martes, 25 de febrero de 2020

Heaven!! de Shizuru Seino

Hace la friolera de nueve años que reseñé la otra serie que tengo en inglés de esta autora, Power!! Girl Got Game. Ahí ya decía que algún día os hablaría de esta serie y mira que ha tenido que llover para que lleguemos a esta entrada. Lo curioso es que ambas series las conseguí mediante trapicheos con mi querida @Deirdre a quien no le puedo estar más agradecida porque sin ella seguramente no habría acabado disfrutando de estas dos series tan divertidas. Si queréis cotillear, aquí  y aquí están las dos viejas entradas en que hablo de las adquisiciones de las dos series.

Un pequeño apunte. Normalmente no cargo mucho las reseñas con imágenes pero parece ser que la web que tenía la autora con su galería ha desaparecido y diría que se han perdido casi todas las ilustraciones que tenía ahí. Como por suerte, de cuando hice la reseña de Power!! Girl Got Game aproveché y guardé también las demás, he pensado en subirlas todas. Total, no tienen una gran resolución así que no ocupan mucho.

Argumento

En una misma clase de cierto instituto, el alumnado y el profesorado deben lidiar con dos personajes a cada cuál más problemático. La primera es Rinne Ito, una chica que dice ser una medium que puede ver fantasmas y que se ha fabricado un enorme harisen con el que, según ella, puede golpearlos y hacer que se vayan al otro mundo, aunque para ello ponga patas arriba a toda la clase. El segundo es Masaharu Uzaki, el clásico gamberro con una estética totalmente desfasada que falta a clases a menudo y se pasa la vida de pelea en pelea.

Un día, después de que Rinne golpease a Masaharu por accidente con su harisen, éste acaba en coma y con su espíritu fuera del cuerpo. Todo sucede cuando, sorprendentemente, intentaba salvarla de ser atropellada mientras perseguía a un fantasma travieso y, al no llegar físicamente, su espíritu se escapó de su cuerpo. A Rinne no le queda más remedio que ir al hospital para ver si encuentra una manera de volver a meter el espíritu de Masaharu en su cuerpo, ya sea como gesto de gratitud por salvarla o para poder quitarse de encima a un fantasma que no para de gritarle.

Para sorpresa de ambos, cuando llegan a la habitación donde el cuerpo de éste está ingresado, está despierto, hablando y se mueve incluso demasiado bien por cómo está flirteando con una enfermera. Un espíritu ha poseído a Masaharu y no uno cualquiera, todo un dios llamado Keiju que quiere experimentar la vida de los humanos y que acaba metiendo al espíritu del chico en un viejo peluche de un mono rosa. Cuando la cosa no podía pintar peor para Masaharu resulta que todo el mundo está encantado con el nuevo "él", incluida Rinne que podría ser su única aliada en su cruzada por recuperar su cuerpo

Reseña

Al menos que yo conozca, en el shojo diría que hay dos autoras que destacan en el género de la comedia, una es la difunta Ai Morinaga (¡No hace falta!, El patito feo o Será nuestro secreto XXX licenciadas aquí) y la otra es ésta, Shizuru Seino, de quien por desgracia no nos ha llegado nada. 

Aunque la risa es un elemento muy importante en muchas obras de esta demografía, suele ser un mero complemento para compensar momentos dramáticos pero no marca el tono principal de una serie, algo que sí sucede aquí. Y si pensamos en otras comedias más puras en la demografía ya serán en su mayoría parodias de algunos subgéneros como la mencionada ¡No hace falta! o Instituto Ouran Host Club.

Como siempre pasa con las comedias, las opiniones suelen depender muchísimo de si el tipo de humor conecta con cada persona. En mi caso, me lo paso genial con esta autora y, aunque ya le he dado unas pocas relecturas a esta serie, aún me sigue sacando varias carcajadas. Pero sin duda lo mejor es esa primera lectura que se le da a la serie, con el factor sorpresa de no saber por dónde va a salir y alucinar por las ocurrencias de los personajes y las situaciones tan surrealistas que crea. Y es que los personajes llegan a decir y hacer auténticas chorradas que merecerían ser enmarcadas. Un ejemplo es esta absurda frase que grita Masaharu-mono: "¡Espabila, Ito! ¡Lo que estás apretando en tus manos con cara embelesada son unas bragas de mi hermana pequeña!". Así dicho quizás no lo parezca tanto pero la escena ilustrada es desternillante.

Aunque en sí la serie pude no ser muy original, recordad que tenemos a uno de sus protagonistas metido en el cuerpo de un peluche rosa siendo éste un gamberro violento. Masaharu-mono es la estrella indiscutible de esta obra y quien nos sacará la mayor parte de las carcajadas. En cierto modo podría recordar a una mascota de una "magical girl" pero en violento y cascarrabias. De todos modos, su situación no es como para reírse si nos ponemos en su piel y la autora no se olvida de darle el punto humano de tener sus momentos de sufrimiento por lo que está pasando.

