sábado, 25 de octubre de 2025

Final Fantasy IX

En los últimos meses había estado leyendo en Twitter rumores de un posible remake de este título que se podría anunciar al cumplirse el 25º aniversario de su salida en Japón. Sí que se ha anunciado mucho merchandising, pero parece que fueron falsas ilusiones o, si había algo realmente cocinándose, se han debido echar atrás. Sea como sea, no parece que en el corto-medio plazo sea algo que vayamos a ver. El caso es que de ver tantas imágenes del juego me volvió la nostalgia por el mismo y aprovechando que estaba disponible en digital de oferta por poco más de 6€, lo adquirí para volver a jugarlo ahora en la PS5.

Final Fantasy IX fue el último título de la saga para la PS1 y realmente le sacaron todo el partido posible a la consola. Posiblemente fuese el que más veces me pasé en su momento, así que no sé si me va a salir una reseña muy objetiva.
 
Argumento

Para celebrar el 16º cumpleaños de la princesa Garnet de Alexandria se va a representar una obra de teatro muy conocida: "Quiero ser tu canario". Mucha gente acude a verla proveniente de todo el continente, incluido Vivi, un pequeño pero poderoso mago negro que desconoce sus orígenes. Para su desgracia, la entrada que había conseguido es falsa, así que no podrá ver la obra. Al menos hasta que conoce a Puck, un niño de aspecto ratonil y mucho carácter, quien le invita a que le acompañe atravesando los tejados hasta el castillo.

El barco teatro de la compañía Tantalus llega a Alexandria con todo preparado para la función, pero la intención de sus tripulantes no se limita a representar la obra e irse: van a secuestrar a Garnet. Yitán, el encargado del secuestro, tiene que acabar persiguiendo a la princesa hasta que, para su sorpresa, es ella misma la que le pide que la secuestren. Lo cierto es que lleva un tiempo viendo que su madre, la Reina Brahne, actúa de un modo extraño y sólo puede confiar en el Duque Cid de Lindblum, gran amigo de su difunto padre, para que la ayude a hacerla entrar en razón.

Todo se complica cuando Yitán y Garnet acaban en el escenario junto con el soldado Steiner, que fue tras la princesa para salvarla del malhechor que la perseguía, y Vivi, que huía de guardias que le habían descubierto como intruso. Un hechizo de Vivi quema la capucha que ocultaba el rostro de Garnet y ante el desconcierto general de tener a la princesa en mitad del escenario, el barco se pone en marcha. La furia de Brahne intenta impedir por todos los medios que escapen, aunque con dichos métodos pueda llegar a herir a su propia hija. Definitivamente, hay algo raro en su proceder.

Historia

Sin duda, estamos ante uno de los títulos más queridos de la saga y no solo por servidora. Ese mérito en gran parte se debe a su historia y al elenco de personajes que la llevan. Es sorprendente cómo lo que empieza como una comedia (esa persecución por el castillo, ese Steiner estampándose, el pobre, y que luego no sabe lo que pasa en el escenario...) va evolucionando en un drama existencialista sobre la vida y la muerte. Todos los personajes se acaban preguntando quiénes son en realidad y para qué están en ese mundo o qué sentido tiene la vida. Y por si no fuese bastante, es capaz de mostrar el horror de la guerra con cinemáticas que entonces y ahora te dejan con la boca abierta y el corazón en un puño al ver auténticas masacres.

Se pueden hacer múltiples análisis de cómo el juego parece un homenaje a muchas cosas. Para empezar, a las obras de teatro, pues no sólo empieza y acaba con una función, sino que tenemos personajes que son puro arquetipo shakespiriano. También es un homenaje a la esencia de los cuentos clásicos, con esa trama que inicialmente parece beber de ellos al tener a una princesa que va a vivir una serie de aventuras y que, como todo buen cuento, encierra enseñanzas que sacar. Y, también, al ser el último juego para la PS1, quiso hacer un homenaje a los primeros juegos de saga, cortando la estética futurista que tanto había impactado en el VII y el VIII para volver a los orígenes de aspecto más medieval. 

