Estos días no están siendo muy buenos, no solo por haber perdido a mi pobre Diuk, cosa que aún me sigue afectando, sino por varios asuntos más, y la suma de todo ello hace que no quiera pararme a escribir entradas, cambiar el look del blog, que ya toca, cumplir con PSS o simplemente, comentaros en vuestras entradas, salvo alguna que otra excepción puntual. En medio de todo esto me llegó un mail informándome que había ganado uno de los concursos en los que participé hace unos meses. No me lo creía pero ayer me llegó el libro del premio.
Dicho concurso era el de Annabelízate. Había que responder a unas preguntas cuyas respuestas estaban en la web del autor del libro y, sobretodo, se trataba de escribir un pasaje inventado de lo que sucedía antes de cierta escena del libro. Dicha escena consistía en que la protagonista salía a la cubierta de un barco y allí se encontraba con un conocido (os lo pondría, pero el blog del concurso está actualmente de baja). Lo que escribí fue esto:
Estaba sola en el mundo y su única opción era hacer caso al último consejo que le dieron: coger un barco que la llevase al Nuevo Mundo, ahí podría empezar de cero su vida. Muchos navíos ponían rumbo a esas tierras lejanas así que el único problema real era subir en uno, y esconderse todo el trayecto sin que nadie la descubriese. Annabel era una bruja y éstas no eran bien recibidas en los barcos.
La mejor opción era uno que transportase mercancías, así, si se mantenía en la bodega, nadie la encontraría entre cientos de cajas y toneles. Con un pequeño hechizo hizo desaparecer el contenido de un tonel lleno de manzanas, aflojó la tapa y se metió dentro aguardando a ser transportada al interior de las tripas del navío. El tiempo se hizo eterno hasta que notó que el barco cogía velocidad para ir mar adentro, donde podría dejar su estrecho escondite hasta que lo necesitase de nuevo para bajar a tierra.
Pasaron los días sin más compañía que las ratas por lo que tuvo tiempo de pensar en su vida hasta entonces y lo que haría al llegar a nuevas tierras. Y por fin, escuchó el grito…
Y eso ya enlazaría con el siguiente pasaje. No estaba muy convencida porque se limitaban mucho las palabras (o frases, ahora no recuerdo XD), pero por poco contenta que me haya dejado mi propio texto me ha permitido ganar el concurso. El premio consiste en el libro Annabel de T.C. Ferri dedicado por el autor y un marcapáginas del mismo, además incluyó una carta con unas palabras del propio autor que en estos momentos tan malos me han animado mucho.
Ahora ya solo me falta leer el libro que espero disfrutar enormemente e intentaré reseñarlo lo antes posible, con mi valoración sincera y mi humilde punto de vista. Espero que éste sea el punto de inflexión que necesito para que las cosas mejoren. Intentaré manteneros informados si mi estado de ánimo y la uni con sus estupendos trabajos en grupo me lo permiten =)
PD: Muchas gracias a Óscar de LAR por realizar el concurso y a T.C. Ferri por elegir mi humilde pasaje y por tus amables palabras, espero que el esfuerzo que has puesto en tu libro se vea recompensado con ventas y lectores satisfechos.
Dicho concurso era el de Annabelízate. Había que responder a unas preguntas cuyas respuestas estaban en la web del autor del libro y, sobretodo, se trataba de escribir un pasaje inventado de lo que sucedía antes de cierta escena del libro. Dicha escena consistía en que la protagonista salía a la cubierta de un barco y allí se encontraba con un conocido (os lo pondría, pero el blog del concurso está actualmente de baja). Lo que escribí fue esto:
Estaba sola en el mundo y su única opción era hacer caso al último consejo que le dieron: coger un barco que la llevase al Nuevo Mundo, ahí podría empezar de cero su vida. Muchos navíos ponían rumbo a esas tierras lejanas así que el único problema real era subir en uno, y esconderse todo el trayecto sin que nadie la descubriese. Annabel era una bruja y éstas no eran bien recibidas en los barcos.
La mejor opción era uno que transportase mercancías, así, si se mantenía en la bodega, nadie la encontraría entre cientos de cajas y toneles. Con un pequeño hechizo hizo desaparecer el contenido de un tonel lleno de manzanas, aflojó la tapa y se metió dentro aguardando a ser transportada al interior de las tripas del navío. El tiempo se hizo eterno hasta que notó que el barco cogía velocidad para ir mar adentro, donde podría dejar su estrecho escondite hasta que lo necesitase de nuevo para bajar a tierra.
Pasaron los días sin más compañía que las ratas por lo que tuvo tiempo de pensar en su vida hasta entonces y lo que haría al llegar a nuevas tierras. Y por fin, escuchó el grito…
Y eso ya enlazaría con el siguiente pasaje. No estaba muy convencida porque se limitaban mucho las palabras (o frases, ahora no recuerdo XD), pero por poco contenta que me haya dejado mi propio texto me ha permitido ganar el concurso. El premio consiste en el libro Annabel de T.C. Ferri dedicado por el autor y un marcapáginas del mismo, además incluyó una carta con unas palabras del propio autor que en estos momentos tan malos me han animado mucho.
Ahora ya solo me falta leer el libro que espero disfrutar enormemente e intentaré reseñarlo lo antes posible, con mi valoración sincera y mi humilde punto de vista. Espero que éste sea el punto de inflexión que necesito para que las cosas mejoren. Intentaré manteneros informados si mi estado de ánimo y la uni con sus estupendos trabajos en grupo me lo permiten =)
PD: Muchas gracias a Óscar de LAR por realizar el concurso y a T.C. Ferri por elegir mi humilde pasaje y por tus amables palabras, espero que el esfuerzo que has puesto en tu libro se vea recompensado con ventas y lectores satisfechos.