La serie consta de tres tomos y tiene muy marcado el clásico desarrollo de Presentación, Nudo y Desenlace para cada uno. 

De la parte del nudo, lo que se desarrolla es el romance que se sale de lo que la mayoría esperaría con los personajes protagonistas que tenemos. Para empezar, aunque hay dos chicos y una chica, nunca se llega a insinuar que haya un triángulo amoroso. De los tres, sólo hay dos que caen en lo de enamorarse. Sin embargo, lo que sí que hay es sólo un cuerpo humano para los dos chicos y ambos quieren ocuparlo. Y en cuanto a Rinne, es un absoluto descojone descubrir en el segundo tomo qué es lo que realmente le interesa.


A pesar de lo absurda y delirante que llega a ser la serie, el fondo está bastante bien con el romance, el deseo de recuperar el cuerpo por parte de uno y el deseo de tener un cuerpo por parte del otro. Por supuesto, recordad que es una comedia y tampoco da para darle demasiado espacio a esto, pero ahí está.

El humor predomina sobre todo en los dos primeros tomos porque en el tercero se dan unas gotitas de drama, el justo y necesario para poder encarar la serie hacia la recta final. 

Este desenlace se encarrila gracias a la aparición de un par de personajes. La primera es Senri, una chica nueva que se fija inmediatamente en Masaharu, aunque parece no ser una chica normal del todo. Su aparición y su actitud permite que Rinne abra los ojos en lo que a sus sentimientos se refiere. Del segundo no querría decir nada porque ya sería destripar demasiado y es un personaje tan grande que merece la pena que lo conozcáis por vuestra cuenta. Aparte de estos dos, no hay más secundarios relevantes en toda la serie, lo que es normal dada la extensión de tres tomos. 

A pesar de que en el final la obra se pone un poco más seria para su cierre, hay ciertas escenas cómicas en ese tomo final que son realmente antológicas. También cabe decir que es un final muy bien cerrado y que seguramente dejará a todo el mundo satisfecho con la resolución.


Las ediciones de Tokyopop aquí producirían tal rechazo que poca gente las compraría. Son tomos sin sobrecubiertas y papel reciclado, aunque no transparenta. Personalmente yo podría vivir con estas ediciones si saliesen a precios ajustados, pero parece que la tendencia es la contraria, tomos cada vez de mejor calidad pero más caros. Por cierto, si recordáis mi queja de la reseña de Power!! Girl Got Game en este caso la editorial sí respetó las portadas originales y no hizo experimentos extraños. 

En vista de que no nos va a llegar, si se os da bien el inglés y la encontráis, yo os animo a que os hagáis con esta serie. Si conectáis con su humor es tremendamente divertida y si os pilla un poco sensibles, los muy contados puntillos de drama y romance os pueden generar un pellizquito en el corazón. Una serie corta y perfecta para un rato entretenido. Tenía mis dudas de qué nota ponerle pero lo cierto es que con lo que disfruto de esta serie sólo le puedo poner la máxima aunque seguro que para mucha gente me he pasado. Me parece una obra tan redonda, con tantos buenos momentos y tan bien planteada en sus tres tomos que sólo por ser una comedia no me parece justo reducirle la nota si no encuentro nada malo que decir. Eso sí, reconozco que estoy siendo muy subjetiva.

jueves, 20 de febrero de 2020

Marmalade Boy Little, de Wataru Yoshizumi

Que estamos en la época de recuperar series antiguas que tuvieron su éxito no hay quien lo dude. Sólo en shojos que hemos visto por aquí ha habido spin-off, secuelas o como se quieran llamar de Cardcaptor Sakura, Fruits Basket, Peach Girl, No me lo digas con flores, Kaikan Phrase... Incluso la que durante años estuvo desaparecida, Mihona Fuji, parece que va a sacar algo relacionado con Gals! Es un no parar. Algunas secuelas están mejor, otras peor, pero la nostalgia y la emoción del reencuentro suele jugar a su favor. Wataru Yoshizumi se sumó a esta tendencia recuperando su serie más famosa en 2013 y prolongándola durante siete tomos, quedando no muy lejos de la original que tuvo ocho.

Hablar de Marmalade Boy, al menos en España, no es poca cosa. Aquí fue la serie que atrajo a muchísimas chicas al mundillo del manga, yo misma incluida. Para mí es una serie muy especial que guardo con un inmenso cariño. Como esta serie que reseño es su secuela, van a caer destripes de la serie original. Supongo que no es muy grave con la de años que tiene, pero aviso hecho.

Argumento

Poco después de que los padres de Yuu y Miki aceptaran su relación surgió la noticia de que Rumi y Chiyako, las madres de ambos, estaban esperando bebés que serían, por tanto, sus medio hermanos. Rumi tuvo una niña a la que llamaron Rikka y Chiyako un niño al que pusieron Saku.

