de muchos de los trajes de Lightning. Todo el sistema de batalla se basa en los modelitos que usa y hay un buen número de ellos que no pasan de ser meros bikinis. Parece que los propios desarrolladores del juego no conociesen a su protagonista. Por no hablar que hay muchos que, sin ser necesariamente sexualizados, son bastante ridículos o poco apropiados para su fin, que es pelear, tales como vestidos de noche. Menos mal que la mayoría que he usado son normalitos y no dan vergüenza ajena.


Algo que al menos me parece un punto positivo de este juego es que, aunque sigue quedando ambiguo, parece que la existencia de una pareja lesbiana es canon. Fang y Vanille, por lo que sucede aquí e incluso la información que suma la base de datos del juego, deja bastante claro que tienen un lazo que va más allá de la amistad. Lástima que a los desarrolladores le haya faltado el valor de confirmarlo y dejarse de ambigüedades.

Conclusión

Es muy triste la bajada de calidad general que ha tenido el juego en todos los aspectos. Su primera parte tenía defectos muy evidentes pero el resto de elementos (historia, gráficos, duración...) era muy superior. Parece que según han querido mejorar algunos de sus puntos débiles, han empeorado otros. Con todo, el entretenimiento está garantizado. El juego da horas y horas de retos, misiones y exploración así que no puedo decir que lamente haberle dedicado tiempo. Sin embargo, no puedo negar lo poco que me han gustado muchas decisiones de la trama y del sistema de juego así como la sensación de carrera contra el tiempo permanente que ha hecho que fuese estresante por momentos, lo que reduce el factor de disfrute del juego como tal. 

Una despedida agridulce de esta trilogía que te hace pensar si no habría sido mejor que hubiesen dejado su primera parte como videojuego único. Quisieron corregir las críticas recibidas y si mejoraron lo más denostado que fue su efecto pasillo, empeoraron todo lo demás.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Príncipe oculto, de Kanoko Sakurakouji

Entre mis lecturas pendientes desde hace unos cuantos años tenía este tomo y su continuación, aquí titulado Príncipe oculto 100% garantizado. La verdad es que es un caso peculiar porque técnicamente son dos tomos únicos (uno publicado originalmente en Japón en 2004 y el segundo en 2006) pero a efectos prácticos forman una mini-serie de dos tomos, ni siquiera hay historias extras que remarcasen su condición de tomos únicos. Por tanto, la voy a reseñar como la serie que es ya que tampoco se nota que exista una separación entre ambos y la trama continúa poco después de donde se quedó el primer tomo.

Argumento

Un día, a la salida de clases, las amigas de Akari empiezan a hablar acerca de un compañero de último curso muy atractivo que trabaja como actor de kabuki y es bastante famoso en ese mundillo. Akari, sintiéndose incómoda con un tema que no domina, intenta desviar la conversación y, entre bromas, acaba golpeando con su cartera en el estómago a un estudiante que pasaba por detrás. Éste resulta ser Ryusei Horiuchi, el chico del que hablaban momentos antes. La mirada que les lanza es tan terrible que todas piensan que debe ser un imbécil, pero Akari sabe que el golpe que le ha dado ha sido muy fuerte (ese día había llevado a clases un enorme y pesado diccionario) y, si fuera realmente un mal chico, no lo habría dejado en una mala mirada.

Esa misma tarde, después de perseguir a un gato negro para que no le pasase nada por correr entre los coches, llega a un enorme edificio de estilo clásico donde, para su sorpresa, encuentra a Ryusei vistiendo ropas tradicionales. Es el teatro de kabuki y el joven está allí tratando de ensayar, aunque se encuentra algo dolorido tras el incidente de la mañana, que le ha dejado un enorme cardenal en el estómago. Akari se siente fatal por ello y, sin pensárselo dos veces, se ofrece a ayudarle en todo cuanto pueda hasta que se recupere.

De esta forma, Akari acaba convirtiéndose en la asistenta de Ryusei, quien siempre se había negado a darle a nadie ese trabajo ya que tiene muy mal carácter y, según se comenta, odia el contacto con la gente ¿Podrá una chica que no sabe nada del mundo del kabuki ayudar a la estrella de este peculiar estilo teatral?

