martes, 20 de agosto de 2019

Baby★Love, de Ayumi Shiina

Para variar, hoy traigo la reseña de una serie que he leído por scans. Hubo una época en que pensaba que ésta o alguna otra de la autora nos llegaría pues publicaba en la Ribon por las mismas fechas que Wataru Yoshizumi con su Marmalade Boy o Miho Obana con su El juguete de los niños entre otras. Parecía una incorporación lógica a las publicaciones de Planeta. Pero, en fin, no fue el caso y con lo de capa caída que está el shôjo y que no es una autora que haya trascendido demasiado supongo que me quedaré con las ganas.

Como curiosidades, se nota que fue de las obras importantes de la revista pues le hicieron un OVA (por cierto, no sé por qué los de series de la Ribon tienen una animación horrible). Además, en 2015 la autora le dio una continuación 10 años después del final en un único capítulo (lo tenéis en raw aquí).

No sé por qué me picó el gusanillo de releer ésta precisamente, pero ya que estamos, le dedico la reseña de rigor. Lo cierto es que a estas alturas me genera sentimientos encontrados y en parte por eso quería ponerme a redactarla, para ver si me aclaro yo misma. En cuanto leáis el argumento a continuación lo entenderéis.

Argumento

La pequeña Seara Arisugawa se declaró al chico que le gustaba cuando tenía ocho años pero éste la rechazó pues, siendo tres años mayor que ella, la veía como una cría. No obstante, Seara se agarró con todas sus fuerzas a lo que le dijo: "Ven a verme de nuevo cuando hayas crecido y te hayas convertido en una belleza". 

Cuatro años han pasado y esa niña ha puesto todo su esfuerzo en crecer física (bebiendo leche sin parar) y mentalmente (estudiando y madurando). Sin embargo, a sus 12 años, todo su trabajo parece que se va a ir por la borda cuando sus padres se deben trasladar a Estados Unidos por motivos laborales. En un arrebato a la desesperada, en el mismo aeropuerto, se separa de su madre y se dirige a la casa de ese chico.

Al llegar a casa, Shûei Seto se encuentra a una preciosa chica a punto de tocar el timbre. Al parecer le conoce y cuando le dice su apellido cae en la cuenta que ambos padres son amigos y que incluso el suyo trabaja para el de la chica, pero es todo lo que recuerda en relación a ella. Esto no deprime a Seara en lo más mínimo.

Cuando pasa dentro de la casa, la chica se pone a llorar dramáticamente para pedirle al "tío Seto" que le deje estar con ellos pues no quiere mudarse a América. Sin embargo su madre aparece poco después con la intención de llevarla a pesar de que le dice muy convencida que su sueño es más importante que sus padres. Inesperadamente, Shûei la defiende pero se lleva el susto del siglo cuando le dicen que sólo tiene 12 años, los mismos que su hermana pequeña, Koharu. No obstante, mayor es el susto de Seara: en seis meses Shûei hará los exámenes para la secundaria alta y se mudará al dormitorio de su nuevo instituto ¡Sólo tiene ese tiempo para conquistarle!

Reseña

Supongo que ahora entenderéis un poco lo de los sentimientos encontrados. La serie me gusta mucho pero tiene un par de elementos polémicos y un tanto dudosos.

Para empezar, la diferencia de edad. Es cierto que tres años no son muchos, pero depende de qué rangos de edades estemos hablando: no es lo mismo tres años en una pareja de 25-28 a una de 12-15. Con todo, éste es el punto que menos me molesta. La autora hizo una protagonista más madura, quizás demasiado, de la edad que tiene. De hecho, lo mismo le pasa a Shûei y sus compañeros de instituto, hasta que no sabemos que tiene 15 parece que ronde los 17 más bien. Sea como sea, no es una diferencia insalvable para la relación y esto lo lleva bastante bien con las dudas y la resistencia que pone el propio Shûei a desarrollar sentimientos por ella o iniciar una relación.

El otro punto polémico ya no tiene justificación posible: la obcecación de Seara con Shûei. No es sólo que por momentos parezca una acosadora, que haya envuelto en su obsesión a la familia del chico para que la acoja en su casa o que haya ignorado a sus propios padres, sino que no se le conoce en toda la serie ningún interés más allá de su amor: ni aficiones, ni perspectivas de futuro aparte de acabar casada con él... nada. Sin embargo, Shûei sí que tiene cierto dilema con su futuro que es tratado. En este sentido es una serie muy rancia y manda un mensaje muy preocupante a las jóvenes lectoras.

Como contrapunto a esto, pero sin que sirva de excusa, algo positivo que se puede sacar es la persecución de un sueño hasta darlo todo por lograrlo. Seara en ese sentido es una gran protagonista que se esfuerza al máximo y se sobrepone a los desengaños y rechazos. Es una chica tan fuerte de cara al exterior como frágil en el fondo. Por supuesto, es lanzada pero conserva elementos de ingenuidad infantil que permiten recordar la edad que realmente tiene. En definitiva, una protagonista a la que dan ganas de apoya a pesar de las dudas que genera lo que está haciendo.

Por parte de Shûei también tenemos un buen protagonista: es serio sin llegar a ser seco, amable y responsable. Vamos, por resumir, un chico majo con una terrible falta de memoria para las caras. Curiosamente, Seara sería la chica más adecuada para él pues peca de cobarde y de echarse atrás.

El manga se puede dividir en dos partes muy claras. La primera gira en torno a cómo Seara acaba, como era previsible, conquistando a Shûei con bastantes altibajos debido a un amor de éste cerrado en falso (aquí punto a favor de la autora por darle a los terceros implicados un desenlace realista y no el final feliz previsible que habría sido esperable), un par de rivales amorosos enamorados de la chica con nulas posibilidades y cierta problemática de amistades que al menos permite salirse de los líos amorosos un poco. También se toca el adorable y vergonzoso romance de Koharu con un chico de su clase, una relación tierna e inocente más propia de los chicos de su edad. Esta parte llega al final del sexto tomo y, la verdad, debería haber sido su desenlace con el último capítulo del tomo dedicado a cerrar la serie y no a abrir la siguiente parte.

La segunda parte, que se sitúa cuando ambos pasan de curso, entrando Seara en primero de secundaria baja y Shûei en primero de la alta es bastante más dudosa por meter los clásicos terceros que embrollan pero de mala manera. Tiene algunas escenas bonitas, sí, pero mayormente es una concatenación de líos para llegar a una disputa que sabemos que se va a arreglar de todos modos. Es decir, tres tomos más que salvo por alguna cosa se podría decir que son prescindibles.

A pesar de todo lo dicho, que casi parece que la serie no me hubiese gustado cuando no es así, creo que es un shôjo "puro" bastante interesante. La pareja protagonista tiene buena química, son muy tiernos y funcionan. Los secundarios, incluso los que la lían demasiado, acaban cayendo bien. Habría estado bien que nos llegase pero así son las cosas.

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