Cuando los dos pequeños cumplieron seis años a los padres les tocó explicarles cómo era realmente la estructura familiar tan particular que tenían ya que Rikka pensaba que eran algo así como una única familia que tenía dos madres, dos padres, dos hermanos mayores que eran pareja y se habían independizado y un hermano un poco más pequeño que ella. Para la niña fue un shock pero Saku la consoló diciéndole que seguían siendo una familia aunque no hubiese lazos de sangre entre todos, lo que la animó.


Los años pasaron y ya con 12 años Rikka y Saku entran en en mismo instituto al que habían ido Miki y Yuu, el Toryo. Allí tendrán a un amigo de éstos como profesor y encargado del club de tenis, Ginta, y conocerán a un alumno nuevo, Aoi, el guapísimo hijo de Meiko y Namura, quienes siguen viviendo en Hiroshima mientras el chico ha decidido mudarse y vivir con sus abuelos maternos para poder estudiar allí. Rikka tiene un flechazo inmediato con Aoi, algo que desencadenará que Saku le acabe haciendo una sorprendente confesión.

Reseña

Hace un par de meses reseñé Chitose etc., la obra anterior a ésta que Planeta también nos ha traído en estos últimos años. Mi opinión no pudo ser más negativa y decepcionante. Esta serie también se la compré a Fel y me dijo que al menos no era el horror que había sido aquella pero ya el simple hecho de que la vendiese me hizo bajar expectativas. 

Por ser directa voy a decir que la obra me ha parecido mediocre como mucho. Por momentos me parecía un fanzine hecho por alguien muy fan de la serie pero con poca experiencia e ideas frescas a la hora de ponerse a ello, no un manga escrito y dibujado por la propia Wataru Yoshizumi. Voy a intentar explicar por qué digo esto.

Para empezar, en uno de los freetalks de la autora, ésta dice que la idea parte de su editor, que le dio a elegir entre hacer una serie que estuviese relacionada con Somos chicos de menta o Marmalade Boy (también le mencionó Handsome na Kanojo pero ésta el mismo editor ya parecía tenerla descartada de antemano). Con la primera no había ningún hilo del que tirar así que casi que por descarte fue la segunda. Luego, para ver por dónde cogía la trama, se basó en un elemento que salía al final del anime pero no en el manga, que Rumi y Chiyako daban la noticia de que estaban embarazadas así que Miki y Yuu iban a tener dos medio hermanos. Para rematar el trío protagonista de la secuela, Meiko también está embarazada por las mismas fechas, algo que está totalmente fuera de carácter desde mi punto de vista con lo responsables que eran Namura y ella, pero en fin, esto ya es mera opinión personal. El caso es que el planteamiento no puede ser más vago y repetitivo: Rumi y Chiyako tienen una niña y un niño que, oh sorpresa, son la pareja de la serie aunque haya un largo rodeo antes de que se establezca. Hermanos que no son hermanos en realidad pero viven bajo el mismo techo y se enamoran.

De partida me genera muchas dudas este planteamiento porque Rikka y Saku crecen como miembros de una misma familia, como hermanos, aunque no tengan lazos de sangre entre ellos. Miki y Yuu se enamoraron pero siendo ya adolescentes de la etapa de bachillerato y conociéndose entonces, no desde bebés. Pero bueno, lo aceptamos. Lo que ya no perdono es que ambos sean casi una copia de Miki y Yuu pero con sus rasgos mucho más exagerados: Rikka es totalmente una mini-Miki más atolondrada y Saku es un Yuu sin la parte dulce y simpática y quedando sólo el lado serio y seco, un "sieso" como diríamos en mi tierra, que apenas muestra unas contadas expresiones de sentimientos a lo largo de la serie. Podía haber hecho que fuesen dos chicas, cada una con su propia historia, pero la autora hace un refrito de la historia original con dos protagonistas más jovencitos, con muchísima menos gracia y nula química entre ellos.

El primer gran arco de la serie se basa en el triángulo amoroso entre Saku-Rikka-Aoi que, cuando queda resuelto, deja paso a los líos amorosos de las dos amigas de Rikka. La cuestión es que, entre todas las parejas que se hacen, las que se deshacen y las que no se llegan a formar no existe ninguna química. Por otro lado, la emoción que desprenden estos enredos amorosos, salvo algún momento puntual, es cero, lo que es aún más chocante teniendo en cuenta que son los primeros amores que suelen ser tan intensos, llenos de dudas y vergüenza. Además van a un ritmo demasiado rápido, poco apropiado para la edad de la que estamos hablando. Por mucho que los tiempos hayan cambiado, la autora parece olvidarse de la edad de los protagonistas y sus amigos.  Además, se nota que estira el chicle en los dos últimos tomos (la misma autora reconoce que prolongó la serie para hacerla coincidir con la adaptación japonesa a película de imagen real de 2018) a base de dar vueltas a tramas de secundarios bastante tontas, exactamente lo mismo que hizo en Chitose etc. con la incorporación de un par de nuevos personajes. De hecho, me cansé y tuve que dejar apartada la lectura de los dos últimos tomos por puro cansancio de líos de final más que previsible.