Reseña

Kanoko Sakurakouji es una autora que parece encontrarse en su salsa cuando realiza historias con elementos tradicionales de Japón. Su obra más famosa, Black Bird, trata la temática de los yokai, en su obra más reciente, Seirou Opera, se traslada a la era Edo entre samurais y geishas y aquí se centra en el teatro kabuki para dar el contexto de la historia.

Si tuviese que definir esta obra con una palabra sería "sencilla". La historia no es más que el romance de la pareja protagonista y las dificultades que deben ir superando para poder estar juntos. De hecho, bien se podría haber quedado en su primer capítulo a modo de historia corta pues a partir de entonces es un puro estiramiento de la trama a base de añadir diversas situaciones, muchas de ellas tan clichés como terceros que se enamoran de la protagonista, Akari sintiéndose sola porque Ryusei debe dedicarle mucho tiempo a su trabajo o celosa porque trabaja con mujeres muy guapas... En definitiva, nada nuevo bajo el sol. Por no hablar que es el enésimo romance en que ella es una chica del montón y él es una estrella brillante y atractiva que salva la situación ante la mayor parte de los problemas que se les presenta. Ahí tengo reseñadas hace poco Private Prince o Kaikan Phrase. Sin embargo, dentro de la simplicidad de la serie, lo cierto es que el enfoque es muy dulce, simpático y no predominan los "malos rollos", siendo al final una historia tierna y disfrutable.

La temática del kabuki es interesante y muy poco conocida por estos lares, así que habría estado bien que la serie hiciese un poco más de hincapié en ella, pero por desgracia se queda como poco más que un marco para la historia de amor que no habría sido muy diferente si cambiamos que el protagonista fuese un actor de doramas o un modelo. Lo único por lo que importa que sea kabuki y no otra cosa es para establecer un contexto en el que las tradiciones, el nombre familiar y algo tan arcaico como la estirpe son relevantes. No la veremos por aquí (*llora*) pero una serie que parece tratar mucho mejor este mundillo es Pin to Kona, de Ako Shimaki, que con sus 16 tomos también es cierto que tiene más espacio para desarrollar mejor no sólo la historia de amor sino también este contexto tan interesante.

Quizás el punto más original de la obra es el carácter un tanto antisocial de Ryusei, aunque como el tema del kabuki, no se aprovecha todo lo que podría y, siendo actor, podría haber dado mucho juego. Curiosamente, Akari es el único ser vivo con quien se siente a gusto (aparte del gato negro, Señor Ken) y con ella es de lo más dulce, amable y considerado. Ella, por su parte, parece la única persona inmune a sus malas caras porque pronto se da cuenta que son algo así como una barrera contra el mundo y no pretende ser antipático. Así acaban siendo una pareja muy tierna y tranquila que donde más disfrutan es estando relajados en el "backstage".

A diferencia de otras obras, un punto positivo que tiene es que sus capítulos son bastante más extensos que la media, de hecho, cada tomo tiene sólo tres capítulos cuando lo habitual son cuatro o cinco. Esto permite que, aunque las situaciones sean muy clichés, tenga espacio para desarrollarlas de una manera adecuada y las resoluciones no queden muy precipitadas.

Príncipe oculto, en definitiva, no aporta gran cosa. Es una serie poco original que no le saca todo el jugo posible a sus elementos diferenciadores, pero es lo suficientemente tierna como para darle una oportunidad si os apetece un shojo breve y dulce que toque algún tema tradicional de Japón. 

viernes, 15 de febrero de 2019

¿Pero cómo pude amarte?, de Kayoru

Después de haber reseñado el resto de obras de Kayoru que nos ha traído Ivrea, sólo me quedaba el tomo único con el que nos la presentaron en 2011 así que ya por puro completismo y para que no quedase colgado fui a por él. Creía que lo tenía pendiente de lectura pero al revisar la entrada en que se vino a casa resulta que lo leí en su momento. La verdad es que ha sido como leerlo de nuevas, no recordaba nada de ninguna de sus historias. Es lo que tienen, para bien o para mal, las historias cortas, o son muy memorables por algún detalle o se borran de la mente. Lo cual, por otro lado, tiene la ventaja de que así se leen cosas como si fuesen de nuevas una y otra vez.

