Tres metros sobre el cielo, de Federico Moccia

Debo confesar una cosa: tengo casi todos los libros publicados de Federico Moccia y aún no había leído ninguno. Éste es el primero que me decido a probar por varios motivos. Os cuento. El boom de este autor empezó a inundar mis estanterías, como la de tantos/as otros/as, con sus obras desde hace unos años, precedidas por buenísimas reseñas y opiniones muy favorables. Estaba en boca de todo el mundo y por algo debía ser. Pero llegó un momento en que empezaron a aparecer reseñas negativas y me eché para atrás a la hora de leerlos. Mi última adquisición fue Esta noche dime que me quieres, que la premisa me pareció atractiva y no me pude resistir a la preciosa libreta que regalaban en Círculo (podéis pegarme, os doy permiso) y es el único que a estas alturas creo que puede merecer la pena.

¿Por qué me he animado ahora? En primer lugar, porque necesito espacio en mis estanterías y con las opiniones de gente de quienes ya me fiaba más, estaba bastante convencida de que no me iba a gustar (efectivamente). En segundo lugar, porque quería solidarizarme con Jorge, que entre varios le hicimos leer Carolina se enamora (que también anda por mis estanterías desde hace un tiempo, aunque éste venía incluido en una colección de varios libros que quería). Y en tercer lugar, fui a por éste en particular por ser el más fino de todos los que tengo, además de ser probablemente el más famoso.

Argumento

En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar 'tres metros sobre el cielo'. 

Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar al amor de sus vidas. 

Los chicos como Step prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida como si cada segundo fuera el último.

Reseña

Es que ni me voy a detener en hacer un argumento, copio y pego uno que aparece en alguna de las solapas de alguna de las ediciones que han salido. Podría decir simplemente que es un libro malo y acabar tal cual la reseña, pero creo que debo escribir algunas líneas más. Aunque reconozco que me esperaba que fuese aún peor, pero hay un par de cositas que le dan unos puntos que no creía iba a tener.

Empezando por los aspectos más tontos y secundarios, no puedo evitar pensar que habría que pegar al autor por haberle puesto a sus protagonistas los nombres más absurdos del mundo: Babi, Step, Pollo y Pallina. Es que...SRSLY. Y luego algo que ya me habían comentado: las marcas, por todos lados, de ropa, vehículos, gafas... ¿por qué?

Entrando ya en temas más serios, lo realmente malo de la novela es que el argumento es flojo, y del desarrollo mejor no hablar. Se trata de la enésima historia de un chico malote que se enamora de una chica de buena familia. Aparte de ser uno de los tópicos más explotados de la historia, no aporta nada al mismo. Todo es previsible, no hay sentimiento y la relación de ambos no tiene ningún sentido. Era leer y notar el suicidio colectivo de mis neuronas.

Y llegamos al final (aún no sé muy bien cómo) y Moccia la termina de fastidiar, lo cual era complicado. En las últimas 30 páginas introduce un giro dramático y un cambio de narración mezclando pasado y presente sin identificar los saltos, creando una enorme confusión en el lector. Todo lo que ahí pasa, si se hubiese desarrollado en el espacio que le correspondía, habría estado bastante algo mejor. Podría haber sido otra historia, una en que el amor consigue (o no) cambiar a alguien, y si no puede, cortar una relación que no lleva a ningún lado. Pero no, el desenlace no resulta coherente con el desarrollo de la historia, a menos que ya tuviese pensado hacer su segunda parte, Tengo ganas de ti, desde que escribió ésta. Curiosamente es cuando la protagonista toma la decisión más lógica cuando más se la odia por el momento en que lo hace y la manera en que lo hace. *SPOILER* SRSLY bitch, justo cuando se mata su mejor amigo? Y por teléfono soltándole que ya te estás liando con otro? SRSLY?! *FIN DE SPOILER* 

Si tengo que pensar en algún motivo por el que ha triunfado esta historia se me vienen algunas opciones a la mente: 1) Protagonista graciosete, musculitos, con su punto malo perfecto para hacer mojar muchas bragas femeninas; con un contrapunto femenino de chica bien con deseos de rebelarse, inteligente y súper-atractiva, para los chicos. 2) Las "gamberradas" que hacen son intrascendentes, "aquí no ha pasado nada". Da igual si roban, hacen carreras ilegales, dejan medio muerto a uno, chantajean, amenazan... como son jóvenes y graciosos se les perdona todo. Podría poner ejemplos de esto a patadas. 3) Melodrama que se introduce al final para hacer creer que los protagonistas maduran. Los lectores que caigan en todas estas trampas, apreciarán la novela, más aún, les encantará.

Os comentaba que la historia tenía un par de cositas que me habían sorprendido para bien a pesar de todo. La primera es que, al comienzo, Babi (diox, qué nombre...) no le sigue la corriente a Step, rechaza lo que hace, le planta cara. El problema es que eso dura muy poquito. Pronto comienza el enamoramiento sin sentido y ya, cuando éste hace "una gamberrada" lo máximo que le dice es que no le gusta que sea malo, él dice que no lo hará más y su palabra no dura ni dos páginas (¿no estaba yo hablando de lo bueno? *ejem*). Lo otro bueno se reduce a un mini-punto por el diálogo y la situación en que se da éste donde sale como frase el título de la novela. No niego que sea empalagoso de más, pero al menos es bonito.

De los protagonistas no puedo decir mucho más aparte de lo ya comentado o de lo que os estéis imaginando. Ella es la enésima preciosidad rubia, con "carácter", inteligente, rica... perfecta. Él es un musculitos malote por un pasado traumático por dos motivos, el primero es una paliza que le dieron unos años atrás y por lo que se metió en un gimnasio a ponerse cuadrado para vengarse. Allí conoció a sus actuales y maravillosas amistades. El otro motivo es consecuencia de su madre y me pareció, cuanto menos... patético. Es un mantenido que no hace nada por la vida y vive a expensas de su padre y su hermano mayor que son incapaces de ponerle en vereda. En resumen: es un capullo.

En cuanto a los secundarios, iba a decir que hay alguno que tiene su chispa, pero no puedo. Son ejemplos perfectos de personajes planos, anodinos, irrelevantes.

He de confesar, sin el menor rubor en mi cara, que he leído saltándome párrafos y hasta alguna que otra página entera. La escritura de Moccia es ligera y se lee rápido, ahí no está el problema, el cual está en que es repetitiva y habla de cosas que al lector no le importan lo más mínimo. En aproximadamente las primeras 50 páginas (de 400) no pasa absolutamente nada relevante más allá de que Step hace una competición de flexiones con sus amigotes que, obviamente, gana él porque es el más fuerte.

Tal vez sea que estoy mayor para lecturas juveniles de este estilo, pero lo cierto es que Tres metros sobre el cielo me ha parecido una novela pésima. Sólo ha tenido un par de cositas salvables en medio de un despropósito bochornoso que dudo mucho (quiero pensar esto, dejadme que lo haga) que represente a la juventud real. Superficialidad, banalidad e insustancialidad. Y para colmo tiene continuación...