Otro punto que habla de lo vaga que es la serie es que carece de toda trama de fondo, sólo es una historia de enredos amorosos con la gracia del reencuentro con los personajes de la obra original. En aquella se daban los líos pero de fondo estaba la trama en torno a Yuu y quién era realmente su padre, algo que marca la historia hasta el final. Aquí no hay nada de fondo. Supongo que esto es consecuencia de la propia concepción de la serie pero es otro elemento que, aunque no reste, tampoco le hace sumar puntos.

Y toca hablar ya de los personajes de la serie original que salen aquí:
- Miki y Yuu son, claro, los que más aparecen de todos. Durante esta serie no se da ningún conflicto entre ellos y todo es ver cómo van dando unos pasos en su relación que cualquier fan deseaba ver. Realmente aquí está la justificación de esta serie y el sencillo motivo por el que me la voy a quedar. También me emociona el hincapié de ver a Yuu trabajando como arquitecto, habiendo cumplido su sueño. Y es que, contando algo personal, mi primer interés en la arquitectura surgió con esta serie. No voy a decir que soy arquitecta ahora por Yuu Matsura, pero es cierto que quizás fue una primera piedrecita en el camino.


- Ginta y Arimi. Para ellos la autora sí les crea un conflicto de pareja que en sí no me parece mal, a fin de cuentas estamos en un josei y es realista que a todas las parejas no les vaya todo siempre de maravilla pero es que, sabiendo en qué consiste en realidad el conflicto, me parece muy rancio y lo más estúpido del mundo.
- Suzu y Kei. Pareja que me interesaba cero y que en la secuela me interesa lo mismo. También tienen su conflicto que me parece bastante tonto, al igual que con la pareja anterior. Ya digo, una pareja que me pareció un emparejamiento por la cara en la serie original y que no entiendo que sigan juntos *se encoge de hombros*.
- Meiko. Siendo la mejor amiga de Miki y la madre de uno de los personajes importantes de la secuela la verdad es que esperaba más aportaciones por su parte y lamento que no sea así porque me encantaba esta chica en la obra original.
- Miwa. Sus aportaciones también son muy puntuales y se limitan casi siempre a estar en el estudio de arquitectura que forma con Yuu. Yo era del bando de que Meiko y él tendrían que haber acabado juntos así que no me habría importado que en la secuela se hubiese animado la autora pero quiso mantener todo tal como lo dejó y sólo haciendo que las parejas que formó entonces avancen.
- Rokutanda. No aparece en toda la serie pero la autora se marca un mini-Rokutanda en forma de un sobrino de éste que está para fastidiar y ser igual o incluso más pesado que el original. Hasta en este detalle repite el esquema. 

En definitiva, creo sinceramente que podría haber hecho una serie corta centrada en qué fue de los personajes de la serie original porque la parte de los líos entre apenas niños de 12-13 años no funciona. Demasiados enredos para las edades que tienen y con muy poca chispa y emoción. Sí, entretiene, cuenta con sus puntillos simpáticos y divertidos pero ya está. Parece una serie hecha con el piloto automático, tirando de tópicos y refritos de la original pero carente de todo sentimiento. Me ha dejado fría y me da una pena muy grande que me haya quedado así con todo lo que significa para mí la original. Siento casi que para las fans, esta serie es más importante que para la propia autora.

sábado, 15 de febrero de 2020

Carta al futuro, de Yukari Kawachi

Después de hacer la entrada de los 16 shojos y joseis me entró muchas ganas de releer varias de las obras que ahí comentaba y una de ellas es este tomo único, el 7º de la colección Un manga, un romance de Planeta. Ya lo dije en esa entrada pero me repetiré ahora: para mí, es el mejor título de dicha colección. A ver si con esta reseña os convenzo.

Llevo tiempo haciendo reseñas de tomos únicos recopilatorios de historias cortas comentando cada una por separado con una conclusión global al final pero en este caso prefiero hablar del tomo en sí con algún comentario de cada una. El tono de las historias es demasiado parecido para hacerlo por separado.

Argumento

Carta al futuro 
Rino es una chica de 16 años que, tras tener su primera relación sexual con su novio, Kazuya, queda embarazada. Sus sueños de tener a su bebé se truncan cuando Kazuya le dice que aborte. No sólo descubre que en realidad no la quiere sino que tenía otra novia y ella era un mero entretenimiento para él. En esas circunstancias, Rino no tiene más opción que abortar con todo el dolor de su corazón.