¿Pero cómo pude amarte?

Saki y Chikage eran dos amigos de la infancia que vivían en un pueblecito de Japón. De pequeña, Saki creía ciegamente que algún día se casaría con Chikage aunque éste le sacaba ocho años, pero cuando se mudó a la ciudad, le dijo que nunca le gustaron las niñas pequeñas. Deprimida por el engaño, arrastró esos sentimientos durante años. 

Cuando inicia bachillerato en Tokyo tiene la intención de buscar un novio muy guapo pero lo que menos esperaba era reencontrarse con Chikage, ahora como un profesor del instituto al que ha entrado. Éste procura esconder sus encantos tras unas gafas, una pose de tipo rarito y una actitud borde para que las chicas no le acosen ya que sigue con la determinación de no salir con niñas. 

La historia más larga del tomo porque está compuesta de tres capítulos. También es la más floja a excepción de la última. 

El tópico de la relación "profesor + alumna" está trilladísimo y algo muy especial debe aportar para que emocione o se haga mínimamente memorable. No sólo no es el caso sino que repite un buen número de las escenas más clichés de este tipo de historias, y gracias a que sólo son tres capítulos, sino habrían caído todas: el profesor fuma, el profesor la obliga a ayudarle con los trastos, le cura una herida que se ha hecho en clase, hay un tercero enamorado de la protagonista que descubre la relación, el riesgo de que se descubra...

Hay dos puntos que medio salvan la serie. Por un lado el que se conociesen de la infancia, lo que al menos elimina el factor de precipitación en la relación. Si la autora hubiese hecho hincapié aquí con escenas de su pasado (según un comentario suyo, tenía esa intención pero no se materializó), mostrando su relación de entonces, quizás la cosa habría sido bastante mejor. Al menos nos habría facilitado el creernos que una niña siga enamorada de un chico ocho años mayor que ella durante tanto tiempo. Por no hablar de que si tantas ganas tenía Saki de tener un novio, que no hubiese surgido nada con nadie en todo sus años de vida desde entonces no es nada creíble.

El otro punto positivo del tomo es Sato, el chico enamorado de Saki. Es un auténtico encanto y, a diferencia de otras historias de este género, en vez de interponerse en la relación, incluso chantajearla con que deje al profesor o hará pública la relación, acepta que ella prefiere a otro y, cuando ve que la cosa va en serio, los acaba ayudando. Lo mejor de la serie con mucho.

En definitiva, una historia mona con alguna escena bastante bonita pero personajes planos y nula originalidad. Si es la primera que lees de esta temática seguro que la disfrutas más que quien ya la ha leído decenas de veces, como es mi caso.

6/10

La bestia se enamora

Madoka es una chica muy tímida y torpe a quien le cuesta expresar sus sentimientos. No obstante, está decidida a hacerlo de una vez por todas con las galletas que acaba de preparar en clase. Sin embargo, por equivocación, acaba declarándose al gamberro de Shizuka en lugar de a su adorado Presidente del Consejo Estudiantil. A partir de entonces, se convierte en la novia de Shizuka ya que éste acepta diciendo que está aburrido. Madoka hará todo lo posible para que él la deje por propia voluntad (como prepararle una comida con todos los ingredientes que a él le disgustan) porque teme que, si deshace el equívoco, ese chico tan violento podría tomar represalias. 

A estas alturas creo que no descubro nada si os digo que este es uno de los tópicos que (casi) siempre me suelen enamorar. No es lo mismo enamorarse del "chico malo" que de un "chico que parece malo pero es un trozo de pan". Nana Shiiba es experta en estas historias (Venga déjate querer o La Venus más fuerte) y aquí Kayoru da una historia también muy mona con un chico que acaba siendo encantador. No hay nada de original en el desarrollo, no sorprende su desenlace ni nada, pero es una cucada de historia.

8/10

Amor en la punta de los dedos

Mari tiene una pasión: la manicura. Desea con todas sus fuerzas dedicarse a esto en el futuro. Lo ideal sería que practicase con sus compañeras de clase pero es una chica tan tímida que le es imposible siquiera ofrecerse cuando a una se le estropea una uña. Aki es un chico muy popular y simpático que juega al baloncesto y que, dándose cuenta del deseo de Mari para hablar con sus compañeras, intenta ayudarla. Lo que Aki no sabe es que Mari está enamorada de él.

