jueves, 30 de abril de 2020

Amigos y amantes, de Hanako Ebisu

Hace algo menos de un año reseñé Tabú, el primer tomo de la conocida como Línea Ladies de La Cúpula. En aquella reseña ya comentaba un poco en general de esta apuesta editorial, así que no me voy a repetir. Lo único a decir en esta parrafada introductoria es que entonces había dicho que tenía el recuerdo de que cada nuevo tomo me gustó más que el anterior. Vamos a ver si se confirma esa vaga impresión con esta relectura que le doy al segundo tomo de esta colección tantos años después. 

Una nota antes de pasar a la reseña en sí. Normalmente pongo la portada junto a la primera historia ya que representa a los personajes de la misma pero en este caso no se parecen en nada y, la verdad, no veo ninguna otra pareja en el resto del tomo con quienes los podría identificar. Quienes tenéis el tomo ¿diríais que puede ser la pareja de alguna otra historia? La verdad es que no los identifico con ninguno pero más raro me parece haber puesto de portada una ilustración random.

Por cierto, al igual que en la reseña de Tabú, me he entretenido escaneando y retocando las portadillas de las diferentes historias cortas que forman el tomo (salvo la primera, que la he sacado de una preview de una web japonesa). Agradecería que no se cogieran estas imágenes sin mi permiso, que mi rato me ha llevado de retocarlas ya hayan quedado peor o mejor.

Amigos y amantes

Aya es una chica de carácter serio que aceptó empezar a salir con Tetsuo, mucho más espontáneo y alegre que ella. Nadie se imaginaría que alguien así estuviese con un tipo cuyo trabajo los fines de semana es hacer de líder de los famosos Pastel Rangers en un parque de atracciones, pero Aya está ya tan enamorada que lo único que le molesta es que, sumado ese trabajo a las clases que ambos tienen en distintos apartados de la Facultad de Derecho, apenas tienen tiempo de estar juntos.

Hay un detalle bastante feo en esta historia que me ha mosqueado y echado por tierra el resto del capítulo. Se supone que Aya debe parecer fría y seria porque eso es lo que le atrajo a él y por eso le da miedo mostrarse de otro modo. Vale. El problema es que para ello se enfada porque él quiere ayudar a una chica, una de las "Pastel Rangers", que está recibiendo amenazas de su ex. Aya no muestra ni un punto de empatía ni de lástima por ella. Su egoísmo es absoluto. De igual modo, tampoco respeta su trabajo en el espectáculo para niños. No digo que el papel abnegado de novia que no pone ninguna pega sea lo adecuado pero hay una fina línea entre querer pasar más tiempo con tu novio y ser una egoísta de mierda. 

Siendo así, no he podido sentir ningún apego con la protagonista y la historia me ha dado bastante igual. Una pena porque lo del trabajo del chico le daba un punto muy divertido. Además, que ella tenga ese dilema de que no sabe cómo "suavizarse" sin perder el interés de él era un enfoque interesante.

5/10

Bajo la ley marcial

Haruka es una becaria de una gran empresa que por fin tiene su oportunidad cuando le encargan que consiga la firma de un contrato que ya está casi cerrado. Para su sorpresa, ese contrato lo debe firmar Eiichi, el hijo de 19 años del propietario de la fábrica y el chico con el que se acostó un mes antes. Entonces las prisas por llegar tarde le hicieron olvidar dejarle una nota con sus datos así que este reencuentro parece una segunda oportunidad del destino para estar con el chico del que se prendó a primera vista durante una convención. Lo malo es que Eiichi sólo parece estar interesado en tener un rollo, nada serio.

Lo divertido de esta historia es que vemos desde fuera que ambos quieren lo mismo, ser una pareja en serio, pero acaban dando a entender que sólo quieren sexo sin compromiso. Con todo, este tipo de equívocos tan tontos dan pie a que haya momentos realmente tiernos y emotivos que te tocan la patata. En este sentido, es la historia más emocional del tomo.

9/10

Dulce egoísta

Amane es una alumna de segundo de la Facultad de Medicina y está saliendo con un profesor llamado Shiki. Éste tiene una doble cara, mientras que para el resto del mundo es un tipo bastante pánfilo que hasta deja que le roben su trabajo, con ella es pura pasión. Pero Amane está harta de que se deje avasallar siendo un genio y piensa que ha llegado el momento de ponerse seria.

Aunque aquí tenemos la ya manida historia en la que hay una relación entre un profesor y una alumna, el enfoque no es el habitual. Es muy breve pero no deja de ser interesante que la trama gire alrededor de un tema serio como es el robo de trabajos académicos y que sea en este aspecto laboral en el que reside el conflicto que se da en la pareja. Lo malo es que la resolución peca de ser bastante simplona con una protagonista que lo desencadena cometiendo un error muy grave que le podría haber fastidiado la vida a ambos, claro que ahí llega el inteligente profesor que salva la situación como héroe de brillante armadura bata. Muy cliché.