Tras la tormenta siempre llega la calma 
Los padres de Aki se divorciaron cuando ella era muy pequeña, quedándose a vivir con la madre. Cuando Aki entró en secundaria, su madre volvió a salir con un hombre pero resultó ser un tipo despreciable: vivía a costa del trabajo de ella, se gastaba el dinero en apuestas y, lo peor, cuando su madre estaba fuera trabajando se colaba en el cuarto de Aki y la violaba. Si la situación era terrible, cuando Aki cumplió 16 años el miserable se largó con todo su dinero, quedando ambas en la pobreza. Aki tuvo que dejar de estudiar, empezar a pasar noches en albergues y acabar entrando a trabajar en un local de hostess, confirmando su nefasta opinión de los hombres. Pero la vida depara sorpresas que no siempre son malas.

Ataduras
Saki tiene 15 años y lleva soportando palizas de su madre desde que tenía apenas cinco años. La relación entre sus padres se fue deteriorando y ella empezó a descargar su rabia en la niña. Su único consuelo es que cuenta con la amistad de Jun desde que era pequeña, pero no se atreve a contarle lo que ocurre en su casa ni siquiera ahora que ha empezado a rebelarse poniendo mala cara frente a las palizas.

Reseña

Antes de hablar del tomo en sí querría comentar que he cotilleado la ficha de la autora en Baka y parece ser que dejó de crear historias en 2010. Una pena tanto esto como que no hayan vuelto a apostar por sus obras aquí y, a estas alturas, nos tendremos que conformar con este tomo único.

Lo primero que habría de comentar es que, leyendo las notas de la autora al final del tomo, descubrimos que todas las historias están basadas en hechos reales, en experiencias de chicas de carne y hueso. Esto hace complicado comentarlo porque no son sólo "historias". Cuando las lees es bastante posible que se piense "Se ha pasado con tanto drama" pero es que, por desgracia, la realidad supera a la ficción.

Como podéis ver, las temáticas son a cada cual más dura pero quisiera detenerme en la primera: el aborto.Por más que me estrujo la cabeza, al menos ahora mismo, no caigo en ninguna otra historia que haya tocado el tema en un manga shojo y yo haya leído. Se podría pensar que el enfoque es un tanto rancio al ser un hecho que marca a la protagonista cuando se lleva años diciendo que es un procedimiento más pues a esas alturas el feto no pasa de ser un puñado de células. Sin embargo, entiendo que para ella, y aquí está la clave, iba a ser su bebé, tenía la idea de dar a luz pero la traición del miserable de Kazuya se lo impidió. Ahí radica la diferencia entre Rino y Kaoru, su compañera de habitación hospitalaria antes del aborto. Kaoru cuenta con el apoyo de su marido y, además, aborta porque en caso contrario su vida estaría en riesgo. Aunque podría haber caído en la moralina barata de que el aborto está mal, me gusta mucho que se pueda sacar una lectura positiva al final. Según comentarios de la autora, varias chicas que habían pasado por esto le escribieron para agradecerle la historia porque habían encontrado alivio.

En cuanto a las otras dos historias ya tocan temáticas un poco más vistas pero con una perspectiva mucho más dura y realista de lo habitual. Que se muestre la crudeza de la pobreza, con la protagonista y su madre teniendo que pasar tiempo en albergues, o las palizas de una madre y la desatención de un padre no es algo muy común. Son problemas reales que te remueven por dentro al leerlos, son incómodos y generan sentimientos de rabia o impotencia. Quizás la única pega que se le puede poner a estas historias es que precisamente tocan tantos sentimientos y situaciones duras que se quedan un poco cortas en páginas para lo que sería deseable, aunque esto sólo lo aprecio realmente en la tercera y última.

A pesar del drama, las historias cuentan con un punto de esperanza y de luz al final. Ya no sé si cortesía de la autora o si las experiencias en que se basó tuvieron ese final feliz y espero que fuese lo segundo. Quizás resulte más dudoso que, para dicha felicidad, las chicas acaben con un chico pero en los tres casos está justificado para mostrar que, bueno, también existe esperanza en el sexo masculino aunque esto peque un poco de ser un #NotAllMen de manual. 

Un punto negativo a comentar está en su aspecto gráfico. El dibujo de la autora en sí no está mal, muy fino, sin apenas florituras acorde al tipo de historias que está narrando y con una adecuada representación de los sentimientos. Sin embargo, sus personajes son totalmente clónicos entre sí. Es habitual que esto suceda por eso las autoras procuran variar un poco al menos peinados pero aquí ni eso. No es un problema grave pero resulta un tanto confuso ver de una historia a otra a la misma pareja protagonista.

No es siempre una relación directa que porque haya drama se tengan buenas historias. Si no se tiene cuidado se puede caer en un melodrama burdo y lacrimógeno que no aporta nada salvo manipular los sentimientos para hacerlo pasar mal. En mi opinión, no es el caso porque lo que aquí hay no es melodrama sino realismo con un punto esperanzador al final. Un tomo único muy especial que os recomiendo encarecidamente.

lunes, 10 de febrero de 2020

¡Viva Japón!, de Yuu Watase

Primera reseña de las que me quedan de la época de PSS que recupero este año. Dado que, aparte de ésta, ya sólo hay otras seis en la carpeta, creo que voy a intentar que salgan todas este 2020. Aparte de ésas tengo otras pocas que estaban en proceso de corrección por mi parte, así que lo mismo aprovecho el trabajo adelantado (por supuesto, citando a quienes las empezaron) para que no queden como esfuerzo perdido del todo. Vamos, que aún me queda material viejuno que seguir reciclando. Y hablando de viejuno... Ahora que releo el apartado de los datos, me doy cuenta que hace la friolera de 15 años que esta serie se publicó aquí. Por diosa, cómo pasa el tiempo...

