Octubre, el mes de Halloween. Este mes han caído reseñas de vampiros, en versión literaria y en versión manga, de una distopía con un vestuario tan particular que seguro que se ve en alguna que otra fiesta y ahora traigo una de zombis.
Quizás os suene el nombre de la autora. Es bastante más conocida por su saga romántica juvenil Maravilloso desastre, a la que no me pienso acercar por las reseñas que he leído. No obstante, estando el libro de oferta decidí darle una oportunidad. Quizás en otro registro podía dar algo decente. Pero... no.
Quizás os suene el nombre de la autora. Es bastante más conocida por su saga romántica juvenil Maravilloso desastre, a la que no me pienso acercar por las reseñas que he leído. No obstante, estando el libro de oferta decidí darle una oportunidad. Quizás en otro registro podía dar algo decente. Pero... no.
Argumento
Nadie abre los ojos al despertar por la mañana pensando que ese día tendrá que enfrentarse al fin del mundo.
Como cada día, Scarlet deja a Halle, su pequeña de siete años en el colegio y a Jenna, de 13, en el instituto. Andrew, su ex-marido, irá a recogerlas a la salida para llevarlas al pueblo a un evento en que conocerán al Gobernador. Nathan también deja en el colegio a su hija Zoe y se dirige a su aburrido trabajo de oficina mientras piensa en su matrimonio que hace aguas. Miranda, su hermana Ashley, junto con Bryce y Cooper, los respectivos novios de ambas, van subidos en el escarabajo de la primera para unos días de descanso en el rancho de las hermanas, donde estarán con el padre de éstas y su novia.
A medida que los pacientes se agolpan en la sala de urgencias del hospital en el que trabaja, Scarlet debe comenzar a aceptar que la plaga europea sobre la que las noticias venían informando ha llegado a Estados Unidos y que, a partir de ese viernes, ya nada será igual. Es lo mismo que descubre Nathan mientras conduce junto a su hija pequeña buscando un lugar seguro del mordisco que conduce a una muerte agónica. Y lo que constata Miranda en su huida camino del refugio donde, si son capaces de sobrevivir, habrán de coincidir: Red Hill.
Reseña
En reseñas de historias de zombis que he hecho he comentado que estas criaturas me fascinan lo mismo que me repelen. En general no es tanto por ellas sino por el mundo que les rodea, cómo se enfrentan las personas a su existencia y cómo se deben adaptar al nuevo mundo dominado por criaturas que sólo se las quieren zampar. En ese sentido, hay poco que innovar. Lo atrapante de estas historias son los humanos y su lucha, tanto para sobrevivir como para hacerlo manteniendo o no la humanidad.
La novela tiene dos partes bastante claras: una primera de huida desesperada de la ciudad y una segunda de convivencia y resistencia en el rancho de quienes consiguen llegar a él. Siendo clara, la primera es donde está lo bueno del libro mientras que la segunda es... una bazofia.
En cuanto al inicio de todo, la novela habla del comienzo del apocalipsis zombi pero de una manera muy vaga: un científico chiflado en Europa consigue lo que hasta hacía poco había sido materia únicamente de la ficción y el resultado se convierte rápidamente en una pandemia. Se agradece que, aunque sea de esta manera, dé un comienzo a todo, pero me genera más dudas que la pandemia llegue a EE.UU. casi de sorpresa, sin ninguna contramedida. La expansión es demasiado fácil y demasiado rápida. Es un tópico del género, uno de tantos que usa la autora que no innova lo más mínimo.
A partir de su arranque, la trama es un frenesí de los protagonistas huyendo: Scarlet con la intención de llegar al pueblo donde deben estar sus hijas, Nathan buscando un lugar seguro para Zoe y los jóvenes teniendo el destino marcado de su rancho. Sin duda, esta parte es la más entretenida y angustiosa de la historia. No aporta nada al género pero cumple con la función de hacer pasar el rato.
El gran problema del libro es su segunda mitad, donde la vena de escritora de romances sale a relucir y, en vez de en un apocalipsis zombi, nos encontramos en un rancho lleno de gente con las hormonas revolucionadas. Digamos que el romance de los adultos (que cae en el manido flechazo instantáneo) y sus dilemas sobre priorizar a sus hijas respecto a lo que sienten es interesante. En realidad, es el único tema reflexivo que tiene de fondo el libro. Sin embargo, la parte que se corresponde a las relaciones de los jóvenes es un desastre absoluto. Diría que a un nivel muy similar de Buscaré el océano. Miranda, al igual que Mary en aquél, se hace insoportable.