Pensando que precisamente veníamos del VII y el VIII, el personaje de Yitán es un soplo de aire fresco como protagonista. De carácter extrovertido y siempre pendiente de apoyar a los demás, su mayor defecto es ser un mujeriego descarado que no tiene el más mínimo reparo en intentar ligar con una princesa. No obstante, no contaba con que el tonteo habitual al que acostumbraba iba a derivar en algo más serio, dando uno de los romances más bonitos de la saga. Como el resto de protagonistas del juego, tendrá su momento de crisis existencial y dado que es un personaje que siempre es optimista y alegre, quizás impacta más ser testigos de los estragos que generan los descubrimientos que hace. Es muy bonito ver cómo un personaje que siempre había ayudado a los demás, pero se creía que él sólo podría lidiar con lo que fuese, aprende a dejarse a ayudar y a apoyarse en sus amigos. La única pega menor que puedo poner es que le habría venido bien algo más de tiempo para superarlo, todo ocurre demasiado rápido.

Luego, Garnet tiene una evolución impresionante durante el juego. Junto con Yuna, de Final Fantasy X, es posiblemente la protagonista que más tiene que sufrir ya que también le toca ver cómo se viene abajo todo en lo que creía. De ser una princesita ignorante a descubrir la crueldad del mundo, de no atreverse a afrontar su poder de invocadora a ser responsable por lo que sucede con los espíritus de invocación... Es muy realista ver cómo llegado cierto punto del juego la chica se rompe por completo, pero acaba sacando la fuerza de reponerse y tomar la decisión de volverse más fuerte en una escena mítica. Y es que el juego te enseña que la vida puede ser horrible, sí, pero hay que aprender a superar el dolor para seguir adelante y para poder disfrutar de todo lo bueno que también tiene que ofrecer. 

Aunque Yitán y Garnet sean la pareja protagonista, quien roba por completo la historia del juego es Vivi, el personaje más memorable del título con diferencia. Cómo un personaje cuya cara es un círculo negro y dos ojos amarillos, sin más rasgos, puede transmitir tantísimo. Básicamente es un chiquillo tímido, torpe y adorable que va madurando a fuerza de recibir golpes de la vida. Juro que se me están saltando las lágrimas mientras escribo este párrafo, así que mejor lo dejo aquí. Seguro que me entendéis quienes ya lo habéis jugado. 

Sí, he puesto esta imagen para que sufráis conmigo.

Del cuarteto inicial ya sólo queda Steiner. Aunque muchas veces cumple el papel de alivio cómico y resulta muy cansino con lo de cumplir su deber, lo cierto es que también tiene una muy buena evolución. Aprende a pensar por sí mismo y a no limitarse a cumplir órdenes. Además, se nota el aprecio casi paternal que siente por Garnet y también por Vivi. Es imposible no cogerle cariño.

Aparte de estos personajes, tenemos otros cuatro miembros más en el grupo. Para la historia, sólo Freija, la guerrera dragontina, y Eiko, la niña invocadora, resultan relevantes. Siento decir que la historia de amor de Freija me resulta demasiado melodramática, parece demasiado teatralizado lo relativo a su pareja, Flatley, y nunca consiguió tocarme la patata, aunque lo que sufre por su pueblo sí que emociona. De Eiko me sorprende lo fuerte que es para ser tan pequeña y a pesar de lo que ha sufrido en sus pocos años de vida. También hace un poco de alivio cómico en su flechazo por Yitán, un primer amor infantil que derivará en algunas escenas muy graciosas, como el lío que monta a partir de una carta de amor. Luego está Quina, que es un personaje mayormente cómico con más vidas que un gato y que entra y sale del grupo de manera constante. Nunca sabes cuándo y dónde te la volverás a encontrar o cómo hace para lograr viajar a ciertos sitios y que se produzca el reencuentro. Por lo demás, es un alma libre que sólo piensa en comer, aunque acaba realmente apreciando al grupo. Finalmente queda Amarant, una última incorporación tardía, acabando ya lo que era el CD 2 del juego, que salvo para aportar algo de desarrollo a Yitán, me resulta bastante prescindible. 


