Una de las primeras cosas que hice tras acabar los
exámenes y las entregas fue coger un libro, que ya tenía ganas de pasarme toda
una tarde desconectada del mundo, entre las páginas de uno sin pensar en nada
más. Con la cantidad de libros que habéis visto en mis entradas de la
biblioteca sin (x), lo que indica que aún están sin leer, opciones tenía, desde
luego. Podía haber cogido alguno para el reto de los 12 imprescindibles del año, pero no
me apetecía ningún título especialmente, así que, dejando que alguno de los
libros me llamase, acabé por coger éste, que me sirve al menos para el reto de
De la A a la Z, del que ya sólo me faltan las letras difíciles: K, W, Y y Z…
ugh XDDD
Cuando la chica a la que le compré el lote me pasó su lista
de libros de RA disponibles, yo me entretuve en investigar argumentos y reseñas
de ellos. Éste lo incluí sin darme cuenta de que en realidad es el segundo de
una trilogía: Novias. El primero se titula La Guerrera y el tercero Novia
imprevista. Es la primera vez que me salto el orden pero, como el género se
pueden leer de manera más o menos independiente, no me he perdido gran cosa.
Eso sí, el día que me pille el primero ya me habré spoileado muchas cosas del
mismo. Supongo que para entonces ya no recordaré todos los detalles de éste XD
Así que nada, sólo quería avisaros de ese pequeño detalle, que no os pase como
a mí si el libro os llama por esta reseña y queréis haceros con él. De todos
modos, en la reseña no habrá spoilers, así que podéis leer tranquilamente.
Argumento
Hasta hacía poco, Phoebe no era más que la desaliñada cuñada del Marqués de Granville, Cato. Sin embargo, con la muerte de Diana, su hermana, las cosas han dado un gran giro y ahora debe ocupar el sitio que ha dejado ésta. En breve se convertirá en la cuarta esposa del Marqués. Sin voz ni voto en el asunto, su padre está encantado de poder mantener los acuerdos previos y, por su parte, Cato ve en Phoebe una chica sana y fuerte, no tan bella como Diana, pero sí mucho más apta para tener hijos, con lo que las posibilidades de conseguir un heredero después de varias niñas se incrementan.
Lo peor para Phoebe no es el matrimonio en sí, sino el
estar casada con el hombre del que se había enamorado sin que éste sienta nada
por ella, ni la entienda en lo más mínimo. Y para colmo, es algo que ni
siquiera puede compartir con sus mejores amigas: Portia, felizmente casada y
ocupada con la caterva de niños que ya ha tenido, y Olivia, hija mayor de Cato
fruto del matrimonio anterior al de Diana.
Por otro lado, el papel fundamental que tiene Cato como
uno de los líderes de la revolución contra el monarca Carlos I, reduce los
periodos que pasa en casa. Y todo es aún más complicado al tener en el bando
contrario a Brian Morse, su hijastro y su heredero mientras no conciba un hijo
con Phoebe.
Reseña
En algunas historias que ya he leído de matrimonios de conveniencia, por más que en teoría se deban odiar los protagonistas, siempre parece haber como mínimo una fuerte atracción previa, o directamente se aman pero son tan obstinados que ni lo reconocen ni quieren verse heridos, por lo que callan. Aunque aquí es ella la que ama y no puede decirlo porque sabe que no servirá de nada, lo que destaca es que él realmente no le interesa su nueva esposa más que como la incubadora de un heredero. Así de duro. Phoebe siempre va desarreglada, es torpe, despistada, cabezota… no le atrae lo más mínimo y, teniendo en cuenta los desafortunados matrimonios anteriores, no le interesa que haya nada más. Necesita una esposa refinada, sumisa que ocupe su papel… pero de todo eso, Phoebe tiene muy poco. Ésta tendrá que ir mostrándole poco a poco lo que vale en realidad, en todos los sentidos. Si bien Cato la mayor parte del tiempo pensará que no es más que una joven que disfruta metiéndose en toda clase de problemas.