Ahora que releo esta historia me he dado cuenta que es un tópico que ha cogido Kayoru y que le ha servido para dar algunas de sus mejores historias: chica tímida con una gran pasión y talento a la que un chico ayuda a darla a conocer a los demás. De ¡A los dieciséis!, la única que merecía la pena de ese tomo era la última que cogía este argumento cambiando la manicura por la creación de canciones de Vocaloid. En Sastre desastre la premisa vuelve a ser la misma, ahora con la costura. Sin embargo, la una me encantó y la otra me pareció muy mediocre y el motivo para esa distinción era (principalmente) que el protagonista fuese un encanto o un imbécil.

En este caso volvemos a tener un chico adorable, que quiere apoyar a la protagonista y que la ayuda a mostrar su talento ¡Incluso le pide que le pinte las uñas para tener suerte en su próximo partido! ¡No sólo no se avergüenza sino que está encantado! ¡Abajo los roles de género! No, en serio, me parece muy positivo tener protagonistas como éste que se alejan de modelos tóxicos de masculinidad.

Aparte de esto, no es una historia que sorprenda pero es tan tierna, simpática y agradable que es imposible no enamorarse de esta parejita tan cuqui.

9/10

Sus ojos brillantes y su verdadera faceta

Sin querer, Tae tropieza por las escaleras con Shigeru a quien arrastra hasta el suelo. Las gafas de la chica se le rompen en el golpe y, sin ellas, no ve nada. Shigeru la acompaña a que le hagan unas nuevas.

La última historia es muy breve, apenas 16 páginas, y además es de lo más antiguo de la autora, que la presentó a un concurso de mangaka novel y lo ganó.

En los comentarios que hace, ella misma reconoce que tiene muchos defectos y así es. Aparte de un dibujo al que le falta mucho para pulirlo, la trama es precipitada a más no poder además de ridícula. No sé en Japón pero aquí dudo que haya adolescentes con suficiente dinero encima como para ir a comprar unas gafas graduadas como si tal cosa.

Ya que está en el tomo la valoro pero tampoco quiero hacer sangre. Es una historia tierna y sencilla de una novata pero donde se ve el potencial en dibujo y sensibilidad para futuras obras.

3/10

Conclusión

Valorando el conjunto, es una pena que la menos interesante sea la que más espacio se lleva del tomo pero creo que las dos siguientes son lo suficientemente monas como para, al menos, darle una oportunidad a poco que os gusten las historias cortas. De todos modos, la historia del profesor y alumna que aquí cuenta Kayoru es de las más decentes que hemos tenido y que haya quedado tan condensada ayuda a no llegar a aborrecerla. Hay horrores mucho peores publicados de esta temática, os lo aseguro.

domingo, 10 de febrero de 2019

Kamikaze Kaito Jeanne, de Arina Tanemura

Y nueva reseña de un shojo al que la nostalgia me ha pedido una relectura. Con esta serie yo y mucha gente conocimos a Arina Tanemura, una de las grandes de la revista Ribon y de la que llegamos a ver buena parte de sus obras repartidas entre Planeta y la difunta Glénat. Recientemente, la editorial ECC se ha puesto a sacar unas obras dibujadas por ella basadas en videojuegos de idols. Como anticipo para su regreso "completo" no estaría mal pero sabe a poco al no ser historias propias de la autora. Lo último que salió puramente de esta mangaka fue el olvidable tomo único Mistress Fortune en 2010 de la mano de Planeta. Siempre me preguntaré por qué no se animaron con Sakura Hime Kaden.

