viernes, 15 de febrero de 2019

¿Pero cómo pude amarte?, de Kayoru

Después de haber reseñado el resto de obras de Kayoru que nos ha traído Ivrea, sólo me quedaba el tomo único con el que nos la presentaron en 2011 así que ya por puro completismo y para que no quedase colgado fui a por él. Creía que lo tenía pendiente de lectura pero al revisar la entrada en que se vino a casa resulta que lo leí en su momento. La verdad es que ha sido como leerlo de nuevas, no recordaba nada de ninguna de sus historias. Es lo que tienen, para bien o para mal, las historias cortas, o son muy memorables por algún detalle o se borran de la mente. Lo cual, por otro lado, tiene la ventaja de que así se leen cosas como si fuesen de nuevas una y otra vez.

¿Pero cómo pude amarte?

Saki y Chikage eran dos amigos de la infancia que vivían en un pueblecito de Japón. De pequeña, Saki creía ciegamente que algún día se casaría con Chikage aunque éste le sacaba ocho años, pero cuando se mudó a la ciudad, le dijo que nunca le gustaron las niñas pequeñas. Deprimida por el engaño, arrastró esos sentimientos durante años. 

Cuando inicia bachillerato en Tokyo tiene la intención de buscar un novio muy guapo pero lo que menos esperaba era reencontrarse con Chikage, ahora como un profesor del instituto al que ha entrado. Éste procura esconder sus encantos tras unas gafas, una pose de tipo rarito y una actitud borde para que las chicas no le acosen ya que sigue con la determinación de no salir con niñas. 

La historia más larga del tomo porque está compuesta de tres capítulos. También es la más floja a excepción de la última. 

El tópico de la relación "profesor + alumna" está trilladísimo y algo muy especial debe aportar para que emocione o se haga mínimamente memorable. No sólo no es el caso sino que repite un buen número de las escenas más clichés de este tipo de historias, y gracias a que sólo son tres capítulos, sino habrían caído todas: el profesor fuma, el profesor la obliga a ayudarle con los trastos, le cura una herida que se ha hecho en clase, hay un tercero enamorado de la protagonista que descubre la relación, el riesgo de que se descubra...

Hay dos puntos que medio salvan la serie. Por un lado el que se conociesen de la infancia, lo que al menos elimina el factor de precipitación en la relación. Si la autora hubiese hecho hincapié aquí con escenas de su pasado (según un comentario suyo, tenía esa intención pero no se materializó), mostrando su relación de entonces, quizás la cosa habría sido bastante mejor. Al menos nos habría facilitado el creernos que una niña siga enamorada de un chico ocho años mayor que ella durante tanto tiempo. Por no hablar de que si tantas ganas tenía Saki de tener un novio, que no hubiese surgido nada con nadie en todo sus años de vida desde entonces no es nada creíble.

El otro punto positivo del tomo es Sato, el chico enamorado de Saki. Es un auténtico encanto y, a diferencia de otras historias de este género, en vez de interponerse en la relación, incluso chantajearla con que deje al profesor o hará pública la relación, acepta que ella prefiere a otro y, cuando ve que la cosa va en serio, los acaba ayudando. Lo mejor de la serie con mucho.

En definitiva, una historia mona con alguna escena bastante bonita pero personajes planos y nula originalidad. Si es la primera que lees de esta temática seguro que la disfrutas más que quien ya la ha leído decenas de veces, como es mi caso.

6/10

La bestia se enamora

Madoka es una chica muy tímida y torpe a quien le cuesta expresar sus sentimientos. No obstante, está decidida a hacerlo de una vez por todas con las galletas que acaba de preparar en clase. Sin embargo, por equivocación, acaba declarándose al gamberro de Shizuka en lugar de a su adorado Presidente del Consejo Estudiantil. A partir de entonces, se convierte en la novia de Shizuka ya que éste acepta diciendo que está aburrido. Madoka hará todo lo posible para que él la deje por propia voluntad (como prepararle una comida con todos los ingredientes que a él le disgustan) porque teme que, si deshace el equívoco, ese chico tan violento podría tomar represalias. 