Un punto muy favorable de este juego es que no siempre estaremos controlando a Yitán, esto hace que la historia sea más coral de lo habitual ya que a veces seguiremos a Vivi, otras a Garnet, a Steiner o a Eiko. Además, en muchos momentos podremos ver STA (Secuencias en Tiempo Actual) por las que sabremos en qué andan tanto los personajes a los que no estamos controlando como a algunos secundarios.

En cuanto al villano del juego, Kuja, lo cierto es que siempre me había parecido un Sefirot más teatrero y descafeinado, al menos, ése era mi recuerdo general. No obstante, en esta partida he aprendido más de él y he apreciado mejor su construcción, su forma de mover las piezas desde hace años en las sombras para lograr sus objetivos sin mancharse las manos directamente, su egoísmo y su absoluta crueldad. Digamos que queda lejos del top, pero al menos mejora mi valoración de él como villano. Incluso su final me parece más redondo.

Aunque ya he hablado de todo el equipo con el que combatimos, lo cierto es que hay muchos secundarios que están trabajados a fondo y todos tienen una personalidad única. Como ejemplo, los miembros principales de Tantalus con Bakú, Marcus, Blank y Cinna. Luego está Beatrix, Cid, el profesor Toto... Un elenco maravilloso que enriquece más todavía el juego. 

Cabe destacar un punto muy importante para darle personalidad a cada uno de los personajes, desde protagonistas a secundarios, y es la forma de hablar. Fue el último juego de la saga sin voces, pero no cuesta imaginarnos los diálogos como si los escuchásemos en vez de leerlos. Algunos, incluso, con acentos propios como podría ser el andaluz, el cubano o el argentino. No sé cómo sería en el original en japonés, pero la traducción es maravillosa.


En definitiva, una historia que va in crescendo, volviéndose más dura y compleja según se avanza, aunque no pierde los momentos cómicos que ayudan a aliviar tensión y eso se agradece. Quizás el tramo de la mazmorra final y el último enemigo del juego pequen de ser un poco una fumada de ésas tan características de la saga, pero esto no empaña el maravilloso desenlace que tiene. Recuerdo que lloré a mares cuando lo jugué la primera vez. Una maravilla en su conjunto.
 
Jugabilidad y duración

El combate por turnos, desarrollo y dificultad
Mucho ha llovido desde que nos llegó el juego y ésta es la primera vez que vuelvo a rejugar uno de los Final Fantasy de la PS1 desde hace... años. Muchos. Teniendo en cuenta que lo último que jugué hace unos meses fue el Final Fantasy VII Rebirth, la diferencia es importante y, claro, todo resulta mucho más lento, menos dinámico. Básicamente, cada personaje tiene una barra de tiempo que se va llenando y, sobre todo al principio, con nivel bajo y poco parámetro de velocidad, te parece que tarda una eternidad en rellenarse. La ventaja que tiene es que ves lo que hacen todos tus personajes y el enemigo, así que no se vuelve una locura en la que a veces no sabes muy bien qué está pasando en el combate.

En parte por esto mismo, el juego tiene su componente estratégica y para aprovechar el tiempo debes elegir las mejores opciones de ataque, el elemento adecuado, etc. Si a lo mejor das órdenes para todos los personajes, sin dejar alguno que pueda reaccionar a un ataque devastador, puede complicarse la cosa y acabar muriendo tontamente. Digamos que es un sistema lento, pero te permite pensar con calma.

Bueno, pues a esperar que carguen las barras...

No obstante, el punto que realmente ralentiza las peleas es el robo, sobre todo con jefes. Al tener a un ladrón de protagonista, es normal que los robos tengan más trascendencia que en otros juegos de la saga. Los jefes suelen tener equipamiento muy bueno que, en condiciones normales, se consigue más avanzado el juego, por lo que siempre es una ventaja robarlo antes y así, además, ahorrar dinero en las tiendas y orfebrerías. El problema es que hasta que Yitán consigue todos los botines interesantes, incluso activando habilidades que facilitan el robo, pueden pasar un buen número de turnos y las peleas se eternizan mientras dejas al resto de personajes en posición defensiva pasando sus turnos, haciendo alguna cura o poco más.