Datos

Título original: Kamikaze Kaito Jeanne
Autora: Arina Tanemura
Tomos: 7 (edición original japonesa); 13 (Biblioteca Manga) y 6 (Ultimate)
Publicación en Japón: 1998-2000 
Revista: Ribon
Editorial en Japón: Shueisha
Editorial en España: Planeta
Publicación en España: 2002-2003 (Biblioteca Manga); 2009-2011 (Ultimate)
Estado actual: Publicación completa
Precio: 4.15€ (Biblioteca Manga); 9.95€ (Ultimate - Tomos #1 a #5) y 10.95€ (Ultimate - Tomo #6)

Curiosidades / Datos extra

- En Japón la serie ha tenido dos reediciones. La primera, en formato kanzenban (que es en la que se basa la "Ultimate Edition" española), salió durante 2007 y consta de 6 tomos. Más adelante, durante 2013 salió una edición bunko que dejó la serie en 5 tomos.
- La serie tuvo una adaptación a anime realizada por el estudio Toei que consta de 44 capítulos. Su emisión duró desde Febrero de 1999 a Enero de 2000 (web)
- El anime fue adquirido en España por Arait Multimedia pero sólo llegó a emitirse por televisión y no fue distribuido para su compra.
- En el año 2000 salió un artbook de la serie titulado Tanemura Arina Irasuto Shū Kamikaze Kaitō Jeanne. La fecha de salida fue el 30 de Junio.
- Se publicaron un total de cuatro light novels derivadas de la obra. La autora es Shuka Matsuda y salieron entre Diciembre de 2013 y Agosto de 2014.
- La serie cuenta con tres capítulos extras relacionados. Especial Miyako. Catarsis, ¿Instante? La leyenda de Acces y Let's go Silk Road. Posteriormente realizó un capítulo extra adicional a modo de secuela centrado en "Acces" y "Finn".
- La autora realizó dos doujinshis de corte hentai de la serie, uno con Maron y Chiaki,  Bara Bara Toeru, y otro con Finn y Acces, Tenshi to Yakusoku no Rondo (enlaces +18).
- En la edición española en formato Biblioteca Manga se produjo un error de impresión en el Nº10 que consistió en que los capítulos salían desordenados. Para solventarlo, la editorial sacó junto al Nº11 el tomo ya corregido de manera gratuita.

Argumento

Maron Kusakabe aparenta ser una adolescente normal y corriente pero en realidad convive con un ángel en prácticas y es capaz de transformarse en "Jeanne", reencarnación de Juana de Arco y una ladrona de guante blanco buscada por la policía. Su misión es impedir, en nombre de Dios, que el Rey de los demonios corrompa los corazones humanos, lo que supone el debilitamiento del poder divino. Cuando alguien adquiere un cuadro en el que se aloja un demonio, éste posee a la persona y Jeanne debe clavar una chincheta en la pintura. Tras decir Jaque Mate, el demonio queda atrapado en una pieza de ajedrez blanca, volviendo así la persona a la normalidad. Al no entender lo que hace en realidad, lo que más desconcierta a la policía de esta ladrona es que al marcharse siempre deja un cuadro más hermoso que el original que se ha llevado.

Finn Fishu, la pequeña ángel que la aconseja, la acompaña y le hace de madre, hermana y amiga a un mismo tiempo, es quien hace que Maron se transforme en Jeanne y quien puede detectar la presencia de un demonio en una obra de arte, avisando mediante una nota del siguiente robo.

Desde hace un tiempo, a la policía se les ha unido Miyako Todaiji, hija del comisario y la mejor amiga de Maron desde que eran pequeñas. Ésta está empeñada en capturar a la ladrona porque cuando empezó a aparecer, algunos rumores decían que se parecía a su amiga. 

Entre las clases, el club de gimnasia rítmica y los robos, la vida de Maron es agotadora pero llevadera. Sin embargo las cosas se le complicarán todavía un poco más cuando su nuevo y muy atractivo vecino, Chiaki Nagoya, aparezca en su vida y le eche el ojo desde el primer momento, despertando a su vez el interés de Miyako. Además, justo al mismo tiempo, también aparece un rival en los robos, Simbad, quien pretende también sellar demonios en piezas de ajedrez negras junto con su ángel, Acces.

Reseña

Aunque mi iniciación al mundo del manga fue por Marmalade Boy, si la memoria no me falla demasiado, Kamikaze Kaito Jeanne tuvo que ser la segunda serie que me hice periódicamente. Aunque no es la obra que me marcó, es cierto que la guardo con sumo cariño y con un recuerdo muy positivo en cuanto a la calidad de su trama. Con la de años que hace desde que la leí por última vez no sabía si el prisma de la nostalgia hacía brillar más a la obra de lo que se merecía. Pero no, aunque tiene sus puntos débiles, me parece que es de las mejores series de la autora, muy de cerca de Full Moon wo Sagashite.