A estas alturas creo que no descubro nada si os digo que este es uno de los tópicos que (casi) siempre me suelen enamorar. No es lo mismo enamorarse del "chico malo" que de un "chico que parece malo pero es un trozo de pan". Nana Shiiba es experta en estas historias (Venga déjate querer o La Venus más fuerte) y aquí Kayoru da una historia también muy mona con un chico que acaba siendo encantador. No hay nada de original en el desarrollo, no sorprende su desenlace ni nada, pero es una cucada de historia.

8/10

Amor en la punta de los dedos

Mari tiene una pasión: la manicura. Desea con todas sus fuerzas dedicarse a esto en el futuro. Lo ideal sería que practicase con sus compañeras de clase pero es una chica tan tímida que le es imposible siquiera ofrecerse cuando a una se le estropea una uña. Aki es un chico muy popular y simpático que juega al baloncesto y que, dándose cuenta del deseo de Mari para hablar con sus compañeras, intenta ayudarla. Lo que Aki no sabe es que Mari está enamorada de él.

Ahora que releo esta historia me he dado cuenta que es un tópico que ha cogido Kayoru y que le ha servido para dar algunas de sus mejores historias: chica tímida con una gran pasión y talento a la que un chico ayuda a darla a conocer a los demás. De ¡A los dieciséis!, la única que merecía la pena de ese tomo era la última que cogía este argumento cambiando la manicura por la creación de canciones de Vocaloid. En Sastre desastre la premisa vuelve a ser la misma, ahora con la costura. Sin embargo, la una me encantó y la otra me pareció muy mediocre y el motivo para esa distinción era (principalmente) que el protagonista fuese un encanto o un imbécil.

En este caso volvemos a tener un chico adorable, que quiere apoyar a la protagonista y que la ayuda a mostrar su talento ¡Incluso le pide que le pinte las uñas para tener suerte en su próximo partido! ¡No sólo no se avergüenza sino que está encantado! ¡Abajo los roles de género! No, en serio, me parece muy positivo tener protagonistas como éste que se alejan de modelos tóxicos de masculinidad.

Aparte de esto, no es una historia que sorprenda pero es tan tierna, simpática y agradable que es imposible no enamorarse de esta parejita tan cuqui.

9/10

Sus ojos brillantes y su verdadera faceta

Sin querer, Tae tropieza por las escaleras con Shigeru a quien arrastra hasta el suelo. Las gafas de la chica se le rompen en el golpe y, sin ellas, no ve nada. Shigeru la acompaña a que le hagan unas nuevas.

La última historia es muy breve, apenas 16 páginas, y además es de lo más antiguo de la autora, que la presentó a un concurso de mangaka novel y lo ganó.

En los comentarios que hace, ella misma reconoce que tiene muchos defectos y así es. Aparte de un dibujo al que le falta mucho para pulirlo, la trama es precipitada a más no poder además de ridícula. No sé en Japón pero aquí dudo que haya adolescentes con suficiente dinero encima como para ir a comprar unas gafas graduadas como si tal cosa.

Ya que está en el tomo la valoro pero tampoco quiero hacer sangre. Es una historia tierna y sencilla de una novata pero donde se ve el potencial en dibujo y sensibilidad para futuras obras.

3/10

Conclusión

Valorando el conjunto, es una pena que la menos interesante sea la que más espacio se lleva del tomo pero creo que las dos siguientes son lo suficientemente monas como para, al menos, darle una oportunidad a poco que os gusten las historias cortas. De todos modos, la historia del profesor y alumna que aquí cuenta Kayoru es de las más decentes que hemos tenido y que haya quedado tan condensada ayuda a no llegar a aborrecerla. Hay horrores mucho peores publicados de esta temática, os lo aseguro.

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