Terminada la lectura de El Conde de Montecristo me puse a mirar el listado de adaptaciones que había tenido hasta la fecha, que es muy extensa. De entre todos los títulos, esta versión anime me llamó la atención porque recordaba que había tenido muy buenas críticas en su momento y me despertaba curiosidad que incluyese elementos futuristas. Así que antes de pasar a otra cosa, teniendo fresca la historia original para no olvidar el gran número de personajes que tiene, me parecía el momento perfecto para verla y comparar.
Aviso: esta reseña va a tener notables destripes tanto de la historia original como del anime en sí. En la reseña de la novela camuflé con letra clara éstos, pero aquí todo el texto prácticamente tendría que ir en ese estilo, así que dejo la advertencia hecha. No obstante, el mismo final sí lo marco en letra clara.
Año 5053. Albert de Morcerf y su mejor amigo, Franz d'Epinay han viajado a la Luna para vivir su famoso carnaval. Los dos jóvenes conocen durante los festejos al llamado Conde de Montecristo, un hombre de una fortuna inconmensurable, una educación exquisita y un aura de misterio fascinante. El primero acaba encandilado con él, pero Franz no tarda en percibir que hay algo muy oscuro que esconde tras su amable sonrisa. No obstante, dado que el conde les ayuda en una situación desesperada en la que habían caído, no se pueden negar a su petición de presentarle a sus amistades y demás miembros de la aristocracia y el poder en París, entre ellos el general Fernand de Morcerf, el poderoso banquero Danglars y el prestigioso e implacable juez Villefort.
El ingenuo Albert ni se imagina que lleva ante sus seres queridos y conocidos a alguien que puede y quiere destruirlos buscando venganza por hechos que quedan en un pasado que creían olvidado.
Sin duda, si de partida algo llamó la atención en su momento de este anime es su apartado artístico, lo recuerdo muy alabado por entonces. El peculiar uso de las texturas crea algunas escenas muy interesantes. También destaca por el uso de CGI e incorporaciones de diferentes estilos artísticos, desde el Barroco a las locuras del grupo Archigram (buscad Instant City o Walking City y, si habéis visto la serie, seguro que reconocéis esas formas). El problema que le he visto a todo esto es que la idea de partida es buena y, ya digo, hay momentos de gran belleza visual, pero al final son los menos. La mayor parte del tiempo el uso de texturas parece una cuestión de mera pereza para animar bien tejidos en movimiento, pelo o casi cualquier otro elemento. Por no hablar que, por momentos, parece que nos hemos tomado algo raro y llega a ser una especie de viaje alucinógeno y cargante tanta textura sin sombras ni volumen. Y el CGI ha envejecido muy mal.
En cuanto al aspecto futurista, que era lo que me llamó la atención de esta adaptación... es un pegote. Toda la serie conserva mucho del contexto de la historia original situada en el S.XIX como para que tenga sentido la presencia de elementos propios de la ciencia ficción tales como viajes espaciales, algo parecido a tablets o una especie de archivos en realidad virtual. Hasta hay mechas, es decir, robots de combate con el piloto dentro. Pero, sin embargo, tenemos una aristocracia que se viste mayormente como en el XIX, cartas escritas a pluma, matrimonios de conveniencia... Tenemos al mismo tiempo naves espaciales, coches clásicos, coches modernos y carruajes de caballos. Es muy extraña esta mezcla temporal. No funciona.
Ya estáis viendo que los elementos que inicialmente eran los que me llamaron la atención para ver esta adaptación han resultado ser muy decepcionantes. No obstante, la historia me encantó, así que no la han podido liar demasiado... Pues, no. Qué destrozo hicieron con semejante clásico.
Para empezar, la historia arranca bastante avanzado el clásico. Toda la parte de cómo Edmond es acusado en falso estando en el momento más feliz de su vida, detenido, llevado a una horrible prisión y olvidado ahí durante años se cuenta al final. Lo mismo con su liberación y cómo obtiene la riqueza y los conocimientos (iré a esto luego). Esto en sí no es malo pues aumenta el misterio por saber por qué busca venganza este carismático personaje. Me imagino que quien no conociese la historia disfrutaría de ver las pequeñas pistas que van cayendo y cómo van encajando. De hecho, argumentalmente, me parece el único gran acierto de la serie y la única pega que le puedo poner es que se siente mucho menos su sufrimiento.
El gran problema de la serie es que convierte en protagonista a Albert, un personaje secundario. Tenía su interés porque el momento en que descubre que su idolatrado conde le ha usado de mala manera tiene más fuerza dramática en esta versión, pero, por lo demás, es un absoluto desastre. Albert es un niñato ingenuo hasta el punto que dan ganas de darle de sopapos, insufrible y muy lerdo. En la novela tenía bastante más carisma y, sobre todo, llegado el momento clave, acepta que su padre es un ser miserable y que Montecristo tenía todo el derecho del mundo a buscar venganza, maduraba y tomaba decisiones duras. En el anime va dando tumbos lloriqueando de un lado a otro, siendo un inútil absoluto.
Siguiente gran problema: "Gankutsuou" es una especie de ¿demonio inmortal? que va poseyendo cuerpos y Edmond lo acepta como su siguiente receptáculo para poder llevar a cabo la venganza y salir de la prisión (la parte de la riqueza, sin embargo, carece de la explicación que tenía la novela). Esto destroza al personaje. En la novela, Edmond es bueno con quienes fueron buenos con él, adora a la familia Morrel, e incluso a Caderousse, que no participó en su traición directamente, le dio una valiosa joya con la que salir de la pobreza en que había caído. Pero, sobre todo, está dispuesto a dejarse matar antes de culminar su venganza porque le conmueve el ruego de Mercedes. Y no olvidar que siente remordimientos y dudas cuando muere una persona inocente ajena a su venganza. Aquí muere otro inocente, más aún, él le mata, pero en ningún momento lo lamenta. Todos estos matices humanos desaparecen y pasa a ser puramente vengativo sin nada más en él.