Datos

Título original: Appare Jipangu!
Autora: Yuu Watase
Tomos: 3
Fecha de publicación en Japón: 1998 - 2003 
Revista: Shôjo Comic Zôkan
Editorial en Japón: Shôgakukan
Fecha de publicación en España: 2005 
Editorial en España: Glénat
Estado actual: Publicación completa. Descatalogada.
Precio: 7.50€ 

Curiosidades / Datos extra

- A mediados del 2012 la serie tuvo una reedición en Japón en formato bunko que la dejaba en dos tomos de los tres originales.
- Al final del primer tomo hay una historia extra titulada Ilusiones después de clase (Houkago Gensou) publicada originalmente en la Cheese! Zôkan
- Al final del tercer tomo hay una historia extra titulada Los pinitos de una doncella (Otome no Hajime) publicada originalmente en la Zôkan ChuChu
- En Japón hubo una primera edición de los tomos 1 (26/01/1998) y 2 (22/07/1999) quedando la serie aparcada hasta el 2003, año en el que salió el tercer y último tomo junto a una reedición de los dos primeros con nuevas portadas.

Argumento

Cuando era apenas una recién nacida, Yusura fue abandonada bajo un cerezo junto a un bastón con poderes mágicos llamado Kongômaru. La hallaron los farmacéuticos del pueblo que la criaron como si fuese su propia hija. 

A los 15 años, Yusura es una chica muy poco femenina decidida a eliminar el sufrimiento de la gente gracias al poder de Kongômaru, bastón que absorbe la tristeza, volviéndose de color azul, y que luego la devuelve en forma de ataque a las personas que la provocaron. De ahí que sea famosa por ser "Yusura, la quita-penas". 

Un día conoce a Samon, joven samurai cegato quien, junto a su amada Oteru, huían de unos perseguidores. Yusura salva a Samon pero Oteru desaparece y éste le pide ayuda para encontrarla.

Yusura conocerá a otros muchos y variopintos personajes mientras busca su lugar de origen, a sus padres, y el motivo por el que la abandonaron.

Reseña

¡Viva Japón! es la serie que más se sale de los clichés del shôjo de toda la obra de Yuu Watase (salvando, obviamente, los shônens Pandora's Cube y Arata Kangatari y el BL Sakura Gari). No solo la historia no tiene como base el romance de los protagonistas, sino que es un tema que queda relegado a un segundo plano. Lo que prima en esta obra es el humor: un samurai miope, anacronismos con inventos del siglo XX introducidos en el periodo Edo, esqueletos vestidos y usados como marionetas a las que llaman Huesitos y Claviculina... Si en todos los mangas de esta autora se pueden encontrar situaciones cómicas, su aparición en éste se supera con creces.


El desarrollo es lento al principio, todo el primer tomo y buena parte del segundo están formados por historias que no aportan nada o casi nada a la trama principal del pasado de Yusura. Estas historias permiten conocer un poco más a fondo a los protagonistas, e introducen numerosos secundarios cuya aportación se quedará meramente en un papel puntual del capítulo en el que aparezcan (el ninja Kazanozuke, la monstruita Yuba, la domadora Chiyo, etc.). Por el contrario, todo queda resuelto en el último tomo de una manera un tanto precipitada al que además hay que descontarle las páginas de la historia extra. Si bien es cierto que no deja cabos sueltos, al final le habría venido bien un desarrollo algo mayor por no hablar que las andanzas de la Quita-penas daban mucho juego de haber querido añadir más personajes y sub-tramas. Esto se explica al conocer la historia de esta serie, con sus dos primeros tomos realizados a la par que Ayashi no Ceres, a modo de descanso cómico de una serie tan oscura, quedando parada ahí hasta el 2003 que la autora la recuperó para darle el cierre del último tomo y no dejarla colgada.

En cuanto a los personajes, nos encontramos con la protagonista femenina más fuerte e independiente que ha creado la autora. Yusura, a pesar de que busca su pasado, sabe mirar al futuro. No le interesan los amoríos y lucha por ayudar a los más débiles. Samon, en cambio, es un personaje mucho más pasivo. Colabora con Yusura pero es ella quien lleva el desarrollo de las batallas. Los secundarios ayudan a poner color y puntos cómicos, pero ninguno tiene un peso destacable en toda la serie y se quedan bastante planos, sin profundizar en ellos.


