Con un poco de retraso aquí os traigo mi lectura para el reto de los imprescindibles. El año pasado por estas fechas disfruté de la maravillosa historia de El retrato de Dorian Gray y pensando qué novela podría relacionar con aquella elegí ésta. Como podéis ver tanto en el avatar como en la portada, algo más abajo, hay un retrato cobrando un papel destacado. Al final resultó que el cuadro no tenía tanta importancia en la trama como yo creía, pero equívocos aparte, me alegro mucho de haberme decantado por este libro.
Antes de empezar con la reseña en sí os podría comentar muchas anécdotas que he encontrado sobre la obra, pero destacaré sólo un par de ellas. La primera es que Alfred Hitchcock realizó una adaptación en 1940, película que ahora estoy deseando ver. Como curiosidad, la prenda que suele llevar la protagonista, una rebeca, recibió ese nombre a raíz de la película. La novela fue acusada de plagiar Jane Eyre y tanto si es así como si no, yo misma pensé mientras la leía que había varias similitudes interesantes aunque en realidad no tengan gran cosa que ver, pero no podía evitar que me recordase a ella.
Antes de empezar con la reseña en sí os podría comentar muchas anécdotas que he encontrado sobre la obra, pero destacaré sólo un par de ellas. La primera es que Alfred Hitchcock realizó una adaptación en 1940, película que ahora estoy deseando ver. Como curiosidad, la prenda que suele llevar la protagonista, una rebeca, recibió ese nombre a raíz de la película. La novela fue acusada de plagiar Jane Eyre y tanto si es así como si no, yo misma pensé mientras la leía que había varias similitudes interesantes aunque en realidad no tengan gran cosa que ver, pero no podía evitar que me recordase a ella.
Argumento
Tras enviudar por primera vez, Maxim de Winter viaja hasta Montecarlo para olvidar su pasado. Allí se casa con una mujer más joven que él y, tras la luna de miel, regresan a la mansión de campo de los Winter: Manderley.
Todo es perfecto hasta que la memoria de la fallecida Rebeca hace mella en el matrimonio.
Todo es perfecto hasta que la memoria de la fallecida Rebeca hace mella en el matrimonio.
Reseña
Sinceramente, no sabía qué argumento podría escribir, así que me he limitado a usar esta breve sinopsis de Wikipedia. El motivo de mis dudas es que es una novela muy rica que se puede dividir en tres partes bastante diferenciadas y no me decidía sobre hasta dónde contar.
La novela empieza con un par de capítulos que se sitúan temporalmente después del desenlace y, a partir de ahí, la protagonista va relatando desde que todo comienza en Montecarlo hasta dicho final. La sensación que dejan esos capítulos son de tristeza pues habla de un Manderley en ruinas al que no pueden volver, del miedo que han dejado atrás, de sufrimiento y angustia. Pone en bandeja una serie de misterios a los que querremos dar respuesta lo antes posible.
Creo que existe una teoría según la cual el dolor purifica y fortalece a hombres y mujeres (...), es necesario pasar una prueba de fuego. Eso es lo que hemos hecho nosotros plenamente. Los dos hemos conocido el terror y la soledad, y la angustia más intensa. Claro que, antes o después, a todos nos llega en esta vida un momento de prueba. Cada uno de nosotros tiene un demonio propio que nos persigue y nos atormenta, y al final hemos de luchar contra él. Nosotros hemos vencido al nuestro, o así lo creemos (...). La felicidad no es un bien que pueda atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo.
A continuación tenemos una serie de capítulos que casi podrían ser de una novela romántica pues hablan de la joven protagonista (de la que no se sabe el nombre en toda la novela, así que la llamaré Ella), de su delicada situación como dama de compañía de una vieja cotilla. Pero entonces conoce al apenado viudo y todo parece tener un final feliz a pesar de ciertas sombras que ya aparecen desde el primer momento y que tienen un nombre: Rebeca.
Pero entonces llegan a Manderley y empieza lo realmente bueno de la historia. La novela va ganando tintes psicológicos de obsesión por el fantasma de la esposa fallecida. Ella se debe enfrentar no sólo al sentimiento de ver que su marido aún ama a Rebeca sino a una casa llena de sus cosas, de un servicio que la adoraba, de vecinos y familiares que igualmente querían a la primera Sra de Wnters. Entre todos destaca en especial la Sra. Danvers, que con cada mirada le mostrará su desprecio. No sabemos muy bien dónde llega la realidad y dónde la percepción o imaginación de Ella. La angustia, la desesperanza, la sensación de inferioridad, la timidez se van apoderando de ella y su mente joven que había creído poder ser feliz allí empieza a flaquear.
