Compra de libros en un día absurdo

En la entrada que hice para desahogarme hace unos días comenté que tenía que ir a Tráfico para hacerle a mi madre una matriculación urgente a una de sus clientas, todo porque la zorra de chica que tenía contratada se plantó y no quiso volver a Málaga. Finalmente, después de dejar a mi primo en el instituto, puse rumbo hacia el edificio que no está precisamente céntrico, menos mal que me estudié el trayecto con el Google Earth el día antes... Finalmente, tras llegar sin demasiados problemas, pagué la tasa y esperé mi turno. Fui a la ventanilla, le entregué los papeles a la muchacha y ¡Sorpresa! faltaba un papel que, al parecer, hasta no hace mucho no era obligatorio... ahora sí lo es. Dicho papel se podía enviar por fax a Tráfico así que avisé a mi madre, pero ella también estaba resolviendo unos asuntos en Málaga y no llegaría a su oficina hasta una hora laaaaarga... y no me había llevado nada para leer, total, se suponía que no iba a tener un momento de descanso en todo el día...

Visto el plan y ya que por suerte tenía dinero decidí ir a comprarme algún libro para matar el rato. Pregunté en una tienda por una librería cercana (librería, NO papelería, ¿tan raro es que alguien lea en este país? =___=U) y me indicaron cómo llegar a un Hipercor donde me hice con Alas negras de Laura Gallego (continuación de Alas de fuego que reseñé aquí) y Tres deseos de Jackson Pearce.

En realidad solo quería comprar uno, pero no terminaba de decidirme por cuál coger ya que a ambos le tenía ganas... así que se vinieron los dos XD Alas negras ya me lo he leído y ahora estoy con Tres deseos (en la foto se ve el papelito que tengo puesto de señal) que posiblemente acabe en estos días... de hecho, posiblemente lo acabe en el tostón de la clase de historia, mismo sitio donde precisamente lo empecé a leer el lunes (sí, yo no he tenido puente, solo el día de fiesta y gracias).

Y bueno, ya que estamos soltando el rollo, mi periplo de Tráfico acabó en nada, porque al final el papel que hacía falta no lo podía conseguir la señora hasta unos días después. Estuve leyendo un rato y en vista de que no tenía noticias de mi madre a la hora que debería haber mandado ya el fax, la llamé y me informó de lo del papel. Sí, había hecho el viaje a Tráfico para nada... excepto para comprar un par de libros. Puse rumbo hacia el instituto de mi primo para esperar hasta que saliese de clases y me quedé sentada en mi cochecito, leyendo. Qué días más absurdos se tienen a veces...