- Al final del quinto tomo hay una historia extra llamada No me robes a mi chica.
Yoku Miura es el capitán de un equipo de atletismo bastante particular pues no sólo entrenan con otros deportes, como el baloncesto, sino que es un chico bastante bajo para el deporte que realiza: salto de altura. El anterior capitán, Ryo Sakurai lo eligió entre los demás miembros del equipo para sustituirle… algo que su hermana pequeña, Natsumi no está dispuesta a tolerar aunque desconoce que fue la decisión de su hermano. Ésta quiere llegar a los torneos de la prefectura y está convencida que, con la dirección del actual capitán, no lo conseguirá. Decide sabotearle las prácticas y es entonces cuando le informan que los mayores, los de 3º, dejaron el equipo precisamente por la decisión de su hermano de nombrar a Yoku, un alumno entonces de primero, como su nuevo capitán.
Natsumi y otros miembros del equipo deciden ir a ver a Ryo pero por el camino son interceptados por los mayores del equipo de atletismo con Koshi Kai al frente de ellos. Uno de los jóvenes consigue escapar de la pelea que se forma e ir a avisar al resto del equipo. Yoku llega a tiempo de evitar que Koshi pegue a Natsumi y le dice a éste que conseguirá que se disculpe con todos a los que ha pegado. La reacción de Koshi es asestarle un fuerte puñetazo y le insta a que se lo devuelva para hacer que se disculpe. En cambio, Yoku le pide por favor que vuelva al equipo, que aún está a tiempo de llegar al campeonato. Antes de que le vuelva a dar otro puñetazo, Natsumi interviene y tras distraerlos con una mentira, se lleva a Yoku del lugar de la pelea.
Una vez lejos del sitio, Natsumi le pone una tirita y luego Yoku la acompaña a casa donde su hermano la saca del ensimismamiento en que se había quedado al despedirse y agradecerle al capitán lo que había hecho. Una vez dentro de casa, Ryo le explica que el record actual de salto de altura en secundaria es 2.10 m. Está convencido de que Yoku será capaz de superar dicha marca que se ha mantenido durante los últimos 20 años.
Mi anaranjado atardecer es la primera serie de Kyoko Kumagai que trae Ivrea probando con nuevas autoras que añadir a su línea shôjo. Además, es la tercera serie de la editorial que incluye dosis elevadas de deporte como complemento a la trama romántica siguiendo así la estela de Rapsodia celestial (natación) y Uwasa no Midori-kun (fútbol).
Hay numerosos mangas, de todos los géneros, que incluyen algún deporte en su trama, bien como complemento para la creación de determinadas situaciones, bien como parte fundamental de la historia. En este caso, el deporte en cuestión es el atletismo: 100 m. lisos por parte de Natsumi y salto de altura por parte de Yoku y Koshi. Y, en lo que a importancia de la trama se refiere, sería el segundo planteamiento, pues la persecución de los sueños de llegar a los nacionales es el motor principal de la historia en torno al cual surge la trama amorosa.
El desarrollo de esta historia lleva en paralelo el avance de los dos núcleos de la historia: el deportivo y el amoroso. En cuanto al primero, le cuesta coger fuerza pues el planteamiento de la trama amorosa se lleva buena parte del interés inicial. Esto se equilibra según avanza la serie y cuando resulta bastante evidente el desenlace que va a tener la relación de los personajes, es la consecución de los retos deportivos lo que se lleva el peso de la parte final.
La relación de los personajes se basa en el clásico triángulo amoroso que además se compagina con la rivalidad y respeto de ambos en la competición. El desenlace resulta bastante previsible en ambos temas pero está lo suficientemente bien llevado como para no tener la seguridad total de saber qué acabará ocurriendo, sino en cuanto al triángulo, al menos sí en lo deportivo, pues ambos chicos protagonistas tienen suficiente carisma, fuerza y perseverancia como para no decantar la balanza fácilmente por uno u otro.
Posiblemente, el punto más negativo de la historia sea el innecesario aporte de situaciones subidas de tono que inicialmente, no parecen aportar nada, si bien no es nada especialmente intenso en ningún momento. En cualquier caso, las escenas más importantes de este tema sirven para desarrollar a la pareja protagonista hacia el final de la serie como un avance más en la relación de cualquier pareja, con los miedos que supone dar ese paso más allá, por lo que, un inicial punto en su contra acaba beneficiando al conjunto de la serie.
