A todo libro le llega su momento y, desde hacía un tiempo, le tenía muchas ganas a éste, aunque no sabría decir cuál es el motivo. En fin, el caso es que con la lectura cíclica, tocaba un libro de 2013 y me fui directa a por él. Me apetecía un poco de romántica adulta sencilla, con sus puntos divertidos y emotivos, y contaba con que cumpliese lo que esperaba ¿ha sido así? Seguid leyendo ;)
Buscando información he visto que esta novela es el primer volumen de una saga llamada Lovett, Texas, que es el lugar donde transcurre la acción. Por si os interesa lo que os cuente en esta reseña, podéis leer la novela sin preocuparos de continuaciones ya que es de estas sagas con protagonistas diferentes en cada libro y sin un hilo conductor. De momento, lleva cinco, estando el segundo protagonizado por la hermana de Daisy, Lily, y el quinto, por su hijo, Nathan. Del tercer y cuarto no me han sonado los nombres de los protagonistas.
Argumento
Daisy regresa a Lovett, Texas, tras la muerte de su marido, Steven, para confesar un gran secreto que le ocultaron a Jackson Parrish, su primer gran amor y el mejor amigo del difunto. Ese secreto tiene nombre, es Nathan, su hijo adolescente.
Jack, un hombre que se sobrepuso a la muerte de sus padres y sacó el taller familiar y a su hermano pequeño adelante, no quiere saber nada de esa mujer que le rompió el corazón, por lo que se niega a escuchar lo que tenga que decir. Daisy no lo tendrá fácil para poder contarle lo que pasó quince años atrás.
Para colmo, su hermana Lily está pasando por un complicado divorcio y Nathan no hace más que protestarle por teléfono por haberle dejado con unos familiares a los que no aguanta.
Reseña
Como veis, tenemos una historia que habla de segundas oportunidades y, algo distinto y que se agradece, una protagonista que ha amado a dos hombres. Porque ya cansa que el protagonista de turno pueda estar con cuantas chicas quiera y ella no pueda querer más que a uno ¡Ah! Y no olvidar que es una chica que dice a las claras que le gusta disfrutar del sexo, algo que rara vez he leído a no ser que fuese entre líneas. Así que doble punto a favor, al menos para mí.
Por otro lado, tenemos un triángulo amoroso bastante especial, pues uno de los dos hombres ya ha fallecido pero su importancia se percibe a lo largo de toda la novela, y más al haber sido el mejor amigo del protagonista. Además, la muerte de Steven no fue producto de un accidente, rápida e indolora, sino por una enfermedad agónica que le ha producido mucho dolor a Daisy y a Nathan.
Seguramente habrá quien al leer la historia no empatice con Daisy por haber hecho sufrir a Jack al no contarle la verdad desde el principio. Ella sabe que hizo mal, pero las cosas nunca son sencillas y me creo el sufrimiento y el arrepentimiento que muestra, así como su determinación por seguir adelante con las consecuencias de sus actos. A fin de cuentas, hablamos de actos y decisiones que se tomaron con 17 años, sin madurez para enfrentar ciertos hechos.
Como imaginaréis, el planteamiento es simple: del odio de Jack y la tristeza de Daisy pasan a la atracción sexual hasta que los sentimientos vuelven a despertarse en ellos. Entre medio, ella siente remordimientos por volver a sentir cosas por su primer amor y él se debate entre el perdón y el rencor. No será un idilio sencillo y hasta el previsible final feliz ambos tendrán que madurar y evolucionar bastante.
El punto más flojo que le he encontrado es lo que se retrasa el momento en que Jack descubre la verdad. Daisy tiene varias oportunidades de hacerlo que desaprovecha y así se alarga la situación más de lo que debería.
De secundarios, destacan tanto Lily como Nathan. La primera no está llevando el divorcio precisamente bien y dará algunos momentos épicos. Y en cuanto al chico, se agradece cuando entra en escena y cobra protagonismo porque la historia gana vida y simpatía con sus pelos de punta y sus cadenas. Y es que, como dice Daisy, todos los miembros de su familia están algo chiflados, incluida su madre y ella misma.
Sin ser una narración que tenga nada especial a destacar, es ágil, fluida y está bien estructurada, con momentos divertidos y otros dramáticos en su justa medida. La única pega que le pongo es que en determinados momentos hable de machos y hembras, cosa que me hizo resoplar. Por contrarrestar, las escenas picantes que tiene son geniales, tanto por la intensidad como por los lugares (mi favorita, aunque no sea de las que "culminan", es el tonteo mientras Daisy está lavando el coche).
Poco más que añadir. Aunque es una novela en apariencia sencilla, está cargada de sentimientos y emociones, no todos positivos, pero sí muy humanos. Es una historia más compleja de lo que a simple vista parecería y, por eso mismo, me ha gustado mucho. Me alegro de que no me haya fallado la intuición y, si le dais una oportunidad, espero que os guste tanto como a mí. Eso sí, para poder disfrutarla tendréis que meteros en la piel de una protagonista que ha cometido graves errores y preguntar qué habríais hecho en las circunstancias que se dan, sin valorar frívola y de manera moralista desde fuera, pues opinar sin estar en la piel de las personas que pasan por momentos duros es muy fácil.
Como imaginaréis, el planteamiento es simple: del odio de Jack y la tristeza de Daisy pasan a la atracción sexual hasta que los sentimientos vuelven a despertarse en ellos. Entre medio, ella siente remordimientos por volver a sentir cosas por su primer amor y él se debate entre el perdón y el rencor. No será un idilio sencillo y hasta el previsible final feliz ambos tendrán que madurar y evolucionar bastante.
El punto más flojo que le he encontrado es lo que se retrasa el momento en que Jack descubre la verdad. Daisy tiene varias oportunidades de hacerlo que desaprovecha y así se alarga la situación más de lo que debería.
De secundarios, destacan tanto Lily como Nathan. La primera no está llevando el divorcio precisamente bien y dará algunos momentos épicos. Y en cuanto al chico, se agradece cuando entra en escena y cobra protagonismo porque la historia gana vida y simpatía con sus pelos de punta y sus cadenas. Y es que, como dice Daisy, todos los miembros de su familia están algo chiflados, incluida su madre y ella misma.
Sin ser una narración que tenga nada especial a destacar, es ágil, fluida y está bien estructurada, con momentos divertidos y otros dramáticos en su justa medida. La única pega que le pongo es que en determinados momentos hable de machos y hembras, cosa que me hizo resoplar. Por contrarrestar, las escenas picantes que tiene son geniales, tanto por la intensidad como por los lugares (mi favorita, aunque no sea de las que "culminan", es el tonteo mientras Daisy está lavando el coche).
Poco más que añadir. Aunque es una novela en apariencia sencilla, está cargada de sentimientos y emociones, no todos positivos, pero sí muy humanos. Es una historia más compleja de lo que a simple vista parecería y, por eso mismo, me ha gustado mucho. Me alegro de que no me haya fallado la intuición y, si le dais una oportunidad, espero que os guste tanto como a mí. Eso sí, para poder disfrutarla tendréis que meteros en la piel de una protagonista que ha cometido graves errores y preguntar qué habríais hecho en las circunstancias que se dan, sin valorar frívola y de manera moralista desde fuera, pues opinar sin estar en la piel de las personas que pasan por momentos duros es muy fácil.
Tengo ganas de leer algo más de esta autora así que me lo apunto.
ResponderEliminarUn beso