La serie pertenece al género de las magical girls y tuvo su importancia, aunque por debajo de las míticas Sailor Moon o Cardcaptor Sakura. Comparte muchos elementos con aquellas y con los arquetipos de estas historias pero tiene sus notables diferencias. La más destacable es cierto toque más oscuro y dramático, muy lejos de la deformación del concepto de "chicas mágicas" que se alcanzó en Mahou Shoujo Madoka Magica, pero introduciendo algunos elementos en esa línea como que se produzca alguna muerte por cazar los demonios de los cuadros, giros de guión un tanto oscuros o que algunos personajes "de los buenos" tengan su parte malvada y traicionera. Quien lea de nuevas la serie, a estas alturas, seguramente verá venir lo que sucede y se llevará pocas sorpresas pero en su momento la serie introdujo unos giros totalmente inesperados para las lectoras de aquella época. 

La mayor virtud de la obra es la magnífica construcción de sus personajes, especialmente de las tres chicas: Maron, Miyako y Finn. Todas destacan por ser mucho más de lo que a simple vista aparentan.

Maron es una protagonista que combina como pocas la fortaleza y la debilidad. No quiere que nadie descubra lo sola y abandonada que se siente desde que sus padres se fueron a trabajar al extranjero sin apenas comunicarse con ella. Ha decidido ser fuerte y mostrar siempre una sonrisa y un optimismo que no siempre es genuino. Es más que común este tópico de prota que vive sin sus padres en casa pero hay pocos casos en que esto marque tanto su personalidad. Sus apoyos y lo que evita que no se rompa en pedazos son Miyako y Finn. 

La relación de las dos amigas está más que bien formada y en esta relectura he llegado a pensar que el personaje de Chiaki podría haber sido prescindible, que su relación con su amiga podría haber suplido el apoyo que éste le llega a dar, por no hablar que así el momento en que Miyako descubre la verdad podría haber tenido más jugo. Además nos habríamos ahorrado la formación del típico triángulo amoroso, si bien es bastante divertido y no da malos momentos.


Por su parte, Finn podría parecer que se limita a cumplir el rol de la mascota de las series de magical girls: le da los poderes a la protagonista, la ayuda y la aconseja. Sin embargo, también le hace "de madre" al estar la auténtica ausente. Es una relación muy tierna y dulce.

Chiaki también es un personaje sólido, pero quizás menos interesante, a pesar de que te acabes enamorando de él porque el chico acaba siendo un encanto. Durante bastantes capítulos no está muy claro de qué lado está o qué pretende junto a Acces. Esta ambigüedad es lo más interesante que tiene pero luego, a medida que avanza la trama, su papel como Simbad es cada vez menos relevante y se queda como un enamorado hasta las trancas de Maron. De hecho, es hasta divertido ver cómo la chica es capaz de pasar de él en favor de Miyako o de su misión. Aún así, forman una pareja muy tierna y muy sólida por cómo se apoyan mutuamente.

Con estos elementos, la serie se organiza en pequeños arcos argumentales al principio en que, a la par que se van capturando demonios, se va profundizando en las relaciones de los personajes. Después, llegado cierto punto, se producen los mencionados giros más oscuros que nos llevan de sorpresa en sorpresa hasta un desenlace perfecto, quizás demasiado, que te deja con una sonrisa en la cara. Una muy buena estructura que da una historia equilibrada en sus momentos de acción, drama, romance y comedia y no deja grandes flecos sin tratar, aunque alguno sí que hay.

La serie es la primera obra larga de la autora y, quieras que no, eso se nota en algunos elementos un tanto dudosos o mal enfocados. Por ejemplo, sabemos que "Jeanne" es la reencarnación de Juana de Arco y, al final, descubrimos una cosa más vía el mismísimo Dios, pero ¿Simbad? Del rival de la protagonista poco se llega a descubrir. A la serie le habría venido muy bien tener un capítulo extra que mostrase cómo se conocieron él y Acces para definir mejor este personaje que queda muy mal explicado. También, con toda la parafernalia divina de la serie, lo de las chinchetas que se clavan en cuadros y luego se transforman en piezas de ajedrez al atrapar al demonio queda muy "por la cara". Del mismo modo, con la influencia que tienen los elementos del Cristianismo, la autora pasa bastante de su visión del "más allá" y coge la idea de la reencarnación que nada tiene que ver con esta religión como excusa para facilitar reencuentros, como un comodín que explota descaradamente.