El desarrollo de la relación consiste precisamente en eso, que Phoebe consiga poco a poco ganarse a su marido, y realmente se ve que es así, por más que él reniegue de todo lo que ella hace y se muestre de lo más brusco en más de una ocasión. Una de las escenas que mejor ha contado esa falta de afecto es la de la noche de bodas. Totalmente diferente a lo habitual, realista con la situación, no se ha permitido ni una pizca de sentimiento en ella. A lo largo de la novela, a mí me ha llegado a transmitir el sufrimiento de Phoebe por verse incomprendida y hasta despreciada por el hombre que ama y ya con eso la historia ha cumplido. Por todo esto, la forma en que avanza la relación es la más realista y natural que he leído en RA. Cato no se irá enamorando de ella: primero la irá conociendo, luego empezará a surgir el deseo, lo que ya será bastante avanzado el libro, y no es hasta el mismo final que se empieza a ver el cariño.
Pero no es que Phoebe no valga nada, todo lo contrario.
Ella, como Portia (protagonista del libro anterior que no he leído XD) y Olivia
(protagonista del siguiente) forman un trío de chicas de ideas modernas,
fuertes y resolutas, cada una con sus propias virtudes y pasiones. Phoebe es
una poetisa de talento capaz de escribir obras de teatro, fuerte, adora ayudar
a la gente del pueblo ya que la mayoría de hombres están en la guerra,
defensora de sus amigos hasta el extremo. Además es inteligente y, si Cato
quisiera, tendría una buena consejera a su lado.
En cuanto al protagonista, Cato… ni fu ni fa, no ha sido
uno de esos hombres que te enamoran. De hecho, no termino de ver qué le
encuentra Phoebe. Será todo lo guapo, masculino, fuerte y blablablá que quiera,
como todos los protagonistas masculinos que conozco, pero es demasiado terco y
serio. No ha tenido nada que te haga suspirar, me ha dejado bastante fría. Por
suerte, no es algo que realmente ensombrezca la novela.
Otro de los puntos fuerte del libro es el contexto. Me
estoy acordando, por ejemplo, de Un corazón puro, donde toda la parte más “política”
enseguida queda en segundo plano a pesar de que también hablaba de cierta
revolución contra el monarca. Aquí el papel de Cato en la guerra es destacado,
tanto en batallas como en liderar la revuelta, especialmente por su posición
junto a Oliver Cronwell. Y aunque creo que me he perdido cosas importantes del
libro anterior, enseguida se sabe de lo que está hablando. No está sólo de
relleno, las cosas que ocurren tienen su relevancia.
No quiero acabar sin comentar cierto personaje secundario
que me ha encantado: Meg. Amiga de Phobe y Olivia, especialmente de la primera,
es una curandera del pueblo a la que llaman “bruja” de forma cariñosa… al
principio. Hay una parte importante del libro que va dedicada a ella y donde se
generan los momentos de mayor tensión, y me ha gustado mucho por todo lo que
pasa y por todo lo que supone. Además, hay cierto detalle sobre ella que me ha
sorprendido, no me esperaba que SPOILER fuese lesbiana FIN DE SPOILER. Y que a
Phoebe no le importase eso, aunque sí le extrañase, también le da puntos.
En cuanto al malo de la historia, Brian, parece ser que
ya en el anterior título de la trilogía hacía de las suyas y que no escarmentó,
y aquí la historia se repite. No sé qué papel tendría en aquel, pero en éste es
lo peor… aunque es un personaje con motivaciones claras y que tiene sentido su
forma de actuar. No es un malo que hace de malo porque sí.
No queda mucho más que añadir. Novia accidental me ha
parecido una novela muy buena, en la que pasan muchas cosas, donde todo lo que
sucede tiene su importancia, mayor o menor, donde todos juegan su papel. Aunque
a gusto personal, Cato no me haya terminado de gustar, Phoebe consigue que la
parte romántica sea una delicia, cargada de sentimientos. Y no es sólo romanticismo, también tiene sus gotitas de intriga, acción y suspense. He disfrutado mucho
de la historia y os animo a que le deis una oportunidad aunque, como yo, os
saltéis el primer libro.