Juro que no ha sido a propósito, pero aquí estamos, reseñando una serie que podría ser un mix entre mis últimas dos reseñas: Mi chico lobo y Onegai teacher. Simplemente, vi los dos tomos en la estantería y para que no se quedase como una de mis eternas pendientes (mejor no hago recuento), me puse con ella.
My cosmic monster se trata del único shôjo que ha hecho la autora hasta el momento. Salvo esta excepción, se ha dedicado por completo al BL (hay un gag muy bueno en la serie que tiene relación con esto). Además, fue su primera obra en superar el tomo único de extensión, lo cual no quita que haya dado una serie bastante buena.
Argumento
Tsubaki es una estudiante de secundaria que vive pendiente de estar mona todo el tiempo y tiene tanto éxito que no paran de declarársele chicos de su instituto, sean del curso que sean. Hasta el momento los ha rechazado a todos porque no termina de entender qué es eso de estar enamorada. Claro que su popularidad también le granjea la enemistad con otras chicas y, como no se atreve a enseñar a sus amigas su cara de enfado para que no dejen de pensar que es una chica adorable, debe gritar su frustración en soledad.
Después de uno de esos momentos de desahogo ve lo que entiende que es un perrito algo raro en una caja con el mensaje "Por favor, adóptame". Le resulta tan adorable que finalmente se lo lleva a casa y lo lava mientras ella también se baña. Con el extraño animalito, Tsubaki se siente lo bastante relajada para confesarle lo que siente, que nadie la apreciará si no es mona.
El momento de calma lo interrumpe abruptamente su hermana mayor, Mai, una obsesa del tema alienígena que dice que uno de sus cacharros ha detectado algo en el baño. Por raro que pueda ser un perro, está claro que éstos no flotan en el aire, que es justo lo que hace la criatura antes de transformarse en un chico de su edad, completamente humano y desnudo, que responde al nombre de Fuwa.
Reseña
Si en Mi chico lobo teníamos un shôjo sobre el romance entre una adolescente y un lobo que se transforma en humano, aquí cambiamos el lobo por un alien que de peluche achuchable (y que no se parece en nada a un perro, que la protagonista vaya al oculista o mire en internet las razas de perros que existen) se transforma en humano. Luego, en Onegai teacher tenemos los papeles cambiados y es ella la alienígena. Como decía, esta serie es casi un mix de ambas. En lo que coinciden las tres es en que el trasfondo fantástico está muy poco desarrollado, pero, aun así, ésta me ha parecido quizás la mejor llevada o la que le da un poco más de relevancia al tema.
La serie tiene un enfoque tirando más hacia el humor que al drama. No creo que dé para soltar carcajadas, pero resulta muy simpático y la sonrisa sí te la llega a sacar de manera constante. Ya que estamos, os recomiendo Cosmos shou e youkoso, una historia corta de Ai Morinaga que tiene una premisa muy parecida pero de humor mucho más bestia.
Una cosa que me ha sorprendido para bien de esta serie es el peso que tiene Mai, la hermana mayor de Tsubaki, en la historia. La relación entre ambas es mucho más relevante que la componente romántica buena parte de los dos tomos. Son muy diferentes, se adoran, pero es inevitable que en una edad tan compleja como es la adolescencia haya sentimientos complicados de entender y controlar. Me han parecido muy humanas y adorables.
Que la hermana se lleve tanto peso en el inicio de la serie hace que el romance realmente crezca poco a poco. Tsubaki tarda en enamorarse de Fuwa ya que es su forma de peluche y como mascota lo que le gusta de él. Como humano se convierte en un amigo algo irritante, pero confiable, por el que llegado cierto punto empieza a sentir algo más que ni ella comprende. Esto es coherente con lo que ella mismo dijo al principio, que aún no sabía lo que era estar enamorada. Así pues, cuando llegan los momentos emotivos, realmente los llegamos a sentir. Es muy tierno y cuqui todo. Me habría gustado ver algo más desde el punto de vista de él al respecto de cómo se desarrollan sus sentimientos, es la única pega que puedo poner a la parte romántica.
Resulta un poco triste que Tsubaki sólo se presente a los demás como chica mona, adorable y una santa. En realidad, es muy carismática, se pilla sus berrinches sin por ello dejar de ser una buena persona. Tiene su explicación durante la serie y es una buena construcción de personaje la que hace la autora con ella. Lo que parecía simplemente un punto de partida cómico tiene un tratamiento muy humano que no esperaba.
El punto más débil de la obra es su brevedad por cómo de abrupto es el final y todo lo que deja en el aire. Fuwa resulta ser un príncipe en su planeta, así que debe de volver, [destripe] pero una nueva avería en su nave le hace regresar y... ¿ya se queda para siempre? ¿No hay ningún conflicto con el rey? ¿Lo hay y no nos lo muestra? [fin del destripe]. Es un cierre en falso que o bien la autora no pudo culminar como tenía en mente por falta de espacio porque no le dejasen alargar la serie o bien se queda así tal cual por decisión propia de no calentarse la cabeza. Sea como sea, es un mal final. Y no sólo por el tema alienígena, sino porque durante la serie se vislumbran un par más de posibles parejas y la serie acaba sin saber qué sucede con ellas. Una pena porque ambas me parecían muy monas y habría querido ver el camino que seguían.
Algo en lo que me quiero detener es en el dibujo. La autora tiene un estilo un tanto de bocetos sin terminar de perfilar, lo que le da un punto de carácter propio. Además, tiende a rellenar mucho las viñetas y hay muchos bocadillos y textos fuera de éstos. La rotulación tuvo que ser una pesadilla y aquí se lleva mis dieces la persona que se encargó.
En definitiva, una serie simpática, mona, con algunos gags que son muy buenos y que nos pondrá la sonrisa en la cara mientras leemos una historia muy humana, a pesar de contar con alienígenas en el planteamiento. Una pena que tenga un final tan abrupto que deja demasiadas cosas importantes sin resolver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y tú qué opinas? =D