De las historias extras la única que aporta algo sería Catarsis, protagonizada por Miyako, que habla del origen de su amistad con Maron. La de Acces es mona pero prescindible y la de Silk, un personaje muy, muy, MUY secundario, sobra por completo y podría haber dejado ese espacio a contar algo más relevante.

Pese a que la serie tiene sus años y fue de los primeros trabajos de Arina Tanemura ya demuestra una calidad y un cuidado en los detalles que nos maravillaron a quienes hasta el momento sólo habíamos visto el estilo más simple y limpio de Wataru Yoshizumi o Megumi Mizusawa. Con los años lo ha pulido y corregido detalles y proporciones que aquí dejan un poco que desear pero, por el contrario, desde mi punto de vista, ha perdido algo necesario a la hora de ilustrar un manga: definición y concreción. Aquí el nivel de florituras está bastante ajustado y los personajes están bien perfilados. Por supuesto, peca de un excesivo parecido entre ellos, que se diferencian en el pelo y un poco los ojos, un problema muy común en esta demografía.

La edición que yo tengo es la primera que sacaron, la Biblioteca Manga. Creo que en su momento, para iniciarse en el mundillo era un formato muy adecuado: tamaño más grande que el tomo, lectura occidental y precio más asequible. La gran pega que tiene es que, para ajustarse a ese número de páginas, muchos capítulos quedaban cortados en el momento más inoportuno y momentos clave que coincidían con un final de tomo original se desdibujaban. De momento no tengo la edición kanzenban, me parece suficiente ésta, pero si la encuentro a buen precio nunca se sabe.

Pues hasta aquí. Como decía más arriba, a estas alturas esta obra no deparará grandes sorpresas pues es probable que veáis venir los giros de guión. Con todo, creo que es uno de sus mejores trabajos y es la serie perfecta para conocer a Arina Tanemura e irse acostumbrando a su estilo, tanto narrativo como de dibujo.

martes, 5 de febrero de 2019

Kaikan Phrase Special, de Mayu Shinjo

Después de haber bajado la serie de lo alto de la estantería en que estaba, he pensado que, antes de volver a colocarla, podría reseñar este tomo que cerraba la serie principal, así no tendría que hacer el esfuerzo de remover los tomos en un futuro para reseñarlo, vaga que es una.

El tomo está compuesto por cuatro capítulos, los dos primeros son secuelas de Kaikan Phrase y los otros dos son historias extras independientes. Como os podéis imaginar, lo que diga de las dos primeras será spoiler de la serie, así ya sabéis a qué ateneros.

Kaikan Phrase Special

Kaika Phrase Special

Aine y el grupo se marcharon a EE.UU. para conquistar las listas musicales de todo el mundo. Una vez alcanzaron el Nº1, Sakuya cumplió la promesa que había hecho delante de una tumba y se casó con su amada Aine. Un tiempo después vuelven a Japón en una breve estancia para lo que deciden quedarse en la casa de los padres de la chica ya que hace mucho que no se ven.

La historia después de Kaikan Phrase
Han pasado varios años desde que aterrizaron en EE.UU. Ahora la banda se ha separado y cada uno sigue su camino. Sakuya ha dejado los escenarios y se ha hecho productor para poder tener más tiempo para estar con su amada Aine y el pequeño Shion, su hijo. Un día, entre todas las cartas de fans que siguen llegando, aparece una invitación para la boda de Atsuro ¡Lucifer vuelve a reunirse!

He juntado ambas historias porque por separado no sabría muy bien qué decir. Como podéis ver son unas secuelas muy tiernas de la serie que, en obras tan largas, siempre se agradecen para saber qué ha sido de los protagonistas un tiempo después del final. 


