domingo, 10 de febrero de 2019

Kamikaze Kaito Jeanne, de Arina Tanemura

Y nueva reseña de un shojo al que la nostalgia me ha pedido una relectura. Con esta serie yo y mucha gente conocimos a Arina Tanemura, una de las grandes de la revista Ribon y de la que llegamos a ver buena parte de sus obras repartidas entre Planeta y la difunta Glénat. Recientemente, la editorial ECC se ha puesto a sacar unas obras dibujadas por ella basadas en videojuegos de idols. Como anticipo para su regreso "completo" no estaría mal pero sabe a poco al no ser historias propias de la autora. Lo último que salió puramente de esta mangaka fue el olvidable tomo único Mistress Fortune en 2010 de la mano de Planeta. Siempre me preguntaré por qué no se animaron con Sakura Hime Kaden.

Datos

Título original: Kamikaze Kaito Jeanne
Autora: Arina Tanemura
Tomos: 7 (edición original japonesa); 13 (Biblioteca Manga) y 6 (Ultimate)
Publicación en Japón: 1998-2000 
Revista: Ribon
Editorial en Japón: Shueisha
Editorial en España: Planeta
Publicación en España: 2002-2003 (Biblioteca Manga); 2009-2011 (Ultimate)
Estado actual: Publicación completa
Precio: 4.15€ (Biblioteca Manga); 9.95€ (Ultimate - Tomos #1 a #5) y 10.95€ (Ultimate - Tomo #6)

Curiosidades / Datos extra

- En Japón la serie ha tenido dos reediciones. La primera, en formato kanzenban (que es en la que se basa la "Ultimate Edition" española), salió durante 2007 y consta de 6 tomos. Más adelante, durante 2013 salió una edición bunko que dejó la serie en 5 tomos.
- La serie tuvo una adaptación a anime realizada por el estudio Toei que consta de 44 capítulos. Su emisión duró desde Febrero de 1999 a Enero de 2000 (web)
- El anime fue adquirido en España por Arait Multimedia pero sólo llegó a emitirse por televisión y no fue distribuido para su compra.
- En el año 2000 salió un artbook de la serie titulado Tanemura Arina Irasuto Shū Kamikaze Kaitō Jeanne. La fecha de salida fue el 30 de Junio.
- Se publicaron un total de cuatro light novels derivadas de la obra. La autora es Shuka Matsuda y salieron entre Diciembre de 2013 y Agosto de 2014.
- La serie cuenta con tres capítulos extras relacionados. Especial Miyako. Catarsis, ¿Instante? La leyenda de Acces y Let's go Silk Road. Posteriormente realizó un capítulo extra adicional a modo de secuela centrado en "Acces" y "Finn".
- La autora realizó dos doujinshis de corte hentai de la serie, uno con Maron y Chiaki,  Bara Bara Toeru, y otro con Finn y Acces, Tenshi to Yakusoku no Rondo (enlaces +18).
- En la edición española en formato Biblioteca Manga se produjo un error de impresión en el Nº10 que consistió en que los capítulos salían desordenados. Para solventarlo, la editorial sacó junto al Nº11 el tomo ya corregido de manera gratuita.

Argumento

Maron Kusakabe aparenta ser una adolescente normal y corriente pero en realidad convive con un ángel en prácticas y es capaz de transformarse en "Jeanne", reencarnación de Juana de Arco y una ladrona de guante blanco buscada por la policía. Su misión es impedir, en nombre de Dios, que el Rey de los demonios corrompa los corazones humanos, lo que supone el debilitamiento del poder divino. Cuando alguien adquiere un cuadro en el que se aloja un demonio, éste posee a la persona y Jeanne debe clavar una chincheta en la pintura. Tras decir Jaque Mate, el demonio queda atrapado en una pieza de ajedrez blanca, volviendo así la persona a la normalidad. Al no entender lo que hace en realidad, lo que más desconcierta a la policía de esta ladrona es que al marcharse siempre deja un cuadro más hermoso que el original que se ha llevado.