Hay que decir que es un juego bastante sencillo, no creo que a nadie le cueste mucho pasárselo. Es el clásico sistema en que, tras luchar, ganas experiencia con la que vas subiendo de nivel y mejorando parámetros. Salvo contadas excepciones, ni monstruos aleatorios ni jefes son un gran dolor de cabeza. También es cierto que ahora recordaba bastante del juego por las veces que lo jugué y me es imposible recordar si en mi primera partida, con unos 14 años, la impresión de dificultad fue diferente.

Para enfrentar las batallas finales, a no ser que se tenga MUY mala suerte con la sucesión de ataques del enemigo, con superar el nivel 60 es suficiente. Quizás interese llegar al 70 para ir con más seguridad, pero poco más. Hay tres jefes finales, pero tras el primero de ellos puedes volver a guardar, lo que no deja de ser un tanto raro dejar a tu gran rival ahí plantado no sólo para guardar sino también quién sabe si para irte a hacer tareas pendientes fuera de la mazmorra final. Luego, aunque no hay posibilidad de guardado intermedio entre las dos batallas finales, sí que puedes modificar grupo y equipo. Otro punto que facilita estos últimos combates, comparando con otros juegos de la saga, es que sólo tienen una fase, no es como, por ejemplo, la locura de la batalla final del VIII, por mencionar uno. De verdad que es de los juegos de la saga más fáciles que recuerdo. 

Roles y habilidades
Una cosa que en su momento me gustó como cambio respecto a los dos anteriores que había jugado es que se ampliaba el grupo a cuatro personajes como máximo, lo que aumentaba la variedad de roles que se podían tener en batalla, más con lo específicos que son en este juego. Venía del VII en que ibas equipando materias indistintamente del personaje y en el VIII, con las invocaciones y magias, hacías lo mismo. De juegos posteriores, en el X cada personaje empezaba con un rol marcado, pero si los desarrollabas mucho con el tablero de esferas, todos podían acabar haciendo prácticamente todo, algo similar al cristarium del XIII.

Como decía, en este juego los roles son específicos desde el principio hasta el final y cada personaje tendrá sus propias habilidades activas. Por ejemplo, Yitán es un ladrón, así que aparte de robar puede usar habilidades como "Pirarse", para huir con seguridad de la batalla contra enemigos comunes, o "Truco de caco", que más daño hace cuanto más robe. Otro ejemplo es Garnet, que tiene un doble rol de invocadora y maga blanca, si bien las invocaciones sólo las puede usar bien avanzado el juego. Vivi es un mago negro, Steiner un caballero y así con el resto. Normalmente, las habilidades requieren de PM para poder usarse.

De manera similar están luego las habilidades pasivas, que se activan con PA. Hay muchas que son comunes a todos (autorevitalia, aumento de experiencia ganada en batalla, antiveneno...), otras son compartidas por sólo algunos personajes (antimudez, vit +10%...) y otras vuelven a ser exclusivas de un personaje en concreto (Quina es la única con la habilidad que aumenta los guiles ganados, Yitan puede activar el daño al robar...). Cabe destacar que ni al nivel máximo se tienen PA suficientes para activar todas las habilidades de cada personaje, así que toca seleccionar las adecuadas según las fortalezas y debilidades de los jefes, los estados alterados que te pueden provocar o las más adecuadas para moverte entre batallas aleatorias de diferentes monstruos que te pueden aparecer en la zona en que estés.


Todas las habilidades las aprenden los personajes con el equipamiento adecuado a base de ganar PH (puntos de habilidad) en las batallas. Cada personaje puede equiparse con un arma, protecciones para cabeza, brazos y cuerpo y un accesorio. Por aquí también han enriquecido el juego haciendo que no todos los personajes puedan usar las mismas prendas. Por ejemplo, Steiner y Freija, como caballeros, tienen piezas de armaduras que sólo usan ellos, el resto pueden usar togas, sombreros, petos, etc. Es muy entretenido adquirir los diferentes equipamientos y lograr que aprendan las habilidades.