Las historias cortas que acompañan esta serie tienen un fuerte contraste entre ellas y con la historia principal. Ilusiones después de clase es oscura y dura, poco tiene que ver con el espíritu de ¡Viva Japón!. Es una historia bastante interesante y original a pesar de ser un trabajo antiguo; estaría en la línea de Ayashi no Ceres. Por otra parte, Los pinitos de una doncella es una historia sencillita y dulce, de corte más infantil, sobre el primer amor de una niña que tiene complejo de inferioridad respecto a su hermana mayor. Lo curioso de esta historia es que usa de protagonistas tanto a Alice como a Mayura de Alice 19th cuando eran pequeñas.

En lo que se refiere al dibujo, varía entre el principio y el final debido a la peculiar historia que ha tenido esta serie. En los dos primeros tomos es algo burdo y poco detallado mientras que el dibujo del último tomo tiene la calidad que alcanza ya en Alice 19th, mucho más limpio y preciosista.


La edición de Glénat se puede considerar buena. Tiene papel blanco, sobrecubiertas y buena traducción, pero en lo que a edición de los textos se refiere es nada más que regular y hay partes bastante mal editadas, principalmente onomatopeyas y textos sobre tramas. No es un mal trabajo, pero parece haber sido hecho con prisas y cuidando muy poco los detalles. Eso sí, hay que felicitar el trabajo de traducción para adaptar los chistes y juegos de palabras para que no perdieran el humor original.

¡Viva Japón! se trata solamente de una historia para divertir y pasar el rato. No se le debe pedir más. Un dibujo bonito y una historia sencilla que es capaz de enganchar porque entretiene y puede llegar a sorprender. La edición es correcta aunque hay trabajos de Glénat mejor hechos. Además, al ser cortita, no supone una gran inversión, y reporta buenos ratos leyéndola.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Café diabólico, amor agridulce, de Aya Oda

No deja de ser un tanto curioso para mí misma que a una autora que me parece que es "ni fu ni fa" como Aya Oda le tenga varias reseñas hechas, a la que se suma ésta de hoy y la primera serie suya que nos trajo Ivrea en el 2008. Si tuviera que buscar un motivo quizás sería porque la primera reseña de un manga que hice para el blog fue la de El ángel del jardín y eso tiene su punto especial que me anima a seguir hablando de sus obras. Si queréis cotillear el resto de mis reseñas de la autora tenéis Eso pasa por enamorarte y Paradise Star.

Argumento

Sakura Ariyoshi estaba teniendo un día terrible cuando, para rematarlo, por salvar a un gato negro de ser atropellado, está a punto de darse un terrible golpe contra una pared. Por suerte, un atractivo chico que desprende un olor muy agradable la salva del impacto. 

Después de separarse de ese "ángel", Sakura está tan prendada que no duda un momento en seguir al gato negro hasta llegar a una cafetería que posee el mismo olor que tenía el chico. Ésta ve su oportunidad al leer que están buscando personal pero el encargado dice que sólo quieren hombres. Es una cafetería mayormente para mujeres así que a Sakura no se le ocurre otra cosa que decir que es un chico. Entre risas, su "ángel", Chika Tennoji, auténtico dueño de la cafetería, convence al encargado de que la acepten como ayudante.

Sakura no podría estar más feliz de poder acercarse y conocer más a Chika pero éste pronto muestra otra cara más diabólica: le dice a ella las mismas frases bonitas que a las clientas y hace por besarla. Sakura le rechaza, aparte de la confusión por su cambio de actitud le dice que no quiere un beso sin pasión. Marchándose dolida, no se da cuenta que está a punto de cruzar la calle cuando un camión va hacia ella. Chika la salva, la regaña por idiota y le confiesa que fue tras ella porque le hizo sentir mal verla llorar y que en realidad no la habría besado, sólo quería que dejase de tener esa imagen mental de "ángel" de él porque le da vergüenza que le vean así. Sakura se da cuenta de que sí que es una buena persona al haberla salvado ya dos veces y preocuparse por ella a pesar de lo que él diga y se le declara. No piensa dejar de trabajar en la cafetería y acabará consiguiendo que ese ángel con puntos de demonio travieso la quiera a ella también.

Reseña

Lo primero que quiero comentar es que yo suelo decir a menudo que no se deben tener prejuicios con los shojos que tengan componente erótica, que la gente se pierde historias interesantes por ello y también que llevan a engaño en otros casos con la excusa de que se etiquetó despectivamente todo lo que licenciaba la editorial en aquella época como "porno-shojos". Pues eso mismo me pasaba a mí con esta serie, que tenía la imagen mental de que iba a ser una obra de esas características y no. Café diabólico, amor agridulce es un shojo de corte dulce que cuenta con unas muy contadas y justificadas escenas de cama en las que no se ve absolutamente nada. Los prejuicios los tenemos todos y hay que quitárnoslos. 

Lo que he dicho en las otras reseñas de que las series de esta autora (no suelen ser nada del otro mundo, son simples y están llenas de clichés) también se repite aquí aunque hay un par de elementos a destacar.


