Después de ponerme con las reseñas de este reto (del que me falta la última lectura por comentar) ya tocaba seguir con mi reto de Clasicos en cremallera, que voy atrasada y no quiero que me pille el toro en Diciembre. Para esta ocasión, como autora, elegí a la famosa Agatha Christie (que también me servía para el Desafío curioso).
Mis padres adquirieron hace años una enorme y magnífica colección de Grandes maestros del crimen y el misterio. Por cada volumen de esta colección hay tres historias de cada autor y sólo de ésta hay 23 volúmenes. Como veis, tenía relatos para escoger de sobra. Si me decidí por éste fue porque es el único que me sonaba de haber leído comentarios por las redes, muy positivos por cierto, y que no fuese de una de sus historias de Poirot que ya conocía por sus adaptaciones, como Asesinato en el Orient Express que intenté leer hace bastantes años pero que no conseguí acabar.
Argumento
Ocho personas —el juez Lawrence Wargrave, la institutriz Vera Claythorne, el aventurero Philip Lombard, el general retirado John MacArthur, la solterona Emily Brent, el play boy Anthony Marston, el doctor Edward Armstrong y el detective privado y expolicía William Blove— reciben una invitación para pasar unas vacaciones en la Isla del Negro, en la costa inglesa de Devon. La invitación es sumamente atractiva, ya que se trata de una pequeña isla en la que solo existe una hermosa y gran mansión que fue construida por un millonario norteamericano, quien luego la vendió y nadie sabe hoy quién es el nuevo dueño. A cada uno les llega la invitación por carta, firmada por una persona que dice haberlos conocido en el pasado, y todos aceptan gustosos.
Todos llegan a la isla el día señalado, descubren que su anfitrión, el señor o la señora U. N. Owen, no se encuentra allí, pero serán atendidos por los sirvientes, el señor y la señora Rogers, que hacen las funciones de mayordomo y cocinera respectivamente. Ambos han sido contratados recientemente y todavía no conocen a sus nuevos señores. Cada uno de los invitados encuentra en su habitación una copia de la canción infantil "Diez negritos", de letra bastante macabra, enmarcada y colgada en la pared.
Esa noche, durante la cena, los invitados observan diez pequeñas figuras de porcelana, diez negritos, sobre la mesa del comedor. Tras la cena, una grabación les acusa uno por uno de haber sido culpables directa o indirectamente de la muerte de diversas personas en el pasado. Entonces se dan cuenta de que han sido engañados para ir a la isla con diversos pretextos, como una oferta de trabajo o el encuentro con una persona conocida. También descubren que no pueden marcharse, ya que el barco que trae las provisiones y que supone la única comunicación con la costa no puede llegar hasta la isla debido a una tormenta. A partir de ese momento, la canción infantil empieza a hacerse realidad.
Reseña
La novela negra no es un género que me apasione. Para este tipo de historias prefiero el cine y, sobre todo, las series. Los motivos son muy sencillos: por un lado es un género en que los detalles son muy importantes, y yo soy bastante torpe en esto, y por otro lado, la enorme cantidad de personajes me complica seguir la trama e identificar quién es quién. Esto último me ha pasado durante la lectura de esta historia. Según avanzaba ya lo hacía menos, pero al principio tuve que volver varias veces al primer capítulo para refrescarme la memoria sobre quién era quién, qué motivo tenía para ir a la Isla del Negro y del asesinato de quién se le acusaba, además de para releer la letra de la canción que pronto es evidente que va a ser el guión de la historia.
Con esto que he dicho antes no os quiero llevar a engaño: la obra me ha ENCANTADO. No sólo es una novela negra sino que tiene elementos psicológicos y hasta de terror que la ponen a otro nivel. La intriga por saber quién está detrás de todo, los remordimientos propios (o la falta de ellos) por las muertes en las que cada personaje tuvo un papel, el miedo, la suspicacia hacia los demás, las investigaciones que sólo les sirven para darse golpes contra un muro, la desesperación por no poder abandonar ese lugar maldito, la resignación... Sublime todo. Y para rematar, ante un misterio que parecía que iba a quedar sin resolver, una extensa carta lo aclara todo, dándole una vuelta de tuerca final sorprendente. Me quito el sombrero ante esta autora.
Creo que hay algunos pequeños detalles que, vistos en perspectiva y pensados fríamente, son elementos que harían imposible o muy improbable que se resolviese todo como la autora dice que ocurre: la oportuna tormenta en verano, [Spoilers] que la persona detrás de todo se haga el/la muerto/a y al mover su cuerpo no se den cuenta de que sigue con vida, que a este personaje se le suponga de edad avanzada y pueda hacer cosas muy rápidamente y con una energía impropia de su condición... [Fin de spoilers]. Son minucias por exigencia del guión que me parecen pequeñas trampas de la autora pero que no consiguen empañar mi valoración global de la historia.
Poco más que añadir y casi siento que me quede una reseña tan corta para una obra tan grande. Pero no me puedo extender más porque quitaría todo el encanto de una historia que debéis descubrir por vuestra cuenta. He quedado encantada con esta lectura y, aunque no es mi estilo, creo que volveré a leer más cosas de la autora. No sé si estarán al nivel de esta auténtica joya del misterio y la psicología, pero al menos ya he superado el obstáculo mental que tenía por no haber podido completar la lectura de la otra obra que mencioné más arriba. Ya os guste más o menos el género, os recomiendo encarecidamente su lectura.