Minijuegos
La pesadilla de los minijuegos viene de lejos y aquí hay uno en particular que generará sudores fríos en cualquiera que haya jugado a esta entrega de la saga: el salto a la comba. No sé a qué desarrollador sádico se le ocurrió poner que el logro a alcanzar esté en mil saltos. Sí, mil. 1000. Un uno y tres ceros. Obviamente, ni en su momento lo superé ni ahora tengo paciencia, templanza y ánimo para ello.

Tampoco se queda muy lejos en cuanto a nivel de desquicie un minijuego que básicamente consiste en un juego de trileros. Hay que acertar nueve veces seguidas con uno de los trillizos de Tantalus y cogen tal velocidad que ni pausando cada milisegundo es posible seguir al correcto en las últimas rondas. Como es un minijuego que sólo está accesible en un momento muy concreto del juego, es fácil perderlo y dado que no tenía recuerdo de haberlo jugado en su momento, creo que hasta ahora no lo había sufrido. Ya os digo que es otro descartado de superar.

Pero no todo es horrible en este apartado. Veamos los que son entretenidos y que al menos a mí me han gustado:


  • Tetra master. Juego de cartas que cuando se le pilla el truco, es un vicio. La pega que tiene es depender del azar con la numeración de las cartas, pues a veces se pierde porque cartas muy inferiores, de repente, vencen a otras de mucho mayor nivel. Aunque no era necesario para los trofeos, me apetecía conseguir en esta partida los 100 tipos de cartas diferentes que hay. Reconozco que para ello, cuando perdía, reiniciaba el juego para no perder cartas buenas, pero el tiempo extra ha merecido la pena. Pequeña medalla para mí.
  • Escarbar con el chocobo. Un minijuego para muchas horas de entretenimiento. Una vez conseguido a Choco, tu chocobo para todo el juego, puedes escarbar en tres ubicaciones diferentes del mundo. Al escarbar se consiguen objetos comunes mayormente, pero también hay "chocografías" de escenarios donde a su vez se pueden encontrar tesoros muy útiles. Esto también te permite evolucionar a Chobo hasta hacerlo dorado y que paulatinamente vaya consiguiendo la habilidad de ir por aguas poco profundas, escalar montañas, ir por el mar abierto o volar.
  • As del atletismo. Un minijuego muy tonto de carreras contra un niño viciado a las cartas, así que la madre le obliga a correr contra Vivi. Es bastante sencillo y los premios son unas buenas cartas, así que merece la pena superarlo.
  • Captura de ranas con Quina. Para mejorar una de las habilidades más poderosas del juego (puedes llegar al daño máximo de 9.999 gastando sólo 10 PM independientemente de la defensa del enemigo) hay cuatro pantanos en el mundo donde Quina podrá cazar deliciosas ranas, así que otra forma de echar el rato durante el juego. 
  • Derrotar a Ragtime. Viajando por el mundo, en los bosques podremos enfrentarnos con un monstruo que hace una pregunta de verdadero o falso. Si acertamos todas, el premio por derrotarlo finalmente es muy atractivo. La pega es que son preguntas muy rebuscadas de curiosidades históricas y geográficas del mundo del juego y veo poco probable saber responderlas, salvo alguna excepción, sin una guía.
Aparte de éstos, hay otros minijuegos obligatorios durante la trama como una batalla a espadas entre Yitán y Blank durante la función teatral, una cacería de monstruos o un estresante pasaje en que controlamos a una "rana" que debe jugar al "pollito inglés" con un monstruo. Además, podemos pujar en una subasta, encontrar monstruos bondadosos que piden gemas o combatir contra alguna criatura de nivel avanzado en un pequeño coliseo. Entretenimiento más que garantizado, sin duda.