La primera es  más divertida por algunas situaciones vergonzosas en la casa familiar de Aine mientras que la segunda tiene un punto agridulce al tener al grupo separado y cada uno por su lado aunque sigan en contacto. La vida sigue y se tiene que encontrar el camino propio, además que con el ritmo que llevaban, era difícil mantenerlo eternamente, por lo que es una secuela realista en ese sentido.

La única pega que se le podría poner es que la autora se olvidó del pobre Santa. No sólo lo deja como un "solterón", que tampoco sería algo malo, sino que carece de todo trasfondo. Ambas historias tal cual están me gustan, pero quizás podría haber dejado un hueco al chico que ignoró durante la serie.

Hay otro detalle que me mosquea de la segunda historia aunque no queda claro. Al separarse el grupo ¿Aine deja de componer? ¿Su talento va a la basura? ¿A partir de entonces queda limitada a ser ama de casa, madre y esposa? Un final demasiado conservador y rancio a mi modo de ver. Claro que como esto no está claro siempre queda la puerta abierta a que sea algo temporal o mi mera impresión de lo mostrado en el capítulo pero de primeras mosquea mucho.

En definitiva, aunque el cierre de la serie había sido muy emotivo y más que decente, estos extras aportan un punto adicional de emoción que, por supuesto, no pueden faltar si os gustó la serie original.

8/10

Abrázame en el asiento del copiloto

Mami lleva un año enamorada de Kohji Sawai, un chico alto, serio y bastante empollón que no atrae ninguna mirada femenina. Éste la ayudó un día de lluvia en que se estropeó el coche de su padre cuando la iba a llevar a clases y su amabilidad la conquistó. 

Al fin se arma de valor y se declara pero él le pone una condición: que le conozca realmente. El chico resulta ser un aficionado a los coches y la velocidad que no busca tener nada serio con una mujer a las que sólo quiere para liberar energía después de conducir a toda pastilla ¿Este Sawai le seguirá gustando a Mami?

Una historia tierna, con su punto divertido (la chica se emborracha con beber un único sorbo de Martini) pero también picante aunque mal planteado. Y es que Sawai, para mostrarle lo que espera de una chica, no se corta en conducir a toda velocidad, asustándola, y luego besándola y toqueteándola. La cosa es que lo hace a propósito para que ésta le desprecie ya que no quiere nada serio con una chica ¿el motivo? Bueno, lo dice al final de la historia, así que os dejaré con la intriga. Una historia sencilla y previsible, sin más.

Por cierto, nunca deja de fliparme que alguien se ponga unas gafas y por obra de magia se oculte todo su atractivo. Ya puede tener muy buen cuerpo y un pelazo que con gafas se vuelve un cero a la izquierda. Es un misterio que, desde Superman, nunca ha dejado de parecerme ridículamente gracioso.

6/10

Summer Days Seventeen

Mai Ishimori es una chica que no sabe negarse. Sus dos amigas han organizado un viaje con tres chicos pero cuando ésta ya está en la estación, la llaman para decirle que no van a ir pues ambas se han echado novio. Justo cuando pensaba irse aparecen los tres, a cada cuál más atractivo: Ryota, Yuki y Masato. Aunque ante semejante situación Mai preferiría irse, como siempre, no es capaz de decirlo. 

En comparación a las obras de la autora, una historia bastante original, sencilla, simpática y sin una pizca de picante. Alrededor de Mai se forma un harén de chicos aunque es evidente cuál es el favorito, tanto de la protagonista como de la autora.

La mayor duda que plantea la historia es que, por mucho que Mai sea incapaz de decir que no, que acepte ir sola con tres desconocidos no deja de ser bastante irreal. Por suerte los tres son un encanto y pasan unos días de diversión con fuegos artificiales, petardos, juegos de cartas y paseos por el campo. Todo tan puro e inocente que nadie diría que es obra de la reina del shojo erótico.

8/10

Conclusión

Está claro que este tomo es más que recomendable para quienes han leído Kaikan Phrase. No sólo tiene unos epílogos la mar de monos sino que podemos disfrutar de los personajes con un dibujo bastante más decente que el de la serie original. Para quien no la ha leído no sabría qué decir. Las dos primeras historias no le van a decir nada y de las dos siguientes sólo la última puede merecer la pena por sí sola. Supongo que queda a vuestro criterio pero yo os diría que al menos le echarais un ojo.