Finn Fishu, la pequeña ángel que la aconseja, la acompaña y le hace de madre, hermana y amiga a un mismo tiempo, es quien hace que Maron se transforme en Jeanne y quien puede detectar la presencia de un demonio en una obra de arte, avisando mediante una nota del siguiente robo.

Desde hace un tiempo, a la policía se les ha unido Miyako Todaiji, hija del comisario y la mejor amiga de Maron desde que eran pequeñas. Ésta está empeñada en capturar a la ladrona porque cuando empezó a aparecer, algunos rumores decían que se parecía a su amiga. 

Entre las clases, el club de gimnasia rítmica y los robos, la vida de Maron es agotadora pero llevadera. Sin embargo las cosas se le complicarán todavía un poco más cuando su nuevo y muy atractivo vecino, Chiaki Nagoya, aparezca en su vida y le eche el ojo desde el primer momento, despertando a su vez el interés de Miyako. Además, justo al mismo tiempo, también aparece un rival en los robos, Simbad, quien pretende también sellar demonios en piezas de ajedrez negras junto con su ángel, Acces.

Reseña

Aunque mi iniciación al mundo del manga fue por Marmalade Boy, si la memoria no me falla demasiado, Kamikaze Kaito Jeanne tuvo que ser la segunda serie que me hice periódicamente. Aunque no es la obra que me marcó, es cierto que la guardo con sumo cariño y con un recuerdo muy positivo en cuanto a la calidad de su trama. Con la de años que hace desde que la leí por última vez no sabía si el prisma de la nostalgia hacía brillar más a la obra de lo que se merecía. Pero no, aunque tiene sus puntos débiles, me parece que es de las mejores series de la autora, muy de cerca de Full Moon wo Sagashite.

La serie pertenece al género de las magical girls y tuvo su importancia, aunque por debajo de las míticas Sailor Moon o Cardcaptor Sakura. Comparte muchos elementos con aquellas y con los arquetipos de estas historias pero tiene sus notables diferencias. La más destacable es cierto toque más oscuro y dramático, muy lejos de la deformación del concepto de "chicas mágicas" que se alcanzó en Mahou Shoujo Madoka Magica, pero introduciendo algunos elementos en esa línea como que se produzca alguna muerte por cazar los demonios de los cuadros, giros de guión un tanto oscuros o que algunos personajes "de los buenos" tengan su parte malvada y traicionera. Quien lea de nuevas la serie, a estas alturas, seguramente verá venir lo que sucede y se llevará pocas sorpresas pero en su momento la serie introdujo unos giros totalmente inesperados para las lectoras de aquella época. 

La mayor virtud de la obra es la magnífica construcción de sus personajes, especialmente de las tres chicas: Maron, Miyako y Finn. Todas destacan por ser mucho más de lo que a simple vista aparentan.

Maron es una protagonista que combina como pocas la fortaleza y la debilidad. No quiere que nadie descubra lo sola y abandonada que se siente desde que sus padres se fueron a trabajar al extranjero sin apenas comunicarse con ella. Ha decidido ser fuerte y mostrar siempre una sonrisa y un optimismo que no siempre es genuino. Es más que común este tópico de prota que vive sin sus padres en casa pero hay pocos casos en que esto marque tanto su personalidad. Sus apoyos y lo que evita que no se rompa en pedazos son Miyako y Finn. 

La relación de las dos amigas está más que bien formada y en esta relectura he llegado a pensar que el personaje de Chiaki podría haber sido prescindible, que su relación con su amiga podría haber suplido el apoyo que éste le llega a dar, por no hablar que así el momento en que Miyako descubre la verdad podría haber tenido más jugo. Además nos habríamos ahorrado la formación del típico triángulo amoroso, si bien es bastante divertido y no da malos momentos.


Por su parte, Finn podría parecer que se limita a cumplir el rol de la mascota de las series de magical girls: le da los poderes a la protagonista, la ayuda y la aconseja. Sin embargo, también le hace "de madre" al estar la auténtica ausente. Es una relación muy tierna y dulce.