Ozma
Como decía, es un juego bastante fácil y ni siquiera Ozma, el jefe opcional más fuerte, es realmente difícil. Es cierto que dependes mucho del azar. Si tienes mala suerte con lo que te ataque, con dos golpes te puede liquidar antes de tener siquiera tiempo de reaccionar. No es extraño que se puedan necesitar un par de intentos, pero yendo con cuidado y sabiendo cuatro cosas básicas de su mecánica, es factible de superar sin grandes complicaciones. Ni siquiera para enfrentarlo es necesario el pleno al nivel 99 de los cuatro personajes del equipo. Me lo pasé de pequeña en su momento en la PS1 y ahora lo he vuelto a derrotar. Casi lloro al comparar con la locura de dificultad de los combates opcionales del Rebirth.

Trofeos y "cheats"
Para esta nueva partida, como he dicho, he rejugado en la versión digital descargada en la PS5. Además de una cierta mejora en los gráficos y algunos cambios muy menores, claro, están los trofeos y algunos "cheats" para facilitar todavía más el juego. De los primeros, como ya imaginaréis, tengo descartado el platino por los minijuegos mencionados. Al menos he conseguido otros que tienen un porcentaje de obtención también bastante bajo:
  • "Héroe de leyenda". Consiste en derrotar la friolera de 10.000 enemigos, cifra que dudo que se pueda lograr en una partida normal por mucho que vayas peleando durante la historia. Requiere de un buen número de horas dedicadas en exclusiva a esto, calculo que al menos fueron unas 12 horas en la zona más apta para ello según las guías que miré y cuando ya había logrado el resto de trofeos que pudiesen ayudar a aumentar el contador, como el de subir a un personaje al nivel 99 o el de derrotar a Ragtime. Teniendo en cuenta que es un triste trofeo de bronce, no sé si la intención es que el reto iba a ser de 1.000 enemigos y se equivocaron o no calcularon la de horas necesarias para llegar a esa cifra.
  • "Cuadro clínico". Hay que hacer que un personaje pase por todos los estados alterados, positivos y negativos (los "auto", como autorevitalia o autolévita, no cuentan para esto). Me pareció bastante sencillo, con hacer una lista al principio del juego e ir marcando lo que le iban poniendo en concreto a Yitán, por ser el que más tiempo va a estar participando en  batallas, para el final del juego sólo tuve que ponerle los dos o tres que le faltaban.
  • "Trae más palomitas". Tienes que ver todas las STA del juego y son un total de 72, así que es muy fácil perderse algunas. Hay una en concreto que estoy segura que nunca había visto. Se obtiene una de las veces que recuperas a Quina en el equipo. Ésta ha comido en un puesto de comida callejera y no tiene dinero. Si tienes más de 100 guiles, tú le pagas a la tendera, pero si tienes menos, le dices que lo que falte se lo pida a Bakú y eso es lo que finalmente se ve en la STA. Por tanto, antes de ir por Quina será necesario haber pasado por alguna tienda y comprar suficiente equipamiento y objetos para quedarte tieso, creo que incluso hay que quedar por debajo de los 50 guiles. Un trofeo para hacer con una guía al lado y realizando bastantes guardados diferentes por si acaso.
Lo cierto es que me sorprende un poco que algunas cosas no sean trofeos. Para empezar, comparando con otros juegos, se me hace raro que no haya logros relacionados con la trama al alcanzar puntos clave, salvo el de completar el juego. Por ejemplo, habrían podido poner uno por cada final de lo que eran los primeros 3 CD del juego en su versión original. Luego, conseguir todas las magias azules de Quina da para trofeo entretenido, igual que haber aprendido todas las habilidades activas y/o pasivas. En cambio, hay logros que parecen sobrar como tener dos trofeos de la comba (podrían haberse quedado con el de 100 e ignorar la tortura de los 1.000 saltos) o tres trofeos de ganar partidas de cartas (con el logro máximo era suficiente). Igualmente, si hay un trofeo para cada una de las armas definitivas, tener otros por encontrar algunas "casi definitivas" es un poco tontería, o que si para el arma definitiva de Quina primero debes cazar 99 ranas, el trofeo de la propia cacería sobra.

