sábado, 20 de enero de 2024

El Conde de Montecristo, de Alexandre Dumas

Aprovechando la relativa tranquilidad (JA!) de las fiestas, me pareció un buen momento para coger esta historia tan extensa que lleva años en mis estanterías. En concreto, la edición que tengo es de una colección llamada La flecha negra, tomando el título de una novela de Robert Louis Stevenson (y que es un volumen de la misma), que sacó en 1998 el desaparecido Círculo de Lectores. De esta colección ya había leído Los tigres de Mompracem, La hija del capitán y El prisionero de Zenda, mucho más breves que el gran clásico con el que vengo hoy. De hecho, la historia se divide en dos volúmenes y, en total entre ambos, tienen unas 1.300 páginas. Sin contar las historias que forman sagas de varios libros, como novela unitaria, creo que lo más extenso que había leído hasta la fecha es Lo que el viento se llevó, ahí es nada.

Parece que se han alineado los astros porque justo estaba terminando de leerla cuando vi un anuncio en televisión de que la editorial Planeta DeAgostini va a empezar una colección con las novelas del autor y justo los dos primeros volúmenes son los de El Conde de Montecristo. Dado que son ediciones con grabados, os animo encarecidamente a que aprovechéis si no tenéis ya el libro por casa. Yo voy a resistir la tentación, pero veré si puedo coger alguno de los siguientes. La web de la colección está aquí.

Argumento

Edmond Dantès es un joven marinero, segundo al mando de El Faraón, barco mercante de la compañía Morrel. Regresando a Marsella, el capitán falleció dejándole a Edmond un par de tareas como últimas voluntades. Primero parar en la Isla de Elba y luego llevar la carta que le diesen ahí a la dirección de París que figurase en la misiva. Cumplida la primera parte cuando atracan en el puerto el 24 de febrero de 1815, quedaba la segunda. No obstante, antes tenía que hacer otras cosas. Para empezar, debía hablar con el señor Morrel, que casi le dejó garantizado que él sería el siguiente capitán de El Faraón a falta del visto bueno de su socio. Lo siguiente fue llevar esa buena nueva con el dinero ahorrado a su anciano padre y, por último, fue a ver a Mercedes, su adorada novia, a la que pidió matrimonio y con la que planeaba casarse al día siguiente antes de ir a cumplir su tarea en París. El futuro no podía ser más feliz y prometedor para el joven, capitán con sólo 20 años y felizmente casado.

Sin embargo, cuando la felicidad y la fortuna se desborda, la envidia permea en corazones codiciosos y celosos: Caderousse, sastre avaricioso, vecino del padre de Edmond; Danglars, sobrecargo de El Faraón que ansía el puesto de capitán; Fernando, enamorado de Mercedes a pesar de ser su primo y al que ésta ve sólo como un hermano. Los tres maquinan un plan basado en una falsa acusación que el sustituto del procurador del rey en Marsella, Villefort, termina de enredar. 

Reseña

En el argumento he contado lo mínimo y seguramente, sólo por referencias, sabréis cosas que suceden a partir de ahí. Lo cierto es que yo he llegado a esta novela en blanco. He esquivado las adaptaciones que ha tenido con los años y casi que lo agradezco. Dada la extensión de la historia, dudo que en formato película se le haya podido hacer justicia, aunque en (mini)serie sí que supongo que algo decente debe haber. Por lo que he estado viendo, lo que más me llama la atención es Gankutsuou, una adaptación a anime de 2004-2005 con elementos futuristas. Recuerdo que tuvo muy buenas críticas en su momento.

Debo decir que al principio tuve que pausar la lectura para documentarme del contexto histórico, pues tiene mucha relevancia en los primeros compases del argumento. Recomiendo leer algo sobre el monarca Luis XVIII, Napoleón Bonaparte y los llamados 'Cien Días' porque este periodo es clave para la historia del protagonista. Una vez pasado, el contexto histórico es mucho menos importante y en parte es una pena, porque le daba a la trama un punto extra de verosimilitud y de interés.

Aunque el número de páginas que tiene puede asustar en un primer momento, es una lectura entretenida que no se llega a hacer pesada en ningún momento pues siempre están sucediendo cosas. El libro lo podéis encontrar catalogado en algún sitio como "folletín romántico" (por ejemplo, esto lo pone la solapa de mi edición), lo que me resulta un tanto insultante, al menos por la primera palabra. Es una obra de grandes aventuras, muy intensa en los sentimientos humanos de amor y odio, con muchas referencias a novelas u óperas de las que, reconozco, se me han escapado no pocas de éstas. Además, es una historia fascinante en la que en cierto modo se cuentan otras dentro de la misma. 

Quizás lo que peor he llevado es la inmensa cantidad de personajes que hay, sobre todo cuando la acción se traslada a París llegado cierto momento. Allí éstos se multiplican y me costaba ubicar quién era quién en algunos secundarios. No es muy grave esto porque a los principales se les tiene ubicados y el autor los condujo con gran habilidad por diferentes caminos. Quizás pecó de caer en que los buenos eran muy buenos, santos y puros, pero los malos eran lo peor, sin ninguna remisión ni justificación.

¿Y qué decir del protagonista? Ah, difícil respuesta sin entrar en destripes. Edmond Dantès resulta un personaje fascinante por todas las fases por las que pasa. Joven bueno y feliz, luego la confusión, el miedo, la desesperación... Y esto sólo al principio. De verdad que recomiendo que os animéis con este clásico para conocer toda su historia. ¿Se puede decir que es bueno o que es malo? ¿Un villano, un héroe o un anti-héroe? Queda un poco abierto a interpretación y también a la moral que cada cual tenga. ¿La venganza es justificable? ¿Siempre? ¿Incluso si se excede más allá de las personas que causaron el daño? Al hilo de esto, en la recta final, [Destripe] que por sus tejemanejes muera un niño inocente (también digo que el crío era insufrible y, la verdad, cero pena) le tendría que haber despertado mayores remordimientos. Que sí, los tiene y repercute en dudas que siente por lo hecho hasta el momento o que no arruine del todo a Danglars al final y le acabe quedando una pequeña cantidad que, por las cifras que se han visto en el libro, le daría para vivir austeramente hasta el final de sus días. [Fin de destripes].

Mucho más criticable me parece en realidad [Destripe] lo de dejar que un hombre al que quiere como un hijo se pase un mes entero llorando la muerte de su amada cuando estaba en realidad viva. Me pareció totalmente injustificado. Y por último, que se acabe enamorando de una joven a la que dobla la edad y a la que cuidó como una hija tras rescatarla de la esclavitud, por mucho que fuese ella la que dice amarle primero, me chirrió mucho. Claro que esto no estaba tan mal visto entonces [Fin de destripes]. Digamos que estos puntos finales empañan un poco lo buena que me ha parecido el resto de la novela.

Si no se está habituado a leer clásicos, la extensión de esta historia puede ser excesiva, pero, por otro lado, cuesta separarse de las páginas en las que hay tantos personajes que seguir, tantas pasiones humanas, positivas y negativas, y tantos sucesos increíbles que vivir. Quizás haya que tirar un poco de credulidad para aceptar que todas las piezas encajen al final como el autor pretende, pero se le consiente con la gran historia que desarrolla. Nunca es tarde si la dicha es buena y me alegro de haberme animado al fin a sumergirme en este gran clásico.

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