El peso de la historia recae en los 3 vértices del triángulo amoroso, apareciendo algunos personajes secundarios con aportaciones muy leves que habrían resultado interesantes de desarrollar más.
En lo que a la protagonista se refiere, Natsumi es el ejemplo clásico de chica atontada, llorona pero decidida, sincera y dulce. Tiene tanto momentos muy buenos como algunos en los que cumple a le perfección el dicho de “de buena que es, es tonta” pues llega a tomar algunas decisiones absurdas o tensa de más la situación sin que sea necesario.
Yoku está muy obsesionado con su sueño de llegar a los nacionales. Es un líder nato que comprende las necesidades de cada integrante de su equipo. Es bastante inocente y despistado en lo que a chicas se refiere. Por eso, cuando en un principio empieza a sentir afecto por Natsumi y ve que esto se puede interponer en alcanzar los sueños de ambos, decide evitar en lo posible que sus sentimientos crezcan más. De Yoku se queda en el aire conocer algo de su situación familiar pues se da a entender que hay alguna clase de problema pero no se llega a saber nada.
Y cierra el triángulo Koshi, un chico que cumple el estereotipo de antipático y violento a primeras pero que resulta ser una gran persona en el fondo. Al principio le cuesta mucho aceptar a Yoku como capitán, que es donde comienza la historia. Sin embargo, cuando solucionan el conflicto y con la aparición de Natsumi, recupera sus ansias de rivalizar con él en el salto de altura.
Entre los secundarios destaca el hermano de Natsumi, Ryo y la manager del equipo, Ichikawa. El primero tiene apariciones esporádicas cuya única función es dar información sobre los chicos como antiguo capitán del equipo que demuestra conocerlos muy bien y hace que su hermana reflexione por las decisiones que toman en ocasiones tanto Yoku como Koshi. Es el clásico personaje que parece saber todo lo que va a ocurrir como si supiese leer el futuro. En cuanto a Ichikawa, se presenta como un personaje enigmático, misterioso y de quien nada se llega a saber a pesar de tener un vínculo importante con Yoku. Como hipotético miembro del polígono amoroso no llega a tener ningún peso real, por eso mismo, el halo de misterio resulta totalmente prescindible.
Al final de la serie, en el último tomo se incluye una historia extra llamada No me robes a mi chica. Yuiko Hosokawa es una chica tímida y acomplejada que hace de criada de los hermanos Aya y Chika quienes la obligan a hacer sus deberes o prepararles la comida. Sin embargo, todo cambia el día que recibe una carta amorosa de Hiroyuki Yoshida, un chico serio y tranquilo. Aya rompe la carta pero desobedeciéndole, Yuiko acaba yendo al lugar de la cita. La historia es tópica, simple, no aporta nada y parte de una base denigrante y absurda que ya creíamos haber dejado atrás en el género. Es un cierre horrible a una serie mona y simpática.
El estilo de Kyoko Kumagai no es precisamente original y comparte muchos puntos con otras autoras de la revista en que publica. Trazo fino y elaborado, rasgos de los personajes muy detallados o cuidado y variedad en las tramas son algunas características. Los fondos y escenarios se reducen a lo imprescindible salvo en ciertas ocasiones que ganan importancia para situar la acción, por ejemplo, en algún estadio de atletismo. Es un dibujo cuidado y bastante preciosista que cumple perfectamente su función y transmite los sentimientos de los personajes claramente.
La edición de Ivrea se puede calificar de muy buena. Adecuadas tipografías, papel blanco, bien editadas las onomatopeyas y los textos fuera de bocadillos. La traducción es impecable y está bien adaptada al estilo coloquial que requiere. El punto negativo es un precio ligeramente elevado para una edición estándar.
Mi anaranjado atardecer es una serie que no aporta nada novedoso o diferente a grandes rasgos. Sencilla, amena y simpática hará las delicias de cualquier lector que busque una historia con un triángulo amoroso bien definido que tenga escenas bonitas y momentos tiernos contando además con el aliciente del atletismo y las competiciones. Quien busque algo diferente a esto, no lo encontrará.