Me quedan algunos plausibles de lograr que me da más pereza hacer. Por ejemplo, "Lunáticos" requiere conseguir cuatro piedras lunares y la primera se consigue haciendo perfecta la pelea con espadas de la obra de teatro. No lo sabía cuando empecé la partida así que ni lo intenté, pero al parecer no es demasiado difícil lograr esto... salvo por el detalle de que los minijuegos de este estilo no son lo mío. También, el trofeo de conseguir la espada definitiva de Steiner implica casi pasarte el juego entero, salvo las peleas finales, en menos de 12 horas. Me da pereza intentarlo porque no me gusta jugar con prisas, aunque los "cheats" faciliten mucho esta tarea. En un futuro lo haré, supongo.

Hablando de los "cheats", sólo he llegado a usar un par de ellos durante la obtención de "Héroe de leyenda": ultravelocidad y ataque automático. Así he podido estar con el móvil sin apenas mirar la pantalla, sino me habría muerto de aburrimiento. Hay otros de máximo daño, de evitar peleas aleatorias o de tener el límite de los personajes disponible en cada pelea, pero me han sobrado. De verdad, es un juego bastante sencillo, no sé para qué han implementado esto. Aparte, hay otros que son permanentes como tener todas las habilidades dominadas, tener el máximo de guiles, de PA y de nivel, pero al activarse no se pueden conseguir trofeos. Supongo que todo esto estará para quienes quieran disfrutar de la historia sin preocuparse por los combates y los trofeos.

Duración
Por todo lo dicho, creo que es fácil ver la cantidad de horas que se le pueden dedicar al juego entre unas cosas y otras. Si se busca conseguirlo todo, trofeos incluidos, dudo que se pueda bajar de las 120 horas. Si sólo se quiere disfrutar de la historia, reduciendo al mínimo los combates, supongo que la cosa quedará en unas 30 horas. Haciéndolo todo rápido con el objetivo de conseguir la espada definitiva de Steiner, he leído que apenas con cuatro horas usando los "cheats" y saltando escenas es factible hacerlo. Así pues, cada cual decide la forma en que quiere vivir esta entrega de la saga.

Gráficos y música

Obviamente, ver el juego con ojos actuales puede dar la impresión de cutre, con escenarios que son una ilustración (técnicamente: "imágenes prerenderizadas estáticas") por la que te desplazas, interaccionas con algunos NPC y recoges objetos escondidos con la ayuda de un símbolo de exclamación que aparece sobre tu cabeza para indicar que hay algo. No obstante, estos escenarios son realmente bonitos y da pena no poder sumergirte en ellos. En muchos mueves a Yitán o al personaje que controlas desde un punto de vista aéreo y se echa en falta una perspectiva más inmersiva.


Aparte de poblaciones, grutas, mazmorras o demás enclaves, el juego tiene un mundo abierto muy amplio, algo similar a lo que ya había experimentado en los dos anteriores de la saga. No deja de ser un poco absurdo cómo lo vemos, pues tenemos a Yitán con un tamaño gigante comparando con las poblaciones que quedan casi en un esquema de un par de casitas mal definidas. La ventaja que tenía era todo el espacio de exploración por el que primero vas a pie, luego puedes conseguir a Choco para ir más rápido y evitar combates aleatorios, luego tienes un barco y finalmente consigues barcos voladores para viajar rápidamente. No obstante, es cierto que salvo por el minijuego de buscar chocografías, hay poco que hacer en semejante inmensidad. Aunque impactó en su momento y se criticó, quitar este mundo abierto creo que fue un acierto por ganar realismo y escenarios más definidos y variados.

Hay que pensar que fue un juego para la PS1 y que realmente le sacaron todo el partido posible a la consola. Si se es consciente de eso, sólo queda decir que el juego es una preciosidad visual. Además, sin tener mucha idea de temas técnicos, sí que se nota que un poco de lavado de cara ha tenido para lanzar esta versión virtual, así que se mejoran un poco aquellos primeros gráficos. 