Por cierto, aunque todas las historias tienen escena de sexo, la principal de aquí es la más picante de todas al incluir ciertos elementos adicionales al acto. Aviso hecho.

7/10

Secretos, sexo y videocasetes

Yuzu y Nao llevan saliendo desde el instituto, lo que hace en total ocho años, tres de ellos de convivencia. Cuando Yuzu creía que el mayor problema que tenían era que Nao era un vago para las tareas de la casa descubre un VHS en que sale éste en una entrevista. Aún con la cara pixelada le reconoce por un colgante que le regaló y que es único al ser hecho a mano. En el vídeo, Nao le confiesa al entrevistador que es gay y que aún no se lo ha dicho a su novia.

Sin duda, la historia más interesante del tomo y de la que más hay que rascar para comentar.

Lo primero en lo que me quiero detener es en el problema inicial de la pareja que por sí solo podría haber dado para la historia. Con mirada feminista no puede ser más cabreante que un chico hoy en día siga pasando de las tareas domésticas y sólo haga a regañadientes lo que su novia le dice que haga. Por ejemplo, ella le dice que tienda la colada y lo hace pero en cuanto ella llega a casa tiene que ordenar la marranada que ha dejado en el resto de la casa. Es una pena que el tema de su supuesta orientación sexual gay haga que esto se olvide porque es previsible que antes o después volverían a darse estas situaciones y ahí hay algo enquistado que acabará generando problemas.

Y en cuanto al tema "gay", tiene un enfoque mayormente divertido y está claro que todo va a acabar en una confusión tonta pero no deja de parecerme curioso que ni por un momento se le pase a la chica por la cabeza que en realidad sea bisexual dado que con ella lleva mucho tiempo y siempre han tenido buenas relaciones sexuales. Es como si esa posibilidad ni existiera en las mentes japonesas.

Como historia, muy entretenida y divertida, con el puntillo de emoción de las dudas de la chica que no sabe a qué atenerse. Como reflejo de la sociedad japonesa ya da mucha más cosita con el tabú que aún tienen los homosexuales por no hablar de los bi.

8/10

Exceso de responsabilidad

Momiji tuvo un flechazo inmediato con Kôtarô cuando éste tuvo que ir a hacer unas reparaciones en la oficina donde ella trabaja. Le atrajo su fuerza y virilidad pero el hombre también es muy responsable, algo que de por sí no estaría mal pero tiene un hermano pequeño llamado Kenta que no para de necesitarle y Momiji empieza a cansarse de sentir que nunca es la prioridad para su novio.

Un conflicto parecido al de la primera historia pero, a mi modo de ver, mucho mejor llevado. Por comparación, aquí sí que es cierto que Kôtarô pasa bastante de Momiji, ya no sólo porque vaya al rescate de su hermano pequeño (16 años) cada vez que la lía sino porque ignora las peticiones lógicas que ella le hace como tener un móvil para que la avise de si ocurre algo. La resolución al conflicto es un tanto peliculera y forzada pero ambos llegan a entender mejor al otro y ganan respeto y amor por su pareja, lo que me parece un final perfecto.

8.5/10

Retorno

Misato rompió con su novio, Shouji, al descubrir que le había puesto los cuernos. Lo que la chica no se esperaba era que el catedrático para el que trabaja con todo su esfuerzo para conseguir una plaza la obligase a ir a hacer unas fotos a pájaros al campo y que el fotógrafo fuese precisamente su ex.

Una historia que se basa en la falta de comunicación que lleva a equívocos que, a su vez, acaban en una crisis de pareja. La cuestión es que aunque se justifique de mala manera, no es uno de esos casos en que la protagonista creía que la había engañado pero al final no era así. En este caso realmente le puso los cuernos y esa explicación que acaba dando me parece de lo más vaga. Como tampoco tenemos unos pequeños flashbacks o algo que demuestre que su relación era realmente especial, no ha conseguido emocionarme lo más mínimo. Se puede decir que no es un horror pero tampoco tiene nada de especial.

6.5/10

Conclusión

Al igual que pasaba en Tabú, tenemos la friolera de seis historias cortas en un único tomo. Se mire como se mire, es inevitable que la extensión no permita grandes giros argumentales ni sorpresas mayores así que no esperéis lo que este tipo de obras no da. Hay cierto conflicto, su resolución y escena final de sexo bastante explícito que no tiene por qué ser única de cada historia. Un detalle muy positivo de estas escenas sexuales es que siempre incluye una viñeta con un dibujo de un preservativo abierto como muestra de que lo usan, buen detalle de la autora para recordar la importancia del sexo seguro.

Sí que es cierto que este tomo me parece algo mejor que el anterior de la colección pero en parte se debe a que no hay ninguna historia tan mala como la que le daba título. En aquél hubo un par de historias que me llegaron más y que planteaban temas de fondo interesantes. Aquí, salvo la cuarta no hay mucho de lo que sacar punta. Historias entretenidas, eróticas y en algunos casos con un puntillo emotivo.

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