Toda la serie es en sí misma un enorme tópico andante. Desde el flechazo de ella, pasando por la persecución al gato que lleva a la protagonista hasta el chico (esto lo he visto en Lo nuestro no puede ser, tío y Príncipe oculto que yo recuerde) o la cafetería de chicos guapos en la que entra a trabajar (inicio casi idéntico de Placer a la carta) hasta el desarrollo en sí con los manidos terceros que se entrometen. Si queréis una obra original, desde luego aquí no la encontraréis.

Al margen del puñado de clichés, hay detalles interesantes del desarrollo que me parece oportuno valorar como que la chica tenga perseverancia y esté segura de sus sentimientos por más que provengan de un flechazo. También tengo que decir a su favor que la pareja que forman es bastante tierna y que van evolucionando de forma natural y dulce. Además, hay bastantes momentos simpáticos que hacen la lectura amena y ligera.

De los protagonistas, el que tiene más elementos a destacar es Chika por el sencillo motivo de que tiene su trasfondo y una explicación más o menos creíble a que acabe enamorado de Sakura. No obstante, no sé por qué la autora se olvida de profundizar un poco aunque fuese en el hecho de que Chika sea propietario de la cafetería en lugar de su abuelo que "no está" y juro que no he sido capaz de averiguar si es porque está fuera o está muerto. En cuanto a la chica, carece de personalidad reconocible más allá de ser alegre y directa por no hablar de que no tiene historia propia salvo un par de amigas en el instituto que aportan poco.

Pero toca hablar de lo peor de la serie y esto se traduce en los terceros que se interponen en la pareja. En total son tres y quisiera comentar un poco de cada uno así que como esto va a hablar del desarrollo más avanzado de la trama puede ser un tanto destripe por lo que aviso hecho.

El primero es Naoki y del pobre tengo que decir que la autora no sabía muy bien qué hacer con él. Aparece como un chico simpático y directo que cae en otro flechazo enamorado de Sakura pero la autora le hace gastar ese tipo de jugarretas tan desagradables y tan horribles que incluyen un beso robado en una noche especial o un intento de violación. La cuestión es que cuando parecía haberse dado por vencido y aceptar el rechazo, vuelve a las andadas por un guión ilógico, errático y absurdo. Lo más sangrante es que a pesar de todo lo que hace, los protagonistas le perdonan y sigue trabajando con ambos en la cafetería. Adiós sentido común.

La segunda en entrar en escena es la ex de Chika, Shoko, su profesora en secundaria baja. Dejando a un lado que todo el mundo parece obviar que una adulta se acostó con un adolescente (no queda clara la edad pero él tendría... ¿14-15 años?) lo que, oye, es delito, todo su arco es ridículo. Que aparezca en ese momento no tiene sentido y la explicación a por qué y qué busca no hay quien se la crea cuando todo el tiempo que sale es para hacer daño a Sakura sin motivo alguno y limitándose a ser cruel y egoísta. Qué horror de personaje, de verdad.

El tercer y último es Shinta y es el único que aporta un arco con un mínimo de interés al ser el mejor amigo de Chika y despertar sentimientos y dudas serias en Sakura. Si no fuese porque el motivo por el que él finalmente se sentía atraído por ella fuese lo más ridículo sería el mejor tramo de la serie.

No obstante, por más que los terceros sean bastante horribles como personajes, permiten el avance de la pareja protagonista con resoluciones a cada arco bastante satisfactorias en líneas generales.

La obra cuenta con varias historias cortas. Las más destacables son Chocolate caliente (tomo #2) y Vainilla (tomo #4) en las que las dos amigas de Sakura, Mai y Rinka respectivamente se enamoran de dos chicos que tienen relación con la cafetería. Habría sido más interesante que estas historias se intercalasen con la trama principal y darles un poco más de espacio para desarrollarse, haciendo la serie quizás un poco más coral. Aparte de esas dos historias hay extras más breves y en su mayoría de corte cómico que permiten conocer un poco más a los adultos que trabajan ahí (el encargado y el pastelero) y que quedaron muy desaprovechados o profundizar un poco más en la pareja protagonista. 

Además de todos estos extras hay una historia independiente, Un amor que algún día será un recuerdo (tomo #3), que trata un amor no correspondido entre una estudiante a punto de graduarse de bachillerato y un profesor. Como todas estas historias es un enorme cliché pero al menos es mona y que se sitúe al final de la etapa de estudiante de ella la hace menos polémica.

Por ir concluyendo ya, puedo decir que no me arrepiento de la compra de esta serie. Es cierto que está plagada de clichés y elementos más que dudosos pero la pareja protagonista y su relación me han gustado bastante. No puedo recomendarla porque no es una buena serie realmente y tal vez si me ha convencido es porque iba con las expectativas muy bajas. Sea como sea, no es el horror que me esperaba y me ha dado un buen rato de aún con sus defectos y problemas.