De todos modos, en ninguna de las dos partes el tema zombi llega a dar realmente miedo. No es que haya leído o visto mucho del género pero es sin duda el más light de todos los que han caído en mis manos. Los zombis son como los de The Walking Dead: torpes y lentos. Parecía por un momento que al menos les iba a dar la capacidad de escalar, pero no. Y en cuanto a morirse, lo típico, destrozarles el cerebro. Lo más curioso de todo esto es que los personajes dicen haber visto suficiente ficción del tema como para saber qué hacer o no y, sin embargo, se resisten a llamarlos zombis. Lo único bueno que le veo a sus seres es que, a diferencia de la famosa serie en la que en las últimas temporadas han pasado ya años desde el inicio de todo y los zombis no están demasiado "podridos", aquí, en la recta final, que ha pasado como un año y pico, se dice que éstos están ya tan consumidos que con una patada se los cargan. Es decir, si estamos a fin de cuentas frente a cuerpos humanos muertos expuestos a la intemperie, el tiempo que tardan en caer por sí solos me parece más lógico aquí.
De la parte de supervivencia que se da en la segunda mitad principalmente, todo resulta muy conveniente. La casa está provista de más armas y munición de la que pueden usar en meses, igualmente tienen la despensa repleta, la electricidad les dura una buena temporada y para agua cuentan con un pozo. Los problemas que pueden tener son tan a futuro que no llegamos a ese momento, la historia acaba antes. Y ni siquiera las excursiones que empiezan a hacer para cargarse zombis de manera preventiva para despejar los alrededores dan miedo. Sólo sufren una baja que nos la cuentan "fuera de cámara", a posteriori, el resto de la expedición. Vamos, que la tensión es mínima y la poca que hay está mal contada.
Y del desenlace no sé si hablar porque no hay pinzas suficientes en todo el mundo para cogerlo. Se da el reencuentro tan inesperado como irreal (supongo que la autora, consciente de lo poco creíble que resultaba -más aún, se suponía que no iba a ocurrir por lo que nos había dicho al principio del libro-, decidió escribir un relato aparte para justificarlo que se titula Among monsters), éste sazonado con una de las escasas escenas de tensión con zombis que acaban en un par de muertes tontas. Hasta ahí, es muy tópico pero tiene cierto pase. Lo peor es el epílogo posterior que se sitúa al año y pico del inicio de todo supone una traca final mal ejecutada y absurda a todos los niveles.
Al margen de la temática zombi, algo muy feo es el intento de convertir a la mujer de Nathan en una bruja cuando lo que tiene es una depresión de caballo que aún se entiende mejor al saber que la familia de ésta está de parte de su marido. Ah, y hay que ser muy capullo para llegar a pensar que lo mejor que te ha podido pasar es el apocalipsis zombi ya que así has perdido de vista a tu mujer, no tienes que ir a tu aburrido trabajo, pasas más tiempo con tu hija y has ganado la compañía de otra mujer que se desvive por las niñas. Que hayan muerto a millones ya tal.
La narración va en primera persona desde tres puntos de vista: Scarlet, Nathan y Miranda. Esto nos garantiza que, al menos hasta la recta final, éstos deben sobrevivir. De ahí que parezca que Scarlet se sepa protagonista y entre en modo "Rambo" matando zombis y se cargue a todo el que se le ponga por delante. Que arriesgue en esa misión a los demás ya tal. Lo malo de este trío de voces es que por momentos es difícil seguir el hilo temporal, sobre todo al principio. La autora podría haber incluido al inicio de cada capítulo narrado por una voz distinta la fecha y hora porque, por ejemplo, pasamos de Scarlet, que está contando algo siendo ya de noche, a Miranda, por la mañana de ese mismo día.
En definitiva, que esto ya está quedando muy largo y aún podría seguir criticando mucho más. El libro entretiene en su primera parte a pesar de que desde el primer momento hay cosas que no se sostienen. Con todo, para pasar el rato no está mal, pero llega un punto que coge cuesta abajo hasta un final horrible. Personajes sin chispa, todos los tópicos del género pero mal ejecutados, falta de tensión salvo un par de secuencias, decisiones absurdas y romances a cada cual peor planteado o desarrollado. Lo poco que tiene de bueno no creo que os compense lo demás.