Y no sólo visualmente, la BSO de Nobuo Uematsu es una auténtica maravilla, con temas que van como anillo al dedo tanto a los momentos más cómicos (mítico el tema de escarbar con Choco con tono flamenco) como a los más dramáticos. Y no olvidar la joya que fue el tema Melodies of life, cantado por Emiko Shiratori.

Divagando un poco sobre la idea de un remake, supongo que tiene su punto complicado dado el diseño tan "chibi" del que parten los personajes. Un grupo de fans de gran talento lanzaron el Proyecto Memoria, llegado a hacer un vídeo de unos 20 minutos de lo que podría ser el inicio del juego. Creo sinceramente que algo así podría funcionar. Y si no se hace, la verdad es que da bastante igual, el juego es lo bastante bonito para disfrutarlo tal cual está.
 
Perspectiva feminista

Cuantitativamente, el grupo resulta totalmente parejo, aunque hay quien no cree que Quina sea de sexo femenino (supongo que se olvidan de la divertida escena en que tiene que simular un matrimonio con Vivi para poder avanzar a otra zona, y en el contexto del juego en sí y de la época en que se lanzó sería altamente improbable que se aceptase un matrimonio homosexual... en fin, divago...). Es un grupo equilibrado en lo numérico pero también en lo cualitativo porque tenemos una guerrera dragontina, una maga azul (es decir, que aprende habilidades muy útiles de los enemigos) y dos poderosas invocadoras + magas blancas, ni tan mal. En comparación, el rol de ladrón de Yitán es bastante más flojo.

En cuanto a personajes secundarios sí que cuantitativamente se inclina la balanza más hacia el lado masculino (Bakú, Blank, Marcus, Cinna, Puck, Cid, Aubert, Garland, Kuja, Ton, Son...) quedando el femenino con bastantes menos nombres que poder citar (Brahne, Ruby, Beatrix, Erin, Quera, Lani, Mikoto o Hilda, sin puntos suspensivos). Con todo, no es un desequilibrio tan bestia como en otros videojuegos (te estoy mirando a ti, Kingdom Hearts). Además, Beatrix es posiblemente uno de los mejores personajes secundarios del juego y quizás de la saga entera, con una gran evolución y profundidad, sumando a esto que es MUY poderosa y nos pateará el pompis en tres peleas sin que le hagamos más que cosquillas.

Ruby hace de "Pitufina" en Tantalus.

En otros juegos he tenido que criticar y mucho el punto de sexualización de los personajes femeninos (por ejemplo, el Final Fantasy X-2), algo que aquí es realmente mínimo dado el diseño de personajes tan "chibi". Alguna cosita hay, pero muy puntual. Por ejemplo, el uniforme de las soldados de Alexandria es un bañador con casco y armadura superior (se puede ver en una captura superior), algo bastante ridículo pues están totalmente desprotegidas de cintura para abajo. Pero tampoco es para valorarlo muy negativamente cuando el ejército comandado por Beatrix es totalmente femenino y muy profesional. En contraposición, el batallón Pluto que dirige Steiner está formado por un puñado de soldados indisciplinados. Si bien, no es menos cierto que estos soldados tienen nombres y algún rasgo de personalidad y las soldados carecen de ninguna individualidad además de que son clónicas.

Como ya he mencionado, el punto débil de Yitán es su carácter de mujeriego descarado, básicamente es un adolescente con las hormonas revueltas. No obstante, a mi modo de ver, nunca sobrepasa ninguna línea roja y hasta se agradecía, después de haber jugado al VII y al VIII, tener un protagonista que se salía de la personalidad más seria de Cloud y Squall. Puede ser bastante cliché cómo acaba superando esta fase al encontrar el amor de su vida y tal, pero no hay que olvidar que es un chaval de unos 16 años y, al final, es la evolución lo que importa.

Conclusión

Al parecer, éste es el juego favorito de Hironobu Sakaguchi y no es de extrañar, es una auténtica obra maestra. Aunque tiene algunas cositas menores que se pueden criticar, no consiguen empañar todo lo bueno que tiene. La historia dramática y profunda, los personajes memorables, el entretenimiento, pero, sobre todo, cómo te llega al corazón.

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