En cuanto a la historia, sí que en general se mantiene bastante fiel a los hechos principales. Hay tramas secundarias que son obviadas (por supuesto, el cambio del abate Faria por Gankutsuou, lo que no deja de tener su simbolismo al cambiar a un hombre bueno creyente por un demonio, lo que podría justificar la diferencia entre los dos condes, el de la obra original y el del anime; no existe la isla de Montecristo ni nada de lo que sucede ahí, como el encuentro de Franz con él antes del carnaval; todo lo de Caderousse; el asesinato del padre de Franz; la ayuda de Montecristo a los Morrel...) y otras son resumidas o modificadas para que cuadren en la adaptación de 24 capítulos. Hasta los desenlaces de los respectivos personajes se aproximan en mayor o menor medida a lo que les sucede en la novela. No obstante, la excepción es el propio Montecristo y lo que hacen con él al final no tiene sentido y es un despropósito [Albert elimina a Gankutsuou con un beso (¿?) en la mejilla (¿?) de Edmond. Pero como ha vuelto a ser humano, el trozo de la espada que tenía clavado en el corazón de la pelea con Franz (¿No se les ocurrió sacarlo con los poderes de Alí que ya usó para sacarle una bala del hombro? Toma agujero de guion) le va a provocar la muerte en segundos y éste, en lugar de volver a ser quien era en realidad, un hombre bueno, pide una espada para matar a Albert, que mira, OJALÁ. Y el otro idiota le responde que seguirá viviendo pase lo que pase como él hizo (¿?¿?¿?). A esto, Edmond le coge la mano y le pide que recuerde su nombre (¿?¿?¿?¿?¿?) y la palma]. Es que es muy LOL todo esto. Si no hubiese leído la obra de Dumas, me parecería que en general es una buena historia, salvo el ridículo desenlace, pero no es el caso y, por comparación, el anime tiene un desarrollo más flojo, metiendo situaciones clichés y haciendo a los personajes mucho más unidimensionales.
Aparte de esto, he visto bastantes fanarts de "Albert x Franz" o "Albert x Montecristo" y parece que se alaba el "avance" de la serie en temática LGBT. Dejad que me ría. Franz en esta adaptación es claramente gay, sí, pero... muere. Cae de lleno en el tropo de "bury your gay" y encima no tiene más papel en la serie que ser apoyo de Albert, obviándose la subtrama sobre el asesinato de su padre cuando era un niño. Luego, es un tanto ambiguo lo que siente Albert por Montecristo dado que al mismo tiempo está enamorado de su prometida y amiga de la infancia. Pero, vale, digamos que es bisexual y poliamoroso (XD), no deja de haber ahí una diferencia de edad en la que Montecristo podría ser su padre y más dado que estuvo a punto de casarse con su madre, Mercedes. Bastante turbio. Sin embargo, Eugenie, que en la novela era una carismática lesbiana, una joven independiente con ansias de libertad que acaba huyendo con su "amiga" para ser pianista, aquí la vuelven hetero e incluso llega a ser un tanto damisela en apuros con necesidad de que la rescaten. Siento decirlo, pero me parece más avanzada la concepción de una novela escrita a mediados del S.XIX que un anime de principios del S.XXI. Pero, claro, como cogen un personaje testimonial del libro, Peppo (un chico andrógino que se hace pasar por la chica a la que cortejaba Albert en el carnaval para que caiga en la trampa de unos ladrones), en uno recurrente que se enamora de Albert hay que aplaudir muy fuerte.
Y en cuanto a las mujeres, en general pierden también bastante carisma. No sólo lo que ya he dicho de Eugenie, sino con casi todas las demás. Valentine aquí resulta incoherente y no es que en la novela original fuese una chica muy interesante, pero algún punto más sí tenía. Por ejemplo, no sé por qué hicieron que pareciese estar enamorada de Franz, rechazase a Maximilian y luego se acaba casando con él tras despertar de su envenenamiento. Con lo intensa y bonita que es su historia en la novela... Luego, la señora Danglars es presentada sólo como infiel mientras que en la novela, además de tener un amante, es calculadora y se usan mutuamente para ganar dinero al margen o en connivencia con su marido banquero en una relación un tanto atípica. Por último, la señora Villefort es una asesina que en la novela se carga a tres personas, lo intenta con Noirtier, su suegro, y con Valentine. Su final es mucho más dramático y coherente en la novela que lo que hacen con ella en el anime. El único personaje femenino que está al nivel de su original es Haydée salvo porque en esta adaptación le dan unos absurdos remordimientos por haber hecho justicia y vengado a su padre. Quedaría Mercedes, pero su papel es casi idéntico en ambas versiones.
En definitiva, queda claro que mi consejo es que leáis el libro porque la historia de El Conde de Montecristo es fascinante y esta adaptación no le hace justicia. Le reconozco el punto de valor por querer meter elementos futuristas así como recurrir a una animación diferente, pero nada de esto funciona bien. También entiendo que el libro de más de mil páginas no se puede condensar completamente en casi ningún formato y aquí lo más importante está en las aproximadamente ocho horas de animación que tiene. Sin embargo, Albert como protagonista en lugar de Montecristo es un desastre de elección, el conde deja de tener las luces que tenía para ser sólo sombras y el desenlace es de vergüenza ajena.