Chiaki también es un personaje sólido, pero quizás menos interesante, a pesar de que te acabes enamorando de él porque el chico acaba siendo un encanto. Durante bastantes capítulos no está muy claro de qué lado está o qué pretende junto a Acces. Esta ambigüedad es lo más interesante que tiene pero luego, a medida que avanza la trama, su papel como Simbad es cada vez menos relevante y se queda como un enamorado hasta las trancas de Maron. De hecho, es hasta divertido ver cómo la chica es capaz de pasar de él en favor de Miyako o de su misión. Aún así, forman una pareja muy tierna y muy sólida por cómo se apoyan mutuamente.

Con estos elementos, la serie se organiza en pequeños arcos argumentales al principio en que, a la par que se van capturando demonios, se va profundizando en las relaciones de los personajes. Después, llegado cierto punto, se producen los mencionados giros más oscuros que nos llevan de sorpresa en sorpresa hasta un desenlace perfecto, quizás demasiado, que te deja con una sonrisa en la cara. Una muy buena estructura que da una historia equilibrada en sus momentos de acción, drama, romance y comedia y no deja grandes flecos sin tratar, aunque alguno sí que hay.

La serie es la primera obra larga de la autora y, quieras que no, eso se nota en algunos elementos un tanto dudosos o mal enfocados. Por ejemplo, sabemos que "Jeanne" es la reencarnación de Juana de Arco y, al final, descubrimos una cosa más vía el mismísimo Dios, pero ¿Simbad? Del rival de la protagonista poco se llega a descubrir. A la serie le habría venido muy bien tener un capítulo extra que mostrase cómo se conocieron él y Acces para definir mejor este personaje que queda muy mal explicado. También, con toda la parafernalia divina de la serie, lo de las chinchetas que se clavan en cuadros y luego se transforman en piezas de ajedrez al atrapar al demonio queda muy "por la cara". Del mismo modo, con la influencia que tienen los elementos del Cristianismo, la autora pasa bastante de su visión del "más allá" y coge la idea de la reencarnación que nada tiene que ver con esta religión como excusa para facilitar reencuentros, como un comodín que explota descaradamente.

De las historias extras la única que aporta algo sería Catarsis, protagonizada por Miyako, que habla del origen de su amistad con Maron. La de Acces es mona pero prescindible y la de Silk, un personaje muy, muy, MUY secundario, sobra por completo y podría haber dejado ese espacio a contar algo más relevante.

Pese a que la serie tiene sus años y fue de los primeros trabajos de Arina Tanemura ya demuestra una calidad y un cuidado en los detalles que nos maravillaron a quienes hasta el momento sólo habíamos visto el estilo más simple y limpio de Wataru Yoshizumi o Megumi Mizusawa. Con los años lo ha pulido y corregido detalles y proporciones que aquí dejan un poco que desear pero, por el contrario, desde mi punto de vista, ha perdido algo necesario a la hora de ilustrar un manga: definición y concreción. Aquí el nivel de florituras está bastante ajustado y los personajes están bien perfilados. Por supuesto, peca de un excesivo parecido entre ellos, que se diferencian en el pelo y un poco los ojos, un problema muy común en esta demografía.

La edición que yo tengo es la primera que sacaron, la Biblioteca Manga. Creo que en su momento, para iniciarse en el mundillo era un formato muy adecuado: tamaño más grande que el tomo, lectura occidental y precio más asequible. La gran pega que tiene es que, para ajustarse a ese número de páginas, muchos capítulos quedaban cortados en el momento más inoportuno y momentos clave que coincidían con un final de tomo original se desdibujaban. De momento no tengo la edición kanzenban, me parece suficiente ésta, pero si la encuentro a buen precio nunca se sabe.

Pues hasta aquí. Como decía más arriba, a estas alturas esta obra no deparará grandes sorpresas pues es probable que veáis venir los giros de guión. Con todo, creo que es uno de sus mejores trabajos y es la serie perfecta para conocer a Arina Tanemura e irse acostumbrando a su estilo, tanto narrativo como de dibujo.

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