Con que la novela se hubiese quedado en esta línea habría sido perfecta, pero no. Todo cambia con un intenso giro de guión. Todo. Y hasta aquí puedo leer.
Rebeca es una novela que mezcla romance, intriga, misterio y drama psicológico en una combinación magnífica. Además, está protagonizada por unos personajes maravillosos. La dulce, juvenil, apocada y sencilla protagonista hace pareja de un fascinante y misterioso Maxim. A la primera la comprenderemos y querríamos animar y apoyar, o también hacer espabilar. Del segundo querríamos saber qué le pasa por la cabeza en realidad. Y cuando se sincera... ¡cuánto cambian las cosas que hasta el momento sabíamos!
Pero esta novela no sería nada sin esa Sra Danvers obsesionada con su anterior señora. Una arpía que hará lo posible por crear la infelicidad en la nueva pareja, sobre todo en Ella. Quizás la pega que puedo sacar a la historia es que creía y esperaba que hubiese un mayor enfrentamiento entre ambas y aunque se dan un par de escenas de enorme tensión, algo me faltó.
Y cómo olvidar a la mujer que titula la novela. Rebeca era una mujer fascinante, maravillosa, perfecta. Su personaje revoloteará toda la historia y cuando ya creemos que la conocemos por completo, descubrimos algo nuevo que hacen de ella una persona diferente.
Me cuesta expresar por qué me ha gustado tanto Rebeca, aunque motivos objetivos tiene sobrados. La ambientación es magnífica, los detalles están cuidados al máximo, los personajes son inolvidables, la trama mantiene la tensión continua y va dando una sorpresa tras otra. Pero es que, aparte de todo eso, me ha emocionado tanto, me ha hecho pensar, reflexionar, teorizar, imaginar, soñar... Sin duda, todo un auténtico imprescindible.
Pero entonces llegan a Manderley y empieza lo realmente bueno de la historia. La novela va ganando tintes psicológicos de obsesión por el fantasma de la esposa fallecida. Ella se debe enfrentar no sólo al sentimiento de ver que su marido aún ama a Rebeca sino a una casa llena de sus cosas, de un servicio que la adoraba, de vecinos y familiares que igualmente querían a la primera Sra de Wnters. Entre todos destaca en especial la Sra. Danvers, que con cada mirada le mostrará su desprecio. No sabemos muy bien dónde llega la realidad y dónde la percepción o imaginación de Ella. La angustia, la desesperanza, la sensación de inferioridad, la timidez se van apoderando de ella y su mente joven que había creído poder ser feliz allí empieza a flaquear.
Con que la novela se hubiese quedado en esta línea habría sido perfecta, pero no. Todo cambia con un intenso giro de guión. Todo. Y hasta aquí puedo leer.
Rebeca es una novela que mezcla romance, intriga, misterio y drama psicológico en una combinación magnífica. Además, está protagonizada por unos personajes maravillosos. La dulce, juvenil, apocada y sencilla protagonista hace pareja de un fascinante y misterioso Maxim. A la primera la comprenderemos y querríamos animar y apoyar, o también hacer espabilar. Del segundo querríamos saber qué le pasa por la cabeza en realidad. Y cuando se sincera... ¡cuánto cambian las cosas que hasta el momento sabíamos!
Pero esta novela no sería nada sin esa Sra Danvers obsesionada con su anterior señora. Una arpía que hará lo posible por crear la infelicidad en la nueva pareja, sobre todo en Ella. Quizás la pega que puedo sacar a la historia es que creía y esperaba que hubiese un mayor enfrentamiento entre ambas y aunque se dan un par de escenas de enorme tensión, algo me faltó.
Y cómo olvidar a la mujer que titula la novela. Rebeca era una mujer fascinante, maravillosa, perfecta. Su personaje revoloteará toda la historia y cuando ya creemos que la conocemos por completo, descubrimos algo nuevo que hacen de ella una persona diferente.
Me cuesta expresar por qué me ha gustado tanto Rebeca, aunque motivos objetivos tiene sobrados. La ambientación es magnífica, los detalles están cuidados al máximo, los personajes son inolvidables, la trama mantiene la tensión continua y va dando una sorpresa tras otra. Pero es que, aparte de todo eso, me ha emocionado tanto, me ha hecho pensar, reflexionar, teorizar, imaginar, soñar... Sin duda, todo un auténtico imprescindible.
Una martrícula nada menos... sí que te ha gustado, sí...
ResponderEliminarUn saludoo
Me ha encantado, sí. Tanto que tuve que buscar la película para combatir un poco el mono XD
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