Otro anime cortito de la temporada de Otoño finiquitado. No se trata de una serie que me haya maravillado como Kyoukai no Kanata, pero no es, ni mucho menos, el horror que resultó ser Coppelion. No creo que me salga una reseña muy larga, porque no hay demasiado que decir de la serie. Pero entremos en materia.
La serie se basa en el manga homónimo de Sayori Ochiai, que hasta la fecha consta de 10 tomos y sigue abierto, por lo que nos volvemos a encontrar con una serie de final abierto.
Argumento
La historia está ambientada en un pequeño santuario sintoísta que data del período Edo. Ahí vive Makoto Saeki junto a con su padre, el sacerdote principal del templo, y Gintaro, un kitsune (espíritu zorro) que cumple el papel de mensajero de los dioses o heraldo desde hace siglos. Lo extraño de dicho templo es que sólo hay un heraldo, el compañero de Gin se marchó tiempo atrás y no se ha vuelto a saber de él.
Makoto es la única persona del templo capaz de poder ver y hablar con Gintaro. Recibió el don cuando su madre falleció siendo aún muy pequeña. Aunque tienen sus diferencias, Makoto, con la ayuda del poder de Gin, ayuda a la gente de la comunidad a resolver sus problemas.
Reseña
La historia no tiene más. Es una serie que mezcla el Slice of life más puro con el folclore y las creencias japonesas. Se le añaden una gotitas de drama, de comedia y de romance y ya está lista la serie para el disfrute del espectador.
Son los primeros capítulos los que tienen algo más de sustancia e intensidad, donde la carga dramática es más acusada. Nada muy fuerte, desde luego, pero son los más interesantes. Esto se debe principalmente a que son capítulos en que los heraldos tienen mayor presencia. Luego la serie se relaja por completo, centrándose en los personajes humanos con algunos dilemas, eso sí, de poco peso. Todo para acabar con un par de capítulos dedicados a la preparación de una ceremonia-festival en los que aparecen todos los personajes (y algunos nuevos) y que permiten conocer algo más de la difunta madre de Makoto.
Gingitsune es una serie que te deja una sonrisa tonta en la cara al acabar (casi) cada capítulo. Es simpática, agradable y entretenida. No hay sobresaltos, se desarrolla de una manera muy tranquila, te permite soltar alguna que otra risa y, quizás, amenazarte con alguna lagrimita, pero creo que hay que estar hipersensible para llegar a soltarla, la verdad sea dicha. Los personajes son muy inocentones, caen en algunos tópicos, pero no hay ninguno que se haga antipático, al menos en mi caso.
La protagonista, Makoto, es el clásico ejemplo de chica sencilla, simpática, amable y vivaracha. Hay una elegante y sofisticada chica rica, Hiwako, otra que es lanzada y, a priori, antipática, pero que acaba siendo un trozo de pan, Yumi, o también un chico frío, serio y taciturno con un pasado no muy agradable, que es Satoru. El elenco se va ampliando poco a poco y se empiezan a dibujar varios polígonos amorosos entre los personajes. Pero sin duda, la estrella de la serie es el espíritu zorro, Gin, que aunque normalmente sea serio, vago, tenga mal genio y sea algo borde, lo cierto es que es un amor al que le encantan las mandarinas.
La mayor pega que tiene este anime es su carácter introductorio y lo poco que se descubre a lo largo de sus 12 capítulos de los temas delicados que se plantean. En especial, todo lo referente a la desaparición del compañero de Gin, el otro espíritu zorro del templo. Tampoco es que los personajes maduren o se desarrollen mucho, pero supongo que es lógico. Según he visto por ahí, el anime sólo llegaría hasta el tomo 4 (de, como he dicho al principio, 10 que hay hasta la fecha). Por tanto, la serie sólo se puede considerar como mera introducción a la historia y, a falta de scans, espero que se decidan a hacer una segunda temporada porque me gustaría saber cómo continúan las andanzas de los personajes.
Gingitsune desde luego no es una serie que vaya a pasar a los anales de la animación japonesa, pero es de esas historias que permiten pasar un rato entretenido de manera apacible y tranquila. Por otro lado, permite ampliar mínimamente el conocimiento en las tradiciones japonesas y ver con naturalidad, cómo coexisten con la vida cotidiana actual. Ojalá llegue a tener una T2 porque no hay muchas series que te dejen una sonrisa en la cara y tan buen animo como ésta.
Es la típica historia que me gusta para ver para entretenerme. Como dices, parece sencilla y agradable, además ese toque paranormal siempre me puede. La apunto :)
ResponderEliminarQuizás me la apunte para verla, que llevo una temporada muy alejada de los animes u___u quizás empezar con una serie sencilla pero mona sea lo suyo!
ResponderEliminarSi al final te decides, espero reseña! ;D
Eliminar@Saru: Esto va por ti también ^__^
En general, no me guío por "tipos" de anime (salvo para descartar, como los mechas, los ecchi...), pero gracias a tu reseña sí que tengo claro que Natsume está pendiente y es un MUST =D
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